© 1996 UCA Editores
año 17 número 714 junio 19 1996 ISSN 0259-9864 De pruebas y testigos Peligrosas tendencias hacia el desequilibrio macroeconómico Difícil situación de los recursos naturales: el problema del agua Avances y limitaciones de la Integración Centroamericana Sondeo nacional sobre la percepción infantil hacia los agentes de seguridad pública Otra bomba de tiempo De pruebas y testigos La Policía Nacional Civil tiene varios casos abiertos donde se comprueba la falta de investigación. En aquellos casos donde aparecen policías como sospechosos, lo único que parece interesarle es la exoneración de tales agentes. Esto se puede comprobar en uno de estos casos, ocurrido a comienzos del año pasado. La víctima es un joven estudiante, cuyo cadáver apareció en un barranco, en Los Planes de Renderos, y los sospechosos, seis policías destacados en Panchimalco. El director de la Policía Nacional Civil respira tranquilo porque no existen pruebas ni testigos que incriminen a sus subalternos. Por otro lado, éstos pasaron la prueba del polígrafo que, con todo y ser muy inexacta, los exoneraría de toda responsabilidad. Pareciera, pues, que como no hay pruebas ni testigos, tampoco habría crimen o, dicho de otra manera, como los principales sospechosos no han podido ser incriminados hasta ahora, la policía no puede hacer otra cosa que esperar a que el caso se olvide como tantos otros. La policía no muestra interés mayor en esclarecer el crimen toda vez que ha podido librar de la justicia a los agentes acusados. Es comúnmente aceptado que a la policía le corresponde una función bastante más activa en la investigación del crimen. Ninguna policía seria se sienta a esperar a que las pruebas y los testigos aparezcan, sino que los busca de forma activa. Obviamente, ni el criminal se presentará por voluntad propia a declarar ni las pruebas le caerán sobre el escritorio al director de la policía o, para el caso, al ministerio público, que también está obligado a investigar el crimen. Lo menos que pudiera hacer el ministerio público y la policía es aclarar las circunstancias del asesinato. Para el Ministro de Seguridad, la causa de la muerte fueron golpes fuertes producidos en una caída libre de once metros. El informe forense apunta a que la víctima fue atropellada y lanzada al barranco donde fue encontrada por el impacto. Según la Fiscalía, el asesinato ocurrió en un sitio diferente a donde fue encontrado el cadáver. La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos afirma que el cadáver presentaba traumatismos que ocasionaron fracturas causadas en vida. La familia insiste en que se trata de un asesinato y en que la víctima mostraba señales de tortura. De todas estas versiones, las más probables son las dos últimas. En cualquier caso, lo menos que se debe hacer ante versiones tan diferentes es establecer las circunstancias del asesinato. Con semejantes deficiencias de la policía, de los forenses y de la fiscalía no es extraño que no haya pruebas. La confusión da buen resultado cuando se quiere evitar el esclarecimiento del crimen, práctica en la cual los funcionarios públicos demuestran ser maestros. Nadie debe extrañarse tampoco por la ausencia de testigos. Las garantías personales que ofrece el director de la policía no tienen ninguna credibilidad después del tratamiento que dio a la testigo de las actividades de la sombra negra en San Miguel. Al igual que en el pasado, la testigo se volvió acusada, en lugar de agradecer su testimonio y brindarle protección fue discriminada y hostigada hasta el punto de obligarla a abandonar la Policía Nacional Civil y el país. Caso similar parece ser el del agente de la Unidad de Mantenimiento del Orden que acusa a dos colegas de haber asesinado a otros dos agentes, cuyos cadáveres fueron encontrados al borde de una carretera, y de haber herido gravemente a un tercero. El testigo ha sido tratado como enfermo mental e intentaron impedirle declarar ante los medios de comunicación. Mientras tanto, en oriente, la policía le negó a una madre información sobre las circunstancias en que murió su hijo, también policía. Un funcionario que permite o incluso participa de estos atropellos no debiera esperar la colaboración de testigos. En realidad, no está interesado en encontrar testigos que señalen a los criminales. Por eso, las revelaciones sobre el presunto grupo de universitarios que habría colocado las dos bombas dirigidas contra un ex presidente han sido recibidas con escepticismo. Pese a las explicaciones de la policía y a la supuesta evidencia que vincularía a los estudiantes con las bombas, el resultado de la investigación no convence. Hace poco, la misma policía anunció un plan terrorista para evitar la privatización de ANTEL. Según dicho plan, habría tomas de edificios y rehenes, protestas y paros violentos. Sus protagonistas serían el FMLN y los sindicatos. Pero casi inmediatamente después de hecho el anuncio, la policía comenzó a recular, advirtiendo que carecía de pistas, que se trataba de información no confirmada. En lugar de investigar, la policía parece preferir la guerra psicológica, dedicándose a una actividad más propia de las agencias de inteligencia. Así, en lugar de informar y aclarar, la policía tergiversa y confunde. La no investigación del crimen por parte de la policía y del ministerio público es la mejor garantía para la proliferación de la impunidad. Del ministerio público y del sistema judicial no se puede esperar gran cosa de momento, pues no han sido debidamente depurados y las leyes no han sido convenientemente reformadas; pero de la policía podríamos esperar mucho más en cuanto a investigación y credibilidad. Peligrosas tendencias hacia el desequilibrio macroeconómico Una de las tendencias económicas más notables de los últimos meses ha sido la disminución de las tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), especialmente por las reacciones que ello ha suscitado en los círculos empresariales y políticos, pues en realidad existen otras tendencias negativas. La atención puesta en el comportamiento del PIB ha desviado la atención de otras variables macroeconómicas que también dan cuenta del "estado de salud" de la economía, tales como la balanza comercial, los precios, balance de las finanzas públicas y tasas de interés. Después de casi media década de crecimiento económico aún pueden detectarse los mismas desequilibrios que impulsaron al primer gobierno del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) a desarrollar un plan de "estabilización y ajuste económico". Hasta ahora los grandes desequilibrios han podido ser sobrellevados sin mayores traumatismos por el intenso flujo de recursos externos; y ello porque las medidas de política económica implementadas desde 1989 han mostrado una clara inefectividad para consolidar la estabilización de los precios y reducir los déficits de los sectores externo y público. Adicionalmente, el comportamiento del sistema financiero se ha convertido en un freno para la inversión debido al incremento de las tasas de interés. A continuación se busca argumentar