Se realizó el Encuentro sinodal entre el Papa Francisco y los jóvenes universitarios de las Américas para hablar sobre el fenómeno de la migración y cómo construir puentes entre Norte-Sur. Un estudiante UCA, Francisco José Estrada Ortíz, tuvo la oportunidad de participar. Este evento fue promovido por la Universidad Loyola de Chicago y la Pontificia Comisión para América Latina (CAL).
A continuación, Francisco nos comparte un poco sobre su experiencia en el Encuentro:
“Mi nombre es Francisco Estrada, y soy estudiante del quinto año de Licenciatura en Filosofía en la UCA. El 24 de febrero del 2022 tuve la oportunidad de compartir en una sesión virtual con el Santo Padre y con jóvenes del continente americano en el “Encuentro Sinodal: Construyendo puentes Norte-Sur”. La intención de la Pontifica Comisión para América Latina (con el apoyo de la Universidad Loyola de Chicago) era establecer un dialogo fraterno y cordial entre jóvenes de diferentes regiones del continente y plantear los diversos problemas que aquejan a la región, analizada desde dos ópticas diferentes: la América Latina y la América Anglosajona. Eso sí, el horizonte del encuentro iba en torno al problema migratorio en nuestros países.
Ahora, para llegar a este encuentro del 24 de febrero, hay todo un camino. Primero recibí un correo de parte del Jefe del CAE que me consultaba si deseaba participar de este encuentro virtual (sin duda dije que sí), luego, pase a tener comunicación directa con los encargados del encuentro tanto de la Universidad de Chicago como de Roma. El 03 de febrero tuvimos el primer encuentro como jóvenes de la región de América Central y el Caribe, dónde realizamos una lluvia de ideas con respecto a lo que provoca el flujo migratorio, ideas que fuimos consolidando y redactando en los días siguientes un grupo eje de la región formado por Leonardo (hondureño), Alejandro (colombiano radicado en Costa Rica), y mi persona (de El Salvador). La redacción del texto era clave para presentarlo el 10 de febrero como región ante toda América Latina y el 19 de febrero ocuparlo para trabajar de forma hermanada con los estudiantes de la Costa Oeste de EUA. Ese texto fue el que leyó el representante delegado de la región ante el Santo Padre en el encuentro virtual.
Si hablamos de lo acontecido y todo el proceso que esto conllevó, sentí que los jóvenes exponíamos la realidad social, política, económica y cultural del efecto migratorio en América al mundo entero, por medio de una figura y personalidad tan importante como lo es el Santo Padre. Si queremos trascender al ámbito religioso, no dudo de la sintonía inspirada por el Espíritu Santo para comprender la multidimensionalidad del problema migratorio, y a la vez, “soñar” –como dice el Papa en Querida Amazonía– planteando rutas en conjunto para poder superar este reto tan grande, para seguir adelante en la construcción del Reino de Dios acá en la tierra. Me atrevo a decir, que todo bajo la presencia amiga del Santo Padre, el cual me impresionó pues tomaba apuntes de lo que se decía y se exponía, hacia retroalimentaciones de lo dicho por los jóvenes, lo cual me alegro mucho, y me hizo pensar que el esfuerzo realizado no era en vano.
Mi mayor “sueño” -a la vez, con un poquito de anhelo utópico- es que como continente, en sintonía (pero inmersos en las realidades de cada región) cumplamos las propuestas realizadas como soluciones para la desigualdad, injusticia y marginación que sufren aquellos grupos de donde surgen la mayor cantidad de migrantes. Espero que este encuentro sirva para que la Iglesia y academia trabajen en favor del desarrollo social y económico de los campesinos y las comunidades marginales. Este encuentro sinodal (y a la vez, cultural) con la figura del Santo Padre y los jóvenes de todo el continente, nos confirma el hecho que la Iglesia de Jesús no se desatiende de las alegrías y sufrimientos de los habitantes de la tierra, en especial, de esta América tan sufrida pero con esperanzas.
Por último, considero menester exteriorizar mi gratitud a la UCA El Salvador, que por medio del CAE, me permitieron vivir como estudiante este primer encuentro sinodal de jóvenes universitarios en modalidad virtual, teniendo la experiencia de poder aportar y plantear ante el Papa Francisco y el mundo –por medio del escrito realizado que se leyó y presentó región- los problemas, retos y sueños que como país y continente americano tenemos”.