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año 17 número 717 julio 10 1996 ISSN 0259-9864 Número monográfico Los empresarios ante la nación La empresa privada se manifiesta Rompiendo una larga tradición, la Asociación Nacional de la Empresa Privada se pronuncia a favor del pueblo salvadoreño, al cual considera como la mayor riqueza del país, por ser emprendedor, trabajador y voluntarioso. En su manifiesto la empresa privada exalta las virtudes de los emigrantes, pasando por los estudiantes, sin olvidar a la mujer del mercado. Esta novedad es importante y por eso hay que tomarle la palabra a la gremial. Existe conciencia de que la paz y la democracia empujan hacia una sociedad próspera y más humana, pero como tales cosas no vendrán dadas, la gremial se plantea como desafío el conseguirlas. El manifiesto propone superar la tentación de un desarrollo excluyente, esforzándose por incluir y ofrecer oportunidades a todos. Por lo tanto, la riqueza del país no radica en la cantidad de su población, sino en sus virtudes y en su cualificación. Obviamente, esto implica repensar la organización de la sociedad. Los empresarios reconoce que el camino no es fácil, pero al mismo tiempo consideran que no hay alternativa si lo que se quiere es crecimiento económico, paz social y democracia integral. Hasta ahora, se ha favorecido la prosperidad de un pequeño grupo privilegiado, sacrificando la paz de la sociedad y la democracia de todos. Por lo tanto, la meta parece estar clara y difícilmente se podría estar en desacuerdo: prosperidad, satisfacción de las necesidades básicas de las grandes mayorías y oportunidades para que cada uno pueda desarrollar plenamente su vocación y sus cualidades. No se propone únicamente el desarrollo económico, sino que además éste debe ser ecológicamente sostenible, socialmente incluyente y democráticamente integral. Donde integral debe entenderse como democracia económica y social y no sólo electoral. Si el acuerdo en las metas es relativamente fácil de conseguir, otra cosa son las medidas de mediano y largo plazo que habrá que adoptar para alcanzarlas. A primera vista, este planteamiento puede parecer idealista. Es la gran reivindicación por la que tantos salvadoreños y salvadoreñas han luchado y entregado su vida generosamente. Justamente, aquí radica la gran novedad de la posición de la empresa privada. Ella misma es consciente de esa novedad y por eso habla de soñar y de ser audaz. Es importante soñar para no conformarse con el mal prevaleciente y buscar alternativas. Se necesita audacia para volver a pensar en una utopía de bienestar social y sobre todo para luchar por ella. Para El Salvador es importante que la empresa privada ponga la satisfacción de las necesidades básicas de la mayoría de la población entre sus prioridades y se quiera comprometer en la búsqueda de alternativas al modelo neoliberal vigente. El manifiesto de la empresa privada intenta abrir un espacio para discutir un proyecto de nación, orientado a la búsqueda del bien común. En este sentido, no se trata de una propuesta cerrada, sino de un punto de partida. Desde esta perspectiva hay que señalar algunas afirmaciones peligrosas y algunos silencios llamativos. Una de las afirmaciones más cuestionables del manifiesto es que pareciera sostener la tesis del rebalse - " por lo general, los despegues económicos requieren de concentración del ingreso y continuidad de las medidas por tiempo prolongado, a pesar de los costos sociales que provoquen, ya que sólo a largo plazo se cosechan los frutos del esfuerzo" . Las sobras nunca son suficientes para satisfacer unas demandas sociales básicas postergadas durante mucho tiempo, y además, en expansión. Sería contradictorio reconocer la satisfacción de las necesidades básicas como una prioridad y al mismo tiempo pedir a la población que siga esperando, aunque la misma empresa privada tiene conciencia de que " las expectativas de nuestra gente nos exigen plazos mucho más apretados de tiempo " . Así como los retos del país son inmensos, éstos no pueden ser asumidos sin sacrificio. Pero la empresa privada parece pedir sacrificios a todos, excepto a sí misma. No hay que olvidar que el pueblo salvadoreño es el que más sacrificios ha hecho durante la mayor parte de la historia. Por lo tanto, para comenzar a ser equitativos, pero sobre todo para alcanzar las metas propuestas, le correspondería tomar la iniciativa a quienes menos se han esforzado. El deterioro ecológico es crítico y un reto de gran envergadura. De nuevo aquí se nota la tendencia del manifiesto a responsabilizar a los otros, por ejemplo, a quienes utilizan leña como fuente de energía, olvidando que no tienen alternativa, pues la electricidad les pasa por encima, y que la empresa privada es la que más ha contaminado El Salvador. Otra afirmación peligrosa es el individualismo extremo. Al exaltar las virtudes salvadoreñas, se subraya el individualismo como fuente de todas las bondades y contrapuesto al Estado, origen de las maldades. Aparte de ser un planteamiento maniqueísta y simple, olvida que el éxito individual sólo es posible por la presencia activa de los demás. No está clara la relación entre el individuo y la sociedad. A veces se enfatiza el individualismo extremo, pero también se reconoce igualmente la necesidad de los otros. Finalmente, hay que llamar la atención sobre una tentación muy fuerte: imitar al primer mundo. Esta no es una " aspiración razonable " , tal como lo sostiene el manifiesto, porque no hay recursos suficientes para alcanzar su nivel de vida y derroche. Humana y cristianamente no es deseable conformar nuestra sociedad conforme a los patrones del primer mundo, donde en medio de una gran abundancia, predominan la deshumanización, el egoísmo y el sin sentido. Parte del desafío consiste en construir una sociedad salvadoreña y centroamericana más humana y solidaria. En suma, el paso dado por la empresa privada es importante porque abre un espacio nuevo cuando otros parecen cerrarse. Si esta oportunidad se sabe aprovechar, El Salvador podría avanzar con pie firme por el camino de la paz y la democracia. Valoración política de la propuesta de la ANEP Recientemente, los sectores empresariales vinculados a la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) hicieron público un documento titulado El manifiesto salvadoreño. Una propuesta de los empresarios a la nación. El mismo ya ha comenzado a generar diversas reacciones, aunque no las que debiera suscitar un pronunciamiento de esa naturaleza. De cualquier modo, algo que no puede obviarse y que en sí mismo hace necesario prestar atención al documento es que en él se hace explícita, por primera vez en la historia reciente del país, la posición de un importante grupo de empresarios ante los graves problemas de la nación. Los empresarios no han sido ajenos a las difíciles coyunturas que han sacudido al país, y siempre se pronunciaron ante las mismas, pero siempre lo hicieron en defensa de sus intereses particulares, lo cual muchas veces los condujo a posturas sumamente agresivas e irracionales. Cabe recordar la visceralidad de los comunicados difundidos por el FARO en los años 70; del mismo estilo fue la posición de la ANEP en los años 80. La tónica de este nuevo pronunciamiento