que, además de los menores niveles de crecimiento, los indicadores económicos de corto plazo ofrecidos por el Banco Central de Reserva (BCR) evidencian la permanencia de la tendencia hacia los desequilibrio macroeconómicos. Para ello, se revisa el comportamiento de la producción, precios, sector externo, sector público y sector monetario-financiero. Hasta el mes de marzo de 1996, el Indice de Volumen de la Actividad Económica (IVAE) (base 1990=100) habría alcanzado un nivel de 154.9 lo cual implicaría un incremento de 4.5% en relación al mismo mes del 1995. Este nivel de crecimiento sería inferior al experimentado entre los meses marzo/1994 y marzo/1995 cuando este alcanzó un nivel de 7.4%. Los sectores económicos que han experimentado los mayores niveles de crecimiento son, en su orden: financiero, transporte, agropecuario y electricidad; en cambio los sectores manufactura, comercio y construcción han experimentado severas contracciones en su tasa de crecimiento. El comportamiento de los precios hasta el mes de abril mostraría una relativa estabilización en relación a los últimos meses de 1994, cuando se registró un rebrote inflacionario. Es así que para el mes de abril/96 se registró una inflación de 0.4%, mientras que para marzo/95 y marzo/94 se reportaron niveles de 0.6 y 0.9 por ciento, respectivamente. En lo tocante a la balanza comercial, datos del BCR dan cuenta que hasta el mes de abril de 1996 se había alcanzado un nivel de exportaciones de 617.7 millones de dólares, mientras que las importaciones alcanzaron los 1,053.4 millones de dólares, lo cual implicaría que el déficit de la balanza comercial habría alcanzado los 435.7 millones de dólares. Aún así, entre abril/95 y abril/96 se ha reportado una disminución del 2.9% en el déficit de la balanza comercial atribuible principalmente a una disminución en el ritmo de crecimiento de las importaciones y un leve incremento de las exportaciones. El sector que habría mostrado mayor capacidad de generación de exportaciones ha sido la maquila, pues esta generó cerca de un 70% del incremento de las exportaciones entre el período en estudio. Sin embargo, al mismo tiempo estimuló un incremento de las importaciones equivalente a cerca de un 40% de sus importaciones. La composición de las importaciones, por otra parte, muestra una reducción de la participación de los bienes de consumo y de los bienes de capital acompañada de un incremento de las importaciones de bienes intermedios y de maquila. El déficit en las finanzas públicas, por su parte, aún permanecía para el mes de abril pasado cuando alcanzaba un nivel de 328.8 millones de colones, a diferencia del mismo mes de 1995 cuando se reportó un superávit de 30.3 millones de colones. La evolución de los gastos durante el primer cuatrimestre del año es lo que explica el incremento del déficit, ya que éstos se han incrementado en 29.7% entre abril 1995 y abril 1996, lo cual fue suficiente para superar el crecimiento absoluto de los ingresos. Cabe señalar que los ingresos fiscales han experimentado un crecimiento apreciable durante los últimos meses, principalmente por efecto del incremento de las recaudaciones por concepto de Impuesto al Valor Agregado e Impuesto sobre la Renta. En el campo monetario y financiero ha sido el incremento de las tasas de interés activas el elemento que más destaca al examinar el comportamiento de las variables monetarias. Asimismo, es digno de mencionar la disminución experimentada por las tasas de crecimiento del crédito. Por ejemplo, entre mayo de 1995 y mayo de 1996 las tasas de interés activa a mediano plazo (aplicables a préstamos) pasaron de 20.16% a 24.35%; es decir, un incremento absoluto de 4.19 puntos porcentuales. Por su parte, las tasas pasivas a 180 días (pagadas a los depósitos de ahorro) pasaron de 12.94 a 13.96 para un incremento absoluto de 1.02 puntos porcentuales. Evidentemente, lo anterior se ha traducido no sólo en un mayor costo del dinero, sino también en un incremento de la diferencia entre tasas activas y pasivas (4.17 unidades) y de los márgenes de utilidad de los intermediarios financieros. Por otra parte, el crédito otorgado por bancos y financieras se expandió a una tasa menor a la observada para períodos previos. Entre abril de 1994 y abril de 1995, el crédito se expandió en un 34.7%, mientras que -entre el último mes y el de abril de 1996- lo hizo en sólo 14.6%. Esta situación es resultado de las restricciones monetarias impuestas por el gobierno desde mediados del año pasado y que se han prolongado aún para los primeros meses de 1996. La información anterior muestra que una evaluación de la economía arroja graves cuestionamientos en prácticamente todos los ámbitos. El crecimiento económico se ha visto limitado por la reducción de la actividad de los sectores comercio y construcción; sin embargo, ha sido el descollante comportamiento del sector financiero el que ha atenuado las presiones hacia la disminución en la tasa de crecimiento. La reducción del crédito, aunque ha contenido la inflación, está estrangulando el crecimiento económico de los sectores productivos (agropecuario y manufacturero), al igual que las elevadas tasas de interés cobradas por las instituciones financieras. El déficit en la balanza comercial, aunque se redujo levemente, continua presentándose como uno de los problemas de política económica más difíciles de resolver por la baja capacidad de respuesta de las exportaciones. La maquila tiene un papel ambivalente en la balanza comercial, pues aunque genera exportaciones también genera importaciones que reducen su efecto final sobre la reducción del déficit comercial, mientras que las exportaciones tradicionales y no tradiciones muestran bajos niveles de crecimiento. Pese a la retórica oficial, puede notarse que el déficit fiscal aún presenta niveles suficientes para ser considerado al momento de diseñar la política económica. Esto es así por la continua expansión del gasto que practica el gobierno, pese a que el control del gasto público figura como uno de sus principales objetivos en materia de política fiscal. En general, el panorama coyuntural de la economía podría caracterizarse por una reducción del crecimiento económico aparejado a una permanencia de los desequilibrios fiscales y de la balanza comercial. Ello llama nuevamente la atención sobre la dependencia de los recursos externos y de la inefectividad de los programas de "estabilización y ajuste" implementados desde 1989. Difícil situación de los recursos naturales: el problema del agua Durante mucho tiempo se ha pretendido ignorar, por parte de los gobiernos de turno y la población en general, el problema del medio ambiente en nuestro país, y los efectos reales que este puede originar y ya está originando. A falta de una preocupación sincera y global por proteger los escasos recursos que todavía quedan, no se diga por un afán de recuperar los que aún no se han perdido irreversiblemente, existe la falsa idea de que el desastre ecológico es una realidad por venir -por ello asunto de las futuras generaciones-, y no algo que