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El informativo semanal Proceso sintetiza y selecciona los principales hechos que semanalmente se producen en El Salvador. Asimismo, recoge aquellos hechos de carácter internacional que resultan más significativos para nuestra realidad. El objetivo de Proceso es describir las coyunturas del país y apuntar posibles direcciones para su interpretación.
Su producción y publicación está a cargo del Centro de Información, Documentación y Apoyo a la Investigación (CIDAI) de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” de El Salvador. Por favor, asegúrese de mencionar Proceso al utilizar porciones de esta publicación en sus trabajos.
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Año 25
número 1125
Diciembre 7, 2004
ISSN 0259-9864
Editorial: Cuatro desafíos
Editorial: La fácil y difícil Navidad Meditación cristiana
Política: Escenarios de enfrentamiento político
Economía: El papel de las instituciones en una economía dolarizada
Regional: Una confabulación que costó caro
Derechos Humanos: El Salvador ante la Corte Interamericana
Comentarios: ¿A qué país nos llevan?
Cuatro desafíos
Entre otras cosas, diciembre es —o debería ser— un mes de balances. Balances de lo que se hizo o se dejó de hacer en el año que está por terminar, pero también de lo que queda pendiente como reto ineludible para el futuro. Esto no sólo es válido a nivel individual o personal, sino a nivel social, económico y político. Desde este último punto de vista, es indiscutible que, como país, El Salvador tiene una serie de desafíos pendientes, que en algún momento deberán ser asumidos tanto por sus élites como por la sociedad, puesto que, de lo contrario, el deterioro social y cultural seguirá su marcha inexorable. Son muchos y complejos los desafíos que el país tiene ante sí, como tareas pendientes; sin embargo, en aras de priorizar aquello que es fundamental, es oportuno llamar la atención sobre cuatro desafíos de primera importancia.
1. La reconciliación con el pasado. Ciertamente, no es fácil para una sociedad
enfrentarse a un pasado de dolor y sufrimiento. Tampoco es fácil hacer públicas
las responsabilidades por ese dolor y sufrimiento, sobre todo cuando quienes los
provocaron o fueron cómplices de los victimarios se han labrado una imagen de
personas honestas y comprometidas con la democracia. Con todo, la dignificación
de las víctimas es crucial para construir una sociedad verdaderamente
democrática. Si en El Salvador no se dignifica a las víctimas del terror estatal
y paramilitar de los años ochenta —lo cual pasa por el reconocimiento público de
la identidad de los responsables de ese terror, el reconocimiento público de la
inocencia de las víctimas y la debida reparación para estas últimas o sus
familiares— la mentira y la manipulación seguirán siendo la moneda de uso
corriente en los distintos ámbitos de la vida social, económica y política.
2. Unos partidos políticos comprometidos con el bien común. Este es un desafío
que no puede ser eludido, si lo que se pretende es construir, sobre bases
sólidas, un ordenamiento democrático. Es claro que lo se ha tenido hasta ahora
ha sido un ejercicio político partidario centrado en intereses particulares, sin
visiones de conjunto y de largo plazo. En el caso de ARENA esto es más que
evidente: amarrado a los grupos de poder económico más influyentes, lo que menos
ha hecho desde 1989 es gobernar para todos los salvadoreños. Gracias a ARENA, El
Salvador —sus bienes y recursos públicos— se ha convertido lentamente en
patrimonio de un grupo de empresarios cuya voracidad, ahora como en el pasado,
no tiene límites. Aunque el término parezca anacrónico, una nueva oligarquía
controla el país; hace y deshace a su antojo en materia legal, medioambiental y
económica… Y todo ello con la complacencia de un aparato estatal hecho a su
medida. En el caso del FMLN, las cosas no son mejores. No está amarrado a grupos
de poder económico, como ARENA, pero sí lo está a sus atavismos ideológicos, a
sus prácticas antidemocráticas y a sus viejos liderazgos. Como resultado de ello,
el FMLN ha fracasado en su cometido de ofrecer a la sociedad salvadoreña una
propuesta de gestión gubernamental que, además de ser una alternativa a la
gestión de la derecha, sea viable, realista y creíble.