empresarial es distinta. Es obvio que en ella se hace presente la voz y los intereses de un sector del empresariado salvadoreño -básicamente el sector vinculado a la industria-, pero no se trata de una defensa agresiva del mismo, sino más bien de un esfuerzo por inscribirlo en un proyecto de desarrollo nacional. La intención es esa -hay que reconocerlo-, por más que no se pueda estar de acuerdo con el diagnóstico y las propuestas sobre los problemas nacionales elaboradas en el documento. El supuesto desarrollista de la propuesta empresarial no puede ser aceptado si no con muchas reservas. Sólo desde un punto estrictamente económico, es harto discutible que el " círculo virtuoso " (ahorro interno -- inversión privada -- crecimiento y empleo -- ahorro -- inversión -- crecimiento y empleo...) efectivamente llevar hacia donde los empresarios con optimismo esperan. En este punto, si bien la apuesta de la ANEP rinde tributo toda una tradición de pensamiento económico latinoamericano - el pensamiento cepalino-, lo que hace es proponer unas opciones de desarrollo absolutamente poco novedosas y además endebles en aspectos sustantivos, como lo es la linealidad automática que se presume sigue el desarrollo económico, una vez que se tiene asegurado el ahorro interno. Consecuentes con las tesis clásicas de la CEPAL, para nuestros industriales la linealidad automática del desarrollo económico -el círculo virtuoso- no sólo debe conducir a un ordenamiento mínimamente democrático, sino que lo exige como punto de partida. Los desafíos planteados por el despegue económico, según la ANEP, deben ser enfrentados " dentro de un estado democrático de derecho, en donde la aplicación de la justicia prevalezca sobre los intereses particulares y fundamentado en valores éticos y morales " . Pero no sólo eso: más de fondo, la democracia es un método " para resolver pacíficamente las diferencias entre las múltiples fuerzas que surgen en el seno de una sociedad compleja y en proceso de modernización, como la nuestra " . En definitiva, pues, " la expresión política de la sociedad moderna es la democracia, y de ahí la importancia de una clase política en la que la gente pueda confiar " . El documento empresarial señala tres aspectos importantes de la democracia: a) la misma exige la aplicación irrestricta de la justicia en orden a garantizar el bien común; b) es un procedimiento que permite resolver diferencias y lograr acuerdos; y c) como régimen político, exige una " clase política " en la que los ciudadanos puedan confiar. Sólo un exceso de miopía puede llevar a no estar de acuerdo con estas tres cosas. Pero no basta con que el sector empresarial se pronuncie acerca de esos requisitos básicos de un ordenamiento democrático, sino que es urgente que con valentía diga su palabra sobre las instituciones y grupos de poder que están obstaculizando su logro. Es decir, la aplicación irrestricta de la justicia, la consecución de arreglos políticos y la consolidación de una clase política confiable, con todo y ser aspiraciones muy legítimas, no se van a hacer realidad mientras existan grupos económicos y políticos con el poder suficiente para bloquear su consecución. La ANEP no debería obviar esto; más aún, debería usar su prestigio y su capacidad de presión sobre el gobierno para llevar a esos grupos al orden y a la legalidad. Por otra parte, la democracia no se agota en los elementos enfatizados por la ANEP. La ampliación de la participación política de los ciudadanos no puede ser dejada de lado como un requisisto imprescindible para avanzar hacia un orden democrático. Y la misma no debe ser reducida al ejercicio del sufragio, sino que debe caminar hacia formas de participación más amplias en lo social y lo político. Pero no se puede potenciar la participación política de los salvadoreños cuando la lucha por la supervivencia ocupa la mayor parte de sus energías y cuando esa lucha obliga a comportamientos reñidos con la ley y el respeto al otro. No hay democracia política sin democracia social y para alcanzar esta última no basta con obtener un crecimiento económico satisfactorio para los empresarios, sino que existan mecanismos adecuados para que los ciudadanos más empobrecidos accedan a sus beneficios. Asumir que la economía de mercado garantizará, dejada a su libre dinámica, el bienestar de los sectores populares es pecar de ingenuidad. Asimismo, es discutible sostener que la democracia para consolidarse requiere de una economía de mercado, porque puede haber -y distintas experiencias latinoamericanas son aleccionadoras acerca de ello- economías de mercado sin democracia e incluso contrarias a la misma. Es decir, democracia y mercado no son realidades inseparables, por más que la realidad actual obligue a su convivencia, una vez que la economía planificada y los autoritarismos políticos han caído en un total descrédito. Al igual que es discutible sostener que el crecimiento económico automáticamente se traducirá en bienestar social, como si entre ambos no fuese necesaria una mediación político-estatal que lo haga factible. Desde un punto de vista político, pues, la propuesta de la ANEP rescata, aunque sin suficiente sentido crítico, aspectos clave para avanzar hacia un orden democrático en el país; también deja de lado otros no menos importantes. Como quiera que sea, lo que no puede dejar de señalarse como positivo es que este importante grupo empresarial se haya atrevido a someter a debate público su propuesta de desarrollo nacional. Ya es tiempo que los empresarios se vayan sintiendo parte de El Salvador, y no sus dueños. Finalmente, los empresarios se atreven a considerar a los intelectuales del país, después de décadas de desprecio recíproco, como interlocutores y como gestores de un pensamiento que merece ser tenido en cuenta. Y la ANEP hace una petición concreta a los intelectuales: " le ofrecemos a la intelectualidad salvadoreña que volvamos a coincidir en la importancia vital de la democracia, pidiéndole que trabaje en una teoría de la transición a la democracia, con el fin de que nos ilumine para tenerle paciencia" . Se trata de una petición de singular valor ya que, por un lado, abre las puertas a los sociólogos, historiadores y politólogos del país a un auditorio que siempre los consideró resentidos y proclives al socialismo y al comunismo; pero, por otro lado, compromete a los empresarios a enterarse y hacer eco del pensamiento que se vaya generando en los centros académicos. A decir verdad, esto debieron haberlo hecho los empresarios desde hace bastante tiempo; si así hubiera sido, a estas alturas habrían caído en la cuenta de que la discusión intelectual sobre la transición y la democracia, así como sobre otros temas del desarrollo socio-económico del país, han ocupado un espacio importante en, por ejemplo, la Revista Estudios Centroamericanos (ECA) o la Revista Realidad, ambas de la Universidad Centroamericana " José Simeón Cañas " . Aspectos socio-económicos de la propuesta de la ANEP La insatisfacción por los resultados obtenidos por la gestión gubernamental ha provocado reacciones en casi todos los sectores de la sociedad salvadoreña. En varios casos se han articulado propuestas de desarrollo con las que se pretende dar respuesta a la problemática