deba ser enfrentado ahora. El problema ambiental es una realidad actual, cuyas repercusiones alcanzan no sólo a las generaciones venideras, sino también a las actuales. Sirvan de muestra de la magnitud del problema los siguientes datos: cada año desaparecen aproximadamente 4 mil 500 hectáreas de bosque producto de la urbanización y la tala de árboles con fines comerciales, agrícolas y de uso doméstico (tómese en cuenta que la tasa de reforestación ronda las 560 hectáreas por año, de las cual menos del 60 por ciento fructifica); en tan sólo 40 años se generó el 67 por ciento de la deforestación del país; únicamente un 12 por ciento de El Salvador posee cobertura boscosa, de la cual, según el Programa Salvadoreño de Investigación sobre el Desarrollo y el Medio Ambiente, habría que restar un 6 por ciento compuesto por vegetación arbustiva y cultivos de café; se estima que en 26 años la población total del país se duplicará, en 8 las zonas boscosas habrán desaparecido y antes del 2020 los mantos acuíferos se agotarán. Los efectos que acompañan a esta realidad ambiental son muchos, pero centrémonos ahora en uno en especial: la escasez del agua. Como es evidente, la calidad y la cantidad de agua con que se cuenta para suplir el servicio depende directamente de la preservación de la vegetación y las áreas boscosas, el caudal y la pureza de los ríos y la precipitación pluvial de la estación de lluvia de todos los años. Si a los datos de deforestación ya presentados se añade el hecho de que más del 60 por ciento de los ríos del país han sido declarados "muertos" (sin posibilidad alguna de explotación) o poseen un elevado grado de contaminación, es evidente que la situación ha pasado hace mucho tiempo de ser preocupante a ser gravísima y desastrosa. Muestra de ello es el hecho del permanente estado de racionamiento del servicio de agua potable que experimentan gran parte de los salvadoreños. Contrario a las declaraciones de ANDA, la escasez del líquido obedecería más al acelerado agotamiento y contaminación de sus fuentes naturales, que a problemas técnicos y de conexión. Puesto que de no ser así, tendría ANDA que explicar cómo es que supuestas tareas de reconexión y mantenimiento que exigen la suspensión temporal del servicio hacen casi permanente la falta de un servicio ininterrumpido en la mayoría de barrios y colonias de clase media y baja. El intento de justificar la mala calidad del servicio de agua potable desde aspectos puramente técnicos y económicos (superables de una forma u otra a corto o mediano plazo) estaría obviando la causa más estructural del problema, por ello la más difícil y cara de solventar. No hace falta ser alarmista, la realidad ya lo es en suficiente grado, para prever los dramáticos efectos sociales que el próximo agotamiento de los mantos acuíferos traerá consigo. Como un posible adelanto de ellos basta recordar el violento enfrentamiento entre la Policía Nacional Civil y un grupo de pobladores del municipio de San Ramón, Cuscatlán, que se oponían a que el manantial de su lugar de residencia fuera utilizado por ANDA para abastecer a cuatro poblaciones vecinas. El resultado de la situación: un antimotín lesionado, tres pobladores arrestados y cerca de una docena de ellos afectados por los gases lacrimógenos; su origen: la obcecada determinación de un grupo de pobladores de no compartir con nadie un recurso de por sí escaso. Muestra de que esta situación no es un caso aislado, sino la generalización de un problema, es que las disputas en torno a la posesión y derecho de uso de los manantiales de agua potable son cada vez más frecuentes (véanse los casos del "Pescadito de Oro" en Sonsonate y el de la usurpación de la Zona de Recarga El Playón). Como se ha visto, el problema ambiental, lejos de ser algo que aguarda amenazador en un futuro lejano, es una realidad a la cual tuvo que habérsele buscado solución hace mucho tiempo atrás. El olvido y el desinterés por sanearla empiezan a dar sombríos frutos. La hora cero del medio ambiente en El Salvador, y con ella la de los salvadoreños, está a punto de llegar. Su retraso, o cuando menos la disminución de la magnitud de sus consecuencias, dependerá de la implementación de un plan global y técnicamente acertado de reforestación y protección de los recursos naturales; de la aprobación sin postergaciones de una Ley Ambiental que responda realmente y sin matizaciones a la situación del país; y de una inversión seria, por parte del gobierno y la empresa privada, en el medio ambiente salvadoreño, es decir, en la viabilidad del país. Avances y limitaciones de la Integración Centroamericana El camino de la Integración Centroamericana constituye uno de los procesos de mayor duración en la historia de América Latina. Pero no es nuestro interés remontarnos a los primeros encuentros efectuados en aras de la integración del istmo, sino que el mismo se centra en señalar lo acontecido en los últimos años, para analizar los avances experimentados hasta nuestros días y, al mismo tiempo, señalar las limitaciones o puntos pendientes que debe realizar Centroamérica en su camino hacia la integración. Algunos analistas han llamado la "Nueva Integración" al esfuerzo realizado por los países centroamericanos en los últimos años. Justamente, a partir de 1990, se inicia un nuevo tipo de integración regional. Por lo demás, la integración, según ha afirmado la CEPAL, va "más allá de los temas puramente económicos, como lo revela la constitución del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), encargado de coordinar los diversos componentes (económico, político, social y cultural)". Avances y limitaciones Entre los avances que ha experimentado el área centroamericana cabe destacar los siguientes: a) en el campo de las importaciones, las mismas pasan de $ 4,291 millones en 1990 a $ 6,213 millones en 1994. Por su parte, se incrementó el volumen de las exportaciones dentro de la región del Mercado Común Centroamericano: de $ 798 millones en 1990 a $ 1,463 millones en 1994; y b) en 1993 las exportaciones dentro de la región llegaron a representar el 24% del total de exportaciones de nuestros países. Otro de los avances experimentados por la región ha sido la firma del Tratado sobre Seguridad Democrática en Centroamérica, firmado en Tegucigalpa, en 1995, con claros reparos de Costa Rica y Panamá, que abogaron por reducir las fuerzas armadas y los presupuestos militares. Asimismo, pese a los esfuerzos que se han venido realizando en materia de seguridad y que apunta a considerar a la región como un lugar donde imperen la paz, libertad, democracia, desarrollo y el respeto a los derechos humanos, cabe destacar que todavía falta mucho oir hacer para que desaparezcan ciertas prácticas en donde existe abuso de poder y actos de corrupción, al igual que actos violatorios de los derechos humanos por parte de las autoridades. A ello se añade un clima de inseguridad ciudadana que refleja la incompetencia de los gobiernos para combatir la delincuencia y el crimen organizado. En lo que se refiere a las limitaciones del proceso de