© 1996 UCA Editores
año 16 número 718 julio 17 1996 ISSN 0259-9864 Reflexiones sobre la transición Las campañas electorales Nuevas tarifas telefónicas La problemática de los estudiantes de medicina de la Universidad de El Salvador Reunión de presidentes de Centroamérica y Chile ¿Libertad de expresión? Reflexiones sobre la transición El proceso de instauración democrática en el país no deja de estar amenazado por actitudes y prácticas autoritarias de viejo cuño. Qué duda cabe que los Acuerdos de Paz imprimieron una dinámica inusitada a la transición; en ellos se plantearon metas que era ineludible cumplir si se quería sentar las bases de un proyecto de nación menos excluyente y más pluralista y participativo. Tras cuatro años de ejecución, los Acuerdos de Paz han dado de sí aquello que podían dar; con ellos, se dio un paso adelante en la construcción de una nueva sociedad, aunque sin llegar a agotar los requisitos de la misma. La transición ha entrado a una nueva etapa en El Salvador, una etapa en la cual uno de los aspectos más notorios es que no existe una agenda de discusión tal como la surgida a la luz de los contenidos y exigencias de los Acuerdos de Paz. En cierto modo, El Salvador se ha quedado sin un rumbo claro como nación. La transición se halla en una encrucijada: el cumplimiento de los Acuerdos de Paz fue pensado como un requisito imprescindible para avanzar hacia nuevos propósitos en la democratización social y política del país, pero a estas alturas ni se cumplieron a cabalidad todos los compromisos adquiridos en Chapultepec y Nueva York ni la democratización social y política parece ir en la mejor dirección. Y, lo que es peor, no hay un horizonte normativo, ético y político, que no sólo vaya marcando el rumbo a seguir, sino que permita evaluar los aciertos y desaciertos del proceso. Sobre los déficit de la democratización social se ha escrito y hablado hasta la saciedad. El empobrecimiento de la mayor parte de la población aumenta si cesar, y nada autoriza a pensar que ello vaya a ser corregido. La democratización política, por su lado, ya ha comenzado a mostrar sus límites más insuperables: una población que se debate en la miseria difícilmente puede estar interesada en la política en sentido amplio, esto es, en un compromiso con el bien común, el respeto a las leyes y la responsabilidad social. Pero no sólo eso: la formación de un sistema político mínimamente pluralista no es suficiente para superar los vicios de una clase política acostumbrada a traficar y a lucrarse con el poder que le ha sido conferido por los electores. No puede haber democratización política, por ejemplo, cuando los funcionarios públicos de alto rango se eligen en función de los intereses partidarios y no en función del bien común. En este sentido, la repartición de cargos que han venido haciendo durante los últimos años ARENA (Fiscalía General), el PCN (Corte de Cuentas) y el PDC (Procuraduría General) levanta serias dudas sobre el rol de nuestros partidos políticos y nuestro parlamento en el avance de la democratización política. Más aún, componendas de esa naturaleza levantan la duda de si no estamos retrocediendo en materia política o si acaso, aunque no sea menos reconfortante, nuestra clase política se ha quedado estancada en patrones de comportamiento no sólo arcaícos, sino proclives a la corrupción, el tráfico de poder e influencias y el chantaje. Tampoco puede haber democratización política cuando desde el gobierno se difunden señales inequívocas de intolerancia hacia la libertad de expresión y hacia el derecho de los periodistas a guardar el secreto de sus fuentes. La semana recién pasada tuvimos un muestra bochornosa de esta intolerancia, cuando fue detenido el Director del Colatino, Francisco Elías Valencia, a quien judicialmente se le ha querido obligar a que revele sus fuentes de información acerca de presuntos actos de corrupción en la Policía Nacional Civil. Si se añade a este sombrío panorama, la inmovilidad de la sociedad civil, puesta de manifiesto en su debilidad organizativa y en su fragmentación, la situación se vuelve más preocupante. Sin una sociedad civil fuerte, organizada y con capacidad de movilización y de presión, los derroteros del país se vuelven más inciertos. En un escenario en el que prevalecen comportamientos políticos arcaícos y en el que la prepotencia gubernamental se oculta cada ves menos, es importante que la sociedad cobre civil protagonismo y haga resistencia a los peligros de una involución autoritaria en ciernes. Tras la firma de los Acuerdos de Paz, todo era optimismo en El Salvador. Había razón para ello, pues el proceso de transición recibió un empuje decisivo con los históricos documentos. En la actualidad, es cada vez más claro que los Acuerdos de Paz se han agotado y que, pese a ello, la transición democrática no se ha encauzado en una dirección irreversible. La amenaza de una involución autoritaria no debería tomarse a la ligera, como si fuese producto de mentes enfermizas o bandera de lucha de los " enemigos " de la paz y la democracia. Lo alcanzado hasta ahora en el país no garantiza de que pueda emerger un autoritarismo de nuevo tipo que de al traste con lo poco bueno que existe. El Salvador atravisa un momento sumamente difícil, extremadamente inestable y con niveles de conflictividad social que amenazan con desbordar hacia situaciones insospechadas. Lo peor de todo es que los actores sociales, políticos y económicos se resisten a caer en la cuenta de la gravedad del momento actual; no hay agendas ni proyectos que realistamente se hagan cargo de los problemas cruciales del país. Es decir, el país marcha a la deriva, sin conducción y sin rumbo claro. Y un ambiente así se vuelve propicio para las salidas de fuerza, desde el poder y sin restricciones, esto es, para las salidas autoritarias. Quienes han creído que la transición hacia la democracia es un asunto resuelto deberían repensar con seriedad y honestidad sus presupuestos más queridos. Un excesivo optimismo puede conducir a posiciones ilusorias y peligrosas no sólo para quienes individualmente han logrado hacerse un espacio en la incipiente democracia salvadoreña, sino para instituciones y grupos sociales más amplios que, so pretexto de defender los " espacios democráticos" , pueden desatenderse de aquellos aspectos de la democracia que involucran y afectan la vida de amplios sectores de la población. La ANEP en su Manifiesto salvadoreño clama por la elaboración de una teoría de la transición a la democracia, lo cual es totalmente legítimo. Pero la ANEP también debería preocuparse -y junto con la gremial todos los actores socio-políticos y económicos del país- por la elaboración de hipótesis y reflexiones acerca de una posible involución autoritaria. Como está el país, más vale estar prevenidos que pecar de confiados. Las campañas electorales Este año es un año prelectoral. A medida que nos vayamos acercando a 1997, los distintos partidos políticos irán afinando los componentes de la estrategia a seguir para hacerse de una cuota de poder aceptable a los intereses partidarios o para hacerse del espacio necesario para poder negociar con otras fuerzas políticas. No cabe duda de que al interior de las estrategias político-partidarias las campañas propagandísticas ocupan un lugar de primera importancia. Y es que los resultados electorales dependen, aunque no exclusivamente, del