Instituto de Derechos Humanos de la UCA

Que la indiferencia no prevalezca

15/05/2024

Editorial Idhuca

En los últimos meses hemos visto cómo alcaldías, con el respaldo implícito de un gobierno central, despojan de sus medios de vida a vendedores y vendedoras que encuentran en el trabajo informal su sustento.

Para nadie es un secreto que el Plan de Revitalización del Centro Histórico, en la capital salvadoreña, ha implicado el desplazamiento de muchos vendedores que han tenido que moverse forzosamente, aunque el discurso oficial diga lo contrario. 

Según la última encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop), el 70 % de las personas encuestadas dijo tener temor de hablar sobre el régimen de excepción. Y es que esta medida ha sido una de las más utilizadas por los cuerpos de seguridad para amedrentar a los y las comerciantes, según consta en varios testimonios de personas que sí se han atrevido a hablar.

En medio de una crisis económica, de una canasta básica encarecida y de un alto costo de la vida, la realidad nos muestra personas con su venta decomisada, con sus negocios destruidos, quemados, desalojadas, despojadas, desesperadas, aún más empobrecidas. Personas a quienes se les trata como estorbo, porque al parecer su existencia y necesidad de supervivencia chocan con una fachada que quiere retratar un país que no es.

Personas a quienes se les achaca no contar con permisos ambientales, para tener sus negocios, cuando son las grandes empresas las que destruyen ecosistemas y contaminan nuestros bienes y afectan nuestra salud y la de nuestras comunidades, nuestras playas, nuestros lagos e impiden su acceso. 

¿Qué tipo de país estamos construyendo si no nos importa qué le pasa a la otra persona a quien se le quita su medio de subsistencia, a quien se le quita el medio para darle de comer a su familia? 

Construyamos un país donde la solidaridad sea nuestra forma de relacionarnos, donde la indiferencia no sea la guía, donde busquemos la prosperidad pero sin que esto signifique sacrificar el bienestar de tantas familias.

Solo respetando la forma de vida de las demás personas lograremos tener el país que soñamos y merecemos.