Tanto el FMLN como ARENA han traicionado a la sociedad. Sobran quienes dudan de
que algo bueno pueda salir de estos dos partidos políticos; hay razones de peso
para alentar este pesimismo. Empero, precisamente por el fracaso de ambos
partidos de cara a los intereses de la sociedad, urge una revisión a fondo no
sólo de su desempeño o de sus estructuras internas, sino del modo cómo se
relacionan con grupos de presión externos. Mientras no aparezcan en el horizonte
otras opciones políticas capaces de relevar al FMLN y ARENA, estos dos partidos
deben encarar su deslucido anclaje social y hacer algo por salir de sí mismos —y
de los intereses particulares que los tienen amarrados— para ser capaces de
atender a los problemas más globales de El Salvador.
3. El combate de la corrupción. La corrupción es un mal que carcome las
distintas esferas estatales. Su impacto no sólo es económico —por los montos de
lo robado o malversado—, sino moral, pues el comportamiento del funcionario
corrupto puede terminar por convertirse en modelo de conducta para el resto de
la sociedad. Obviamente, para combatir la corrupción se debe comenzar por
conocer su magnitud, así como sus mecanismos de ejercicio y propagación. Y aquí
es mucho lo que hay que hacer. Apenas se tiene una noción muy vaga —focalizada
en algunos casos que de vez en cuando se suelen destapar— de la magnitud de la
corrupción. Cuando estos casos han salido a relucir, se han conocido nada más
unos cuantos hilos de la complicidad que los cobijó y los hizo posible, pero sus
mecanismos más profundos —seguramente porque involucran a gente poderosa— han
quedado en la oscuridad. Existen múltiples sospechas fundadas de actos de
corrupción que no se investigan: por ejemplo, el presunto enriquecimiento
ilícito del ex presidente Cristiani o el presunto financiamiento taiwanés a la
última campaña electoral de ARENA. Por decencia, más que por conveniencia
política, la corrupción debe ser combatida; este es un consenso básico que todos
los salvadoreños deberíamos compartir. Mientras este consenso no exista, siempre
habrá quienes amparen a quienes, escudados en el poder que les ofrece su cargo,
se aprovechen de los recursos que son de todos.
4. Una sociedad conciente de sus derechos y responsabilidades. Este desafío, al
igual que los anteriores, es complejo, pero no por eso deja de ser impostergable.
Si la sociedad salvadoreña no asume con seriedad y determinación la defensa de
sus derechos —que es su primera responsabilidad—los abusos y la prepotencia de
los poderosos seguirán golpeándola inmisericordemente. La pasividad social sólo
favorece a quienes, desde el poder económico y político, no tienen más intención
que aprovecharse de la sociedad. Esa pasividad debe ser revertida: la
recomposición de los vínculos organizativos y el compromiso público deben
convertirse en los ejes principales de la reconstitución de un tejido social
roto por la pobreza, la marginación, los abusos de poder y la violencia.
La fácil y difícil Navidad Meditación cristiana
La Navidad da que pensar. Puede ser algo muy hermoso y muy humano, pero puede ser también algo trivial y hasta inhumano. Y esa ambigüedad es más clara precisamente porque se trata, no de cualquier nacimiento, sino del de Jesús de Nazaret.
* * *
Es cosa buena celebrar la vida que comienza. Aun con todas las dudas que plantea
al recién nacido y a la comunidad que lo acoge, la alegría está justificada. De
ahí, la intuición certera de rodear de celebraciones el nacimiento de Jesús en
la liturgia y en la vida real. Y por cierto, por mucho que se empeñen los
liturgistas, dicho con humor,el nacimiento de Jesús es una fiesta más
“naturalmente” alegre que su resurrección. Y es que la “resurrección” es
plenitud de vida más allá de la historia, pero nadie la ha experimentado. La “Navidad”,
sin embargo, es, desde siempre, vida y ternura —dolor también a veces— que todos
hemos experimentado.
Por eso el que a un tal José y a una tal María les naciera un niño no necesita
explicación, provoca alegría y mueve a la celebración. Es el eterno milagro de
la vida. Nace un ser humano, abierto a amar y a pensar, a comprometerse y a
crear, a sufrir y a gozar. Aunque también será tentado a cerrarse en sí mismo, a
renegar de lo humano... Todos entendemos esto.
Celebrar Navidad debiera ser, pues, cosa fácil, pero no lo es sin más. Los seres
humanos podemos estropearlo todo, aun lo más profundo y bello, y lo hacemos. Dos
cosas estropean la Navidad.