actual, aunque ninguna ha desencadenado tantas reacciones como la presentada por la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) en su " Manifiesto Salvadoreño " . Lo anterior se debe no sólo a su capacidad de convocatoria, sino también al contenido mismo de la propuesta de desarrollo. En el documento se percibe una aceptación explícita de que es necesario tomar medidas diferentes a las puestas en marcha hasta ahora por el gobierno en el plano político, económico, social y ambiental. Además de la democratización, el incremento del ahorro interno, la función social del Estado, el desarrollo social y la protección del medio ambiente son algunas de las líneas de acción más notables planteadas en el documento. Una de los principales cuestionamientos del crecimiento económico logrado hasta ahora es la baja tasa de ahorro imperante en el país, lo cual, en un futuro caracterizado por la reducción de la ayuda externa y las remesas, vendría a limitar la inversión y el crecimiento económico. El esquema de crecimiento seguido hasta ahora mostraría una marcada tendencia hacia el consumo; y ello, a juicio de la ANEP, podría restringir las posibilidades de que El Salvador alcance " de un solo salto, al Primer Mundo " . En este contexto de demandas por incrementar el ahorro interno, llama la atención el marcado discurso pro- mayorías que se maneja en la propuesta. Paralelamente, también es de notar que otros planteamientos del manifiesto salvadoreño estarían apuntando más hacia el mantenimiento de la pobreza. Los programas sociales del gobierno y la política salarial que se deriva de los postulados presentados por la ANEP resultan claramente insuficientes para la dimensión y naturaleza del problema de la pobreza en el país. Por otra parte, se percibe alguna preocupación por el medio ambiente pero, al mismo tiempo, la propuesta de ANEP parte del supuesto de que el desarrollo económico no está limitado por la dotación de los recursos naturales. Es decir que, aún bajo condiciones de carencia absoluta de recursos naturales, es posible aspirar a fuertes niveles de crecimiento económico o incluso al desarrollo. Uno de los puntos de partida de la ANEP es que el crecimiento económico debe conjugarse con los " imperativos de la sustentabilidad ambiental, ocupándonos a la vez de las necesidades sociales de nuestro pueblo " ; se plantea, pues, un modelo diseñado para promover el desarrollo social y, a la vez, congruente con los objetivos de protección ambiental; esto es, un modelo con características de " desarrollo sostenible " . Para lograrlo, los empresarios aceptan que es necesario que el Estado desarrolle una política social aunque bajo un contexto de " responsabilidad fiscal " , es decir, que el Estado no deberá efectuar un gasto social que provoque incrementos en el déficit fiscal. En este sentido, proponen que parte de los fondos para enfrentar el déficit en la satisfacción de las necesidades básicas deberían provenir de la reducción del sector público y de la privatización de empresas estatales. Es claro que el Manifiesto Salvadoreño concibe como la mayor riqueza de El Salvador a su mano de obra. El crecimiento económico al que se aspira está relacionado principalmente a la inversión extranjera, lo cual implicaría acceder a una economía en la que " el nuevo fenómeno... (es), mano de obra económica, con altos niveles de productividad " . En síntesis se plantea que el crecimiento económico basado en un incremento del ahorro tendrá efectos positivos sobre el desarrollo social por dos vías: el incremento del empleo y la política social desarrollada por el Estado. La propuesta empresarial hace alusión explícita a la situación del medio ambiente y su relación con el desarrollo. En lo fundamental se propone que el desarrollo puede llegar a verse seriamente limitado por el deterioro de la condiciones ambientales; considera que por el momento el " impacto de la degradación ambiental se evidencia (únicamente) en la salud de los salvadoreños " . Sin embargo, antes de hacer esta declaratoria, el documento de la ANEP menciona algunos casos donde la restricción en la dotación de recursos naturales no se convirtió en un freno efectivo para el crecimiento económico (Hong Kong, Singapur). Es decir, que existe ambigüedad en la postura frente al medio ambiente: por una parte se afirma que los recursos naturales -los cuales determinan las condiciones ambientales- no son necesariamente un límite para el desarrollo y, por el otro, se sugiere que debe buscarse la " sustentabilidad" de las condiciones ambientales. La propuesta de estimular el crecimiento económico a partir de un incremento del ahorro interno se encuentra con el cuestionamiento que se deriva del bajo nivel de ingreso que es percibido por la mayoría de la población. Más del 60% de la población se encuentra en situación de pobreza, lo cual quiere decir que no percibe el ingreso necesario para satisfacer sus necesidades básicas y, mucho menos, para ahorrar. En las actuales condiciones, el ahorro sólo podría provenir de los sectores de mayores ingresos, compuesto principalmente por el mismo sector empresarial que formula la propuesta. El desarrollo social que se ofrece en la propuesta no parece plausible de cara a dos situaciones específicas: primero, los bajos salarios que deberían imperar para insertarse en la economía globalizada; y, segundo, la supuesta " responsabilidad fiscal " que limitaría el monto del gasto social a ser ejecutado por el Estado. Históricamente se ha demostrado que el salario mínimo no es suficiente ni para adquirir la canasta básica de alimentos; por tanto, la creación de puestos de trabajo con bajos salarios que tanta anhela la ANEP, aunque aumentaría los ingresos de los trabajadores, no les permitiría superar las condiciones de pobreza. En otro orden, proponer la " responsabilidad fiscal" , sin que paralelamente se consideren fuentes permanentes de financiamiento para el gasto social, sugiere que en realidad lo que se pretende es que la política social continúe como hasta ahora, esto es, con un gasto social insuficiente para enfrentar las necesidades básicas de la población más necesitada y sin mayor incidencia sobre la satisfacción de sus necesidades básicas. En lo tocante al medio ambiente no se percibe una estrategia que parta del convencimiento de que las posibilidades de desarrollo están íntimamente ligadas al uso racional de los recursos naturales y a la protección ambiental. La concepción de que la ausencia de recursos naturales no son freno para el desarrollo sugiere que, de ser necesario, los recursos naturales podrían ser utilizados enteramente para los fines del desarrollo. Adicionalmente, pretender que el deterioro ambiental únicamente afecta a la salud de la población refleja desconocimiento, u omisión, de la relación medio ambiente, crecimiento económico y pobreza. Con todo, el Manifiesto Salvadoreño es positivo en tanto que es una declaratoria de que el sector empresarial esta consciente de la necesidad de promover el desarrollo social. Es débil en términos de propuesta, pues coloca toda la carga del desarrollo en dos variables claves: ahorro y producción. Con ello parece ignorar que en el pasado se han tenido décadas de crecimiento económico que no han