tipo de campaña diseñado; es decir, de la habilidad y sagacidad de los partidos para promoverse con un marketing que los haga atractivos para los electores. Cualquiera diría que al comportarse de esa forma los partidos políticos se comportan como vendedores y los votantes como compradores, y ciertamente ello es así, al menos en la concepción predominante de la política en nuestros días. En efecto, en la actualidad, distintos politólogos defienden la idea de que la política funciona según las reglas del mercado; esto es, que los partidos son instituciones que compiten entre sí por el voto de los electores, quienes " compran " con este voto el proyecto que les es ofrecido como mercancía durante cada periodo electoral. Los partidos hacen una oferta política y los votantes deciden si la compran o no; el partido que logra vender mejor su producto es el partido de mayor éxito, el partido que ve maximizados sus beneficios. Por supuesto que para vender un producto hay que promocionarlo; y los partidos dedican buena parte de sus recursos para ello. Se trata de hacer que el proyecto político ofrecido (el producto) sea atractivo para los electores, para lo cual es importante la imagen del mismo. Una imagen que guste, que impacte los sentidos, que sea fácil de recordar e identificar por el segmento del mercado al que se quiere acceder. Pero también se trata de promocionar un producto apelando a su calidad, sobre todo en un mercado saturado de ofertantes. Y la calidad del producto ofrecido por los partidos (es decir, los proyectos políticos) se mide por el contenido de los mismos, por la claridad para plantear los principales retos de la sociedad, la estrategia para enfrentarlos y los costos que ello va a suponer. En otras palabras, la mercancía política para venderse requiere de una forma y un contenido. Dependiendo de cuán buenos sean ambos -de cuán superiores sean a los ofrecidos por los competidores- así será su posibilidad de ser adquirida por los compradores de proyectos políticos. De aquí que sea una preocupación de primera importancia dedicar esfuerzos (invertir) en mejorar la calidad del producto, así como en mejorar su imagen. En buena medida, todos los partidos tienden a aceptar esta lógica mercantil; y si no, allí están los reveses electorales que les hacen caer en la cuenta de esta realidad tan poco digna de esa actividad que se consideró, entre los griegos, como una de las más nobles. Quien en la política contemporánea no asume con un mínimo de consecuencia las reglas del mercado está condenado al fracaso; quien piensa que basta con un proyecto sustantivo de gobierno y que la forma en que el mismo es presentado no cuenta, pues sencillamente está compitiendo mal. Al igual que lo hace quien pretende vender puras imágenes, por atractivas que sean, y se olvida de presentar proyectos con algún tipo de viabilidad económica, política y social. En El Salvador, los partidos políticos lentamente han comenzado a asumir -y no sin resistencias- la competencia por el voto de los ciudadanos como una realidad de mercado. En la década de los 70, la exclusión de competidores de izquierda y el fraude descarado impidieron que se pudiera desarrollar la lógica del mercado en la política. Durante los 80, pese a que esa lógica comenzó a ganar algún espacio, la guerra civil y la aún vigente exclusión de la izquierda no permitieron su avance más allá de lo que toleraban las exigencias de la guerra. Después de la firma de los Acuerdos de Paz, las cosas comenzaron a cambiar notablemente. Así, en 1994, hubo un ejercicio de competencia entre los principales proyectos ideológico-políticos (la izquierda, el centro y la derecha) y, de alguna manera, los competidores se asumieron como tales: como vendedores de proyectos de político- económicos. Ciertamente, los partidos no fueron totalmente coherentes con la opción mercado, aunque hubiesen accedido a jugar con ella. Y ello porque o manejaron una concepción reduccionista de lo que es pensar la política como mercado o porque no contaban con la experiencia y habilidad para ello. El FMLN -y los demás partidos de izquierda que se vincularon a él en la coyuntura electoral del 94- compitió, pero no compitió; llevó ante los electores un proyecto poco claro, sin una agenda de problemas a enfrentar y, por ello, sin una propuesta de solución factible. Pero lo que es peor, lo que ofrecía el FMLN fue ofrecido mal, con poco atractivo, con una imagen pésimamente concebida. ARENA, con más experiencia, con recursos casi ilimitados, asumió las elecciones como una competencia de mercado. Pero, en su perspectiva, de lo que se trataba era de promover única y exclusivamente la imagen del producto (su proyecto político-económico), dejando totalmente de lado la promoción de su contenido y, en consecuencia, su calidad. De este modo, muchos de quienes compraron el producto ofrecido por ARENA lo hicieron motivados por el bonito envase de presentación del mismo, y no por lo que éste llevaba en su interior. Este contenido se reservó para después, y es el que está rigiendo, para bien o para mal, la vida de los salvadoreños en la actualidad. Del resto de partidos que participaron en las elecciones de 1994 -el MAC (ya desaparecido), el MSN, el PCN y el PDC-, cabe decir que no sólo fueron incapaces de hacerse de una imagen que fuese atractiva para un número suficiente de votantes, sino que además fueron incapaces de elaborar una propuesta que pudiera ser evaluada por éstos. Si el talón de Aquiles del FMLN y la coalición estuvo en una " campaña que tuvo problemas de fondo [y en] la falta de un mensaje común coherente e integrador " (ECA, 545-546, marzo-abril de 1994, p. 221), la astucia de ARENA consistió en que diseñó una campaña publicitaria (forma) sumamente elaborada que, a la vez que hizo atractivo su proyecto (contenido) para un número significativo de electores (651, 632 en la primera ronda y 818, 264, en la segunda ronda de votación para elegir presidente y vicepresidente), lo mantuvo " oculto " . Para la coyuntura electoral de 1997, nuestro mercado político tendrá ofertas de los principales partidos que participaron en el 94 (FMLN, ARENA, PCN, PDC, MU, MSN, CD). Pero también habrán nuevas ofertas: el PD y el PRSC. Es decir, habrá productos de derecha, de centro y de izquierda; de centro derecha y de centro izquierda. Cada uno de ellos querrá venderse mejor; esto es, cada uno ellos querrá ser comprado por un mayor número de votantes. Y, por supuesto, para alcanzar ese objetivo tendrán que promoverse publicitariamente. Aquí será crucial la imagen que cada uno de ellos logre forjarse, la cual ciertamente tiene que ser atractiva para los electores. La " envoltura " , como lo demostró ARENA en el 94, es clave para atraer compradores; incluso puede ser tan decisiva que haga obviar el contenido del " frasco " . Pero también es un dato inobjetable que los " clientes " en la política (al igual que en otros ámbitos del mercado) se preocupan también por la calidad, y que ésta puede ser decisiva para que un producto pueda ser nuevamente adquirido o sea rechazado en una nueva oportunidad de compra. Los electores pueden ser " manipulados " por la imagen, pero ello no será siempre así. También es importante su calidad. Cabría esperar que ambas cosas -imagen y calidad- fuesen componentes esenciales en las estrategias de los partidos políticos en la campaña electoral de 1997 y en las campañas