© 1996 UCA Editores
año 17 numero 720 agosto 7 1996 ISSN 0259-9864 Izquierda y democracia Las memorias de la labores de los ministerios de Economía y Hacienda Entrada en vigencia del nuevo Reglamento de Tránsito La coyuntura actual en Costa Rica Funciones de la Asamblea Legislativa Pobreza: un fenómeno que no es natural Izquierda y democracia La democracia sigue siendo el nudo gordiano de la izquierda latinoamericana y, por supuesto, de nuestra izquierda. Mientras no lo corte, no sólo no logrará desatarse de las amarras autoritarias heredadas del estalinismo, sino que continuará desempeñando su papel de perdedora en las urnas, sin poder recuperar las ricas experiencias de movilización y organización popular propias de décadas pasadas. Algo propio de la izquierda ha sido saberse mover con relativa soltura en la democracia directa, pero con enormes dificultades en la democracia arepresentativa, lo cual la ha llevado a perder claridad acerca de la conexión existente entre ambos procesos democráticos. La idea que ha predominado es que cuanto más directa es la democracia mejor es para los intereses populares. De cualquier modo, es ineludible reconocer los límites de la democracia directa. Ella es indispesable, por ejemplo, en los procesos de autogestión industrial. En cambio, la democracia directa en el sistema judicial sería sumamente contraproducente. Para llevarlo al extremo: es completamente diferente un comité de gestión cooperativa que un comité de linchamiento. Una cosa es una asamblea de estudiantes y otra de orden muy distinto es un tribunal popular: la simpatía que despierta la primera no debe ocultar los peligros de una justicia sometida al delirio de una minoría constituida en poder directo. Este es precisamente el problema de la democracia directa: visto desde una perspectiva global se trata, en el fondo, de minorías que ejercen el poder directo, pues una asamblea sindical o el congreso de un determinado partido agrupan a un pequeño segmento de la población y no al conjunto de ella, por más que la propaganda diga lo contrario. Y cuando el "control popular" de las asambleas rebasa con sus decisiones los límites de sus condiciones de vida y trabajo, para determinar la vida y trabajo de otros sectores de la sociedad, entonces surgen las dificultades, en las cuales destacan la ineficiencia y el despotismo. De aquí, pues, que la apuesta de la izquierda por la democracia directa deba de ser balanceada por formas democráticas indirectas y representativas, las cuales ciertamente no le son ajenas a la izquierda. El problema es que las banderas de lucha civil por la democracia política han sido asumidas, sin que la izquierda haga algo por evitarlo, por la derecha. Más aún, la izquierda ha desgastado su caudal en vanos esfuerzos por traducir demandas democráticas en programas y proyectos destinados a ofrecer a los sectores populares una alternativa de política socio- económica. Con ello, ha dilapidado un capital histórico acomulado; ha rebajado la política a la economía, y ha reducido la democracia a la queja. Sin duda, los desajustes económicos han contribuido a ello: la izquierda ha creído que en momentos de grave deterioro socio-económico es oportuno enarbolar como bandera principal un programa de alternativas económicas para ofrecer a los sectores populares un salida a su difícil situación. Sin embargo, la medicina ofrecida por la izquierda ha sido poco eficaz y la gente ha desconfiado de los curanderos rojos que ofrecen salidas milagrosas. Adicionalmente, la izquierda parece estar fundamentalmente preocupada por lograr su unidad, para fusionarse orgánicamente en torno a un programa. Ha desdeñado la lucha por impulsar una nueva cultura política democrática, para dedicarse a las añejas tareas de construir un partido y un programa. La izquierda se consume haciendo política hacia adentro en detrimento de una política expansiva y extrovertida. Es decir, la izquierda sufre de un curioso narcisismo político: no deja de mirarse a sí misma, de autocriticarse, de autoalabarse, de definirse siempre en relación consigo misma, de contemplar la historia de sus derrotas y de sus mártires, de lamentar su condición y exaltar su futuro. Esta izquierda autoorganizada y autounificada prefiere reunirse en foros y congresos que publicar una revista, gusta más de los estatutos que de un buen libro, aprueba las concertaciones controladas, pero evade zambullirse en la vida cotidiana de la gente. Así, es comprensible que no se emplíe su horizonte electoral: los dirigentes parecen más interesados en captar y reorganizar militantes o "dirigentes naturales" ya convencidos, que en ganar nuevos votos para sus partidos. La formación de clientelas parece ser la estrategia electoral de la izquierda; el voto cautivo de sus militantes su principal recurso y el populismo de sus dirigentes el modus operandi de su práctica política. La izquierda salvadoreña hizo de la unidad un mito que le resultó caro. A la larga, la tan publicitada unidad político-militar conseguida durante la guerrsa civil se resquebrajó en la postguerra. Sin embargo, el interior del FMLN -la única izquierda que queda en el país, al decir de sus dirigentes- la unidad sigue siendo la idea fuerza de la organización. En virtud de ese mito -y de otros que se fraguaron en torno al FMLN- es que la izquierda del país es incapaz de ver hacia el futuro y de abrirse hacia la sociedad. Es decir, nuestra izquierda tiene la mirada en el pasado, en las glorias, sacrificios, fracasos y triunfos de la época heróica. Tiene también puesta la mirada en sí misma; en su propio fortalecimiento, en la organicidad y coherencia entre sus militantes. Su propia autoncomprensión -"somos la única izquierda"- se traduce en la exclusión de quienes no se confiesan partidarios de esa filiación político-ideológica. En otras palabras, la izquierda salvadoreña -el FMLN- se autoimpone enormes obstáculos como alternativa política de alcance