La primera es —como siempre— el dinero. El consumismo nos pone en el centro de
la Navidad el dinero, y eso genera un dinamismo que a lo largo de la historia ha
ido cambiando —hasta degenerarlas— las formas de celebración. Ahora veneramos a
un Santa Claus —bonachón, vendedor de ilusiones infantiles, todo hay que decirlo,
que alguna necesidad llena—, pero al servicio del dinero. Queda para los templos,
y en algunos hogares, recordar una tradición más ancestral y más humana: el
nacimiento, bella idea que se le ocurrió a Francisco de Asís, enamorado de lo
humano y de la ternura primordial de la vida. Hoy, para el pobre José, la pobre
María y el pobre Jesús no hay lugar en los supermercados. No sabrían qué hacer
en ellos. No son los símbolos que venden. Y dígase algo parecido de la belleza
de un árbol, su verde color, la esbeltez de su figura, que han acabado
convertidos —y a buen precio— en estante para regalos, para quienes pueden
comprarlos.
La segunda es más grave: la crueldad humana que perdura en Navidad. Es la
antiNavidad. En estos mismos días se anuncia la existencia de 42 millones de
enfermos de sida, el 60% en Africa subsahariana, de los cuales el 75% son
mujeres, y solamente el 7% tiene acceso a tratamiento. Y nada se diga de la
hipocresía cruel del árbol que se enciende en la Casa Blanca. Qué nobles
sentimientos evocará, a qué nobles pensamientos dirigirá las mentes cuando en
Irak han muerto más de 100.000 personas es pregunta más que cínica. Y entre
nosotros, ¿qué dicen los árboles de Navidad sobre los trescientos homicidios al
mes, y los quinientos salvadoreños y salvadoreñas que cada día intentan
abandonar el país? No es tan fácil celebrar Navidad. Lo dijo Monseñor Romero, en
palabras memorables, en la última Navidad que celebró:
Es hora de mirar hoy al Niño Jesús no en las imágenes bonitas de nuestros
pesebres. Hay que buscarlo entre los niños desnutridos que se han acostado esta
noche sin tener que comer, entre los pobrecitos vendedores de periódicos que
dormirán arropados de diarios allá en los portales. Entre el pobrecito lustrador
que tal vez se ha ganado lo necesario para llevar un regalito a su mamá o, quién
sabe, el vendedor de periódicos que no logró vender los periódicos y recibirá
una tremenda reprimenda de su padrastro o madrastra. ¡Qué triste es la historia
de nuestros niños! Todo eso lo asume Jesús esta noche! (24 de diciembre de
1979).
* * *
Y si ese niño creció y llegó a ser Jesús de Nazaret, ¿es más fácil o más difícil
celebrar la Navidad? Aquí el problema es más hondo, pues, sepámoslo o no,
encontrarnos con Jesús, es enfrentarnos con nosotros mismos, qué somos, qué
queremos ser, qué debemos ser —preguntas esenciales ciertamente para un creyente.
Y para todo el mundo. Si Navidad es la aparición de lo verdaderamente humano,
significa enfrentarnos a nuestro mundo con honradez, alegrarnos con sencillez de
lo bueno que tenemos y avergonzarnos sin disimulo de los males que hacemos.
Jesús nos confronta con nosotros mismos. ¿Es fácil o difícil?
Dostoievski, el gran novelista ruso, vio que no era nada fácil y así lo narró en
su novela Los hermanos Karamazov. En ella Jesús se le aparece al cardenal
arzobispo de Sevilla, que era gran inquisidor. Hablan los dos, y al fin el
cardenal le dice: “Señor, no vuelvas”. Y no le faltaba razón.
Y es que, por una parte, Jesús decía cosas que asustan a muchos humanos: “¡ay de
ustedes los ricos, ya han disfrutado a costa de obreros y campesinas!”. “¡Ay de
ustedes escribas y fariseos. No son más que hipócritas, aunque salgan en las
primeras páginas de los periódicos y los condecoren los gobiernos”. Y otras
cosas duras para todos: “si tu ojo te es ocasión de escándalo, arráncatelo”. No
es fácil dejarse encontrar por Jesús de Nazaret.
Pero, por otra y más importantemente, Jesús hacía cosas que animan y humanizan,
a los pobres sobre todo, y a todo el mundo, a condición de “ser humildes y
sencillos, de ser honrados y no engañarse”. Así, fácil es en Navidad aceptar que
del lejano horizonte de nuestros deseos se ha acercado a nosotros un ser humano
cabal. Siempre recibió a los sencillos, pobres, pecadores, niños y mujeres.
Siempre consoló a viudas, leprosos, marginados por la religión. Siempre dio
esperanza a oprimidos por el poder y emigrantes y extranjeros. Siempre hizo el
bien, y no por obligación, o por obediencia, ni por deseo —vanidoso— de
sobresalir, sino porque es bueno hacer el bien, porque así es Dios. Siempre tuvo
un tiempo para hablar con ese Dios, con respeto y disponibilidad, pero nunca con
miedo sino con gozo.