electorales siguientes. Nuevas tarifas telefónicas La privatización de las telecomunicaciones ha sido presentada como una forma de que los usuarios accedan a menores tarifas telefónicas; sin embargo, en la práctica, los planes gubernamentales dejan entrever que esta reducción no es aplicable en todos los casos. Según anuncios de la Administración Nacional de Telecomunicaciones (ANTEL), a partir de agosto entrará en vigencia una nueva tabla de tarifas cuyas características más notorias son un incremento de las tarifas locales y una disminución de algunas internacionales. El hecho de que esta medida se adopte precisamente en el momento en que se han dado los primeros pasos para proceder a la privatización de ANTEL denota, entre otras cosas, que existe una clara política de ampliación de los ingresos de ANTEL, cuya motivación podría ser el logro de una situación financiera atractiva para posibles inversores, aún y cuando ello suponga colocar mayores costos sobre los usuarios. De esta forma, la privatización de las telecomunicaciones amenaza con convertirse en un descontrolado incremento de las tarifas, pues la propuesta tarifaria supone fuertes incrementos en las llamadas locales, precisamente las que representan la mayor parte de las llamadas efectuadas en el sistema nacional. Evidentemente, esta política de reajustes está en abierta contradicción con las supuestas bondades de la privatización, en especial con la pretendida reducción de las tarifas que, según el gobierno, acarrearía. Como se evidencia a continuación, el ajuste tarifario tiene una connotación negativa para la mayor parte de los usuarios nacionales porque las rebajas en las llamadas internacionales son menos importantes que los incrementos en las llamadas locales. La reforma tarifaria de ANTEL diferencia entre las tablas de tarifas nacionales y las internacionales. En el primer caso, se contempla un incremento en la cuota fija tanto para fines residenciales como comerciales, una reducción de la duración del impulso local desde 1 minuto a 20 segundos, un incremento de los impulsos libres desde 100 a 300 impulsos, mantenimiento del valor del impulso en 0.05 colones y, finalmente, una reducción de los derechos de instalación desde los 3,000 a los 2,600 colones. Las tarifas internacionales, por su parte, contemplan disminuciones que en la mayor parte de las casos superan el 50% de las tarifas anteriores. Unicamente el caso de las llamadas a Centroamérica y Panamá se han mantenido las tarifas actuales. Es importante destacar que, a diferencia de las tarifas nacionales, las tarifas internacionales continúan basándose en impulsos de un minuto de duración. En el caso de las tarifas nacionales destaca que al analizar los diferentes movimientos se descubre que el costo por minuto se ha incrementado fuertemente. Aunque se mantengan las tarifas del valor del impulso en 0.05 colones, al reducirse estos de 1 minuto a 20 segundos provoca que el valor del minuto se triplique, llegando a representar un valor equivalente a tres impulsos de 0.05 colones, es decir, 0.15 colones. Por la misma reducción de la duración del impulso, el incremento de los impulsos libres desde 100 a 300 en realidad siempre suman los mismos 100 minutos y no implica ningún cambio favorable para los consumidores. Así, los cambios en las tarifas nacionales apuntan hacia un incremento de los costos de las telecomunicaciones por dos razones: en primer lugar, por el incremento de 76.7% en la cuota fija al sector residencial y de 112% para el comercial; y, en segundo lugar, por un incremento en el valor del minuto telefónico. El único efecto deflacionario ha sido experimentado por los derechos de instalación que se redujeron en un 13.33% al pasar de 3,000 a 2,600 colones. El caso de las tarifas internacionales es diferente, pues se han experimentado importantes reducciones en el valor del minuto que favorecen especialmente a los consumidores que efectúan llamadas al exterior, aunque exceptuando Centroamérica y Panamá. Curiosamente, estos países son los que concentran la mayor cantidad de llamadas y minutos del sistema nacional de comunicaciones al grado que para principios de esta década representaban cerca de un 55% del total de minutos consumidos en llamadas internacionales. Esto implica que los efectos de la reducción de las tarifas internacionales en realidad solamente afectan a la mitad del volumen de llamadas del sistema. El impacto final de los nuevas tarifas telefónicas dependerá de la composición del total de impulsos según sean estos nacionales o internacionales. Evidentemente, una familia cuya mayor parte o totalidad de llamadas son locales experimentará un fuerte incremento de sus costos de comunicaciones. Según datos de ANTEL, para 1991 la composición del mercado telefónico era la siguiente: 17,555,600 minutos fueron utilizados para llamadas internacionales, mientras que 92,500,000 minutos correspondían a llamadas locales; es decir que del total de minutos consumidos un 84% correspondieron a llamadas nacionales y solamente un 16% a internacionales. En suma, el ajuste tarifario de ANTEL tiene dos implicaciones fundamentales: una reducción de tarifas internacionales sólo para el volumen de llamadas menos numerosas (todo el mundo menos Centroamérica y Panamá) y un aumento de tarifas para el volumen de llamadas más numerosas (nacionales). En consecuencia, lo que se esta promoviendo es un traslado de los costos telefónicos desde los consumidores de llamadas internacionales hacia los consumidores de llamadas locales. Resulta llamativo el hecho de que el incremento en las tarifas telefónicas ha querido disfrazarse de una aparente mantenimiento de las tarifas locales anteriores; en realidad, la reducción de la duración del impulso opera exactamente como lo haría una triplicación de su valor. Los incrementos en las tarifas locales coinciden con el inicio del proceso de privatización de ANTEL y sugieren que, contrariamente a lo esperado, las tarifas telefónicas locales se incrementarán aún más con el traslado de las telecomunicaciones a manos privadas. Las tarifas internacionales, en cambio, podrían experimentar una importante disminución resultado de la mayor competitividad de empresas internacionales de las telecomunicaciones. Debido a la mayor participación de las llamadas locales en el mercado nacional puede anticiparse que el ajuste tarifario, y muy probablemente, la privatización misma, causará un importante incremento del costo de las telecomunicaciones e impactará de esa manera también sobre el ritmo inflacionario. Al igual que en otros países de América Latina los procesos de privatización en El Salvador parecen anunciar un incremento desproporcionado no sólo de las tarifas telefónicas, sino también de las tarifas de los servicios básicos en general. Incluso el caso paradigmático para los defensores la privatización, Chile, reporta que muchas familias se encuentran endeudadas con empresas de servicios básicos debido a la considerable elevación de las tarifas. Evidentemente el discurso oficial sobre la privatización de ANTEL oculta los verdaderos intereses que mueven el proceso y los cuales distan mucho de pretender una reducción de las tarifas telefónicas. El servicio telefónico es poseído por una reducida proporción de las familias (12%) y por ello sus efectos sobre la población no serían tan amplios como podrían ser los resultantes de un alza en