Oficina de Vinculación con Graduados

 
Josué Ramírez
jramirez@uca.edu.sv

“El amor es acción” 

 

La literatura nos recuerda la década de los 80’s como el período más álgido de la guerra civil en El Salvador. Entre bombas y ataques, las clases en las aulas de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas no se detuvieron. No obstante, a pesar de la situación, Juan Carlos y Vilma de Flamenco escribieron su propio guion. Un libreto donde el amor y constancia son sustanciales y que, a la fecha, no llega a su final.

 

Existen muchos relatos de amor que se han contado a lo largo del tiempo, cada uno con su propio estilo y romanticismo. Sin embargo, en el caso de Juan y Vilma es diferente, más allá de los detalles y palabras dulces, fueron sus acciones las que definieron su relación. Desde el comienzo, se preocuparon por el bienestar del otro, apoyándose mutuamente en los momentos difíciles y celebrando juntos en los instantes felices. Pero, ¿cómo comenzó esta historia de amor?, ¿dónde se conocieron?

Juan Carlos Flamenco visitó la UCA para hablar sobre su experiencia profesional. Foto: OVG.

 

  • Con un poco de recelo, comienza Juan Carlos: llevábamos materias en común, Macro y Microeconomía, Filosofía. La verdad, no me acuerdo muy bien cómo fue…

 

  • De inmediato, Vilma completa: yo sí recuerdo, una compañera y amiga en común que yo conocía desde la niñez, Nora Hernández, la Norita. Ella era más amiga de Juan, creo que llevaban más materias en común. Entonces, en una ocasión, me invitó a estudiar en grupo un fin de semana. Entonces, como ya trabajaba, tenía que decidir si iba el fin de semana a la Universidad, a mí me gustaba estudiar sola, pero esa vez me insistió, “ven, reunámonos, estaremos varios compañeros”, creo que era en Macroeconomía y, como necesitaba un poco de refuerzo, acepté. Pero, al llegar la hora, solo los dos nos encontramos (risas), nadie se acercó, ni siquiera ella (Norita).

 

  • Juan: eso ya fue arreglado

 

  • Vilma: sí, eso estaba planificado

 

La vida tiene un modo curioso de unir destinos aparentemente desconectados. Vilma Francés se caracterizó por ser una estudiante muy aplicada  y disciplinada, estudió el Bachillerato Académico y Comercial al mismo tiempo, en la Escuela Nacional de Comercio en San Jacinto, San Salvador. Realizó y aprobó los exámenes de admisión para la carrera de Medicina en la Universidad de El Salvador, pero el contexto bélico y los cierres constantes le desmotivaron para matricularse. Luego logró un Técnico en Electrónica y tiempo después consiguió empleo en el área de Registro Académico del Ministerio de Educación. Con un panorama más claro, decidió inscribirse en la UCA. “Entonces, el P. Ellacuría me aconsejó que si pensaba combinar trabajo y estudio, que mejor optara por Administración de Empresas”. De esta manera, en 1982 ingresó a la Universidad.

 

A cientos de kilómetros, Juan Carlos Flamenco se encontraba en Costa Rica cuando, también, descubría sus aptitudes vocacionales. Así, realizó un año y medio de Mercadeo y por circunstancias de la vida migró a El Salvador.  “Una vez en el país, mi hermano ya estudiaba en la UCA y me dijo que viniera para acá, yo le dije que estaba bien, pero que me metiera a Administración porque Mercadeo era solo un técnico”. Ninguno imaginó, que la universidad sería el escenario para que dos extraños, de mundos diferentes, convergieran y se dieran la oportunidad de conocerse.

 

Desde el momento en el que solicitamos esta entrevista, Juan Carlos remarcó el papel primordial de su pareja en cada uno de sus proyectos: “nuestros logros no se deben solo a mi esfuerzo, sino también al trabajo en equipo con mi esposa”. La plática debía ser con los dos. Sin embargo, por motivos personales, Vilma no se encontraba en el país. No obstante, cuando dos personas han permanecido juntas por casi 40 años, la distancia no es impedimento. A través de una reunión en línea, logramos conversar y recordar cómo esta relación inició en las aulas de la Universidad.