integración, es importante señalar que, pese a que se firmó un acuerdo en la Cumbre de Tuxtla Gutiérrez I, en enero de 1991, y que la fecha establecida para alcanzar las metas previstas fue el 31 de diciembre de 1996, las mismas distan mucho de haber sido alcanzadas, y nada garantiza su cumplimiento en el futuro inmediato. Incluso se distorsionó el espíritu de Tuxtla I, cuando se posibilitó que algunos países negociaran bilateralmente; este fue el caso, por ejemplo, Costa Rica, que suscribió un tratado con México desde el 1 de enero de 1995. Otro punto pendiente que es también una limitante en materia de integración es lo referente al comercio dentro de la región y las exportaciones a terceros países que enfrentan graves problemas en las aduanas, lo que demanda una interconexión vial, integración de puertos y la modernización de las aduanas con normas más o menos armonizadas. Actualmente, en lo que atañe a transporte, la región centroamericana se encuentra en una gran desventaja, precisamente porque -en comparación con otras regiones- se encuentra por debajo de los estándares mundiales. Con respecto a los problemas de aduanas, se debe buscar armonizar los sistemas centroamericanos con los mejores del mundo, justo porque en nuestras aduanas se tardan entre ocho horas y dos días para dejar pasar a un furgón, mientras que en otros países dicho trámite se hace en menor tiempo. Centroamérica se encuentra con otro gran reto a realizar: este consiste en la mejor manera de orientar la integración de modo que la misma apunte hacia la conservación ecológica. Este ha sido un compromiso firmado por los presidentes de la región en lo que se llamó La Alianza para el Desarrollo Sostenible, acordada en Managua, en 1994. Empero, hasta este momento, no se está dando respuesta a tal problema de manera eficiente. Asimismo, en la XX Reunión de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), celebrada en Panamá y que concluyó el pasado 14 de junio, organismos de cooperación internacional como la Unión Europea (UE), Holanda, países escandinavos, México y Estados Unidos darían a Centroamérica unos 400,000,000 millones de dólares en los próximos tres años para programas de conservación de la biodiversidad. Mientras tanto, el gobierno mexicano comunicó su decisión de ofrecer al istmo el 20% de la factura petrolera que paga a ese país para proyectos de conservación ambiental. Estas ayudas se invertirán en la conservación de bosques a través de un "corredor biológico" que se extenderá desde México hasta Panamá. Y, según afirmó el Ministro de Ambiente y Energía de Costa Rica, René Castro, se pretende que esta área cubra una superficie de dos millones de hectáreas. Pese a lo apuntado, es importante señalar que los esfuerzos anteriores no son suficientes para solucionar el problema de la conservación del medio ambiente, sino que se debe tomar conciencia y medidas en torno a la contaminación que genera la basura, el plástico y otros materiales que no son biodegradables, los cuales están ocasionando enfermedades respiratorias a la población expuesta al humo. Adicionalmente, la producción y contaminación de la basura tiende a afectar los mantos acuíferos; y esa contaminación en su gran mayoría es provocada por las grandes fábricas que forman parte del sector industrial. Además de la necesidad de ejercer un control sobre la fábricas que producen desechos tóxicos, es inexorable regular el desmedido crecimiento de la construcción de viviendas que se ha llevado consigo gran parte de los bosques o áreas que pudieran haberse considerado como reserva ecológica. Para terminar, en el camino de la integración centroamericana no debe olvidarse la lucha contra la erradicación de la pobreza que crece cada día más en la región. Justamente, porque la solución que se ha impuesto a los países nuestros no es la mejor ni mucho menos apunta a solucionar las causas que originaron los conflictos armados en el área es que es necesario corregir el actual rumbo por el que éstos caminan. Según el estudio titulado Pobreza en el Istmo Centroamericano: perspectivas de las mujeres, con la excepción de Costa Rica, más del 70% de la población centroamericana vive en la indigencia. El total de pobres representa un 88% en El Salvador, un 82% en Guatemala, un 79% en Honduras y un 69% en Nicaragua. Más aún, Guatemala y El Salvador en conjunto, representan el 60% de la población pobre de Centroamérica (Proceso, 701). Esto debe de llevar a una reflexión seria a gobernantes, políticos y empresarios, porque los países de la región lejos de resolver su situación en la que se encuentran y encaminarse hacia un desarrollo sostenible, se encaminan hacia una agudización de la pobreza, la cual continuará expandiendo sus fronteras y generando más conflictos sociales. Sondeo nacional sobre la percepción infantil hacia los agentes de seguridad pública Al 46.9 por ciento de los niños salvadoreños le gustaría que los policías o agentes de la seguridad pública fueran amables, según revela un sondeo de opinión realizado por el Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP), de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" (UCA), a pedido de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, a través de la Procuraduría Adjunta de la Niñez y asesorado y financiado por Rdda Barnen de Suecia. La pesquisa, la primera de su clase en El Salvador, fue realizada con el objeto de conocer la forma en que los menores salvadoreños perciben a los agentes de policía y el modelo ideal del agente que ellos quisieran para la sociedad salvadoreña. La investigación de campo se efectuó entre los meses de enero y marzo de 1996, con una muestra nacional de 1,202 menores entre 7 y 18 años de edad, con un error muestral de más/menos cuatro por ciento. La encuesta reveló además que a los niños salvadoreños les gustaría también que los policías fueran tranquilos, respetuosos, capaces y serios, entre otras cualidades. Los resultados del primer sondeo nacional infantil mostraron que difícilmente se puede hablar de una percepción única y coherente para todos o, al menos, la mayoría de los menores salvadoreños, pues cada uno ve al oficial de la seguridad pública desde las posibilidades que le permite su desarrollo y desde su particular posición en la sociedad. Así, se tiene que los niños que viven con sus familias proyectan una visión a veces difusa, a veces incoherente, pero bastante positiva acerca de los policías; por el contrario, el grupo de menores que vive en la calle y los menores recluidos en centros de re-educación (éstos dentro del grupo de niños institucionalizados) se destacaron por un elevado nivel de coherencia en sus respuestas y por una marcada actitud de rechazo hacia los oficiales de la seguridad pública. Algo parecido, pero con menos intensidad, sucedió cuando se examinaron las visiones que tienen los niños en función de la edad: los niños de menor edad presentaron una percepción más difusa y menos basada en contactos directos, más basada en lo que sería el ideal del policía; en cambio, los adolescentes revelaron una imagen