las tarifas de la electricidad y el agua potable. Con todo, el caso de la telefonía muestra que es necesario adoptar un marco jurídico e institucional que regule las privatizaciones, pues no sería extraño que este incremento de las tarifas locales de teléfono sea sólo el primero de una serie a ser implementados en los próximos meses. La problemática de los estudiantes de medicina de la Universidad de El Salvador Es cosa sabida como la Universidad Nacional jugó un papel decisivo en las décadas de los 60 y los 70. El que fuera un espacio para la discusión abierta de las ideas y la alta calidad académica que se impartía propició que de su interior surgiera el pensamiento de avanzada que se opuso a los regimenes de turno. Este papel protagónico implicó, por supuesto, la represión y, paradójicamente, la pérdida de los lineamientos educativos más básicos. Una cosa es que la calidad educativa permitiera el entender mejor y más radicalmente la realidad de El Salvador y a partir de ello generar una dinámica que buscara transformar una situación que a todas luces era injusta e intolerable, y otra sustituir la calidad académica por fórmulas preconcebidas de lo que es o era la realidad y de la manera en que ésta debía ser transformada. Fue así como paulatinamente la emergencia por encontrar vías de solución a la situación del país fue dando lugar al inmediatismo, los más diversos esquematismos y, finalmente, al dogmatismo. De las antiguas glorias de la Universidad Nacional ahora sólo queda un campus en ruinas, un cuerpo de docentes con multitud de problemas internos y externos y un estudiantado que ve comprometida su educación frente a estos factores. A lo anterior hay que añadir la particular disposición de los estudiantes, de ciertos sectores de ellos, a reaccionar visceralmente frente a las problemáticas que se les presentan. En la historia reciente de la Universidad han sido más que frecuentes los paros estudiantiles como respuesta a los conflictos entre ellos y las autoridades de la institución. Al parecer, ciertos estudiantes han tendido a pensar que la única forma de resolver una situación es efectuando medidas de hecho (cosa comprensible si se tiene en cuenta la herencia ideológica legada por las generaciones universitarias de la guerra), olvidando con ello el camino del diálogo y la negociación. Por ello, la amenaza de la paralización de las labores educativas ha sido siempre un factor que las autoridades y catedráticos de la Universidad han debido tener en cuenta antes de tomar una decisión o efectuar un cambio de relevancia (agréguese esto último a la lista de razones del atraso de dicha institución). El ser concientes de esta tendencia de los estudiantes a mantener una actitud beligerante y en ocasiones francamente irracional e interesada es útil para analizar los continuos conflictos entre las autoridades del Ministerio de Salud y los estudiantes de medicina de la Universidad Nacional que realizan su servicio como médicos internos en el Hospital Rosales. Algunos precedentes La problemática entre los estudiantes de medicina de la Universidad Nacional que realizan su período de interinato y las autoridades del Ministerios de Salud y el Hospital Rosales no es nada nuevo. En julio y agosto del año pasado ambos entraron en choque cuando el Ministerio de Salud anunció su determinación de desmonopolizar las plazas para medicos internos en el sistema hospitalario nacional, cediendo parte de ellas para estudiantes de las universidades privadas, y efectuar exámenes de competencia (psicológicos y de habilidades) para determinar quien obtenía una plaza y quien no. Los estudiantes y autoridades de la Universidad Nacional se oponían a la repartición de plazas porque argumentaban que la constitución dictaba que cada una de las 418 plazas renumeradas pertenecían exclusivamente a los estudiantes de medicina de la institución educativa estatal, por lo que se negaban rotundamente a que el 40 por ciento de ellas fuera puesta a la disposición de las universidades privadas. Por otra parte, argumentaban que el realizar un examen de aptitudes para optar a las plazas dejaba " sin validez la formación profesional " de la universidad. Al no fructificar sus pedidos, los médicos internos optaron por realizar una huelga que duró dos semanas y puso en serie aprietos al servicio médico estatal. Presentaron, además, un recurso ante la Corte Suprema de Justicia para que ésta analizara la validez de sus reclamos y emitiera un fallo definitivo sobre el asunto. Por su lado, el Ministro de Salud, Eduardo Interiano, y la directora del Hospital Rosales, Mabel Fisher, argumentaban que las plazas sólo podían otorgarse en función del presupuesto con que en ese momento se contaba, el cual no alcanzaba a cubrir los costos de las 418 plazas, por lo que la solución idónea era realizar un examen para dividir a los médicos internos entre médicos de plaza pagada (los que hubieran alcanzado las mejores resultados en las pruebas) y médicos de plaza ad honorem sin retribución monetaria (los de más baja calificación en el examen de aptitudes). Anadían que los artículos en torno al derecho único de las plazas a favor de la Universidad Nacional era ambiguo y ya había sido sometido a reformas anteriormente, por lo que sí cabía incluir a las universidades privadas. Al final la apertura de las plazas se mantuvo y la posibilidad de aplicar el examen de aptitudes fue descartada. A finales de enero de este año un nuevo conflicto se originó cuando el Ministerio de Salud dio a conocer un plan financiar las plazas que el presupuesto no alcanzaba a cubrir destinando una parte del presupuesto hospitalario para ello. Tanto los médicos residentes (médicos graduados que cursan una especialidad) como los médicos internos se opusieron tajantemente a tal medida, puesto que aplicarla significaría medrar el ya exiguo presupuesto de los hospitales públicos. Ante la fuerte oposición, el Ministerio de Salud desistió de llevar a cabo tal medida. Nuevo conflicto por las plazas La raíz de esta nueva problemática se halla en un acuerdo supuestamente firmado en marzo de este año por el Ministerio de Salud y los decanos de las facultades de medicina (entre ellos Rolando Espinoza de la Universidad Nacional), en el que se decide modernizar las instituciones hospitalarias a través de limitar las fechas de asignación de plazas a una sola: a principios de enero, en lugar de enero y julio como se venía realizando. Para los estudiantes de medicina, tal acuerdo rompe con los que se habían firmado en agosto del año pasado para resolver la anterior crisis. Curiosamente, Rolando Espinoza, ante el descontento de los estudiantes de medicina, afirma que " no ha estado, no está, ni podrá estar nunca de acuerdo con las medidas tomadas por el Ministerio de Salud " en lo referente al cambio de fecha de asignación de las plazas, pese a que su firma aparece en el acta donde se decide tal cambio. Además de la razón expuesta, los estudiantes alegan que al vencer los contratos en julio de este año y al no poderse renovar, pues se debe de esperar hasta enero del próximo año para una reasignación de las plazas, el Hospital Rosales está pasando por una falta de personal médico que ha aumentado la mortalidad entre los pacientes ingresados. Como respuesta a ello, la directora del Hospital Rosales afirmó, el 6 de julio, que el vacío de médicos internos se supliría mediante la