nacional. Porque para ser tal tiene que ser vista por los electores como capaz de representar los intereses de la mayor parte de los ciudadanos, y no sólo de aquellos que están vinculados orgánicamente al partido. Mientras el FMLN se siga percibiendo y siga funcionando como un partido de cuadros no va a convertirse en una alternativa política nacional, al igual que no lo es ARENA y no lo fueron en su tiempo el PCN ni el PDC. Asimismo, mientras el FMLN siga concibiéndose y funcionando como un partido de cuadros, el populismo lo va a perseguir como un fantasma, con todos los peligros -chantaje, corrupción, compromisos y prebendas- que ello trae consigo. Las memorias de la labores de los ministerios de Economía y Hacienda Durante el último año, ha sido innegable una relativa desmejoría del ámbito económico, no sólo por la reducción de la tasa de crecimiento, sino también por la notable desconcertación en torno a las medidas de política económica. Sin embargo, diversas fuentes gubernamentales sostienen que las perspectivas de crecimiento aún son buenas y que no existen presiones sobre las grandes variables macroeconómicas. La Memoria de Labores 1995-96 del Ministerio de Economía y del Ministerio de Hacienda sostienen esta visión al momento de evaluar la política comercial, el comercio y la inversión y la situación de las finanzas públicas. Sin embargo, aunque ambos aseguran haber contribuido a la estabilidad macroeconómica al mismo tiempo aceptan que durante el último año se han registrado mayores desbalances. Esto es en parte resultado del inicio del proceso de "modernización" del Estado, la cual ha comprendido reformas en la estructura organizativa estatal. El cierre o la fusión de diversas instituciones de gobierno, entre ellas el Ministerio de Planificación, ha debilitado la capacidad del Estado para orientar las políticas de desarrollo más allá del simple crecimiento económico con estabilidad. Pese a que el discurso oficial acepta la importancia de que el Estado promueva el desarrollo social, en la práctica éste más bien parece querer retirarse de este ámbito. En las siguientes líneas se argumenta que los ramos de economía y hacienda no están desempeñando el papel de orientadores del desarrollo económico, sino más bien están dedicados enteramente a tratar de sostener, con magros o nulos resultados, la estabilidad macroeconómica. Los esfuerzos para lograr la estabilización De acuerdo al Ministerio de Economía, el comportamiento de la balanza comercial durante el año anterior habría mostrado una clara tendencia hacia el crecimiento de su déficit, producto de un incremento de las importaciones mayor que el registrado por las exportaciones. La política comercial desarrollada por el Ministerio de Economía se habría concentrado, entre otras cosas, en la búsqueda de nuevos socios comerciales, en el desarrollo de negociaciones regionales y extraregionales y al impulso del proceso de desgravación arancelaria. En algunos casos se ha propuesto el libre comercio con países como Guatemala, Honduras, México y Panamá. Para promover las exportaciones el Ministerio de Economía habría realizado gestiones para incrementar la presencia del país en ferias internacionales, incrementar la comunicación y, más importante que lo anterior, la implementación del Programa de Mejoramiento de la Competitividad de El Salvador. Este programa contemplaría acciones en los campos de capacitación empresarial para la modernización, promoción-fomento de inversiones y exportaciones, agilización de trámites y, finalmente, promoción del país hacia el exterior. Por su parte, el Ministerio de Hacienda habría concentrado sus esfuerzos principalmente en el mantenimiento del equilibrio macroeconómico, para lo cual "se debió adoptar importantes medidas tributarias, que incluyeron cambio de bases y tasas impositivas, al tiempo que se profundizó los esfuerzos administrativos para mejorar la recaudación". En esa línea se habría logrado un importante incremento en los ingresos corrientes, especialmente por el incremento de las recaudaciones del Impuesto al Valor Agregado (IVA), lo cual compensó e incluso superó la reducción de los ingresos tributarios por efecto de la desgravación arancelaria. Así, se establece que "Del total de ingresos, los tributarios representaron el 92.9 por ciento, cuatro puntos porcentuales más que el año anterior" Por su parte, el gasto total experimentó un incremento superior al de los ingresos, debido a un incremento de los egresos corrientes en sueldos y salarios, bienes y servicios y transferencias al sector privado. Como resultado del comportamiento de ingresos y gastos, el saldo de las finanzas públicas pasó de un superávit de 1,100.1 millones de colones en el período junio 1994-mayo 1995 a un déficit de 833.1 millones de colones para el período junio 1995-mayo 1996. Los vacíos de las políticas Las memorias recién reseñadas dan cuenta de dos variables macroeconómicas (balanza comercial y el déficit fiscal) sin considerar otros elementos como el crecimiento de la producción y los precios. Estos dos elementos, al igual que el tipo de cambio externo, dependen mucho del manejo que el Banco Central de Reserva haga del crédito y de los flujos monetarios. Aún considerando sus limitaciones, puede notarse que la capacidad de acción de estas instituciones es bastante limitado; basta con observar que ambas reportaron empeoramientos en el ámbito macroeconómico a su cargo. Como se mencionó arriba, los resultados obtenidos por estas dependencias estatales serían: una profundización del déficit de la balanza comercial y un resurgimiento del déficit en las finanzas públicas; dos de los sempiternos problemas de la economía salvadoreña. Evidentemente, las gestiones de los mencionados ministerios han sido insuficientes para responder siquiera a los requerimientos de la estabilidad macroeconómica, aunque por diversas razones. En el caso de la balanza comercial, es claro