conducido al desarrollo, sino más bien han agudizado la crisis económica y social y el deterioro del medio ambiente. La superación de la crisis económica y social del país pasa necesariamente por la adopción de políticas que estimulen el crecimiento económico, pero que, al mismo tiempo, vuelvan más equitativa la distribución del ingreso y establezcan vínculos claros entre la política económica y la protección del medio ambiente. Además, no cabe duda que la propuesta de ANEP adolece de un excesivo optimismo, no sólo porque propone alcanzar a los países desarrollados de un " solo salto " , sino porque supone que el crecimiento económico en sí mismo y una limitada política fiscal serán suficientes para alcanzar el desarrollo. El trabajo, la educación y el bienestar social en el Manifiesto de los Empresarios Nadie puede dudar, ni siquiera los mismos afiliados al partido ARENA, que el país se encuentra atravesando un grave período de falta de liderazgo y dirección política, lo cual que se ha expresado en la arbitraria y poco lúcida aplicación de medidas económicas que han puesto en serios aprietos la bolsa no sólo de los sectores que tradicionalmente han resultado afectados por ello, sino también la de los empresarios en general: la presencia de una recesión económica en el país es innegable. Por otra parte, la administración Calderón Sol, además de endeble y errática, se ha caracterizado por una peligrosa tendencia a asumir posturas que rayan con el autoritarismo y la prepotencia, propios de la década pasada. Ante la imposibilidad de conducir el país por una camino acertado y frente a la creciente manifestación de descontento social (ya sea que provengan de los diversos sindicatos, miembros de comunidades marginales, buseros, entre otros muchos), se ha respondido desde la violencia institucionalizada: los abusos de la PNC, lamentablemente, se han convertido en la regla. Desde este marco, donde es claro que la transición a la democracia ha sido puesta en reiteradas ocasiones en entredicho, urge la participación decidida y responsable de los actores sociales. Si la incapacidad del gobierno para enrrumbar coherentemente al país es evidente para todos, hace falta que sectores ajenos a él asuman la responsabilidad de dar respuestas plausibles para superar la situación en que se encuentra El Salvador. Estas respuestas, por supuesto, deberán buscar no únicamente el crecimiento económico de la nación (cosa que aflige al sector empresarial e industrial), sino también, y como prioridad, el bienestar social de las mayorías empobrecidas del país (mismas que permanentemente se han visto excluídas de los indicadores de la macroeconomía). Ciertamente, se han dado esfuerzos aislados por presentar propuestas para el momento histórico del país, pero, ya sea por el poco peso político o económico de los que las presentan, o por la poca coherencia de ellas, no han llamado la atención o han sido tajantemente ignoradas por los personeros del gobierno. Por esto es llamativo e interesante la respuesta pública que se le ha dado a " El Manifiesto Salvadoreño. Una Propuesta de los Empresarios a la Nación " , presentado por la Asociación Nacional de Empresarios de la Empresa Privada (ANEP). En el Manifiesto se pretende presentar cuál es el recurso al que se deberá apelar para " encontrar la senda del progreso económico, social y cultural, en un ambiente de democracia plena " , así como también los retos a alcanzar y el desafío a responder. Debe tenerse en cuenta, para una visión mínimamente objetiva de la propuesta de los empresarios, dos cosas: a) los empresarios responden, como ya se dijo, desde un momento de recesión económica que pone en serias dificultades sus esfuerzos para competir con éxito en el marco de la apertura de los mercados que implica el proceso de globalización; por ello las propuestas irán en el orden de volver competitivo, a toda costa, al país frente al mercado internacional; b) el énfasis en el trabajo, la mano de obra abundante, altamente productiva y barata, como " único " y valioso recurso del país, tiene tras de sí el presupuesto de que la forma de traer el progreso a la nación, y con ello el bienestar social, es la de presentar al país como una gran zona franca, atractiva para las empresas transnacionales y las empresas maquiladoras. El factor trabajo y la educación En la propuesta empresarial es notorio el hecho de que el salvadoreño promedio queda definido por su capacidad de laborar eficientemente con bajos costos. Se agrega que será prioritario el proporcionar la educación y capacitación necesarias para potenciar la productividad y " entrar a la nueva corriente económica de la globalización, como ciudadanos del Primer Mundo " . Trabajo y educación son, así, dos factores intrínsecamente vinculados e inseparables. Veamos, primero, lo que se propone como modelo educativo. Dice el manifiesto que " una de las principales lecciones del desarrollo económico acelerado... es la inversión masiva en educación primaria y técnica vocacional de su niñez y juventud. Para que la partida de educación sea realmente inversión, los recursos deben focalizarse... en estas áreas. Debe de olvidarse del pretendido derecho a la educación universitaria y de pos-grado. Esta debe quedar reservada a aquéllos que la merecen por su inteligencia y esfuerzo" . De este texto es importante entresacar dos ideas: a) La idea de una educación meramente técnica, orientada a especializar a los educandos en las áreas prioritarias en la economía local, que en nuestro particular caso -tomando en cuenta el hincapié que hace el manifiesto en la maquila y el ejemplo de los países asiáticos- sería el de la confección textil y otras labores semejantes que se realizan en las empresas maquileras. Es evidente que con ello se asume que la educación que busca potenciar la capacidad creativa e innovadora es menos que inútil en el actual contexto. El individuo que ha sido educado exitosamente es aquel que es capaz de funcionar con precisión y eficacia milimétrica en puestos de trabajo donde se labora mecánicamente, sin necesidad de pensar propositivamente. No es necesario recordar que con esto se olvida que el aspecto técnico es solamente la contraparte del aspecto crítico y creador de la actual reforme educativa que se impulsa en el país, reforma que pretende convertir a todos los salvadoreños en sujetos integrales. b) Este modelo educativo será, a nivel de educación superior, literalmente elitista. El acceso a la educación superior estará restringido, ya que los que se necesita, como ya se observó, son engranajes para las maquinaria de trabajo y no individuos pensantes y creativos. Si alrededor del mundo " siempre hay alguien dispuesto a ofrecer el mismo producto o servicio, a un menor precio y con mejor calidad " , lo que se necesita para competir es una masa trabajadora eficiente y acéfala, dispuesta a laborar intensamente y con bajos salarios. La educación superior, en este sentido, sobra. Ella solamente debe ser privilegio de los super dotados que hagan aún más eficiente la productividad. Las consecuencia obvias de esto son: a) se destina a la mayoría de los salvadoreños, ahora justificadamente, a la pobreza intelectual y el bajo nivel educativo: los empresarios dan con ello un paso