Oficina de Vinculación con Graduados

Alejandra Pineda
graduados@uca.edu.sv 

Conexiones que resuenan, una ingeniera empoderada

 

Su pasión por la ingeniería eléctrica, enfrentar desafíos en una sociedad en constante cambio y abrir puertas para las mujeres en un campo dominado por el género masculino son solo algunas de las experiencias compartidas por la ingeniera Ingrid de Mendoza.

 

Decidió inscribirse en la UCA para estudiar ingeniería industrial, debido al prestigio de la Universidad. Sus dos hermanos mayores habían elegido otra universidad, y recordaba que les había llevado mucho tiempo completar sus estudios, en parte debido a los frecuentes cierres de la Universidad de El Salvador. Sin embargo, su hermano mayor, un ingeniero electricista con once años de diferencia, le dio un sólido consejo: “La UCA es la universidad a la que deberías asistir”. Siguiendo su recomendación, Ingrid presentó su solicitud de ingreso a la Universidad.

 

“En ese momento, no habían charlas de orientación vocacional, pero en gran medida, fui guiada por la experiencia de mi hermano, que ya era ingeniero electricista, y por el prestigio de la UCA”. Comenzando su travesía universitaria en el campo de la ingeniería industrial, una elección que encajaba con su formación previa en un bachillerato de orientación comercial. Sin embargo, con cada paso que daba en los pasillos de la UCA, su interés se desviaba hacia la fascinante disciplina de la ingeniería eléctrica. Tras completar el primer ciclo de estudios, tomó la decisión de cambiar de rumbo y abrazar la senda de la ingeniería eléctrica. Este giro en su camino fue impulsado por la admiración que sentía al observar a su hermano ejerciendo como ingeniero electricista. 

 

Principales desafíos y superación

A pesar de su firme decisión de seguir la senda de la ingeniería eléctrica, se enfrentó a desafíos significativos durante su carrera universitaria en una sociedad donde el acceso a la educación superior era limitado y, además, marcado por la guerra civil. 

 

El costo de la carrera universitaria fue uno de los desafíos más inmediatos que enfrentó y gracias a la cuota diferenciada establecida por la UCA, pudo costear sus estudios, lo cual no solo alivió la presión financiera, sino que también le brindó la oportunidad de concentrarse en su crecimiento académico y profesional; permitiéndole continuar sus estudios con un pago mensual de 75 colones, una cifra que, aunque modesta en ese momento, representaba un respaldo invaluable.

 

Superar el proceso de admisión para estudiar en la UCA fue otro desafío. Con determinación y dedicación, logró no solo ingresar a la Universidad, sino también destacarse académicamente, enfrentando con éxito los exámenes y demostrando su capacidad para sobresalir en un entorno académico exigente.

 

La Ing. Ingrid de Mendoza en su oficina en Energía del Pacífico. Foto: cortesía

Participación femenina en la ingeniería eléctrica 

Desde que se graduó, ha sido testigo con agrado del incremento de las mujeres en el campo de la ingeniería eléctrica, en las visitas de grupos de jóvenes de la Universidad a la planta de Energía del Pacífico donde actualmente labora, ha notado un aumento significativo en la participación femenina; en grupos de 20 estudiantes, la presencia de siete u ocho mujeres es ahora común, este cambio refleja una dinámica más equitativa en la participación de género, marcando una diferencia notable en comparación con épocas anteriores.  

 

 

La ingeniera de Mendoza considera que esta evolución no solo indica un cambio de mentalidad hacia la ingeniería eléctrica, sino también una mayor cantidad de oportunidades laborales tanto para hombres como para mujeres; subraya la importancia de continuar fomentando un ambiente inclusivo y equitativo en el campo de la ingeniería, alentando a más mujeres a explorar y prosperar en esta área profesional.

 

Amplia trayectoria profesional

Su inicio en el mercado laboral se marcó por su participación en el programa “Estudiante Becario” de la Compañía de Alumbrado Eléctrico (CAESS), donde pudo sumergirse en diversas áreas de la empresa durante 18 meses, y tuvo la oportunidad de aprender cada día. 

 

“Al inicio de mi carrera, cuando estaba de estudiante becaria en CAESS, realizando un proyecto de reconversión de voltaje de 4.1 Kv a 23 Kv en la fábrica MONERVA en la Colonia Costa Rica, me subí al techo, junto a la cuadrilla, y me caí al pararme en una lámina falsa. Afortunadamente, no tuve lesiones importantes, pero me hizo entender lo importante que es la seguridad al realizar el trabajo y las consecuencias que se pueden tener al cometer errores. Esto me ayudó a enfocarme mucho más y ser más cuidadosa en las actividades a realizar para desempeñar mi trabajo”.

 

Su experiencia inicial la llevó a trabajar en proyectos de electrificación rural con una empresa privada del sector energético. Posteriormente, se unió a la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL) donde participó en la planificación y rehabilitación del sistema de transmisión y distribución nacional después del conflicto armado en 1991. La supervisión de estas obras hasta su operación marcó un período significativo y desafiante en su carrera profesional que contribuyó al restablecimiento de la infraestructura eléctrica del país.