que la política seguida por le Ministerio de Economía otorga mayor importancia a la búsqueda del libre comercio, descuidando así el aspecto de la promoción de las exportaciones. El sector agropecuario y el sector industrial no resultarán favorecidos de un proceso de liberalización del comercio debido a su retraso tecnológico y administrativo; el Programa de Mejoramiento de la Competitividad de El Salvador aunque es una importante iniciativa para estimular el crecimiento de las exportaciones aún es incipiente y no ha tenido ningún impacto en el comportamiento de las exportaciones. Las finanzas públicas, por otra parte, vienen siendo manejadas con criterios claramente expansivos, aún a costa de una estructura tributaria más regresiva, que a final de cuentas es incapaz de evitar el déficit fiscal; el incremento del IVA ha sido la muestra más reciente de ello. Para mayo de 1996, un 49.8% de los ingresos tributarios provenían de la recaudación del IVA, lo cual aunque compensó la reducción experimentada por los impuestos a las importaciones, no evitó que se registrara un elevado déficit fiscal. De este modo, la reforma del sistema tributario habría mostrado en el último año su incapacidad para solventar el desequilibrio de las finanzas públicas; lo cual es muy cuestionable considerando que ha colocado la mayor carga tributaria sobre los sectores de menores ingresos, precisamente aquellos que más deberían favorecerse del gasto público. Modernización y desarrollo Los informes del ramo económico-social del gobierno han perdido mucho con la desaparición del Ministerio de Planificación, pues este, además de presentar una visión integral de la situación macroeconómica, también presentaba los resultados de la política social del gobierno en términos de reducción de la pobreza. De esta forma la modernización del Estado, pese a perseguir el desarrollo social como fin último, está restando importancia a la lucha por la reducción de la pobreza y, peor aún, no está logrando mantener la estabilidad de las finanzas públicas comprometiendo mucho más las posibilidades de incrementar el gasto social a niveles adecuados para reducir la pobreza. En este nuevo escenario, debe enfatizarse en la necesidad de que el gobierno cuando menos cumpla con los ofrecimientos de su Plan de Desarrollo Social, pues de lo contrario el crecimiento económico continuará siendo insuficiente para estimular el desarrollo social. Entrada en vigencia del nuevo Reglamento de Tránsito Innegablemente la cuestión del ordenamiento vial ha venido cobrando cada vez mayor fuerza y ha pasado a ocupar el puesto de una de las más urgentes tareas a ser resueltas. La evidente insuficiencia de las arterias capitalinas para sustentar el galopante aumento de los automotores, la falta de lineamientos universales de conducción en ellas y el caos del servicio público de transporte, entre otros, son muestras inequívocas de esta urgencia. Con la finalidad de solventar el problema fue decretado a finales del año pasado, el decreto 477, con el que se sustituyó el arcaico Reglamento General de Tránsito de 1946 por la Ley de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad vial. En su momento, la Ley y el nuevo Reglamento de Tránsito que le acompaña despertaron agrias discusiones entre las autoridades del Viceministerio de Transporte, los empresarios de transporte público, los usuarios de éste y el público en general. Las controversias hallaban su origen en la novedad de las exigencias del reglamento y las multas que se aplicarían en el caso de que éstas no fueran acatadas. La pregunta de fondo era y continua siendo, ¨es realista aplicar una ley con innegables y modernos avances en un país con escacez de recursos materiales y una total ausencia de cultura y educación vial? ¨contarían las autoridades encargadas del transporte con los suficientes recursos administrativos, humanos y materiales para llevar a buen término una ley que promete cambios estructurales y no sólamente cosméticos? Pese a la oposición de algunos sectores, en especial del sector de los empresarios de autobuses, el Reglamento de Tránsito, parte de él, entró en vigencia desde el primero de julio de este año, siendo acompañado previamente de una amplia labor de señalización de las principales arterias del país, de un reordenamiento del sentido de circulación de algunas de ellas y de una readecuación de las paradas de autobuses en las zonas de mayor congestioamiento vehicular. Ciertamente el Viceministerio de Transporte ha mostrado con su decisión y continuo avance en la aplicación de la nueva ley que ella se hará real pese a todo, sin embargo existen puntos que por no haber sido tomado debidamente en cuenta o por su ambigüedad hacen dudar de la funcionalidad y aplicabilidad de la ley en su conjunto. Ellos son, principalmente: a) la falta de una previa campaña de educación vial; y b) la ambigüedad en el trato que se les da a los buses y los microbuses. Educación vial Como ya antes habíamos señalado, entre otras cosas (Proceso, 694), el éxito del proyecto de ordenamiento vial depende fundamentalmente de dos elementos: una base material (los costos de poner a tono a las arterias, los automotores privados y de servicio público con las nuevas exigencias) y una base cultural (el conocimiento expreso de los ciudadanos de las normas a acatar y una actitud de estos a hacerlo). Si se considera que hasta el 12 de julio, once días después de la puesta en vigencia del reglamento, el viceministro de transporte, Julio Valdivieso, anunciaba el inicio de una campaña de difusión en la que se concientizaría e informaría de las nuevas disposiciones para luego, a partir de agosto, divulgar las restricciones y las multas a los infractores, es claro que se ha iniciado con el pie izquierdo, pues ¨cómo esperar que se acaten normativas que se desconocen? ¨cómo contar con la amenaza del castigo que hace cumplir la ley cuando no hay certeza explícita de quién y de