contratación de aproximadamente 20 médicos residentes, lo que hasta la fecha de este escrito no se ha hecho realidad. Luego de varias amenazas, y en un marco de inflexibilidad de las posiciones, los estudiantes de medicina iniciaron un huelga el 10 de julio en el Hospital Rosales. Consideraciones La serie de medidas adoptadas por el Ministerio de Salud, tanto de este año como el anterior, no muestran más que la absoluta falta de una planificación lúcida en la administración del sistema hospitalario del país. El haber decidido trasladar la fecha de contratación de médicos internos a enero cuando los contratos vencían en julio no puede ser considerado más que como una torpeza imperdonable, ya que se deja sin recursos humanos a un servicio de por sí deficiente. Además, no es claro como se modernizará el servicio hospitalario mediante un simple cambio de fechas, ello debería ir orientado más bien a elevar el presupuesto asignado y mejorar, como condición ineludible, el servicio que se presta en él. En este sentido la medida ha tendido más a propiciar lo contrario. En lo que respecta a la actitud de los estudiantes de medicina, es difícil creer que tengan algún interés por el bienestar de sus pacientes o del sistema hospitalario en general cuando realizar huelgas y paros como primera opción para hacer oir sus demandas. Que las autoridades de la Universidad Nacional en lugar de proponer formas de presión que no perjudiquen a los pacientes apoyen incondicionalmente las demandas de los estudiantes, es signo de la poca o nula independencia que guardan de los deseos y arrebatos de éstos. De ninguna manera el interés particular de unos cuantos, o el interés de una institución por no crear conflictos a su interior, puede a nteceder a los intereses de la población salvadoreña que acude a los servicios de salud pública. Reunión de presidentes de Centroamérica y Chile El día 12 de julio se celebró en San José, Costa Rica, una Reunión de Presidentes de Centroamérica y Chile a la que asistieron los mandatarios de Guatemala, Alvaro Arzú; Honduras, Carlos Roberto Reina; El Salvador, Armando Calderón Sol; Costa Rica, José María Figueres; Chile, Eduardo Frei; la Vicepresidenta de Nicaragua, Julia Mena; y, en representación del Primer Ministro de Belice, Elodio Aragón. La reunión trató, entre otros puntos, los siguientes: el impulso comercial y la inversión en la región; la cooperación horizontal entre Centroamérica y Chile; y la incorporación de este último país como socio extrarregional al Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), al que ya están integrados Argentina, Colombia, México y Taiwan. Logros alcanzados Los mandatarios de Centroamérica y Chile acordaron en San José crear una comisión de " alto nivel" que inicie, a la mayor brevedad posible, las negociaciones para un acuerdo de libre comercio de bienes y servicios, incluyendo turismo, promoción de las inversiones y la cooperación. La comisión, que estará coordinada por los ministros de Relaciones Exteriores, tendrá que presentar un informe en un plazo de seis meses, el cual será analizado por los cancilleres y los titulares de Comercio de estos países para tomar las decisiones correspondientes. Asimismo, acordaron la consolidación del proceso de integración centroamericana, así como la incorporación de Chile al MERCOSUR. Además de lo ya apuntado, se logró que el Presidente Frei manifestara su disposición de avanzar en la incorporación de su país al BCIE, como un socio fuera de la región. Como una muestra de la disposición para avanzar en esa iniciativa, Chile ha dado un paso abriendo una línea de crédito de 20 millones de dólares al BCIE, destinados a financiar importaciones de los países miembros del banco para adquirir bienes de capital y servicios de ingeniería y montaje de origen chileno. En la declaración firmada, los gobernantes expresaron la urgente necesidad de promover un amplio apoyo internacional para la firma de los acuerdos de paz en Guatemala, siendo esta la nación centroamericana que todavía subre una cruenta guerra. Cabe destacar que en el nuevo contexto de la globalización, los conflictos armados que se libran todavía en algunos países, lejos de atraer a los inversionistas los ahuyentan. Precisamente porque los conflictos armados no garantizan una estabilidad para invertir, se impone la urgente necesidad de terminar con la guerra que padece desde hace muchos años el istmo y de manera particular Guatemala. El documento hace énfasis en la importancia que tienen las elecciones en Nicaragua, que se celebrarán el próximo 20 de octubre, esperando que ello contribuya a consolidar el régimen democrático. Tal preocupación es válida justamente porque la actual situación que se vive en Nicaragua lejos de ser beneficiosa para la región, continúa siendo un obstáculo para alcanzar una mayor estabilidad política en el área. En esta misma reunión de presidentes se supo que el gobierno de Estados Unidos había cancelado la visa de entrada a ese país al presidente de Colombia, Ernesto Samper, lo cual hizo que los mandatarios discutieran la medida y que pidieran a los cancilleres elaborar una declaración en la que los presidentes de Chile y Centroamérica manifiestan su inconformidad con la decisión estadounidense. Según los mandatarios, " la institucionalidad democrática de Colombia debe ser respetada " , precisamente porque el Congreso Nacional colombiano " ha exonerado de culpa al presidente Samper" . El comunicado es claro cuando afirma que la medida es intervencionista y que irrespeta los principios del derecho internacional. Continúa afirmando el comunicado que " la no intervención en los asuntos internos de los Estados y el respeto a la soberanía nacional constituyen elementos básicos de Derecho Internacional que guían las relaciones entre los países del hemisferio " . Aquí es importante destacar que la medida tomada por Estados Unidos es improcedente, pero es más importante tener presente que no es la primera vez que esta nación irrespeta la soberanía y la libre autodeterminación de los pueblos latinoamericanos. Finalmente, cabe esperar que esta reunión sostenida entre los países centroamericanos y Chile sea de gran provecho para el istmo, sobre todo en este momento en que la globalización demanda mayor capacidad para competir con otras regiones del mundo que han avanzado más que el área centroamericana. Libertad de expresión? Descontento y protestas ante la injusticia social y la falta de espacios para la participación amplia de la población; represión generalizada o selectiva, y diversas formas de violencia política; impunidad y guerra; diálogo, negociación, acuerdos y verificación internacional... Así de difícil, doloroso e intenso ha sido nuestro país durante los últimos veinte años; después de todo eso era lógico y deseable imaginar que algo realmente esencial hubiese cambiado en estas tierras, en su sociedad y en las formas de relacionarse entre sus integrantes. Sin embargo, parece que -de fondo- es muy poco e irrelevante lo que se ha modificado. Esa y no otra es la conclusión a la que puede llegar quien, de manera objetiva, dedica un momento de su tiempo a examinar lo que se encuentra tras la captura del director del vespertino " Co-Latino " , Francisco Elías Valencia. Los hechos ya han sido suficientemente publicitados dentro y fuera del país desde el pasado viernes 12 de julio, fecha en la cual se produjo la