atrás en los objetivos de la reforma educativa; b) esta vinculación entre trabajo y educación no conduce, contrariamente a lo que afirma el Manifiesto, al bienestar social, a altos niveles de vida. No es posible ver claramente cómo el trabajo y la educación definidos de esta manera puedan llevar a una movilidad social de tipo ascendente o cuando menos que saque de la pobreza a los sectores que se encuentran en ella; lo que se sigue es que las diferencias de clase desaparecerían en una única: la clase obrera. El modelo de las maquilas El Manifiesto habla de la importancia de las maquilas -rubro de " vital importancia en la economía salvadoreña " - en el actual contexto de la mundialización. Aunque no explícitamente, se presupone que la fuerza laboral, de las características que ya se reseñaron, pasaría a ser absorbida por ellas. Ello -de nuevo- impulsaría hacia el desarrollo social del país. Vale tomar en cuenta algunas de las características de las maquilas en El Salvador que imposibilitarían tal propósito: primero, ellas se caracterizan por largas e intensas jornadas de trabajo que hacen que el personal que labora en ellas, por el desgate que ello produce, se vea continuamente en rotación; lo que menos se genera son fuentes fijas de empleo. Segundo, el tipo de trabajo es de baja calidad, los empleados realizan la misma labor por períodos prolongados de tiempo y no requieren mayores grados de educación para hacerlo. Tercero, la alta productividad de las maquilas necesita que las violaciones a los derechos de los trabajadores se convierta en la condición sine qua non para mantener la productividad. El Manifiesto celebra el " éxito de las maquilas " y subraya la necesidad de ellas, pero obvia -tal vez con alevosía- la mayor necesidad de que en ellas se den condiciones dignas y humanas de trabajo. En conclusión, el Manifiesto, aun con los pocos aspectos que se han tocado en este análisis, carece de mucho y enfatiza lo que sobra: baja calidad educativa y alta disponibilidad laboral a precios socialmente incosteables. Ciertamente, la laboriosidad es una de las características principales de los salvadoreños, pero de ahí a limitar la amplia gama de tipos y condiciones de trabajo a una sola hay muchísimo trecho. El desarrollo no se alcanza automáticamente con la mecanización del trabajo. El que las condiciones de competencia en el mundo, en ciertos sectores de él, así lo exijan, no significa que debe ser lo más deseado y los más buscado, y menos aún, lo más beneficioso para las grandes capas de la población. Ante las medidas erradas de ANTEL A partir del próximo mes de agosto, las y los salvadoreños tendremos otro motivo más de preocupación: el brutal aumento que nos recetarán en las tarifas telefónicas. Como bien lo denunciaron hace aproximadamente dos meses los trabajadores y trabajadoras de la Asociación Nacional de Telecomunicaciones (ANTEL), la institución subirá de 30 a 53 colones la cuota fija residencial y la comercial se incrementará de 50 a 106 colones; sumándole a eso el impuesto al valor agregado -el " famoso " IVA- dentro de unos días nos encontraremos ante a un incremento de hasta un 43.8% en las llamadas locales. Mientras tanto, las llamadas internacionales tendrán una reducción del 58%, con el propósito de enfrentar -de esa forma- la fuerte competencia que existe en este rubro. El asunto se vuelve mucho más grave pues, pese a que el impulso por llamadas locales continuará costando cinco centavos, su duración ya no será la misma: ahora todavía el impulso es de 60 segundos y con las nuevas disposiciones será de 20. Así las cosas, tener un línea telefónica en nuestro país y poder utilizarla han pasado a ser unos lujos que -cada vez más- son pocos los que pueden pagarlo. En ocasiones anteriores, las autoridades de la empresa negaron fervientemente que se produciría un incremento en las tarifas telefónicas: " Quienes propalan este tipo de información errónea -decían, más o menos- son las gentes que se oponen a la apertura de las telecomunicaciones " ; algunos hasta llegaron a sostener que existía un plan terrorista por parte del movimiento social contra los programas gubernamentales de privatización. Pero el tiempo le ha dado la razón a los que, en su momento, desenmascararon las intenciones de los funcionarios de esa institución quienes, en verdad, lo que quieren es venderla a como dé lugar y como parte de una muy mal entendida modernización del Estado. Dentro del comunicado que emitió la cúpula de ANTEL sobre este problema, no se menciona un aumento sino un " rebalanceo tarifario " con el cual -argumentan- se espera eliminar el " subsidio cruzado " . De esa forma, nos pretenden explicar que antes eran los recursos provenientes de las llamadas al exterior los que servían para completar el pago de las llamadas locales, pero ahora de lo que se trata -según el presidente de la institución, Juan José Daboub- es de hacer " real " el costo de la telefonía local. Según dicen, ya no se puede continuar brindando el anterior subsidio porque, de lo contrario, la institución se va a morir frente a la competencia de las empresas transnacionales, que son unos verdaderos " monstruos " de las telecomunicaciones. Estas nuevas disposiciones serán aplicadas, a la población salvadoreña, un mes antes de la inminente privatización del servicio telefónico. Muchas personas que conocen muy bien cómo se funciona en nuestro país, aseguran que las cuotas a pagar volverán a dispararse cuando ANTEL pase a manos particulares; es decir, cuando en septiembre se comiencen a vender las acciones de la empresa y los nuevos dueños dispongan qué tarifas tendrá que pagar el pueblo. Con este aumento que se anuncia para agosto, esos nuevos " zares " de las telecomunicaciones en el país se sentirán con la mayor de las libertades para realizar -cuando quieran- los incrementos que deseen en las cuotas y, de esa forma, se afectarán los intereses de las personas de recursos más escasos. También, con el llamado " rebalanceo tarifario" , se trata de mostrar a los inversionistas que ANTEL puede ser un negocio bastante lucrativo. Por lo visto, a los encargados de dirigir estos bienes que aún son estatales no les importa qué opina el pueblo salvadoreño al respecto porque - después de todo- lo que les interesa prioritariamente es llevar adelante los planes del actual gobierno, a través de los cuales se continúan haciendo " más ricos a los ricos " . Peor aún: no tienen reparo en pasar por encima de la Constitución para lograr sus propósitos, pues en esa ley fundamental -exactamente en el tercer párrafo del artículo 110, dentro del título V referente al orden económico que debe prevalecer en el país- se establece que: " Corresponde al Estado prestar por sí o por medio de instituciones autónomas, los servicios de correos y telecomunicaciones" . Como siempre, de toda esta situación quien resulta más perjudicada es la persona que necesita hacer uso de tan elemental servicio para comunicar importantes asuntos de salud, familia o trabajo, por ejemplo, y no tienen otro medio para ello. Son esas personas quienes se ven más afectadas con tales medidas, pues si con su actual salario -cuando tienen un empleo estable que se lo proporciona- no alcanzan a cubrir las necesidades mínimas para vivir