Oficina de Vinculación con Graduados

 

Josué Ramírez
jramirez@uca.edu.sv

Evelia Macal: “Es una satisfacción trabajar en algo que construye a la sociedad”

Sonriente y con una voz confortable, conocimos a la Arquitecta Evelia Macal que, desde los inicios de su vida profesional, encontró la manera de servir al país. Las oportunidades la llevaron a desarrollarse en Bélgica, en el 2001 se graduó de Urbanista por parte de la Universidad Católica de Lovaina. Actualmente, dirige proyectos de edificaciones culturales de la comunidad francesa en Bélgica y mantiene una comunicación constante con su alma máter apoyando en talleres de arquitectura y urbanismo.

 

 Arquitecta salvadoreña, que actualmente se encuentra trabajando en Bélgica, ¿a qué te dedicas?

Yo trabajo para el Ministerio de la Comunidad Francófona. Tenemos 50 edificios culturales y  tenemos que asegurar que su infraestructura esté en óptimas condiciones para su funcionamiento. Por ejemplo, yo manejo 12 edificios, pero a aparte de estos es probable que adecuemos otros. Nunca hacemos construcciones nuevas, pero sí remodelamos edificios existentes, porque la política del ministerio es ocupar el parque existente, por ejemplo, recuperamos escuelas, edificios desocupados o abandonados que renovamos en obras culturales. Cuando tenemos este tipo de proyectos, el cuido de los otros edificios pasa a otros colegas.  Cuando iniciamos la adecuación de un edificio hacemos primero un estudio de factibilidad, luego una licitación pública para encontrar un equipo de arquitectos que diseñe el proyecto y luego otra licitación para llevar a cabo la construcción. Mi trabajo es como un director de orquesta: organizar todo, que el presupuesto y los tiempos se respete, garantizar la participación del equipo que va a explotar el bien cultural para que el espacio sea funcional para ellos.

 

Evelia Macal en una visita a la UCA previo a la pandemia de marzo del 2020. Foto: Oficina de Vinculación con Graduados

¿Cómo te involucras en proyectos fuera del país?

Cuando me gradué de la UCA ya tenía claridad que a mí me interesaba la planificación urbana, la administración de la ciudad y entonces busque oportunidades para especializarme en Francia o Bélgica. Comencé a estudiar idiomas en la Alianza Francesa y obtuve media beca para estudiar urbanismo en  la Universidad Católica de Lovaina.

 

¿Estudiaste tu especialidad con arquitectos de otros países, cuál consideras es el diferenciador de un arquitecto UCA?   

Principalmente, el análisis crítico. Pienso que es lo más importante que uno aprende en la universidad. No tragarse la información tal cual la dan, sino analizar de dónde viene, por qué viene, quién la escribió, con qué intención se escribió y qué parte de la historia no está escrita.

 

¿Te quedaste viviendo en Bélgica?

Sí, empecé con una consultoría ciudadana con la intención de cambiar los planes de sectores de Valonia, debido a que Bélgica está separada la parte que habla holandés y la parte que habla francés. Este fue el primer proceso en el que se hacían nódulos de participación ciudadana en Bélgica. Se realizó una consulta ciudadana sobre la planificación urbana de su entorno. Durante tres meses, se escogió una muestra representativa de la población. Se llevaron a cabo conferencias y mesas redondas donde la gente preguntaba y, también, podían solicitar que otros expertos, que nosotros no habíamos pensado, se incluyeran en la consulta. Al final, se obtuvieron líneas directivas, como recomendaciones para el nuevo plan. Después cambié completamente. Hice una consultoría sobre la administración de un parque de viviendas sociales. En Bélgica, durante los años 60, se hicieron muchas viviendas sociales y había unas que estaban en cooperativa.

 

¿Te has involucrado en proyectos en El Salvador?