detención y posterior liberación del periodista, quien tuvo que desembolsar 10 mil colones en concepto de fianza para no contribuir con su humanidad al hacinamiento dentro de las cárceles nacionales. Sobra, pues, volver a relatarlos y -salvo alguna opinión sumamente confusa y esquiva, que ya no debiera extrañar a nadie- lo que sí vale la pena destacar primero sobre el caso son las numerosas e inmediatas expresiones de solidaridad enviadas a Valencia y de condena contra los responsables de que tal situación se haya producido. Sorpresas hubo entre las muestras de apoyo; ojalá éstas sean cada vez más frecuentes y, sobre todo, sinceras; pero son las manifestaciones de condena externadas las que nos posibilitar arrancar con nuestra reflexión. Es indudable que se deben expresar las críticas más enérgicas sobre la actuación del juez quinto de lo penal, quien libró las órdenes de captura; de igual manera, se deben denunciar y cuestionar ciertas fuerzas oscuras que -a pesar de todos los señalamientos hechos antes- se continúan moviendo al interior de la Policía Nacional Civil (PNC), organizando acciones " encubiertas" cuyos propósitos son igualmente turbios, como sucedió también en esta ocasión cerca de las instalaciones de " Co-Latino " antes de la detención de Valencia. Hay que hacer esas críticas, pero no es suficiente quedarse únicamente ahí. Si Usted, estimado lector, toma los siete informes que Diego García Sayán -uno de los tres directores de la división de derechos humanos de la Misión de Observadores de las Naciones Unidas (ONUSAL)- envió al secretario general de la organización mundial para informarle sobre la situación en nuestro país se encontrará con que, de julio de 1992 a septiembre de 1994, éste era casi un " paraíso " en proceso de construcción. Para ese abogado peruano -quien dejó un mal recuerdo entre las personas, nacionales y extranjeras, realmente comprometidas con la vigencia de los derechos y las libertades fundamentales en esta tierra- el diagnóstico de lo que se observaba acá en septiembre de 1994, al finalizar su período, era el siguiente: " Los avances en el proceso de transición democrática y de consolidación del Estado de Derecho, previstos por los acuerdos de paz de El Salvador, se manifiestan en un cambio del ambiente político y social del país que tienen signos claros. La gradual apertura de espacios parece afianzar el diálogo y la concertación como los instrumentos democráticos legítimos para el ejercicio de las relaciones sociales y la solución de las controversias, a la vez que descalifican el recurso a la violencia en todos los órdenes, hecho que trae consigo un clima de distensión y sosiego para el ejercicio de los derechos y las libertades fundamentales " . Esa era la idílica visión de García Sayán y su segundo de a bordo -el también peruano Manuel Rodríguez Cuadros, aún entre nosotras y nosotros- sobre un país donde lo que se necesitaba con urgencia, en ese entonces, era un análisis objetivo y la presión fuerte sobre las partes para sentar las bases sólidas de las instituciones nuevas o renovadas que estaban surgiendo. Por el contrario, según estos personajes de lenguaje florido pero sumamente desinformativo, en esa época el " proceso de fortalecimiento institucional " comenzaba " a superar sus vicisitudes para ser una realidad en marcha " ; además, daban cuenta de lo que quizás sólo ellos o muy pocos -igual que ellos- veían: " se registran progresos en el sistema judicial, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y la Policía Nacional Civil y se perciben mejores condiciones para las recomendaciones pendientes en materia de administración de justicia y derechos humanos " . Estos funcionarios internacionales, pues, al haber brindado una información tan distorsionada, también son responsables de que en nuestro país se estén produciendo situaciones como la que nos ocupa ahora. Y para ser más precisos, en materia de libertad de expresión dijeron lo siguiente cuando -por última vez- tocaron el tema dentro de sus informes: " Como en los períodos precedentes, la división de derechos humanos ha observado el respeto sustantivo por parte del Estado del derecho a la libertad de expresión. " A diferencia de García Sayán y Rodríguez Cuadros, fue otra la actitud de las personas que estuvieron antes que ellos al frente de la división de derechos humanos de ONUSAL. Al terminar su mandato, Phillipe Texier hizo referencia al acuerdo de San José cuando abordó lo relativo a la libertad de expresión y, además, sostuvo que " todas las fuentes consultadas coincidieron en afirmar que el hecho de que no exista, hasta el presente, una reglamentación jurídica del derecho de rectificación o respuesta constituía una limitación importante al pleno ejercicio de este derecho" . En ese marco, también destacó la necesidad de una legislación específica para garantizar la libre expresión y difusión del pensamiento. Dentro del " clima de distensión y sosiego para el ejercicio de los derechos y las libertades fundamentales " que veían los citados abogados peruanos, en El Salvador no se han incrementado los espacios para fomentar la libertad de expresión. Por el contrario: desaparecieron dos rotativos -el semanario " Primera Plana " y el diario " La Noticia " - y permanecen sin funcionar por disposiciones manifiestamente autoritarias, desde diciembre de 1995, diez radiofusoras que prestaban un enorme servicio a varias comunidades que -sin lugar a dudas- lo requieren para su desarrollo realmente participativo, tanto en lo económico y social como en lo político. Dentro de ese " clima " , también, se intentó aprobar lo que el gremio de periodistas calificó como " Ley Mordaza " y se sabe que, en la actualidad, se encuentra en estudio un artículo que pretenden incluir dentro del futuro Código Procesal Penal, con restricciones a la prensa; mientras tanto, a la fecha, aún no se decretan las normas legales necesarias para garantizar el libre ejercicio de un periodismo comprometido con el espíritu y la letra del acuerdo de San José sobre derechos humanos. En este escenario, recientemente se han hecho llamados oficiales y extra oficiales para que las y los comunicadores sean objetivos y no " ensucien " la imagen del país. A dichas exhortaciones, el presidente de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) -Renán Alcides Orellana- respondió lo siguiente: " En el periodismo salvadoreño es evidente actualmente que existe modernización y profesionalismo; el periodismo investigativo ha hecho suyo el papel fiscalizador de la sociedad, para cumplir con un derecho de la sociedad " . Lo preocupante es que en dicho marco, independientemente de lo que hayan dicho aquellos funcionarios peruanos de ONUSAL y tal como lo señalamos en este espacio (Proceso, 716), se publicitaron las amenazas contra " ciertas personas que -a título individual o en representación de las instituciones con las que trabajan- han señalado o posibilitar que se señalen las serias deficiencias " del llamado " proceso salvadoreño " . De acuerdo a todo lo anterior, pues, en esta materia las cosas no andan muy bien en el país. La captura del director de " Co-Latino " es condenable a todas luces, por la forma en que se dio y las posibles razones que la motivaron: intimidación y censura para su persona y el gremio; sobre todo cuando ésta se produce en un marco caracterizado por las condiciones adversas para el libre