en condiciones dignas, ahora -con estas nuevas determinaciones- su economía se verá aún más golpeada y, por tanto, crecerá el descontento popular. Imaginémonos, ¿qué sucederá cuando además privaticen las instituciones que distribuyen el agua y la luz o aquellas responsables de brindarnos atención médica y educación, si ya desde ahora no se puede vivir decentemente con los salarios que se pagan cuando hay trabajo? ¿cómo se podrán cancelar las altas cuotas telefónicas que se están anunciando, cuando hay que hacer milagros para poder pagar las actuales? Es necesario que los que se encargan de recetarnos tan elevadas cuotas y de hacernos la vida cada vez más difícil, empiecen a pensar en la población que resulta afectada por sus decisiones arbitrarias. ¿Por qué no mejor -en lugar de aumentar las tarifas de servicios públicos- incrementan la vigilancia, la investigación y las sanciones a las y los funcionarios corruptos que se roban el dinero del pueblo? Pues porque no son esas sus preocupaciones principales; más bien, su mira y sus pasos están siendo dirigidos hacia otro rumbo: el de la venta de unos bienes que no le pertenecen a nadie más que a ese mismo pueblo. Por ello, también al interior de ANTEL se están produciendo graves conflictos. El pasado domingo 7 de julio, de forma sorpresiva, agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) desarmaron a los vigilantes de esa institución. Las autoridades decomisaron un total de 94 armas automáticas aunque, según voceros de la institución, los vigilantes poseían 158 en total: 100 fusiles Galil, 49 sub ametralladoras Mini Uzi y 9 sub ametralladoras Micro Uzi. A cambio de este armamento, a los integrantes de la seguridad de ANTEL les entregaron escopetas calibre 12 y revólveres. Según el licenciado Daboub, el operativo de desarme se realizó para darle cumplimiento a los acuerdos de paz en lo relativo al incautamiento de todo armamento de uso privativo de la Fuerza Armada, cuando éste se encuentra en manos de elementos que no están de servicio en las filas castrenses. Además, el funcionario señaló que -desde el pasado martes 2 de julio- él mismo había solicitado a la PNC que se recogieran dichas armas pues éstas ya no respondían " a las circunstancias que motivaron su adquisición " ; para el presidente de ANTEL, pues, la acción estaba totalmente justificada por las leyes y la realidad actual del país. Los vigilantes y trabajadores de la empresa repudiaron el procedimiento utilizado para realizar el " cambio " de armas: participó un helicóptero, los elementos de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) se hicieron presente y -en algunos casos- se actuó con violencia para obligar a los custodios a entregar su equipo de trabajo, poniendo en peligro no sólo la vida de los empleados sino también la de aquellas personas que, a esa hora, se encontraban en la institución o en sus alrededores. Según opiniones vertidas, el despliegue de la PNC se llevó a cabo de una manera muy peligrosa; de no ser por la prudencia de los vigilantes de ANTEL, hay quienes piensan que a estas alturas podríamos estar lamentando nuevamente las consecuencias fatales del accionar policial. A raíz del operativo, los empleados se tomaron las instalaciones de la empresa estatal para denunciar el hecho y aclarar que a ellos nadie les notificó acerca de la requisición de las armas. Ya antes, todo el personal de la institución había suspendido temporalmente sus labores para presionar por mejoras salariales. En ese marco de inconformidad y protestas desde el lado de las y los trabajadores, las decisiones autoritarias de la cúpula continuaron: el martes 9 de julio fueron despedidas las 270 personas que integraban el servicio de seguridad, mediante un escueta notificación sin firma autorizada -sólo con el sello de ANTEL- en la que se informaba que quedaban cesantes a partir de esa fecha. Para Isidoro Castro, miembro de la Asociación Salvadoreña de Trabajadores de Telecomunicaciones (ASTTEL), estos y otros despidos se encuentran programados dentro del proceso de privatización de la institución; según algunos sindicalistas, el caso de las 270 personas afectadas es producto de la existencia de un contrato con una empresa privada de seguridad, para que sea ésta la que preste tal servicio. La situación que se vive en estos momentos es tensa, pues los empleados destituidos aún permanecen en las instalaciones de ANTEL en espera de una notificación oficial de su despido y para tratar de negociar con la junta directiva de la empresa, a fin de lograr ser reinstalados. Todo parece indicar que desde antes ya había un plan para despojar a los vigilantes de sus armas y luego proceder a quitarles sus empleos. ¿De qué otra manera se puede explicar la actitud de las autoridades? ¿cómo se justifican ambas acciones? Si es cierto que las circunstancias del país han cambiado y que ya no es necesaria la vigilancia en ANTEL, ¿por qué razón se encuentran los agentes de la PNC prestando ese servicio? ¿no hacen falta éstos para aliviar la situación de una población que vive permanentemente atemorizada por la inseguridad, la impunidad y la violencia cotidiana que prevalecen a lo largo y ancho del territorio nacional? Lo cierto es que, desde nuestra perspectiva, las últimas medidas adoptadas por las autoridades de ANTEL no están contribuyendo en nada a la estabilidad de El Salvador. Despidos que afectarán a casi 300 familias y aumentos bárbaros en las tarifas telefónicas que complicarán aún más la existencia de casi toda la gente, no son ningunos aciertos; por el contrario, parecen ser sólo los primeros avisos de lo que sucederá en este país cuando se privaticen los servicios públicos. Las consecuencias de estas irresponsabilidades, en el corto plazo y el mediano plazo, pueden ser fatales para una población que ya sufrió mucho y que no está en disposición de ayudar a colocar los clavos de su propio ataúd. Esas millonarias campañas publicitarias pagadas con dinero del pueblo, con las que pretenden pintarnos un panorama diferente, mejor deberían suspenderse y sus fondos utilizarse en obras de verdadero beneficio social. PRESENTAN " MANIFIESTO SALVADOREÑO " . La Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), a través del Ing. Roberto Vilanova, presentó, el 02.07, " El Manifiesto Salvadoreño " , con el propósito de estimular el interés de los distintos sectores del país para trabajar juntos en la reconstrucción económica. Vilanova dijo que la intención de la ANEP es buscar consenso en los diferentes ámbitos sociales del país de cara a los problemas económicos que enfrenta El Salvador, en base a tres retos concretos. El primer gran reto consiste en un crecimiento con base al ahorro interno, que cumpla con el imperativo de la sustentabilidad; para ello sería necesario incentivar la inversión, la seguridad jurídica, el aumento de la productividad de la fuerza laboral, así como la privatización de los fondos de pensiones y contrarrestar el deterioro ecológico. El segundo gran reto es el gasto social, con responsabilidad fiscal. El profesional considera que parte de los fondos para el déficit en la infraestructura social tienen que salir de la reducción del sector público y de la privatización de las empresas estatales. Finalmente, el tercer