Colaboro, junto con mi esposo y diferentes organizaciones, en la construcción de un parque memorial donde ocurrió la Masacre del Río Sumpul. Esta iniciativa surge de la Asociación de Sobrevivientes de la Masacre del Sumpul y el memorial busca respetar las propuestas de la comunidad de sobrevivientes. Se han sembrado cerca de 250 árboles de fuego que representan a las víctimas, para el monumento conmemorativo se realizaron placas de cerámica fabricadas a mano y con arcilla de Chalatenango que llevan grabadas los nombres de las víctimas y también, no podía faltar, una imagen de San Romero de tamaño real que ha realizado la Escuela de Artes de la Universidad Nacional. La última parte del proyecto es una cubierta para albergar de la lluvia y el sol a los feligreses que participen en actos litúrgicos. Además tendrá un mural para recordar una historia de luchas y desarrollo que continúa. Esta es una manera de conmemorar a las víctimas de esta y otras que se realizaron en el país.  

 

En tu desarrollo profesional, ¿qué bases consideras te dio la UCA?

La educación que yo tuve es la que me ha dictado donde trabajar, porque yo podría haber ido a la oficina de arquitectos y pedir hacer casas o cualquier otra cosa, pero a mí me gusta trabajar en el sector público, los bienes culturales son públicos y, de esta forma, se le da acceso a la cultura a buena parte de la población. Así como cuando pedí trabajar con las casas sociales, eso le da acceso a más gente a la vivienda. No hay que creer que como es Europa no hay gente pobre, siempre hay un sector de la población que es más vulnerable que otros y  pues es una satisfacción trabajar en algo que construye a la sociedad porque sin cultura no sabemos para dónde vamos.

La Arq. Macal muestra el diseño Parque Conmemorativo de la Masacre del Sumpul en Las Aradas. Foto: tomada de https://www.elsalvadormemory.org/

 

¿Cómo decidiste estudiar Arquitectura?

Entré a la UCA en 1990. Yo quería estudiar Sociología, pero mi papá no estaba muy convencido. Entonces busqué orientación vocacional y la UCA brindaba este servicio. En los resultados, me apareció la opción de Arquitectura, yo ni lo había pensado. Yo creía que con la sociología se podía analizar y aportar a la sociedad, pero luego cuando me dijeron que podía estudiar Arquitectura pensé: “es cierto, por qué no se me ocurrió antes”, uno a los 18 años no se imagina mucho. Así entré con gran entusiasmo a la universidad. También, la carrera era nueva y éramos muy pocos en las clases.

 

 

¿Qué recuerdos tienes de tu época de estudiante?

Tengo muy buenos recuerdos. Es cierto que es un periodo en el que uno tiene que sacrificarse bastante, por el hecho de hacer sus planos al mismo tiempo estudiar otras materias como matemática, estadística, sociología, etc. Al principio uno tiene la impresión que no podrás hacer tu proyecto y estudiar, pero después uno aprende a organizar su tiempo. Pero lo que yo más recuerdo es el taller de arquitectura. Ese lugar era de mucha convivencia, permitía que todas las generaciones de estudiantes nos conociéramos, todos compartíamos el mismo espacio abierto y formaba parte de nosotros. En aquella época había un profesor que organizaba un opening anual, los de primer año hacíamos un circuito con obras de arte y todo se convertía en una fiesta. Era un taller donde los estudiantes invertían su creatividad y era un espacio de expresión colectiva.

 

 ¿Qué mensaje podría brindarle a un recién graduado de Arquitectura UCA?

Que persevere. No hay que decir no se puede al sueño que uno quiere. Hay que poner todo el empeño en hacerlo y hay que buscar su espacio. Cuando uno busca su espacio con sinceridad y se invierte en cada proyecto que le llega a sus manos, el camino se abre, con buena voluntad y colaboraciones sinceras. Cuando uno trabaja en equipo, siempre hay que aprovechar las capacidades de los demás y juntos siempre se es más fuerte, aquí y en cualquier parte del mundo.