qué manera se convierte en infractor de ella? Así al problema que representa el disponer de un número no despreciable de agentes policiales para vigilar el cumplimiento de la ley y que los ciudadanos lo hagan únicamente cuando uno de ellos esté presente para llamarle la atención o multarle, se agrega la ignorancia de las normativas. Si la falta de la educación vial representa ya un grave problema -agravado por el hecho de que la Ley no fue sometida a discusión pública-, ya que el motorista y el peaton no dispondrán de los criterios para intentar conducirse de manera ordenada, representará un problema mayor para el Estado el disponer de una estructura administrativa lo suficientemente eficiente como para no entraparse con la ingente cantidad de multas y confiscaciones de automotores que por consecuencia será razonable esperar. Con esto el nuevo reglamento más que imponer orden magnificaría el caos administrativo ya existente. Desde el principio, y en un punto esencial, se ha cometido un grave error. Renovación y requisitos de las unidades de transporte En el transcurso de los ya atávicos conflictos entre los propietarios de autobuses, microbuses y el gobierno se ha hecho manifiesta la debilidad de este último para hacer imponer el orden frente a la obstinación de los primeros por hacer valer sus intereses. La validez que pudo haber tenido en su inicio la denuncia de los empresarios de autobuses de estar expuestos al ejercicio de una þcompetencia deslealþ por parte de los microbuses que mermaba peligrosamente sus ganacias, ha desaparecido por completo cuando pese a los esfuerzos de las autoridades pertinentes -con todo y lo erráticos que se quiera-, e incluso los mismos microbuseros, por ordenar y legalizar esta situación los buseros continuan usando este pretexto para negarse a acatar las ordenanzas emanadas del Viceministerio de Transporte. Al parecer, el gobierno ha dado más importancia a la capacidad de intimidación de los gremios de autobuses que a la necesidad de aplicarles mano dura con el fin de beneficiar a los usuarios. Esta debilidad gubernamental, de una u otra manera, ha sabido colarse hasta el nuevo reglamento. Ciertamente éste dispone de serias sanciones para los autobuses que se conduzcan de manera irresponsable (alta velocidad, bajar a los usuarios en lugares no indicados, música estridente, irrespeto a los pasajeros), pero no es del todo claro en un punto modular para la seguridad de los usuarios: los requisitos en el modelo y el año autorizados para circular. La franca oposición mostrada por los propietarios de autobuses a que se estipulara como obligatorio que las unidades fueran de þmodelo recienteþ (se habló de modelos a partir del año 86) hizo que no se designara un año en concreto y que ello quedara para posterior discusión, cosa que hasta la fecha no se ha realizado y que ha permitido que unidades francamente obsoletas sigan brindando servicio. Se paso, entonces, a centrar la atención en los requisitos de espacio y capacidad de los buses y microbuses, especialmente de los segundos. Ello pese a que el número de unidades nuevas o renovadas es más grande en el sector de los microbuses que en el de los autobuses (según la Asociación de Distribuidores de Vehículos, desde 1991 se han vendido 5 mil 200 microbuses destinados al transporte de pasajeros). Este trato, de cierta manera preferencial cuando no puede afirmarse tajantemente la superioridad de un servicio sobre el otro, no da pie para afirmar que el perenne conflicto entre buseros y microbuseros vaya a ser resuelto, sino, al contrario, avivado aún más. En conclusión, estos dos puntos flacos muestran que pese a lo visionario y a las buenas intenciones del nuevo Reglamento el problema del ordenamiento vial está todavía lejos de encontrar la inmediata solución de la que dicen disponer las autoridades del Viceministerio de Transporte. Se ha tendido más bien a creer que la drasticidad y el endurecimiento de las sanciones y las normativas resuelven por sí mismas el problema, dejándose de lado sus causas. Aun cuando se contara con los suficientes efectivos policiales para vigilar el cumplimiento de la ley, aun cuando los propietarios de automotores dispusieran de los suficientes recursos para satisfacer los nuevos requerimientos y conducirse de manera segura, aun cuando la infraestructura vial fuera óptima, todo esfuerzo es vano si no se ha se ha realizado la tarea de introyectar en cada ciudadano las normas y los reglamentos para conducirse de manera segura en las redes viales del país. La coyuntura actual en Costa Rica La actual coyuntura por la que transita Costa Rica no es ciertamente nada bonancible. Prueba de ello son los acontecimientos ocurridos recientemente, entre los que destacan los siguientes: en primer lugar, las notorias divergencias existentes entre la fracción del Partido Liberación nacional (PLN) y el ejecutivo. Ello ha sido evidenciado en las constantes declaraciones hechas por parte de los diputados de la bancada del partido oficial en relación al actual manejo en materia de política económica que desarrolla el presidente Figueres. Más concretamente, el día 22 de julio, los diputados del PLN, Luis Gerardo Villanueva y Edelberto Castilblanco, hicieron manifiesto que la fracción legislativa de la que forman parte no tiene claro qué es lo que el Ejecutivo pretende hacer con el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), institución encargada de la energía y las telecomunicaciones. De allí que se puede concluir que los 28 congresistas del partido en el poder esperan mayor transparencia de parte del gobierno durante este proceso de cambio. Asimismo, quedó evidenciado que, como fracción, se oponen a la privatización o venta del patrimonio en cuestión. En esta misma línea, se manifestaron y dejaron claro que velarían porque la apertura de la entidad mencionada -a las alianzas estratégicas y las coinversiones- no signifique perder el control que se