gran reto es hacer cada una de éstos mecanismos en " Democracia " , ya que toda estabilidad política que no está anclada en arreglos democráticos es una estabilidad incierta que bordea el precipicio de la desgracia. " No se trata de una fórmula mágica, pero El Salvador, a partir de la firma de los Acuerdos de paz, ha creado las condiciones para generar una discusión que permita encontrar el camino idóneo mediante el cual los salvadoreños puedan contar con iguales oportunidades de mejorar sus condiciones de vida " , expresó Vilanova (LPG 03.07 p.5-a y DL 03.07 p.7). APOYAN PROPUESTA. Representantes del gabinete económico, integrado por los ministros de las distintas carteras estatales expresaron su complacencia ante El Manifiesto Salvadoreño propuesto el 02.07 por la ANEP. El Ministro de Economía, Eduardo Zablah Touché, expresó que la propuesta empresarial pone de manifiesto una visualización del país en términos de los grandes trazos económicos y sociales en el cual todo mundo ansía vivir, por lo cual indicó que el gobierno se identifica y respalda tal proyecto de nación. El funcionario manifestó que las doce medidas del presidente Armando Calderón Sol están orientadas a alcanzar un país de prosperidad económica; no obstante, sostuvo que los sectores empresariales deben poner todo su empeño en modernizarse y reconvertirse de cara a las nuevas exigencias de la globalización. Agregó que el gobierno reconoce que el desarrollo social de El Salvador con ecuanimidad está sustentado en una estrategia conjunta y participativa en donde a cada quien le corresponde una gama de retos para que sea exitosa. A los empresarios les corresponde actualizarse en adquisición de tecnología, capacitación de su fuerza laboral, reorganización de estrategias productivas, entre otras tareas, mientras que al Estado le compete generar el ambiente adecuado y las condiciones necesarias para que la metamorfosis empresarial hacia un mundo competitivo supere sus limitaciones. En tal sentido destacó la importancia de las doce medidas presidenciales. " Con estas disposiciones se están dando señales que tenemos todo el empeño de garantizar el empuje y desarrollo de las empresas a nivel nacional con el propósito de volverlas competitivas en la dinámica del mundo actual " , sostuvo (EM 03.07 p.13). OPTIMISMO CAUTELOSO. El manifiesto de la ANEP despertó en los representantes de diversos sectores de la sociedad salvadoreña reacciones de optimismo cauteloso, ante lo que fue considerado un " atrevimiento a soñar " que merece atención porque en el fondo demuestra que se quiere forjar un mejor país. Herman Bruch, Rodolfo Cardenal, Héctor Dada Hirezi, Roger Gutiérrez, Abelardo Torres y Luis Nelson Segovia, coincidieron en señalar que es importante el aporte al debate generado por el manifiesto de la empresa privada -que ve en la población el capital más importante del país-, pero también observaron que existen puntos ambiguos y hasta posiciones poco conviencentes sobre ciertos aspectos. El Vice-rector de la UCA, Rodolfo Cardenal, elogió la iniciativa de los empresarios por atreverse a señalar con audacia la crisis económica; sin embargo, consideró que una de sus ambiguedades estriba -entre otras-, en el tratamiento del el deterioro ecológico, asegurando que nadie discute el problema con seriedad. Asimismo, el manifiesto no reconoce que la empresa privada ha sido la que más ha deteriorado el ecosistema y los recursos naturales, por lo que exhortó a la ANEP a que concientice a los grandes empresarios del país, para que no continúen con la destrucción de los recursos naturales. Por su parte, Héctor Dada Hirezi criticó aspectos relacionados con la integración económica, señalando que existe un caso " muy mal planteado " como es el de la única relación de El Salvador a nivel económico con Estados Unidos respecto de la falta de paridad con tratados como el TLC. Dada reflexionó que no necesariamente El Salvador debe estar supeditado a las economías avanzadas como la de Estados Unidos y criticó que el documento no haga alusión a la relación económica del país con las demás naciones latinoamericanas (LPG 03.07 p.5-a y DL 03.07 p.3). POLITICOS RESPALDAN MANIFIESTO. El sector político del país acogió el Manifiesto de la ANEP con optimismo, aunque advirtió que siendo considerada la población como el máximo capital del país es necesario dar prioridad a la inversión en su desarrollo. " Le hace falta una visión más humana porque es de tipo economicista, el hecho de tener población no lleva al desarrollo si es subdesarrollada y sin educación no se caminará hacia el desarrollo y es necesario hacerlo un capital activo " , dijo el diputado Roberto Viera, miembro del Partido de Renovación Social Cristiano. Por su parte, el diputado Juan Ramón Medrano, del PD, consideró que ningún proyecto económico y social, como el expuesto, sería procedente sin el apoyo de la empresa privada. De igual forma, el Presidente de la República, Armando Calderón Sol, señaló que, en efecto, el concurso de todos los sectores será lo que dará el éxito al proyecto, " emanado de un análisis real de la situación económica actual " . Según algunos políticos, el gobierno debe agradecer la iniciativa de la ANEP, pues aquél no ha sido capaz de plantear algo similar. Mientras tanto, diputados ARENA, tras coincidir con la oposición en que el Manifiesto de la ANEP es muy provechoso para los intereses de toda la nación, consideraron que los puntos propuestos para una discusión que conlleve a un consenso de todos los sectores de alguna manera tiene aspectos que coinciden con políticas de gobierno actual. " Debemos sentar las bases para el desarrollo integral, donde la calidad de vida sea buena para todos y no se pueda hacer sino un despegue económico " , dijo la diputada Carmen Elena Calderón de Escalón (LPG 04.07 p.18-a). DECLARACIONES DE PRESIDENTE. El Presidente de la República, Armando Calderón Sol, advirtió el 04.07 que no cedería ante las demandas de los reclusos de Santa Ana, a pesar de las medidas de protesta que han efectuado estos últimos. El mandatario sostuvo que tiene la voluntad de solucionar la crisis penitenciaria, pero advirtió que " los reos deben saber que no se va a hacer lo que ellos quieran " , ya que no será por medio de amenazas que se " chantajeará " el sistema jurídico y a la sociedad. " Si alguien se quiere matar o se quiere coser la boca, que se cosa la boca o que se mate, pero en El Salvador esa no es la forma de plantear un problema, ni es la forma de arreglar la situación " , enfatizó el Presidente. " Son personas enfermas y los medios no les deben dar connotación " , pues no coadyuva a nada, acotó. No obstante, el mandatario aceptó la existencia de la crisis carcelaria y anunció que en los próximos días, como medida inmediata, se está preparando un proyecto de Ley de parte del Ministerio de Justicia que será presentado a la Asamblea Legislativa para establecer la media pena, sólo para algunos delitos y para reos bien portados. Expresó además que otra solución a corto plazo sería la habilitación de beneficios que ocupó el INCAFE, los cuales serían transformados y utilizadas temporalmente como " albergues penitenciarios " . A su vez, adelantó que en los meses venideros construirán una penitenciaría que