 

A pesar de la distancia, no hubo obstáculo para que Vilma Francés compartiera su historia como graduada UCA. Foto: OVG.

 

  • Vilma: yo creo que él me vio primero a mí, porque yo siempre me sentaba adelante y él se sentaba atrás. Yo llegaba temprano y escogía las primeras filas para concentrarme y no perder el interés cuando el profesor estaba exponiendo.

 

  • Juan Carlos: yo sí me iba atrás.

 

  • Vilma: él se iba a la parte de las personas que le gustaba bromear.

 

  • Juan Carlos: yo fui todo un personaje en la universidad, a Vilma sí la reconocían porque era muy aplicada para el estudio. De mí dirían que pasaba jugando fútbol. A veces coincidíamos en la cancha porque Vilma corría.

 

  • Vilma: es verdad, en la cancha corría, antes de irme al gimnasio.

 

  • Juan Carlos, también recordó cuando defendieron la tesis: la pasamos a ella primero, Vilma siempre ha sido muy buena para hablar, entonces ella dijo todo, todo, no nos dejó nada qué defender y la cosa era que también teníamos que hablar. No encontrábamos qué decir.

 

  • Casi de inmediato, Vilma replicó: pero ellos pasaron rápido y nos pusieron buena nota.

 

Ese trabajo de graduación fue evaluado por un jurado a quien recuerdan con mucho cariño. Entre ellos el P. Javier Ibisate o “Padre Ibi”, como lo repetía Vilma. Además, se encontraba el jefe del Departamento de Administración de Empresas, de aquella época, el Lic. Fernando Villalobos, y el Lic. Joaquín Rivas. Sin duda los tiempos han cambiado, la educación se ha transformado, no es la misma experiencia de cuando entraron a las magnas.

 

Juan Carlos Flamenco y una colaboradora dentro de un sala de distribución de Exit. Foto: OVG.

 

  • Juan Carlos comenzó a describir las clases con sus maestros: nosotros en el aula recibiendo la materia y, de repente, la bomba, después se iba la luz, pero no parábamos. Yo miraba al P. Ibisate, por lo menos daba 10 minutos más, hablando como si no hubiera pasado nada. Esos fueron años difíciles, ahora pienso que hay condiciones más favorables.

              

  • Luego Vilma, secundó: nos decían, no vayan porque hay peligro, si uno tenía un libro, como El Capital, ya lo consideraban de que andaba propaganda de la revolución. Pero eso no nos quitó los deseos de superarnos, y yo sentía que para mí la UCA era un recinto de paz, no concebíamos de que la fueran a intervenir. Nosotros íbamos a estudiar, a dar la mejor, porque todos los profesores eran de alto nivel, no regalaban notas. Nos exigían.

 

  • Juan Carlos: esos fueron años difíciles, ahora uno dice que hay condiciones más favorables. Antes, la insignia UCA no era bien vista por algunos sectores de la sociedad, pero solo dentro de la UCA uno se deba cuenta de la calidad académica, impresionante. Las cátedras de realidad nacional, muy buenas, políticos de todo, de derecha e izquierda venían a dar sus posturas y se respetaba. La UCA siempre ha tenido el debate… Fue un golpe bien grande la muerte de los jesuitas, para este entonces, ya estábamos en el INCAE.

 

La construcción de los sueños requiere un esfuerzo constante, disciplina inquebrantable y determinación sin límites. Aunque es posible lograrlo de manera individual, trabajar en pareja puede ser una gran ventaja. El compañerismo y la colaboración pueden ayudar a superar obstáculos y mantener la motivación, lo que puede aumentar las posibilidades de éxito. Juan Carlos y Vilma vivieron esta experiencia juntos. Desde el momento que comenzó la relación, todo lo hicieron en pareja: la graduación, su posgrado, los negocios, entonces surge la pregunta ¿cómo se fundó Exit?

 

  • Ambos soltaron una risa nostálgica y Vilma adelantó la respuesta: hubo varios emprendimientos previos.

