Editorial Idhuca
¿Cómo te sentirías si tu hermana, papá, mamá u otro familiar tuyo muere, sin saber realmente lo que pasó, por qué sucedió ni quién le quitó la vida? ¿Cómo te sentirías si muchos años después, aún sin tener respuestas, te dicen que ya no importa? ¿Que tu búsqueda “perdió vigencia”?
Hay tantas familias en nuestro país que siguen en la búsqueda de sus seres queridos desaparecidos, en búsqueda de sus restos. Hubo personas que ante la presencia y el acoso del ejército salvadoreño, en el marco del conflicto armado, y debido a que no contaban con los insumos necesarios para alimentarse, fallecieron por inanición y desnutrición; otras tantas, fallecieron por minas dejadas por el ejército y que por las condiciones existentes no hubo oportunidad de darles una adecuada sepultura.
Muchas víctimas que han padecido los horrores de la tortura y que han intentado continuar sus vidas pese a tanto sufrimiento.
Otras que han tenido que vivir con dolor de perder a un ser querido, de escuchar que se niegan los hechos, de ver cómo se van acumulando las injusticias y muchas otras que siguen sin respuestas para poder sanar y encaminarse a la dignificación y obtención de la verdad y la justicia.
Sin ese cierre, no es posible sanar heridas ni encaminarse a la dignificación y obtención de la verdad y justicia. Por eso, como Instituto de Derechos Humanos de la UCA reafirmamos nuestro compromiso de acompañar a las víctimas en la búsqueda de sus seres queridos, brindando acompañamiento legal, psicosocial.
Hoy seguimos manteniendo presente a las víctimas del conflicto armado y reafirmamos que la necesidad de cerrar un ciclo de duelo y encaminarse a la dignificación, paz y reconciliación no pierde vigencia.
Es importante que como sociedad, al igual que las instituciones del Estado, mantengamos viva la memoria y pongamos en el centro a las víctimas que a más cuarenta años siguen sin justicia. En esta reivindicación se vuelve fundamental la participación de comités de víctimas y de memoria histórica, al igual que de la Fiscalía General de la República, Policía Nacional Civil y del Instituto de Medicina Legal.
Para avanzar al país que merecemos necesitamos respetar y honrar la vida de tantas y tantos que padecieron las crueldades de una guerra y de muchas personas y familias que aún siguen sufriendo. Por eso es fundamental que la Asamblea Legislativa discuta y apruebe una ley de justicia transicional.
Seamos todo, menos olvido.