menos difusa y más apegada a ciertas experiencias directas o socializadas. Sin embargo, el análisis del sondeo arrojó que en términos del modelo ideal del agente de policía, la mayoría de niños -sean éstos institucionalizados, que viven en la calle, con sus familias, escolares o adolescentes- comparten, de manera general, una visión muy parecida y coherente de lo que quieren que sea un agente de la policía salvadoreña. A continuación, se presentan los modelos de percepción de los niños sobre los agentes de policía. Están basados en un análisis y en un proceso de abstracción de los resultados más importantes del sondeo. Estos modelos agrupan sectores de la población que comparten ciertos patrones de respuestas básicas a la hora de describir a un policía; no son tipologías rígidas y absolutas, sencillamente muestran las características que son más comunes para ciertos sectores infantiles. La visión de los niños de sectores altos y medios De manera general, para los menores que pertenecen a los sectores alto y medios, los agentes de seguridad pública son buenos, trabajadores, inteligentes y valientes; para algunos, lo anterior se complementa con ser contentos, amables y justos; para otros, se complementa con ciertas características negativas: enojados, injustos y pesados. La mayoría de estos niños nunca ha hablado con un policía pero les gustaría hacerlo esencialmente para conocerlos. Son personas que pueden inspirar seguridad, deseo de saludarlos o indiferencia; la mayoría de los niños lo ven como alguien que puede brindar protección. La mayor parte de los menores de estos sectores afirma que nunca ha visto a los policías haciendo cosas indebidas, y tampoco ha visto cuando arrestan a una persona o detienen a un menor de edad. Aquellos que sí han presenciado un arresto o la captura de un menor, los han visto registrando al detenido o golpeándolo. Algunos niños afirmaron que permitirían que un policía entrara a su casa si llegara a investigar o existiera algún problema; pero otros, sobre todo de los niveles más acomodados, no los dejarían entrar por ser desconocidos. No desearían que un familiar fuera policía porque los agentes corren peligro al desempeñar su trabajo. Los niños de estos sectores se sienten a gusto con policías de ambos sexos. La visión de los niños institucionalizados, de familias obreras, marginales y rurales En general, para estos menores, los agentes de seguridad son buenos, trabajadores, inteligentes y valientes; para unos contentos, amables y justos; mientras que para otros enojados, pesados e injustos. Son personas que para unos inspiran seguridad, a otros no les provocan nada y a otros les inspira alegría. Brindan protección; a unos les provoca saludarlos y a otros platicar con ellos. La mayoría de estos niños no ha visto a los agentes haciendo cosas indebidas; buena parte de este tipo de niños no ha visto cuando arrestan a una persona adulta o a un niño, pero entre los que han visto, unos dicen que los registran y otros que les pegan. Según los menores, son personas en las que se puede confiar, por lo tanto, permitirían que un agente entrara a su casa. Algunos sí desearían que un familiar fuera policía porque así darían mayor seguridad, pero a otros no les agrada la idea sobre todo porque consideran que los agentes corren peligro. La mayoría no han hablado con un policía, pero les gustaría hablar con uno de ellos esencialmente para conocerlos y otros porque consideran que son buenos. Los niños de estos sectores se sienten más a gusto con policías del sexo femenino. La visión de los niños de la calle La visión de este tipo de infantes es particularmente distinta al resto. En general, para los niños de la calle, los agentes de la policía son enojados, malos, pesados e injustos; pero al mismo tiempo los catalogan de trabajadores, inteligentes y valientes. Son personas que en ciertas circunstancias pueden proteger; pero por lo general inspiran miedo y deseos de huir. Suelen hacer cosas indebidas: maltratan físicamente; golpean a las personas adultas y a los niños cuando los arrestan o detienen. No son personas de confianza para que entren a una vivienda porque son peligrosos. Tampoco desearían que un familiar fuera policía porque los agentes son personas desagradables. La mayor parte de estos niños ha hablado con un policía y a una parte de ellos les gustaría hablar con un agente para conocerlo mejor, pero a otros no les gustaría conversar con uno de ellos porque son enojados y no muy agradables. Los menores de la calle expresaron una preferencia marcada hacia los agentes del sexo femenino. Si deben lidiar con un policía prefieren que sea mujer porque ellas los tratan mejor y, por tanto, se sienten más a gusto. La visión de los niños de 7 a 12 años Para los niños y niñas de 7 a 12 años los agentes de seguridad son contentos, buenos, trabajadores, amables, inteligentes, valientes y justos; para algunos de los entrevistados los agentes son de aspecto serio y para otros de aspecto alegre. Definidos como personas que provocan deseos de saludarlos y que despiertan interés por platicar con ellos, los policías inspiran seguridad y alegría entre los entrevistados de menor edad. La mayoría de niños pequeños definen a los agentes de policía como personas que brindan protección. La mayor parte de este grupo de niños no ha hablado con un policía, pero sí les gustaría hablar con uno de ellos, sobre todo para conocerlos y porque son personas buenas. Son muy pocos los menores que caen dentro de este grupo de edad que han observado a un policía arrestando a un adulto o a un menores de edad. La visión de los menores de 13 a 18 años Los agentes son para algunos adolescentes de aspecto serio y para otros de aspecto amable. Son personas que a muchos les provocan deseos de saludarlos y a otros les son indiferentes. Inspiran seguridad a unos y son los adecuados para brindar protección. Este grupo de menores no suele hablar con un policía, pero sí les gustaría hablar con uno de ellos. Algunos menores nunca han visto a un policía arrestando a otro menor, otros han visto que cuando les arrestan les pegan y otros dicen que los registran. En general, para los niños y niñas de 13 a 18 años los agentes de seguridad son trabajadores, inteligentes, valientes; pero mientras que para unos son contentos, buenos, amables, justos, para otros son enojados, malos, pesados e injustos. _______________________________________________________________ El policía ideal debe ser una persona amable, que trate bien a la gente; con muy buena formación escolar o académica. Deben conocer los derechos de las gentes y las leyes; su labor esencial debe ser capturar a los ladrones, cuidar y proteger. Su medio de transporte es la patrulla y deben usar como instrumento de trabajo un arma de fuego: fusil o pistola. Para una buena parte de niños y niñas deben haber más hombres policías, pero para otros deben haber de ambos. (gráfico) Otra bomba de tiempo Nuevamente, la nunca resuelta y muy crítica situación carcelaria en el país ha vuelto a ser noticia y ha puesto de manifiesto la imperante necesidad