ejerce en la prestación de los servicios que brinda. En contraste con lo expresado anteriormente, el Presidente del Directorio Ejecutivo del PLN, Rolando Araya, afirmó que el planteamiento oficial sobre este asunto ha sido claro, añadiendo que la cúpula del partido no era ajena a tales medidas y que, en una reunión celebrada, "hace como mes y medio", con René castro, Ministro de Ambiente y Energía; y Roberto Dobles, Presidente Ejecutivo del ICE, les fueron dadas a conocer. Como puede verse, existe una contradicción abierta entre los miembros del partido en el poder, en lo referente a las medidas que implementa la administración de Figueres en materia de privatización. Por lo demás, el Poder Ejecutivo realizó, el sábado 20, una reunión con la cúpula del PLN y sus diputados, en la finca La Lucha, ubicada en San Cristóbal de Desamparados. En tal oportunidad, se tenía en la agenda como punto a discutir la tranformación del ICE. Sin embargo, el punto no fue abordado por falta de tiempo, por lo que ha quedado pendiente de ser discutido en un próximo encuentro a celebrarse el 6 de agosto. Con todo, es importante señalar que el problema no está solamente en que el gobierno de Figueres dialogue con la cúpula del partido y sus diputados, sino que, visto desde una perspectiva más democrática, es urgente que dialogue con el pueblo. Justamente, porque el manejo de las instituciones públicas no solo es responsabilidad de los gobiernos en turno, sino también le corresponde a las mayorías populares pronunciarse para hacer saber que es lo mejor para el país. Y este debe ser un criterio que debe tener prioridad en materia de política económica, y no solo lo que conviene al país para integrarse a la globalización a la que asiste la región centroamericana en la súltimas décadas. En segundo lugar, la coyuntura estuvo marcada por los severos ajustes que enfrentan las familias de clase media y alta del Area Metropolitana con el fin de enfrentar el incremento en el costo de la vida durante el primer semestre de este año, según lo reveló una encuesta elaborada por el Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO), de la Universidad Nacional (UNA), titulada "La actuación del Gobierno y su impacto sobre la vida cotidiana de los costarricenses". Según lo revela dicho estudio, un 91,1 por ciento de los ticos que habitan el Area Metropolitana han tenido que reducir gastos con el fin de salir adelante ante el incremento en el costo de la vida. Afirma la encuesta que el aumento inflacionario acumulado a junio del presente año fue de 6,83 por ciento. La consulta fue efectuada telefónicamente, con una muestra de 305 personas que representan a los habitantes de clase media y alta, cuyas edades oscilan entre los 18 y 70 años. Asimismo, se debe destacar que en diciembre de 1995, el IDESPO había realizado una investigación similar, aunque en esta nueva investigación se registran ajustes más graves por parte de la población. El estudio de diciembre del año pasado reportó un 77,4 por ciento que hizo ajustes en la alimentación, durante el presente año lo ha tenido que hacer el 85,2 por ciento, lo cual implica que se ha dado un incremento de 7,8 por ciento. En el rubro de transporte los sacrificios realizados fueron los que tuvieron el mayor crecimiento: en diciembre de 1995 un 38,3 por ciento hicieron ajustes, seis meses después lo ha hecho un 79,1 por ciento, lo que representa un aumento de 40,3 por ciento según lo revela dicho estudio. En el rubro de educación, el año de 1995 registró un 28,9 por ciento que hicieron ajuste, seis meses después lo ha hecho un 54,7 por ciento, lo que representa un aumento de 25,8 por ciento. En esta misma línea, un 8,9 por ciento de la muestra sacó a sus hijos de escuelas privadas para transferirlos a las públicas con la finalidad de disminuir gastos en este rubro. El estudio antes citado muestra una vez más, la actual situación que se viene desarrollando sobre el panorama costarricense en los últimos meses y, por consiguiente, los derroteros por los que se encamina Costa Rica en lo que resta del año en curso. Es decir, que de continuar por el mismo rumbo que recorre hasta este día este país centroamericano, no puede esperarse que las condiciones de vida, que se han venido deteriorando en los últimos años, puedan mejorarse, sino todo lo contrario. Si se hacen los esfuerzos necesarios y oportunos para corregir las actuales situaciones que aquejan a las grandes mayorías de este país, indudablemente que se estará a tiempo de rescatar lo mejor que a este pueblo se le puede dar. De no ser así, se estaría ante una oportunidad histórica perdida, precisamente porque si pudiendo corregirse el rumbo hasta hoy recorrido no se hace. En tercer lugar, estuvo la llegada del huracán César, que el pasado 27 de julio hizo su aparición en territorio costarricense y cuyo paso dejó cuantiosos daños entre los que se registran: más de 30 muertos y un similar número de desaparecidos; más de 50 puentes destruidos o en malas condiciones; cerca de 571.367 afectados sobre todo en el área sur del territorio de Costa Rica; alrededor de 20.000 millones de colones en daños según cálculos conservadores. Sumado esto a la crisis por la que atraviesa este país, puede decirse que la actual situación que vive los costarricenses no es la mejor, ni mucho menos la que se puede esperar y desear. Pese a todo lo antes apuntado, cuando al gobierno de los Estados Unidos se le solicitó la ayuda de helicópteros, tanto para labores de rescate como para transporte de alimentación, equipo médico a las áreas afectadas por este fenómeno natural, ante tal petición, dicho país respondió que cobraría a Costa Rica 7 mil dólares la hora por el alquiler de cada uno de los aparatos. Cabe hacer la siguiente reflexión ante la respuesta dada por los Estados Unidos: ¨por qué cobrar tan alta suma a un país que está enfrentando una situación de emergencia como la que ha vivido costa Rica por los