 

Luego, se unió a una empresa consultora estadounidense, Harvard Engineering Company, supervisando la ejecución de planes de rehabilitación. Esta etapa no solo enriqueció su experiencia en planeación, sino también en la supervisión y ejecución de proyectos. Posteriormente, trabajó en el área de planificación comercial, durante 19 años, en la Distribuidora de Electricidad DELSUR, donde contribuyó en la elaboración de estudios para la aprobación por parte del ente regulador de cinco pliegos tarifarios quinquenales.

 

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La Ing. Ingrid de Mendoza en la planta de Energía del Pacífico en Acajutla, Sonsonate. Foto: cortesía

Menciona con particular aprecio su participación en procesos de licitación para proyectos solares, eólicos y de gas, que han contribuido significativamente al panorama energético del país. Este periodo consolidó su experiencia en el sector y la preparó para su rol actual como Directora de Operaciones Comerciales en Energía del Pacífico.

 

Para la profesional en energía eléctrica es gratificante ver proyectos planificados convertirse en realidad, con impactos tangibles en la sociedad como la incorporación del gas natural en la región, un combustible menos contaminante y más confiable. 

 

Además, destaca la urgencia de implementar medidas específicas para impulsar la inclusión de mujeres en roles de liderazgo dentro de la industria de la energía. Su perspectiva y experiencia en liderar procesos de inclusión de género hace que resalte la importancia de abordar el desafío desde el momento de la contratación, señalando un aspecto crucial en la redacción de perfiles de trabajo, donde a menudo se utilizan términos como “ingeniero” de manera excluyente, esta práctica, ya sea intencional o no, puede desmotivar a las mujeres a postularse. 

 

Para ella este enfoque integral no solo se limita a la contratación, sino que abarca a la retención y promoción de mujeres en la empresa, mencionando que “en primer lugar permitir el trabajo híbrido, es decir permitir la flexibilidad de horario y trabajo desde casa, esto demostrará que las mujeres podemos ser igual o más eficientes con esta flexibilidad que permita atender las responsabilidades en el hogar, al mismo tiempo que realizamos nuestro trabajo profesional”.

 

Su etapa de estudiante

Evoca sus días en la UCA, resaltando la intensidad de los estudios, con catedráticos que le prepararon para los retos profesionales, pero además recuerda con cariño que durante el Mundial de 1982, compartió la emoción del campeonato en la cafetería universitaria con sus compañeros. La solidaridad y el estudio constante definían sus jornadas, desde el amanecer hasta que el sol se ocultaba entre los laboratorios, aulas y la biblioteca. Con nostalgia hace memoria que en esa época, la informática se basaba en Fortran y tarjetas perforadas; no existían teclados, y describe el proceso desafiante de enviar y procesar tarjetas para programas, evidenciando la evolución de la tecnológica desde entonces. 

 

Para Ingrid de Mendoza, es importante cultivar la formación continua en toda carrera, completó una Maestría en Administración de Empresas con Especialidad en Finanzas Empresariales en el Instituto Superior de Economía y Administración de Empresas (ISEADE), esta elección le permitió trabajar y estudiar simultáneamente, adaptándose a sus compromisos laborales, “nunca se debe dejar de aprender, cada día hay algo nuevo, por lo que el aprendizaje continuo es indispensable para el desarrollo profesional y para hacer más eficiente el trabajo a desarrollar”.

 

El dominio del idioma inglés también se convirtió en una prioridad, reconociendo su importancia en un entorno laboral globalizado. Subraya que, a lo largo de los años, ha experimentado cambios significativos en la industria energética y valora la necesidad constante de aprender y adaptarse a las innovaciones. En su perspectiva, nunca se debe subestimar el deseo de adquirir nuevos conocimientos para mejorar continuamente los procesos.

 

¿Qué consejo daría a los jóvenes profesionales?

Primero, recalca la importancia de reconocer la propia capacidad y superar la tendencia perfeccionista al aplicar para puestos, aconseja a las mujeres ser más audaces, atreverse a postularse incluso si no cumplen todos los requisitos y no temer a expresar sus ideas y reclamar posiciones.

 

Enfatiza la necesidad de planificar a largo plazo y establecer metas claras y recomienda definir objetivos profesionales y personales, identificando las habilidades necesarias para alcanzarlos. “Utilicen toda la información que ahora se encuentra disponible de forma gratuita y en las redes para seguir aprendiendo, vean los ejemplos de lo que se ha desarrollado en otros lugares o países para identificar nuevas oportunidades de desarrollo, y al final  preparen un plan de carrera o de desarrollo personal e identifiquen qué acciones deben realizar ahora para llegar al lugar en donde quieren estar en 2, 5, 10 años y más”.

 

También aconseja buscar un mentor o mentora, participar en programas de mentoría.  Finalmente,  remarca la relevancia de la educación continua y el aprendizaje constante, alimentando a la juventud a estar al tanto de las oportunidades, participar en eventos, capacitaciones y aprovechar las redes profesionales para avanzar en sus carreras.