¡Pobre arzobispo de Sevilla que tenía miedo de que se le acercase Jesús! Dándole
la vuelta a ese miedo, Leonardo Boff, de cuya pluma han salido páginas muy
bellas sobre Jesús de Nazaret, escribe: “en contacto con Jesús, cada uno se
encuentra consigo mismo y con lo que de mejor hay en él: cada cual es llevado a
lo originario”. Es la Navidad feliz.
Quedemos, pues, en que la Navidad es difícil y fácil. En elegir una u otra cosa
está en juego nuestra fe. Con o sin lucecitas, con o sin cohetillos, con o sin
un buen pavo —y ojalá haya luces, cohetes y pavo para los pobres, y ojalá no
haya exceso de carnes y licores extranjeros para los ricos— tenemos que elegir
entre el gozo o el miedo que trae Jesús. Algunos ni siquiera piensan en eso, con
lo cual ya han elegido. Navidad es como la Champion o un viaje de compras a
Miami o un safari —para los màs pudientes.
Para otros es la aparición de la bondad en nuestro mundo, como la bondad de Ita
y Maura, Dorothy y Jean, a quienes recordamos estos días, quince años después de
su mayor testimonio de amor.
“Ha aparecido la benignidad de Dios entre nosotros”, dice la liturgia de estos
días. “Así de humano sólo puede ser Dios”, dice Leonardo Boff.
¿Es fácil o es difícil celebrar la Navidad? Mucho depende de nosotros.
JON SOBRINO
Escenarios de enfrentamiento político
Ya se han empezado a presentar las encuestas de opinión pública sobre el desempeño del gobierno de Saca en sus primeros seis meses. Por lo que apuntan los primeros resultados, el presidente ha tenido buena aceptación por parte de los salvadoreños. Alguien puede preguntar perfectamente de qué sirve tantas encuestas, en la medida en que no existe ninguna ventana institucional para que el resultado de éstas puedan influir en la organización política del país. Sin embargo, si bien que se trata de un tema espinoso, el rol de las encuestas en la democracia moderna, cuyo abordaje no se hará en este espacio, no cabe duda que los políticos toman esta nueva herramienta y, más en un sistema presidencial donde el presidente detenta una gran cuota de poder político.
El papel de las instituciones en una economía dolarizada
El pensamiento económico neoclásico ha sostenido que el mercado actúa de mejor manera cuando no existe una intervención estatal e institucional, es decir, que la organización de los factores de producción, capital y trabajo, operan con eficacia únicamente bajo las fuerzas de la oferta y la demanda. Sin embargo, pensar que la eficiencia y la productividad del mercado se alcanzan sólo con capital físico, humano y tecnológico es tener una visión parcializada de la realidad económica.
Una confabulación que costó caro
Los aires triunfales con que el gobierno de El Salvador apoya la candidatura del ex presidente Francisco Flores a la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) tienen más de un flanco débil y uno de ellos es el apoyo del entonces gobernante al efímero gobierno de facto del empresario venezolano Pedro Carmona.
El apoyo de Flores a los golpistas que sólo duraron un día en el poder volvió a
salir como una piedra en el zapato en sus pretensiones de llegar a la OEA,
cuando el ex canciller mexicano Jorge Castañeda afirmó que un grupo de
gobernantes —entre ellos, el propio Flores— intentó fraguar el reconocimiento
internacional para los golpistas venezolanos.
El Salvador ante la Corte Interamericana
Recientemente la Corte Interamericana de Derechos Humanos se pronunció sobre las excepciones preliminares en el caso de las hermanitas Ernestina y Erlinda Serrano Cruz contra el Estado de El Salvador, acusado de violar derechos humanos de las víctimas y de sus respectivas familias. Este es el primer caso salvadoreño que llega ante este tribunal interamericano, y por lo mismo, representa un acontecimiento histórico en el ámbito jurídico nacional.
Como hemos mencionado en ocasiones anteriores, las hermanitas Serrano Cruz
fueron capturadas y desaparecidas a partir del 2 de junio de 1982, quienes en
aquella época contaban con 7 y 3 años de edad, respectivamente. Del delito se
acusa a elementos del Batallón Atlacatl del ejército salvadoreño, quienes
desarrollaban en esas fechas un operativo militar conocido como “Operación
Limpieza” o “la guinda de mayo”, el cual se llevó a cabo, entre otros, en el
municipio de San Antonio de la Cruz, departamento de Chalatenango, desde el 27
de mayo hasta el 9 de junio de 1982. En dicho operativo participaron miles de
efectivos militares. Desde esa fecha, los familiares desconocen el paradero de
las hermanas, pese a los esfuerzos que han realizado por encontrarlas ante
diversas instancias judiciales.