daños causados?, si en otro tipo de circunstancias este país ha utilizado los recursos de nuestra región para llevar a cabo operaciones encubiertas. Funciones de la Asamblea Legislativa Oscar Martínez Peñate Departamento de Sociología Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" La Asamblea Legislativa tiene funciones que le son propias, y es la ejecución u omisión de éstas las que le definen su idoneidad o disfuncionamiento y el nivel interno de desarrollo de la institución. CUADRO No.1 ALGUNAS DE LAS PRINCIPALES FUNCIONES DEL PODER LEGISLATIVO Llamar a los ministros a las comisiones legislativas y a las plenarias para que brinden información Interpelar e interrogar a los ministros Conceder permiso al presidente del país para viajar al extranjero Declarar estado de sitio y declaración de guerra Otorgar distinciones honoríficas, títulos de reconocimiento y gratificaciones, etc. Otorgar concesiones y autorizar privatizaciones Elección del ministro de defensa y otorgar los grados de ascenso de los oficiales de la fuerza armada Aumentos del precio de los servicios públicos Recibir y analizar las memorias anuales de labores de los miembros del Ejecutivo Declarar la inhabilidad del presidente Ratificación de tratados Legislar y controlar la aplicación de las leyes y de sus respectivos reglamentos Otorgar indultos y amnistías Representativa Nombramiento de embajadores y otros cargos diplomáticos Aprobación de los impuesto municipales y otrosEmitir moción de censura (veto legislativo) Responsabilidad penal de los ministros Conceder autorización al Ejecutivo para contratar créditos Revisión constitucional Conceder o negar permiso a nacionales para que acepten cargos diplomáticos que deban ser ejercidos en el país Elección de algunos funcionarios públicos Aprobación del presupuesto general de la nación Crear comisiones de investigación específicas Las comisiones legislativas y el plenario tienen el derecho de llamar a los ministros u otros funcionarios públicos con excepción de los miembros del Poder Judicial, de igual forma a particulares para que presenten informes o respondan preguntas de interés para los diputados, con lo cual los parlamentarios ampliaran su visión sobre determinados asuntos de trascendencia nacional, lo que les permitirá emitir dictámenes con la mayor información posible sobre determinados proyectos de ley. Tanto los funcionarios públicos como los particulares que no se presentasen al llamado de las comisiones o del plenario o no enviasen la información solicitada en el tiempo requerido, igualmente si se presentasen y diesen información falsa o tergiversada serán objeto se sanciones por parte de la Asamblea Legislativa lo que conlleva el establecimiento de acciones judiciales que serán tramitadas en los tribunales. CUADRO No.2 SOLICITUD DE INFORMES A FUNCIONARIOS PúBLICOS Y A PARTICULARES REGLAMENTO DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE COSTA RICAREGLAMENTO DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE EL SALVADORArt.111 Las comisiones permanentes y especiales, por medio de sus presidentes, y los diputados, en forma personal, podrán solicitar toda clase de informes a las instituciones del Estado. Dichas solicitudes deberán ser atendidas con prontitud y de manera prioritaria por las instituciones y los funcionarios requeridos. Art.112 Corresponde al Presidente de la Comisión, previa moción aprobada al efecto, requerir la presencia de aquellos funcionarios y particulares cuya comparecencia en la comisión se considere necesaria para la decisión del asunto que se discute, con el propósito de que sean interrogados por los diputados. Toda persona deberá asistir al ser convocada, salvo justa causa, y, en caso de renuencia, será conducida por la Fuerza Pública. La persona citada podrá asistir acompañada de un abogado, y negarse a declarar en los casos en que así la faculte la Constitución o la ley, y cuando se trate de asuntos diplomáticos, jurisdiccionales o militares pendientes. El Presidente de la Comisión tomará juramento a las personas que asistieren, conforme con el Código de Procedimientos Penales. En caso de que faltare a la verdad, se aplicarán sanciones previstas en el Código Penal, de acuerdo con las disposiciones generales del Código de Procedimientos Penales.Art.14 Cuando las Comisiones estimen conveniente, por razones de la importancia de los temas a tratar, podrán llamar a su seno a cualquier persona o funcionario, con el objeto de que la ilustre o auxilie en sus trabajos. Asimismo, reclamar de los otros órganos del Gobierno y solicitar de instituciones privadas por medio de la Junta Directiva, cuantos informes y documentos sean necesarios. FUENTE: ASAMBLEA LEGISLATIVA DE COSTA RICA, Reglamento de la Asamblea Legislativa, San José, Investigaciones Jurídicas, 1995, pp.60-61 LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE LA REPúBLICA DE EL SALVADOR, Reglamento interior de la Asamblea Legislativa, San Salvador, S.p.i., 1983, p.7. En el caso de El Salvador, no existe reglamentación ni sanciones para garantizar que los funcionarios públicos envíen la información solicitada por los diputados en el tiempo estipulado; de igual manera no hay dispositivos jurídicos para sancionarlos por mentir o tergiversar la información que les soliciten las comisiones permanentes ni el plenario. Según el diputado Eugenio Chicas, Presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social: Continuamente se solicita información, nada menos de nuestra comisión hemos solicitado a distintas instituciones del Estado, Ministerio de Trabajo por ejemplo, desde la Comisión de Trabajo al Ministerio de Trabajo, al Seguro Social a los jueces, por ejemplo, pero esa información, en algunos funcionarios es ágil y la envían, muchos funcionarios no la envían o la envían con mucho retraso cosa que luego ya no es útil o la información es incompleta (Entrevista, 1995). Por otro lado, los funcionarios públicos, a