de adoptar medidas urgentes para solucionarla de fondo. De lo contrario, se podrán revivir aquellas escenas que hace más de dos años nos impactaron: personas masacradas, despedazadas entre sí y sus cadáveres lanzados a los camiones que los conducirían a la fosa del cementerio. Eso fue lo que sucedió en el penal de San Francisco Gotera, departamento de Morazán, el 18 de noviembre de 1993; el resultado de esa acción brutal: veintisiete muertos y más de treinta heridos. Ese cuadro u otros peores podrían repetirse en estos días o en el futuro inmediato, de no adoptarse las medidas adecuadas para solucionar la problemática del sistema penitenciario que, en 1994, fue declarado en "estado de emergencia" por la división de derechos humanos de la Misión de Observadores de la Organización de las Naciones (ONUSAL). Desde hace unas semanas, los reclusos que se encuentran en el penal de Santa Ana amenazaron con realizar acciones de protesta para buscar salida a su situación; entre ellas, destacan una huelga de hambre y el impulso de la llamada "ruleta de la muerte". De esta forma, nuestro país sigue siendo un potencial productor de materia prima para favorecer el morboso sensacionalismo de "primer impacto" que explotan los medios y, por ello, no nos deberá resultar extraño que þen cualquier momentoþ aquellos noticieros "amarillistas" de televisión nacionales e internacionales, junto a algunos espacios en la prensa escrita y la radio, vuelven a bombardearnos con lujo de macabros detalles al presentarnos el sorteo diario entre los internos para ahorcar a uno de ellos en la puerta de una celda y las escenas fatales de su ejecución. Esa terrorífica lotería también habría iniciado ya de no haber intervenido en forma directa la procuradora para la defensa de los derechos humanos, doctora Victoria Marina Velázquez de Avilés. Por el momento, son 790 reos de ese penal y varios de sus familiares los que se encuentran en huelga de hambre desde el pasado lunes 17 de junio; según explica el presidente de este movimiento de protesta y ex miembro de la fenecida Policía de Hacienda, Abraham Paniagua, de no resolverse sus demandas la huelga de hambre finalizará el 30 de junio y la "ruleta" comenzará el primer día de julio, para lo cual ya están seleccionadas las primeras víctimas. La suspensión de esta última y extrema medida obedece a los deseos de negociar que dicen tener los internos, quienes expresaron a la señora procuradora sus principales exigencias: agilizar sus procesos judiciales y mejorar las condiciones de vida en que se encuentran, sobre todo en lo que toca al hacinamiento y la mala alimentación. La doctora de Avilés ofreció trasladar esas inquietudes a las autoridades competentes y tratar de que éstas se acerquen al penal. ¨Llegará a feliz término la valiente y atrevida gestión de la señora procuradora? No lo sabemos pero deseamos que así sea. Lo que sí sabemos es que los síntomas de esta grave "enfermedad" que aqueja a la sociedad salvadoreña no son nuevos, pues estas y otras acciones de las personas privadas de su libertad en El Salvador se realizan desde hace mucho tiempo; sin embargo, no se ha hecho nada concreto y efectivo por superar esta alarmante situación. Un ejemplo de ello lo encontramos en el documento que presentó, el 15 de marzo de 1990, la desaparecida Comisión Revisora de la Legislación Salvadoreña (CORELESAL); dicho documento þdenominado "Estudio diagnóstico del sistema penitenciario en El Salvador"þ contenía una descripción detallada de las principales deficiencias detectadas y una serie de recomendaciones puntuales que nunca se atendieron. Ahora, frente a las amenazas de los reclusos en el penal santaneco þcomo antes y en el último momentoþ algunos funcionarios están poniendo el "grito en el cielo", lanzando "patadas de ahogado" para buscar un remedio inmediato y superficial otras rebeliones y la muerte escandalosa al interior de esos centros mal llamados de "readaptación". El problema es que siempre, en casos como éste, en el gobierno nadie asume la responsabilidad que le corresponde y todos prefieren, simplemente, culparse mutuamente cuando lo deseable sería hacer un esfuerzo común por encontrar fórmulas sólidas y duraderas para enfrentar estas situaciones; por el contrario, como es costumbre, en el mejor de los casos sólo se adquieren compromisos formales para buscar salidas coyunturales e inmediatistas, olvidándose de atacar las causas profundas de las situaciones. De esa forma, se deja abierta la posibilidad real de que vuelva a explotar la insatisfacción. En el discurso de su segundo año de gobierno, el presidente Calderón Sol no hizo alusión alguna a la problemática carcelaria del país; únicamente dijo que el Ejecutivo había "creado nuevos mecanismos de cooperación interinstitucional, a fin de que el sistema nacional de justicia adquiera un mayor grado de eficiencia". Palabras vacías del mandatario que no le dicen nada a quienes siguen siendo víctimas del retraso en la tramitación de sus procesos judiciales, la falta de información sobre los mismos y el abandono en esos lugares de encierro inhumano. Y tendría mucho que decir pues esta situación ha puesto en el "banquillo de los acusados" al Ministerio de Justicia, a la Dirección de Centros Penales y a la Asamblea Legislativa, por no tomar en serio las demandas de las y los reclusos. Desde hace varios años, son muchas las llamadas de atención que han lanzado tanto esa población privada de su libertad -la mayoría sin haber sido condenada- como la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y los observadores internacionales, exigiendo tomar de inmediato las medidas pertinentes para evitar nuevas explosiones. Mientras tanto, los sectores gubernamentales simplemente se dedican a aprobar una "Ley transitoria de emergencia contra la delincuencia y el crimen organizado" que sólo está agravando el panorama; a proponer la transformación de antiguos destacamentos militares y escuelas en centros penales; y a reclutar más personal para la vigilancia armada de las y los detenidos. Soluciones cosméticas éstas que se encuentran muy lejos de resolver la crisis en las cárceles pues no dan una respuesta acertada a lo que en realidad está sucediendo, al no atacar las causas de la realidad de esos sitios que þhasta ahora y desde hace muchoþ siguen siendo importantes focos de violencia en sus diversas manifestaciones: la que se vive cotidianamente entre las mismas personas detenidas, la que se ejerce por los vigilantes contra de ellas y los familiares que las visitan, la que se produce cuando se rebelan para protestar por las condiciones en que se encuentran y la que generan al salir, desadaptadas y sin oportunidades para insertarse en una sociedad que las rechaza. Son pocos los días que faltan para que se empiecen a cumplir las amenazas de los reclusos en Santa Ana; es necesario que, antes de ese plazo fatal, se haga algo de lo que no se ha hecho durante los años anteriores para solucionar esta grave situación; de lo contrario, se seguirá manteniendo vivo y creciendo un factor de inestabilidad social que