 

  • Juan Carlos: sí hubo una serie de emprendimientos muy puntuales. Cuando regresamos del INCAE éramos empleados, Vilma en formulación de proyectos y ONG´s. y yo en el área de mercadeo.

 

  • Vilma: pero buscábamos nuestra independencia, también. No ser siempre empleados, ocupar un poquito más de nuestro tiempo y optar por incorporar más gente en nuestro proyecto. Juan tuvo varios emprendimientos, recuerdo que tuvo una granja porcina y de conejos, compró una panadería, tenía una tendencia de modificar carros y venderlos ya reparados. Aunque también Juan trabajó para diferentes empresas como Baterías Record y St. Jack´s, por ejemplo. En este último, estaba cuando encontramos la oportunidad de independizarnos.

 

  • Juan Carlos: salen proyectos donde se invierte dinero y tiempo, pero nunca le pega uno a la primera. Y eso así es. El emprendedor no tiene que desmayar, tiene que ver por dónde van las cosas. Exit lo fundamos en 1993. Ya vamos por la segunda generación de colaboradores. El inicio de Exit fue en una plática casual en Panamá, nos identificamos y compartimos una conversación.

 

  • Vilma le complementa: Juan se encontraba buscando mercado para la empresa a la que trabajaba y conoció a este amigo que después se convirtió en socio y nos mostró en el proyecto de la joyería y accesorios…

 

  • Juan Carlos: así lo conocí, armamos un plan y Vilma fue la primera vendedora. Le traje un paquete y le dije andá a probar, yo sabía que ella no era mucho para la venta, pero si ella vendía eso sería una maravilla (se le escapa las risas). Cuando vine a ver, ya se había acabado la mercadería y tuvimos que hacer otro pedido.

 

Flamenco explica que todo plan debe accionarse para que tenga valor. Foto: OVG.

 

No obstante, cuando comienza un negocio las operaciones, a veces, solo alcanzan para cubrir costos. Vilma en ese momento se convirtió en pieza clave para contener los gastos de todo hogar, pues Juan Carlos se retiró de su empresa. Sin embargo, el acuerdo era mutuo y el sueño de construir un negocio solo funcionaría si ambos caminaban al unísono. Ahora, Exit tiene 30 años de funcionamiento y bajo un modelo de red de distribuidores ha logrado alcanzar a todo el territorio de El Salvador, con miras a otros mercados regionales.

 
  • Cuando se habló sobre modelos de administración, Juan Carlos mencionaba: mire, ahora hay muchos modelos de negocios, como el famoso Canvas que bien ilustra todo, pero si no lo dinamizo, no será suficiente, si no le metemos la acción, de nada sirve. Es mejor tener el método más simple, pero hay que echarlo andar. He visto un montón de planes de negocio, porque la gente nos pregunta y tratamos de ayudarle, pero a veces se quedan muy en la teoría y a veces es necesario saber venderse uno, si quiere comenzar un negocio.

 

  • Vilma también analizaba la situación: las cosas han cambiado, con las plataformas electrónicas globales, lo que es fundamental siempre son los principios de administración del elemento humano, pero la nueva manera de comercializar productos, si cambia la dinámica. Ahora es necesario saber cómo hacer crecer la marca en un contexto global, hay que ser muy creativo para emprender. Antes habían más oportunidades de entrada, pero ahora está más cubierto y hay que conocer muy bien el ambiente en el que está el producto.

 

De esta manera, el guion no termina. Aun hay muchos capítulos por escribir, historias por contar y reflexiones que compartir. Es probable que la intensidad del trabajo ahora sea menos. Las nuevas generaciones han retomado el libreto. Pero, una realidad innegable es que, como dijo Vilma “amor siempre tenemos, no se ha apagado esa llama… aunque me encuentro fuera del país, estoy acá, pero con el apoyo de Juan, el amor siempre existe, las manifestaciones son en el día a día, el amor es acción” y luego Juan Carlos reafirmó “debe haber un compromiso de ser menos individuales y de pensar en el otro”.