excepción de los miembros del Poder Judicial, pueden presentarse cuando lo consideren conveniente, con la previa aprobación de la comisión o del plenario. Tendrán derecho a voz pero no a voto y observarán las mismas reglas sobre los deberes y derechos de los diputados estipulados en el reglamento interno de la Asamblea Legislativa, con excepción del voto, para que defiendan y promuevan sus planes y programas de trabajo de sus respectivas instituciones, con el propósito de tratar de lograr apoyo legislativo de las acciones del Ejecutivo. En El Salvador, esta situación tampoco se encuentra regulada ni el Reglamento Interior de la Asamblea ni en la Constitución Política. En este mismo sentido, en algunos países los ministros y algunos funcionarios públicos tienen la obligación de presentar cada año la memoria anual de labores, que consiste en un recuento de las actividades realizadas por su ministerio o institución, con el fin de que los diputados y la población conozca lo que se ha hecho en la gestión pública. Al respecto la Constitución Política de El Salvador en el Art.18 solamente dice: "recibir el informe de labores que deben rendir el Ejecutivo por medio de sus Ministros, y aprobarlo o desaprobarlo". Y en el Art.131, numeral 36, expresa que la Asamblea debe: "recibir el informe de labores que debe rendir el Fiscal General de la República, el Procurador General de la República, el Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, el Presidente de la Corte de Cuentas de la República y el Presidente del Banco Central de Reserva de El Salvador". Las comisiones legislativas en otros países estudian y analizan la memoria o memorias pertinentes a la labor que desarrollan y confrontan la ejecución de la ley del presupuesto y las otras leyes y reglamentos respectivos al ministerio o institución; de esta forma también se enteran de la actividad gubernamental, lo que les permitire emitir opinión al respecto y, en caso de encontrar anomalías, se forman comisiones o subcomisiones especiales de investigación. Pobreza: un fenómeno que no es natural "Que triste se oye la lluvia, en los techos de cartón; que lejos pasa la esperanza, en las casas de cartón..." Hace más de dos décadas sonaba esta tonada en los oídos frescos de José Domingo Aldana, Carlos Humberto Hernández, Reynaldo Hasbún Jiménez, Carlos Fonseca Mancía, Napoleón Orlando Calderón y Sergio Antonio Cabrera. Estos jóvenes þcuyo paradero se desconoce desde el 30 de julio de 1975þ junto a otras y otros estudiantes universitarios que murieron o fueron detenidos ese día, abonaron con su sacrifico el doloroso trayecto del pueblo salvadoreño en su prolongada lucha por vivir en una sociedad verdaderamente justa y respetuosa de los derechos humanos. No obstante todo lo sucedido a lo largo de esos años, aún siguen siendo muy grandes los obstáculos que impiden lograr ese objetivo. "La violencia tiene hace tiempo carta de ciudadanía en El Salvador. Está siempre latente en una situación de tensa injusticia, de ofensiva desigualdad, de mínimos vitales anormalmente bajos para las mayorías rurales y urbanas". Quien piense que este diagnóstico de nuestra sociedad salió de las oficinas que instaló la observación internacional en el país o de algún instituto de investigación nacional, está equivocado; mucho menos, proviene del los despachos gubernamentales desde los cuales þconsciente o inconscientementeþ las cosas se ven de manera muy diferente. Ese retrato tan actual de nuestra realidad es una verdad dicha hace veintiún años, cuando el Consejo Superior Universitario de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" se pronunció a raíz de los hechos sangrientos de aquel 30 de julio. Por eso, insistimos, los obstáculos siguen siendo grandes al igual que los peligros que se ciernen sobre el futuro nacional. Y eso se comprueba con lo que sucedió hace unos días: doce víctimas mortales, cientos de "champas" en peligro de terminar soterradas, y sus habitantes ante el dilema de tener que abandonarlas y perder sus escasas pertenencias o quedarse para morir entre el lodo y las piedras... Fue este el panorama al que se enfrentaron miles y miles de personas en El Salvador, cuando la tormenta tropical llamada "César" o "Douglas" se paseó por el territorio nacional durante dos días, a partir del domingo 28 de julio en la tarde. Lo mismo sucedió durante esos días en el resto de Centroamérica, principalmente en Nicaragua y Costa Rica; lo mismo sucedió también en 1974, cuando fue el huracán "Fifí" el que asoló la región. Frente a este cuadro, surge la pregunta: ¨cuál es el denominador común que más destaca de estas situaciones que se repiten, año con año, en nuestras latitudes? Pues, sin duda, la pobreza de la gente que siempre resulta víctima de las inclemencias del tiempo o de otros fenómenos naturales que afectan a nuestras tierras, como los movimientos telúricos o las sequías frecuentes. Es esa la realidad que debe ser atendida con urgencia para evitar tragedias como las que, nuevamente, ahora estamos lamentando; y, para ello, hay que llamar las cosas por su nombre. No fueron ni "César" ni "Douglas" los responsables de tanto dolor, sino esa pobreza en la que viven sumidas cientos de miles de familias que þaunque por ahora desaparezcan las nubes de lluvia en el cieloþ siguen viviendo dentro de una sociedad oscura por la injusticia que en ella prevalece y que las excluye de lo más elemental para poder vivir dignamente. Es ese y no otro el nublado horizonte que, por ahora, siguen teniendo ante sus vidas y las de su descendencia. "Miles de vidas de salvadoreños están colgadas de cuatro hilos que cualquier acontecimiento un poco anormal puede romper para siempre", decía el editorial de la Revista ECA hace veintidós años tras el paso del "Fifí". "El Salvador þse dijo entoncesþ vive permanentemente en estado de emergencia" y al salir el sol, luego de la tormenta, "ha puesto muy en claro que la situación no puede