La familia Serrano Cruz ha contado con el apoyo de la Asociación Pro Búsqueda de
Niñas y Niños Desaparecidos, junto a quienes han tocado diversas puertas, tanto
en el ámbito nacional como en el extranjero. El caso fue llevado a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y dicha entidad decidió, luego de varios años
y de intentos fallidos por persuadir a las autoridades salvadoreñas para
investigar el caso, trasladar finalmente el expediente ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, en donde recientemente se llevó a cabo la
audiencia decisiva acerca de estos hechos.
En dicho foro, los representantes de la cancillería salvadoreña y sus asesores
intentaron por todos los medios que el caso no fuera analizado por el tribunal
mencionado. Para ello, recurrieron al uso de las denominadas “excepciones
preliminares”, que son una especie de objeciones de forma que eventualmente
pudieran impedir que la Corte Interamericana conozca de un caso específico.
Básicamente, el Estado salvadoreño alegó que la Corte era incompetente en razón
del tiempo, ello porque alegaban que los hechos dieron inicio antes del 6 de
junio de 1995, fecha en que El Salvador aceptó someterse ante la jurisdicción de
la Corte Interamericana. También argumentaron que lo anterior llevaba a la
imposibilidad de que la Corte pudiera señalar violaciones a los derechos humanos
en el presente caso y consideraron algunas otras excepciones de menor
envergadura, que no merecen ser comentadas desde este espacio.
Evidentemente, tanto la Comisión Interamericana como los representantes de las
víctimas se opusieron al referido planteamiento. En su dictamen, la Corte
Interamericana dictó un fallo dividido; de esta forma aceptó de manera limitada
los postulados estatales, pero aceptó conocer el caso en cuestiones que tienen
que ver con la denegación de justicia. Concretamente, El Salvador será juzgado
por las violaciones a los derechos de Garantías Judiciales y Protección
Judicial.
De manera textual, la Corte Interamericana dijo lo siguiente:
“Por otra parte, la Comisión ha sometido al conocimiento de la Corte diversos
hechos relacionados con una alegada violación a los artículos 8 (Garantías
Judiciales) y 25 (Protección Judicial) de la Convención, en relación con el
artículo 1.1 (Obligación de Respetar los Derechos) de la misma, que
supuestamente habrían ocurrido con posterioridad al reconocimiento de la
competencia del Tribunal y que tienen lugar en el marco de las investigaciones
penales realizadas a nivel interno para determinar lo sucedido a Ernestina y
Erlinda Serrano Cruz. La Comisión expresamente señaló que hay “hechos y efectos
posteriores a la fecha de reconocimiento de la competencia de la Corte por el
Estado salvadoreño” que “permanecen”, se “repiten” y “tienen comienzo” y
“ejecución” con posterioridad a la referida fecha de aceptación de la
competencia de la Corte por el Estado. Según la Comisión “[h]ay actuaciones
judiciales completamente independientes, nuevas decisiones de archivar, cerrar
causas judiciales, decisiones de reabrir, conducir actuaciones judiciales como
simples formalidades, […] hostigamiento a testigos o a familiares de las
víctimas” y una “actitud permanente por parte del Estado de no permitir el
restablecimiento de la identidad de las niñas”. La Comisión agregó que las
“actuaciones realizadas respecto a este caso por las autoridades salvadoreñas de
procuración de justicia estuvieron orientadas a sembrar dudas sobre la propia
existencia de las [niñas]; a incriminar a la familia por su supuesta
colaboración con la guerrilla del FMLN; e incluso modificar el testimonio que
había brindado la señora María Esperanza Franco de Orellana ante la jurisdicción
interna”.
Entre los hechos alegados por la Comisión, que supuestamente tendrían relación
con la violación a los artículos 8 y 25 de la Convención, cabe señalar, inter
alia, los siguientes: el 13 de noviembre de 1995 la madre de las hermanas
Serrano Cruz interpuso un recurso de exhibición personal ante la Sala de lo
Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador, el cual fue
resuelto mediante decisión de 14 de marzo de 1996; la resolución emitida el 19
de abril de 1996 por el Juzgado de Primera Instancia de Chalatenango; el 27 de
mayo de 1998 el Juzgado de Primera Instancia de Chalatenango ordenó archivar el
expediente penal; y el 17 de mayo de 1999 fue activado el proceso penal.