ejercicio de la profesión, ya que no existe -para la persona que la desempeña- una verdadera seguridad desde sus diferentes perspectivas: legal, económica e incluso personal. Y ojo: ese trabajo se anuncia cada vez más difícil pues se acerca un período electoral que, poco a poco, le irá subiendo la temperatura a un ambiente el cual -de por sí- ya se encuentra algo caliente por la inestable situación en la que vive una buena parte de la población, dentro del actual modelo llamado incorrectamente de " desarrollo " . Modelo que, en los últimos días, ha generado -entre otras cosas- el despido de casi 300 empleados de telecomunicaciones y un drástico incremento en el precio de un alimento tan básico como los frijoles. Pero, además, el estado real del respeto a la libertad de expresión se encuentra mal en El Salvador por otras razones que van más allá de la situación del gremio periodístico, independientemente de que ésta sea siempre una referencia clave para su análisis. La libertad de expresión se encuentra indisolublemente vinculada a la participación consciente de la población y al derecho a la comunicación; de esa forma, para su examen se deben considerar aspectos tales como las posibilidades de criticar asuntos de fondo, el nivel de opinión y debate público, el grado de intercambio entre los diversos sectores sociales, la vigencia de las garantías políticas y judiciales, el acceso y la participación en los medios de difusión, así como la democratización de su propiedad. Al observar uno a uno cómo se encuentran en nuestra tierra los anteriores aspectos, concluimos preocupados: no estamos nada bien. En ese escenario, la mayoría de salvadoreñas y salvadoreños no están ejerciendo el derecho a expresarse libremente y a comunicarse porque tienen miedo, porque sus prioridades cotidianas -vivir y sobrevivir- se lo impiden, porque tienen limitaciones estructurales para ello y/o porque, sencillamente, sus realidades vitales no son asuntos de interés para quienes deciden en estos campos. Así las cosas, ya es tiempo que en este país se empiecen a decir y a socializar las verdades: sobre lo que sucedió en el pasado y nos llevó hasta la guerra, lo que sucedió con los acuerdos de paz y nos tiene en esta situación de inseguridad, sobre lo que puede suceder en adelante de no asumir con responsabilidad las tareas más urgentes que se imponen para la construcción de una sociedad diferente, donde el grado de respeto a la libertad de expresión y al derecho a la comunicación sea -fuera de toda duda- indicador obligado para medir el nivel de democratización. Porque en aquel lugar donde los hombres y mujeres no pueden expresar sus opiniones y comunicarse libremente -sostiene Enrique Pedro Haba- " tampoco está seguro ningún otro derecho, pues tienen cercenado el camino para conocer los abusos y hacer causa común contra éstos " . Transcribimos a continuación el discurso del ex presidente de Costa Rica, Rodrigo Carazo, ofrecida en ocasión de la primera reunión del Movimiento Nacional para la Soberanía de Cuscatlán, sostenida el día 2 de julio en el local de ATCEL. Discurso del ex presidente de Costa Rica, Rodrigo Carazo (I) Un saludo muy afectuoso a las personas y el agradecimiento por esta invitación a compartir con ustedes algunos pensamientos y experiencias que nos resultan muy útiles; pensamientos, experiencias, que viven conjuntamente nuestros pueblos: que sufren directamente nuestras naciones y que exigen que cada uno de nosotros haga el esfuerzo correspondiente por estar informado, por tener criterio claro y por enfrentar esta avalancha que vivimos, con la entereza que reclama de cada uno de nosotros la suerte de nuestros pueblos. Yo le digo a mis alumnos y a los compañeros de trabajo en estas lides, que los países de América Latina hemos estado sometidos al más grande proceso de aislamiento, que resulta inconcedible en la época de las comunicaciones. Es un proceso de comunicación de una sola vía, mediante lo cual recibimos lo que se nos quiere decir y que solamente contestamos con un sí, a veces lleno de duda pero desgraciadamente aceptado por grandes sectores de la población de nuestro país. Y digo cada vez que puedo que me resulta incomprensible como aquellos que están siendo agredidos y desposeídos de sus derechos y posibilidades de superación, como es que ellos siendo víctimas de lo que sufren, estén de acuerdo con las políticas económicas que están aprobando. Lo digo por mi país, porque a lo largo de muchos años hemos sufrido el invierno y mucha gente de nuestro pueblo está de acuerdo con las políticas impuestas por los organismos y naciones extrañas. La gran mayoría, la gente en general cree que no podemos hacer nada sin el Fondo Monetario Internacional, sin el Banco Mundial, sin el sometimiento a las políticas que estos organismos nos imponen. Me van a perdonar que me tome unos minutos esta tarde para hacer una reflexión histórica de gran importancia que nosotros ignoramos. Dicen los que han estudiado los anales de los organismos financieros que mencioné que el origen del planteamiento para crearlos fue la reunión entre el Presidente de los Estados Unidos, Roosevelt, con el Ministro Churchill, de la Gran Bretaña, y que esta plantemiento se hizo por primera vez cuando la Gran Bretaña con su Primer Ministro se acercaron a los Estados Unidos para pedir que este poderoso le declarara la guerra a los fascistas de Europa; entonces el Presidente Roosevelt le dijo al señor Churchill, que con mucho gusto nos metemos a esa guerra si el Imperio Británico se nos abre a nuestro comercio inmediatamente, para que nuestras actividades económicas puedan tener una proyección mundial porque el Imperio Británico está cerrado para el comercio exterior. Entonces cuando uno escarba en la historia se va encontrar que las argumentaciones primeras que motivaron la participación de esta gran potencia en la segunda guerra mundial no fue la defensa de la libertad ni tampoco la defensa de los intereses de la humanidad sino la de los intereses económicos propios; esto está totalmente documentado en este tiempo, por supuesto que por aquella época de 1940-1941 no estaba al alcance del conocimiento del planeta. Cuando termina la guerra una de las primeras cosas que se hacen es producir una reunión en un lugar de los Estados Unidos llamado Bretton Woods y allí es donde se constituye el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y la tarea de estos organismos se orienta fundamentalmente a cumplir cuatro propósitos que son del conocimiento general, tres de ellos y otro está perfectamente explicado con la conducta de estas organizaciones; el primer objetivo es el de lograr equilibrio fiscal en todos los países de la tierra, para que ese equilibrio fiscal garantice el poder de compra del dinero, con el poder de compra de dinero los países estarán en capacidad de ser más fuertes financieramente. El tercero y muy importante objetivo de los organismos internacionales es que dotando de recursos financieros a través del equilibrio presupuestario y el de las exportaciones, los países del mundo están al día con sus acreedores financieros que son generalmente bancos de los países más desarrollados. Fíjense que los tres objetivos son financieros, pero el tercero es la razón de ser de los organismos y de las políticas de ajuste estructural que hoy estamos padeciendo. Hay una cuarta y muy importante tarea que corresponde a