permanentemente contribuye a seguir poniendo en duda nuestra frágil "democracia". Como dijimos en diciembre de 1993, a raíz de los acontecimientos en el penal de San Francisco Gotera, si volvemos a dar vuelta a la página "para olvidarnos de estos hechos y del inhumano sistema penitenciario del país, no será mucho el tiempo que deberá transcurrir para volver a lamentar acontecimientos de este tipo" (Proceso, 590). Cuidado con las cortinas de humo en la PNC Hace unos días llegó a nuestro país el subsecretario de Asuntos Políticos de la ONU, señor Alvaro de Soto, para verificar el estado de los compromisos derivados de los acuerdos de paz que aún están pendientes. Por lo visto, el funcionario viene en un momento muy oportuno, pues en los últimos meses, se produjeron algunos sucesos que provocaron inquietud entre la población salvadoreña. Tal es el caso de las bombas que explotaron en una zona residencial y en el local de una compañía de seguros, así como el incremento de la inseguridad ciudadana, la agudización de la crisis penitenciaria y las continuas críticas que se hacen al accionar de la Policía Nacional Civil (PNC). Lo anterior pone en evidencia lo acertado de muchas de las observaciones hechas por los observadores internacionales en su informe especial presentado en septiembre de 1995. Al parecer, nuestro país no debería dejar de ser observado por la Organización de las Naciones Unidas en el corto plazo, mientras se sigan dando situaciones que revelan la existencia de conductas del pasado que se resisten a desaparecer, lo que pone en peligro los avances conseguidos hasta la fecha y se presenta como una señal de alerta que debe ser considerada seriamente, para evitar que la violencia irracional e incontrolable vuelva a instalarse entre las y los salvadoreños. Sin duda, nuestro proceso de paz es muy frágil como para que no veamos con preocupación esos hechos. Pero la situación alcanza niveles de gravedad, cuando se empieza a sospechar que miembros de la PNC aparecen involucrados en casos de violación a los derechos humanos y la población común cree que es cierto, tal como ha sucedido con la muerte de un miembro de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UNO) de la misma policía, de un estudiante de la Academia de Seguridad Pública y de un menor de edad el pasado 9 de junio. Esos tres cadáveres, tendidos al lado de la carretera, sólo evocaban aquellos trágicos años cuando los "escuadrones de la muerte" se paseaban por todo el país, actuando como dueños y señores de la vida y la integridad física de una población inerme e indefensa ante tales atropellos. Durante los primeros días después de transcurrido el triple crimen, hecho condenable a todas luces, se conoció que un agente de esa unidad especializada de la PNC había involucrado a dos sargentos de la institución en las muertes; pero las autoridades policiales más altas, en lugar de investigar el caso, de inmediato se dedicaron a desacreditar la versión del subordinado al punto de llegar a señalar al denunciante como una persona desquiciada, esquizofrénica; ese atrevido "diagnóstico" lo lanzaron a rodar sin ser profesionales especializados en salud mental, cuando lo indicado era indagar con profundidad los hechos y þcon los elementos de juicio suficientesþ descartar o no la participación de miembros de la institución. Ahora, después de unos días en los que permaneció desaparecido, el agente que se atrevió a declarar lo anterior ya fue presentado ante la opinión pública pidiendo perdón a sus jefes y diciendo que se equivocó. Cierto o no, el problema es que la gente ya le cuesta, cada vez más, creer y tiende a inclinarse mejor a pensar que son "montajes" de aquellos que antes se fabricaban para esconder los males oficiales. Tal como actuaron en este caso los mandos de la PNC, lo único que se logró es aumentar las dudas de la población en torno al sostenimiento de actitudes que intentan encubrir a los responsables de los hechos y así poner en tela de juicio, aún más, la credibilidad de la policía entera. Con la visita del señor de Soto se espera que situaciones como las descritas, en las que se ha infringido la ley y se han cometido otras incorrecciones, se evalúen con seriedad. También es deseable esperar que el Consejo Nacional de Seguridad Pública reciba un impulso para analizar el desempeño del personal de la PNC y, de esa forma, por el bien de todas las y los salvadoreños, se empiece a contribuir en la superación definitiva de conductas institucionales inadecuadas que fomentan la impunidad. Si bien es cierto no se debe hacer señalamientos sin base y de manera irresponsable desde la sociedad civil, es todavía más importante que las altas autoridades policiales y de seguridad pública tomen cartas en estos asuntos con responsabilidad y sean prudentes y objetivos al momento de hacer sus declaraciones, procurando no olvidar que el nacimiento de la PNC se dio por la desconfianza que existía en los anteriores cuerpos que reprimieron y asesinaron sin recibir castigo. De no enmendar el rumbo, no será extraño que el día de mañana se empiecen a escuchar voces pidiendo la desaparición del actual cuerpo de seguridad. Aún es tiempo de modificar los comportamientos de las cúpulas y las bases de la PNC en un esfuerzo por ser transparentes y servir, de verdad, a una población que todavía quiere creer que en este país þdespués de tanto sacrificioþ existe algo bueno. PRESUNTOS TERRORISTAS. Luego de la captura de cuatro sujetos realizada el 15.06, las autoridades están convencidas que descubrieron un violento plan de desestabilización del Estado encabezado por antiguos miembros del Partido Demócrata. A los detenidos se les identificó como Remo Elmer Torres, posible explosivista, Ricardo Nuñez (cooperador intelectual), Zaír Antonio Gálvez (operador) y Félix Boanerges "Chino Vietnam" (operador). A ellos se les atribuye el estallido de un coche-bomba en la residencial Santa Elena y la explosión de una bomba en SISA. Los detenidos formarían parte de un grupo extremista denominado "Voz Popular Revolucionaria del Pueblo", según lo confirmó el 16.06 el subdirector de operaciones de la PNC, Rolando García. Las investigaciones y detenciones las dirigieron miembros de la División de Investigación Criminal (DIC) y el Departamento del Crimen Organizado (DICO). Las autoridades no descartaron que en las próximas horas se produzcan nuevas detenciones, entre ellas, la de un catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador. Un fiscal del caso manifestó que gracias a la colaboración de dos testigos claves se pudo descubrir el plan de desestabilización contra el Estado. "Uno de ellos es testigo presencial de un hecho y el otro es una persona que tenía conocimiento de los atentados debido a que pertenecía a la organización y conocía todos los movimientos". El fiscal manifestó que la organización tenía una serie de planes para continuar con los atentados los cuales serían realizados en forma gradual. "Los primeros señalados fueron los cuatro implicados, aunque hay más personas involucradas", sostuvo. El grupo terrorista