Al respecto, al alegar la violación a los artículos 8 y 25 de la Convención, los
representantes también señalaron que algunos de los hechos denunciados
ocurrieron con posterioridad al 6 de junio de 1995, tales como: la presentación
del recurso de exhibición personal el 7 de noviembre de 1995, la emisión de la
sentencia por la Sala de lo Constitucional de El Salvador el 14 de marzo de
1996, y las diligencias efectuadas en el proceso penal 112/93 “que tienden a la
obstrucción y atraso del proceso, incluyendo el cierre de la investigación en
dos ocasiones: el 16 de marzo y el 27 de mayo de 1998”.
La Corte considera que todos aquellos hechos acaecidos con posterioridad al
reconocimiento de la competencia de la Corte por El Salvador referentes a las
alegadas violaciones a los artículos 8 y 25 de la Convención, en relación con el
artículo 1.1 de la misma, no están excluidos por la limitación realizada por el
Estado, puesto que se trata de actuaciones judiciales que constituyen hechos
independientes cuyo principio de ejecución es posterior al reconocimiento de la
competencia de la Corte por parte de El Salvador, y que podrían configurar
violaciones específicas y autónomas de denegación de justicia ocurridas después
del reconocimiento de la competencia del Tribunal.
Con base en las anteriores consideraciones, la Corte desestima la excepción
preliminar ratione temporis interpuesta por el Estado para que la Corte no
conozca de los hechos o actos acaecidos con posterioridad al 6 de junio de 1995,
relacionados con las alegadas violaciones a las garantías judiciales y a la
protección judicial, consagradas respectivamente en los artículos 8 y 25 de la
Convención, en relación con el artículo 1.1 de la misma”.
Este fallo constituye un verdadero triunfo para los derechos humanos de las y
los salvadoreños y es el primer paso en firme que las víctimas han dado ante la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, que sin duda no será el último. ¡Enhorabuena!
¿A qué país nos llevan?
Presentamos a continuación un pronunciamiento de la UNION
DE JÓVENES EN CONTRA DEL TLC, facilitado por el “Colectivo Utopía”.
Comentarios
¿A qué país nos llevan?
En este diciembre de 2004 se está viviendo una etapa vital para el futuro de
nuestra nación. De esta coyuntura depende el avance, estancamiento o retroceso
de nuestro desarrollo humano, económico y social. Dentro de un corto tiempo,
ARENA estará tratando de sellar la venta de nuestro país a Estados Unidos a
través de la alianza formada por los diputados de derecha para ratificar el
Tratado de Libre Comercio (TLC).
Ya la mayoría de personas organizadas en el movimiento social: estudiantes,
sindicatos, feministas, religiosos, ecologistas, ONG, FMLN, entre otros,
conocemos y sabemos de los impactos negativos que este tratado trae: incremento
de la pobreza, destrucción de la agricultura y el medioambiente, mayor
explotación laboral para todos y todas, etc.
Por esto, hoy no nos enfocaremos en desenmascarar las mentiras del TLC. Nuestro
mensaje va directamente a la población y a los diputados. Es un llamado para que
el pueblo se una en la resistencia y lucha para evitar la ratificación del TLC;
y para que los diputados no lo aprueben.
En primer lugar, hacemos un enérgico llamado a toda la población salvadoreña a
que no se deje engañar viendo o escuchando a los mal llamados medios de
comunicación social que, como sabemos, son irresponsables al no cumplir con su
propósito de informar de manera objetiva, veraz e imparcial lo que acontece
alrededor de este tema llamado TLC.
Instamos a todo el pueblo, a que se una a la lucha que todas las organizaciones
políticas y sociales de izquierda estamos librando actualmente; lucha que será
ganada con el apoyo de toda la sociedad civil, así como se ganó la batalla para
evitar la privatización de la salud.
No nos estamos oponiendo a hacer negocios o comerciar con otros países del mundo.
Eso sería imposible y contraproducente para el país. Sí nos oponemos a una
negociación que se está llevando a cabo únicamente bajo un punto de vista
empresarial y no de nación. Nos oponemos a un tratado de comercio injusto, que
empobrecerá más a los más pobres y hará caer en la pobreza a quienes todavía no
son pobres.