estos organismos financieros que los expertos llaman la apertura del mercado financiero para las grandes empresas que mueven capital. Ese capital que se ha convertido en el instrumento de multiplicación de la riqueza y de concentración de los recursos, que se ha logrado no solo en siete países del mundo sino en algunos centros financieros de estos países, porque no es en todo el país. Esto es muy importante que lo tengamos en cuenta, las políticas financieras a nivel mundial han causado directamente efectos en la población de los países ricos y en el caso de los Estados Unidos han provocado la primera aparición multidinaria de pobres, desposeídos sin casa. La política que estoy denunciando revela que ya no se trata de una pelea solo entre los países ricos contra los países pobres, sino dentro de cada país. Dentro de cada país los grupos económicamente fuertes producen una concentración financiera en su beneficio, que hace que se multiplique la pobreza y que ésta se agudice. La filosofía imperante ha llegado a tal extremo que ya los jóvenes del mundo sufren una especie de Apartheid, la economía se diseña para beneficio de unos pocos que cuando tienen los recursos financieros se olvidan por completo de todos aquellos sectores de la población sin recursos de ninguna especie, a eso se debería que los programas de ajuste estructural busquen solamente la mejora de las cifras macroeconómicas; el tipo de cambio, es muy importante, así como el equilibrio presupuestario, el aumento de las exportaciones; en cambio dejó de ser importante hace mucho tiempo la calidad de vida reflejada en los mejores servicios hospitalarios, de salud, de educación para las grandes masas de la población; este deterioro ocurre inclusive en los países ricos, fíjense entonces como se ha venido a construir una especie de gran centro financiero internacional. En nuestras naciones ese capital agrega muy poca riqueza, la producción ya no interesa, ni siquiera la producción de naturaleza agrícola, los países cada día son más importadores de lo que se comen. Hoy leí en el periódico que se importan no sé cuantos millones de colones salvadoreños en carne y he visto anuncios en donde ya se habla de leche Neozelandesa. En mi país, con la pérdida de la capacidad productiva en el campo, se ha perdido la seguridad alimentaria por que la inversión financiera es la que más interesa a los que tienen recursos; entonces se emiten bonos, los bonos se venden y sobre todo si son del gobierno, se pagan altos intereses y los que colocan esa plata en bonos reciben mucho dinero, al recibir mucho dinero no quieren correr un riesgo montando fábricas y vuelven a invertir en más bonos del gobierno y es un círculo en donde no se crean fuentes de trabajo, en donde el gobierno se le quita cada día más recursos que necesita para su acción social y se orienta ese dinero para que pague sus intereses sobre su deuda externa, a que se abran las posibilidades de inversión a grandes capitales en actividades que produzcan dinero contante y sonante y jamás pérdidas; estas actividades son los servicios. ¿Qué pasa cuando alguien no paga la luz? -pasan la cuchilla verdad-, ¿y qué pasa cuando alguien no paga el teléfono? -lo mismo-, entonces no hay inversión más segura que ser dueño de una distridora de energía eléctrica, porque sencilla y llanamente el único riesgo que corren es que los clientes dejen de pagarle un mes y como las tarifas son favorables, la tarifa aguante un mes, pero si todavía el cliente quiere reinstalar su servicio, tiene que pagar una cantidad adicional, por lo cual fue un gran negocio, que alguien que no pague puntualmente, por que le van a cobrar más de lo que pagó normalmente en un mes. CONTINUAN AMENAZAS. Un grupo de supuestos militares jóvenes salvadoreños, identificado como " Comando Estratégico de Liberación Nacional Juventud Militar Arce " , envió un comunicado vía fax a distintos medios de prensa el 15.07 en el que amenazó con dar un golpe de Estado al Presidente Armando Calderón Sol si éste no destituye a varios funcionarios que, según la advertencia, están implicados en el " crimen internacional " . El grupo señala que " los acontecimientos diarios y la confrontación social ponen en evidencia que el Gobierno no está cumpliendo sus funciones " , asegurando que las acciones gubernamentales no han propiciado el bienestar general y " la noble institución armada se ha mantenido cautelosamente observando el desarrollo de los acontecimientos con absoluta disciplina y obediencia " . Advierte a Calderón Sol que " ponga orden en la república, limpie su gobierno, comenzando por destituir inmediatamente a su gabinete, a personalidades que sirven a intereses mezquinos del crimen internacional " . " Debe actuar lo antes posible, de lo contrario asumiremos el control del Estado para que la gloriosa Fuerza Armada sea una vez más el símbolo del cambio y el brazo armado del pueblo " , indica la amenaza. El comando anónimo, que dice estar formado por oficiales superiores y subalternos del Ejército, también solicita al alto mando de la Fuerza Armada salvadoreña que investigue la corrupción de los militares pertenecientes a " La Tandona " . A su vez, exige una investigación sobre los " jefes " que dirigen el narcotráfico en El Salvador, entre ellos, señala al ex presidente Alfredo Cristiani y a su hermano Antonio, así como la " conexión" con el Ministro de Seguridad, Hugo Barrera. Finalmente, afirma que también debe ser indagado Juan José Domenech, Presidente de ARENA, por ser el jefe del cuartel " Guanajato " en El Salvador (ACAN EFE 15.07 y LPG 16.07 p.42-a). APOYAN LIBERTAD DE EXPRESION. El arzobispo de San Salvador, Fernando Sáenz Lacalle, pidió el 14.07 a los periodistas hacer uso de la libertad de expresión " con responsabilidad " , al comentar la captura y posterior liberación del Director del diario Co-Latino. " Especialmente es muy delicado en la profesión de ustedes, porque tiene un efecto multiplicador muy grande, por lo tanto, en ustedes cabe una mayor delicadeza en usar la libertad de expresión " , aseguró Sáenz Lacalle. El Director del vespertino, Francisco Elías Valencia, fue detenido el 12.07 por la PNC debido a una orden del Juzgado Quinto de lo Penal, donde enfrenta una acusación por el delito de difamación promovida por el subcomisionado Rafael Antonio González Garciaguirre. Sin embargo, la libertad le fue conferida luego de seis horas de arresto y la cancelación de una fianza de diez mil colones. El Arzobispo, Sáenz aseguró que sin duda debe de existir libertad de prensa, pero también debe haber respeto a la verdad y a la dignidad de las personas, valores que hay que defender, " si alguien piensa que se le ha difamado o calumniado está en su derecho a reclamar, pero si resulta que no ha habido difamación o calumnia, entonces el perjudicado por la acción judicial puede exigir reparación " afirmó el prelado. Por su parte, Elías Valencia sostuvo que no se retractará jamás ni revelará las fuentes que le proporcionaron la información sobre el supuesto involucramiento del subcomisionado González Garciaguirre en actos de corrupción, cuando fungió como subjefe de la DIC. El funcionario policial dijo estar dispuesto a " perdonar " a Valencia, pero para ello tenía que " retractarse de la información publicada" . La actitud de Valencia es respaldada por todas las gremiales de periodistas del país (LPG 15.07 p.3-a y EM 15.07 p.3).