albergará a 4,400 reos, casi la mitad de los que actualmente tiene el sistema penitenciario. Por otra parte, el mandatario condenó las amenazas vertidas por un grupo clandestino autodenominado Fuerza Nacionalista " Mayor Roberto D'Abuisson " (FURODA), y afirmó que el propósito es afectar el proceso de paz y democracia (LPG 05.07 p.3-a y EM 05.07 p.5). REOS SUSPENDEN ACCIONES. Los reclusos del penal de Santa Ana suspendieron el 08.07 temporalmente las medidas de presión, entre ellas la lotería de la muerte y la sutura de los labios, luego que el Organo Ejecutivo se comprometiera a elaborar el anteproyecto de ley en el que se contemplan la media pena, la libertad condicional y la agilización de los procesos. El anuncio fue hecho por el Viceministro de Justicia, Raúl Somoza Alfaro, tras una reunión con los internos. El funcionario estima que se beneficiarían alrededor de 350 reclusos, cien de los cuales están guardando prisión en Santa Ana; no serán miles los beneficiados pero se contribuirá a la búsqueda de soluciones por la vía legal, insistió. La moción supone reformas a la legislación penal para que los reos puedan optar a la media pena, la libertad condicional y la agilización de la depuración de los procesos judiciales. A cambio de la promesa de dictar un anteproyecto, los reos se comprometieron el 08.07 a levantar la huelga de hambre, la " lotería de la muerte " , el coserse la boca y la suspensión del ingreso de visitas. No se precisó si se permitiría continuar recibiendo reos de nuevo ingreso en los recintos. Asimismo, los presos han pedido que se instale una comisión integrada por el Obispo Auxiliar de San Salvador, Monseñor Gregorio Rosa Chávez; la Procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos, Victoria Marina de Avilés; la presidenta de la Comisión Legislativa de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos de la Asamblea, María Marta Valladares, y funcionarios del Ministerio de Justicia y de la dirección de Centros Penales. El grupo se encargaría de dar seguimiento a los compromisos (LPG 09.07 p.8-a y DH 09.07 p.60). AEGES REALIZA MOVILIZACION. Más de un centenar de ex paramilitares, aglutinados en la Asociación de Ex Combatientes y Víctimas de Guerra (AEGES), ocupó el 03.07 las instalaciones del Departamento de Atención a Desmovilizados y Lisiados de la Fuerza Armada (DADELIFA). Según fuentes de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), hubo una acción similar en la Gobernación del departamento de Usulután y se preveía lo mismo en otros departamentos, pero -luego de negociaciones- los manifestantes procedieron a desalojar. Las oficinas del DADELIFA son las encargadas de llevar el control del Programa de Transferencia de Tierras y otros programas en beneficio de los desmovilizados de la Fuerza Armada. El oficial encargado de las instalaciones, capitán Fuentes Rodas, explicó que las peticiones de los manifestantes no caben dentro de los Acuerdos de Paz. " No podemos hacer nada " , afirmó el oficial, explicando que el 30.04 cerró el último calendario de ejecución de los Acuerdos; sin embargo, quedaron pendientes algunos programas, entre ellos el de transferencia de tierras, asentamientos humanos, atención a lisiados y reinserción. Para el funcionario, la entrega de tierras benefició a más de 8,000 desmovilizados de la FFAA y se indemnizó a 21,640 por un monto de 217.8 millones de colones. Según explicó, la asignación de tierras ha sufrido una serie de tropiezos que han demorado su cumplimiento, principalmente lo que se refiere a aspectos legales con las propiedades y la mediación de las mismas. Empero, AEGES pide a la Asamblea Legisativa una " interpretación auténtica " del artículo 38 de los decretos 414 y 183, o sea incluir en los beneficios a los patrulleros cantonales y defensa civiles, quienes no formaban parte del aparato militar que estaba reportado por el Ministerio de Defensa (LPG 04.07 p.2-a). AEGES PLANTEA ULTIMATUM. Veteranos de guerra dieron al gobierno el 03.07 un plazo de 72 horas para que soluciones la problemática que se ha originado con la transferencia de tierras ya que de lo contrario realizarán acciones de protestas. Según Mauricio Cornejo, presidente de la Fundación de Veteranos de Guerra de El Salvador (FUNDAVISA), esta problemática ha sido planteada desde hace varios meses, pero el Presidente de la República, Armando Calderón Sol, no les ha atendido tal petición. Cornejo dijo que " no les queda otra medida que realizar acciones públicas de protesta, las cuales podrían dar inicio el 05.07. Una de las primeras acciones que realizarían dijeron los ex-combatientes, podría ser paralizar el transporte, para lo cual cuentan con el apoyo de ciertas instituciones, cuyos nombres se negaron a mencionar y tampoco quisieron dar lugares donde podrían iniciar las acciones. Con todo, hasta el 10.07 no se había reportado ninguna movilización. Mientras tanto el comisionado presidencial para la ejecución de los Acuerdos de Paz, Mauricio Ernesto Vargas, lamentó el 04.07 la postura adoptada por los desmovilizados, que con medidas de hecho pretenden presionar al gobierno a que otorgue beneficios a patrulleros cantonales, defensas civiles y víctimas de guerra que salen del marco de los Acuerdos de Paz. Reiteró que los mismos desmovilizados reconocen que sus peticiones están fuera de los Acuerdos de Paz, y si bien en su legajo de peticiones puede haber " aspiraciones legítimas " éstas sobrepasan la capacidad del gobierno y de la misma sociedad (LPG 05.07 p.32-a y DL 04.07 p.24). PROBLEMATICA EN EL ROSALES. Los médicos residentes del Hospital Rosales responsabilizaron el 09.07 a las autoridades de Salud por la problemática generada por la supuesta restricción de médicos internos a realizar sus prácticas en dicho hospital. Según declaraciones de los médicos residentes, el Ministerio de Salud Pública pretende elevar al hospital a " tercera categoría " , con lo cual se evitará que estudiantes de medicina realicen sus prácticas, lo que fue calificado como una medida con dedicatoria para la Facultad de Medicina de la Universidad de El Salvador. La propuesta incluye la contratación de 40 médicos residentes, con lo cual se espera compensar el trabajo realizado por los 400 internos de la UES, quienes quedarían fuera del hospital. Omar Castañeda, vocero de los residentes, dijo que la decisión solamente traerá problemas, ya que se perderá tiempo en enseñar a los nuevos médicos, lo cual repercutirá negativamente en la formación del cuerpo de residentes. Por su parte, la Directora del hospital, Mabel Fisher, desmintió las inquietudes de los protestantes, negó que se vaya a impedir el acceso a los estudiantes de medicina y así como una la reducción en los ingresos económicos que éstos reciben. Agregó que la inquietud de los estudiantes no es justificada, ya que se pretende aún prepararlos mejor, " contratar un residente no pone en peligro la oportunidad de formación de los internos " , reiteró. Sin embargo, los internos dijeron desconfiar de la dirección, pues anteriormente había prometido una cosa y luego resultó con otra, agregando que las autoridades pretenden que los ingresos de internos se hagan durante el mes de enero, lo cual es contradictorio con los planes de estudio de la UES (EM 09.07 p.3).