había programado otro atentado dinamitero en contra de una empresa multinacional de prestigio, una institución del Estado y Casa Presidencial (DH 17.06 p.16).REACCIONES ANTE CAPTURAS. El diputado del FMLN, Miguel Sáenz, considera que es práctica común que funcionarios de gobierno y ARENA traten de involucrar a la ex- guerrilla en atentados terroristas. "Rechazamos cualquier vínculo. Estamos en contra de esos atentados; por la democratización del país nos movemos en un escenario político", enfatizó. Sobre uno de los detenidos quien afirma haber sido miembro del ERP, Sáenz señala que aunque el sujeto haya formado parte de la guerrilla, no da derecho a crear lazos entre el terrorista y el ahora partido político. El obispo auxiliar de San Salvador, Monseñor Gregorio Rosa Chávez, se mostró insatisfecho con los resultados de la investigación de los atentados. "Hacen falta datos objetivos en la investigación que se está realizando para que hechos tan graves como estos no queden en el misterio y no perjudiquen el proceso de paz", afirmó. Por su parte, Ronal Umaña, Secretario General del PDC, ve con recelo las capturas de los supuestos responsables de actos de terrorismo. "Me parece ridículo que sean ellos. Los panfletos son de demasiado tiempo atrás", afirmó. La tenencia de explosivos, como el C-4 encontrado en las viviendas de los detenidos, no es sinónimo de terrorista, porque muchos delincuentes comunes los poseen. "La conclusión de la policía ha sido muy a la ligera", expresó Umaña. Mientras tanto, el diputado de Convergencia Democrática, Jorge Villacorta, tiene sus reservas sobre las acusaciones de terrorismo impugnadas contra los detenidos. "La misma policía dice que es la primera captura", afirmó. "En todo caso la violencia terrorista no tiene justificación en el actual marco de desarrollo" (DH 17.06 p.17).PD RECHAZA VINCULO. El Partido Demócrata no descartó, el 17.06, iniciar un juicio en contra de cuatro estudiantes de la Universidad de El Salvador que han tratado de involucrar al PD en dos atentados dinamiteros, afectando el nombre del partido y el caudal electoral que puedan tener, reveló el dirigente Juan Ramón Medrano. Asimismo, la vicepresidenta de la Asamblea Legislativa y diputada del PD, Ana Guadalupe Martínez, rechazó toda vinculación con los estudiantes de Derecho capturados, asegurando que nunca fueron ex combatientes ni han estado vinculados al trabajo del Partido Demócrata, ya que se retiraron cuando comenzó el debate con el FMLN. "Se quedaron en la línea radical", dijo. El FMLN, también rechazó cualquier vínculo con los detenidos, y llama la atención al coordinador general del FMLN, Salvador Sánchez Cerén, la actitud de desviar la investigación de fondo, demandando de la PNC profundizar en los hechos y descubrir a los autores intelectuales. Fuentes del PD reconocieron que Félix Boanerges -uno de los capturados- tuvo alguna participación armada, al igual que Ricardo Nuñez, e intentaron ingresar al partido, pero cuando les explicaron que la lucha se había terminado y en adelante le apostarían a la paz, se alejaron y al interior de la Universidad de El Salvador, se convirtieron en los principales detractores de la institución partidaria. Para el ex presidente Alfredo Cristiani, los atentados dinamiteros cerca de su residencia y en el edificio SISA, podrían estar dirigidos en su contra; sin embargo, negó que esto sea producto de divisiones al interior de ARENA o consecuencia de que el gobierno que presidió no investigó el crimen organizado. "Siempre he sostenido que en ARENA hay diferencias de opinión. Pero no llegan a divisiones como ha ocurrido en otros partidos", destacó el ex mandatario (LPG 18.06 p.9-a).SOSTIENEN INOCENCIA. Los cuatro estudiantes universitarios, acusados de los atentados dinamiteros, se declararon inocentes y consideraron que las acusaciones podrían derivarse del Partido Demócrata, con cuyos integrantes han tenido diferencias políticas. Los detenidos coincidieron en la falta de pruebas en su contra; así como rechazaron que un abogado o catedrático de la Universidad, se encuentre detrás de ellos. "Este es un mensaje para los jueces y fiscales que no se dejen impresionar por ese tipo de chantaje, y creo que es una irresponsabilidad de la policía al no tener pruebas e ir a leerme ciertos derechos que supuestamente están amparados en la Ley de Emergencia", dijo Núñez. Félix Boanerges Pérez se declaró inocente al igual que sus compañeros, agregando que en las noches de los atentados se encontraba en la Universidad; a su vez, consideró que el caso se está politizando, ya que la Policía está tratando de buscar a quien culpar, sin prueba alguna, y las autoridades no castigan a los culpables. Pérez aseguró que el explosivo plástico C-4 encontrado en su casa fue colocado por un agente de la DICO. La Fiscalía General de la república afirmó tener pruebas contundentes que incriminan a los capturados, por lo que fueron trasladados a los penales de Sensuntepeque, Ilobasco, Quezaltepeque y Jucuapa. Mientras tanto, el 18.06 grupos estudiantiles de la UES se presentaron a la Juzgado Primero de lo Penal para manifestar el apoyo a los capturados, a quienes consideran inocentes. De igual forma, familiares de uno de los detenidos sostuvieron que la División de Investigación del Crimen Organizado (DICO) allanó sus viviendas y realizó las capturas sin presentar órdenes judiciales que ampararan la acción (LPG 18.06 p.9-a y DH 19.06 p.2).RATIFICARAN REFORMA. Después de reunirse con el Subsecretario General para Asuntos Políticos de la ONU, Alvaro de Soto, dirigentes de los partidos ARENA, FMLN y PD (Partido Demócrata), señalaron el 18.06 que se había llegado a un "acuerdo condensado" para la aprobación y ratificación de las reformas a la Constitución previstas en los Acuerdos de Paz. De Soto, quien se encuentra en el país para verificar el cumplimiento de los Acuerdos, propuso a los dirigentes de los partidos políticos una nueva opción para el Artículo 12, que había generado un impasse en el Congreso. Ana Guadalupe Martínez, diputada del PD, dijo que con la reformulación del Artículo 12, que introduce la declaración extrajudicial como prueba judicial, se había resuelto el principal problema de las reformas constitucionales. En la reunión con De Soto se revisaron además las reformas electorales, la Ley de la Carrera Policial, el proceso de transferencia de tierras, los asentamientos humanos y el fondo de lisiados de guerra. Sobre las reformas electorales, los del FMLN dijeron que esperan que sean aprobadas y ratificadas en julio. Respecto de la transferencia de tierra, un dirigente del FMLN indicó que se tiene que resolver la inscripción de las escrituras en el registro. Por su parte, el delegado de las Naciones Unidas manifestó que existe una excelente disponibilidad del Gobierno por cumplir los Acuerdos pendientes a la brevedad posible. De Soto, quien se reunió en Casa presidencial con el Presidente, Armando Calderón Sol, expresó que con el apoyo del gobierno y de los demás órganos como la Asamblea, los Acuerdos van a caminar bien (DH 19.06 p.4).