ya más seguir así". Y ante estos cuadros que se repiten afectando la tranquilidad, la seguridad y la vida de cientos de miles de personas, no se deben seguir poniendo "parches". No es, por ejemplo, el Comité de Emergencia Nacional el que va a resolver tales situaciones que trascienden lo coyuntural y se han vuelto permanentes, pues esa institución sólo alcanza a "tapar las goteras" de una país cuyas estructuras se vuelven cada vez más débiles y peligrosas; pero más irresponsable es pretender cambiar la realidad con las grandes y millonarias campañas oficiales de propaganda que þprobablemente pensando en las próximas eleccionesþ alardean de un "desarrollo local" que no se ve, sobre todo cuando la tormenta de la pobreza arrecia sin piedad afectando a la mayoría de la población. Ahora, como en otras dolorosas ocasiones, se culpará a los "fenómenos naturales" o a la "gente necia" que insiste en ocupar lugares de "alto riesgo" para construir ahí sus remedos de vivienda. Ello, con el fin de evadir responsabilidades y tranquilizar las conciencias de aquellas personas que aún las tienen realmente activas, pero que no alcanzan a ver la verdadera raíz del problema. Para no seguir dando "palos de ciego", hay repartir bien las culpas y cobrar mejor las facturas a quien verdaderamente corresponda. "Al César lo que es del César" o a "Douglas" lo que le toca: simplemente una tormenta tropical de considerable fuerza, pero hasta ahí; a "Dios lo que es de Dios" y no más, pues es muy cómodo pero peligroso decir "ni modo, son los designios del Señor", cuando no es así. Entonces, lo que debemos hacer es asumir de una vez por todas que el problema fundamental se encuentra en una sociedad injusta en la que continúan existiendo techos y casas de cartón, como la prueba más evidente de lo frágil que sigue siendo la paz en El Salvador. "Agua que no has de beber..." En El Salvador, sostiene el Centro para la Defensa del Consumidor, "no todas las aguas envasadas son aptas para el consumo humano". Esa es la conclusión a la cual llegó recientemente la citada institución, después de haber realizado una investigación sobre la calidad de las aguas envasadas que se venden dentro del área metropolitana del país. Ya antes, entre 1994 y 1995, el mismo CDC þque es como se conoce a dicho Centroþ había realizado otro análisis sobre la calidad del agua potable servida por la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA). Al difundirse los resultados del último de los estudios mencionado, la gente que pudo conocerlos no quedó muy animada para seguir consumiendo el agua de la empresa que þal menos en teoríaþ todavía es de "servicio público". Tras eso, quienes pudieron hacerlo decidieron que era mejor comprar del "agua envasada" que comercializan en el país algunas empresas privadas, confiando en que así estaban garantizando su salud y la de su familia. Y era lógico pensar de esa forma, pues la engañosa propaganda lanzada a través de los medios de difusión masivas e incluso la misma presentación de los productos están diseñadas para que el público crea eso. Pero el CDC, consciente de su compromiso con el pueblo salvadoreño, decidió hacer otra investigación seria para verificar si esa opción þla del agua envasadaþ "cumplía con las normas y estandarice que rigen la producción y comercialización de este producto". Y no se imaginan las sorpresas que encontraron sus especialistas, después de examinar þdurante cuatro mesesþ 146 muestras adquiridas en tiendas, mercados, supermercados y estaciones de servicio. Uno de los aspectos más importantes del estudio desarrollado por el CDC en dichas muestras, es el del análisis microbiológico realizado durante el mismo. Con éste se logró determinar que las diversas aguas que compramos diariamente, después de escuchar maravillas sobre su "pureza", contienen diversos tipos de bacterias que las convierten en productos "no aptos para el consumo humano". Además, el CDC afirma que con ese análisis se pudo demostrar que los controles de calidad existentes en el país þesos que deberían servir para garantizar procesos de producción realmente higiénicosþ "no están siendo supervisados por las autoridades competentes" debido, entre otras cosas, a "la falta de inspección del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social". La anterior es la institución estatal responsable de verificar si los productos que se ofrecen al público se encuentran debidamente registrados y cumplen con las exigencias establecidas en el Código de Salud. ¨Nos creerá Usted si le decimos que de las diez marcas de "agua envasada" que incluyó el CDC en su estudio, sólo tres poseen registro sanitario? Bueno, pero como no se trata únicamente de criticar sino también de proponer, el CDC ha presentado algunas propuestas que deberían ser consideradas con seriedad y responsabilidad. Al gobierno, le recomienda que sólo permita comercializar productos debidamente registrados y que dicte una ley para regular todo el proceso de producción de "aguas purificadas y envasadas", cuyo cumplimiento real deberá ser vigilado por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social. A las empresas productoras les aconseja þentre otras cosasþ revisar en forma periódica los procesos de manufactura, los filtros y su mantenimiento; desinfectar inmediatamente todo y esterilizar bien los envases retornables; descartar definitivamente la presentación del agua en bolsas plásticas y capacitar a su personal sobre medidas higiénicas y la importancia de la salud. Finalmente, para disminuir la contaminación del agua en la casa þconociendo la mala calidad de la que nos ofrece ANDA y la mayoría de empresas privadas que la comercializanþ el CDC sugiere a las y los consumidores instalar un filtro, tratar el agua con cloro, hervirla y dejarla enfriar en un lugar limpio para que se oxigene nuevamente y, así, poder beberla. Porque las otras, mientras sigan así de contaminadas, mejor dejarlas correr...