¿Por qué decimos esto? Porque desde el inicio, las conversaciones acerca del TLC
fueron hechas de manera inconsulta, a espaldas del pueblo. Se negoció, consultó,
concertó y decidió con los grandes empresarios y no con una muestra
representativa de líderes o representantes legales del campesinado, trabajadores
y trabajadoras de maquilas, de la micro y pequeña empresa, mujeres jefas de
hogar, etc. Es por ello que no es de sorprenderse el hecho de saber quiénes son
los beneficiados con la ratificación del tratado. El beneficiado será el mismo
Bloque Hegemónico Empresarial que ha dominado nuestra economía durante años.
Como jóvenes, estudiantes universitarios y de secundaria, vemos con clara
incertidumbre y poco entusiasmo nuestro futuro laboral. Tenemos claro que los
empleos prometidos con el TLC son indignos e inhumanos, yendo esto en detrimento
de nuestro desarrollo humano, de nuestra salud física, mental y espiritual.
Este incierto futuro laboral viene a ser abonado por nuestro mediocre sistema
educativo (nuestro país es de los que menos invierte en educación, según datos
de la CEPAL) que, de ser ratificado el TLC, corremos un mayor riesgo de que sea
privatizado. Si esto sucede, aumentaría la deserción de los centros educativos y
por lo tanto la delincuencia, el trabajo infantil, la prostitución, la
desintegración familiar. En fin, una multiplicación de todos los males sociales
que actualmente padecemos, lo que a todas luces, desembocaría en una mayor
oleada de emigrantes hacia el norte. Como jóvenes estudiantes universitarios y
de secundaria nos hacemos la siguiente pregunta: ¿De dónde saldrán los empleos
prometidos? Nos han vendido el cuento que de la inversión extranjera que vendrá
al país una vez entre en vigencia el Tratado. Pero sabemos que esto es mentira.
Según datos de hace un año de CEPAL y PROESA, la inversión extranjera se ha
disminuido de manera alarmante. Por más propaganda que haga ARENA, no somos una
nación atractiva para los empresarios extranjeros, no tenemos mano de obra
calificada, ni seguridad social, ni buenas condiciones de infraestructura.
Por más que trate el partido en el gobierno de mermar estos “indeseables”
atributos económicos sociales que poseemos los salvadoreños, a través de la
dolarización, plan súper mano dura, construcción de carreteras, anillo
periférico, etc. no lo ha logrado. Lo único que trajo la dolarización fue
desempleo, mayor emigración, disminución de la capacidad de compra de la
población, el país compra más de lo que vende, se ha incrementado la deuda
externa e interna, etc. El plan súper mano dura no ha funcionado tampoco, prueba
de ello son los 300 homicidios al mes que se cometen en el país. Igualmente,
tratar de mejorar la infraestructura es bueno, pero sin que esto suponga el
deterioro al medio ambiente, exponiendo así a la población a catástrofes
naturales, derrumbes, deslizamientos de tierra, inundaciones, etc.
Como jóvenes universitarios y de secundaria también nos formulamos otra
interrogante: ¿cómo es posible ver con buenos ojos un TLC, el cual, en un primer
momento, reduce y luego elimina aranceles, disminuyendo así el ingreso de dinero
a las arcas del Estado? Nos salen con la excusa de hacer cumplir las leyes de
una reforma fiscal la cual no es integral. Pero, ¿qué tan completa es esta
reforma fiscal? A nuestro juicio nos parece maliciosa, insuficiente e injusta.
Es más, es una reforma —aparte de inconsulta— criticada por los mismos actores
de derecha a quienes les afecta: ASI, ANEP, CASALCO y otras, que propusieron
cambios en la propuesta y fueron lejanamente escuchados. No existe unión ni
consenso al interior de la derecha salvadoreña. Hay indicios de divorcio entre
el Ejecutivo y varios sectores de la Empresa Privada. ¿De dónde, pues, se sacará
el dinero necesario para la inversión social, teniendo en cuenta el nivel de
endeudamiento que ya posee el país? ¿Qué empresa estará dispuesta a invertir si
en verdad lograran aplicar esta Reforma Fiscal? Qué grandioso fuera que las
empresas extranjeras invirtieran en el país y cumplieran las leyes laborales y
tributarias nacionales. Pero, como es bien sabido, no lo hacen y no lo harán
nunca, ya que esto va en contra de los principios empresariales y capitalistas
que rigen el modelo neoliberal, en donde obtener una mayor rentabilidad al menor
costo posible es lo esencial.
Nuevamente, hacemos un llamado, en primer lugar a la población en general para
que no se deje engañar y tome una postura en contra del TLC, una postura basada
en sus derechos. En segundo lugar, a las instituciones que de una forma u otra
tienen influencia en grandes sectores de la población y que no se han
pronunciado en contra del TLC, para que cumplan la labor de concientizar a la
mayoría de la gente a que se unan a la lucha contra la ratificación del TLC,
entiéndase: Iglesias, sindicatos, movimientos estudiantiles, ecologistas,
feministas, Procuraduría para la defensa de los Derechos Humanos, campesinos,
asociaciones profesionales, Corte Suprema de Justicia, gremiales de maestros,
etc. Finalmente hacemos un especial llamado a los diputados de la Asamblea
Legislativa: A la fracción del FMLN para que se mantenga firme en su lucha
parlamentaria contra el TLC. Nosotros estamos con ustedes y ustedes se deben a
nosotros.
A la fracción del CDU: para que mantengan su postura coherente en este tema
luchando parlamentariamente en beneficio del pueblo salvadoreño. A las
fracciones del PDC y PCN, para que por primera vez voten pensando en los
intereses del pueblo y no en los propios ni en los del gran capital salvadoreño,
teniendo presente las consecuencias nefastas que la ratificación del TLC
conlleva.
San Salvador, 8 de diciembre de 2004
UNION DE JÓVENES EN CONTRA DEL TLC.
El siguiente texto es un documento firmado por el ciudadano salvadoreño John
Nasser Hasbún, presidente del Comité de Solidaridad con el Pueblo Palestino.
Comentario
La lucha del pueblo palestino continúa
La lucha del pueblo palestino no termina con la muerte de Yasser Arafat. La
lucha del pueblo palestino continuará hasta alcanzar su máxima aspiración, la
cual constituye el reconocimiento de su territorio libre e independiente con su
capital Jerusalén.
Desde que fue creado el Estado de Israel el 14 de mayo de 1948 por Naciones
Unidas, al pueblo palestino se le han venido violentando sus derechos una y otra
vez sin que la comunidad internacional concrete los esfuerzos de paz que ha
venido realizando.
El pueblo de Palestina merece un mejor destino el cual se ha venido retrasando
debido a muchas razones, siendo la principal la múltiple violación a los
derechos humanos.
La muerte misteriosa del máximo líder del pueblo palestino pone en el tintero
muchas preguntas ¿Quién será su sucesor? ¿Logrará cohesionar a todo su pueblo? ¿Podrá
la comunidad internacional continuar con los esfuerzos para la creación de un
Estado Palestino? ¿Continuará el gobierno de Israel masacrando a un pueblo que
lucha por su independencia? De momento, es difícil encontrar una respuesta
satisfactoria a cada una de estas interrogantes.
El 14 de mayo de 1948, el mundo fue testigo de la decisión repulsiva de las
Naciones Unidas, cuyo efecto sigue aún padeciendo el pueblo palestino. Cuando
esta organización internacional avaló quizá, al proyecto más injusto de toda su
historia, selló su destino también como cómplice de las vicisitudes del pueblo
palestino. Amparado en el simple argumento de que el pueblo de Israel necesitaba
tener un territorio, condenó a todo un pueblo a una de las mayores tragedias
colectivas del siglo XX.
A más de cuatro décadas de lucha por la liberación, es verdaderamente indignante
que a un pueblo que lucha por su liberación se le acuse de terroristas;
terroristas son aquellos que oprimen y niegan el derecho a la existencia a
millones de seres humanos; terroristas no se les puede llamar a aquellos que el
14 de mayo de 1948 fueron expulsados de sus territorios, (de sus casas, sus
parcelas, sus fuentes de ingreso), convirtiendo a todo un pueblo pacífico en
refugiados y lo peor de todo en extranjeros en su propia tierra.
El presidente de la autoridad nacional palestina ha muerto físicamente, pero su
lucha continúa en el pueblo palestino, en las nuevas generaciones que siguen su
lucha por la independencia. También, sobrevive Abou Amas, en la nueva generación
que ya ha recogido el testigo para seguir luchando a favor de la dignidad de su
pueblo. Las generaciones de palestinos nacidos en el exterior, como por ejemplo
los salvadoreños de origen palestino, también sentimos que esta es nuestra lucha
porque desde donde estamos somos luchadores de los derechos no sólo del pueblo
palestino, sino también somos luchadores de los derechos de nuestro país El
Salvador.
JOHN GERARD NASSER
Tel: +503-210-6600 ext. 407, Fax: +503-210-6655 |
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