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--------------------------- año 17 número 735 noviembre 20 1996 ISSN 0259-9864 ARENA no habla de economía La economía en el tercer trimestre de 1996 El modelo de desarrollo (en formación) de integración competitiva El presupuesto militar: obstáculo al desarrollo del país La bendita detención provisional ----- ARENA no habla de economía El Banco Central de Reserva asegura que los índices macroeconómicos siguen siendo saludables. Incluso predice una inflación acumulada menor de lo previsto para finales de este año. No obstante el significado positivo de estos anuncios periódicos, éstos cada vez son menos creíbles, porque la realidad cotidiana del país es otra cosa muy distinta. Si los índices a los que recurre el Banco Central de Reserva para mostrar su buen desempeño pretenden reflejar la realidad salvadoreña en alguna medida, los que maneja están muy alejados de ésta o, en realidad, esos índices son positivos a costa del deterioro de la misma. Es tanta la diferencia entre la realidad y las estadísticas del Banco Central de Reserva que algunos dudan de la veracidad de sus cálculos. De todas maneras, los altos funcionarios del banco nos tienen acostumbrados a estos anuncios periódicos, en los cuales repiten invariablemente que la economía salvadoreña es sana y sólida. Pero si esto es así, ¿por qué el gobierno y ARENA en particular no recogen este supuesto éxito en su discurso político? ¿Por qué no explican las presuntas bondades que las estadísticas estarían mostrando? Es curioso que un logro tan relevante no sea realzado por los políticos del partido gobernante. La respuesta es sencilla. ARENA no se atreve a decir a la población que la situación de la economía nacional es saludable y próspera. El gobierno repite cautelosamente las afirmaciones del Banco Central de Reserva, pero sin dar demasiadas explicaciones. Habría que explicar, por ejemplo, por qué disminuye el crecimiento económico y no se generan nuevos empleos, mientras los índices macroeconómicos son positivos. Es decir, la estabilidad macroeconómica se mantiene aunque la economía no crece ni crea empleos nuevos. La economía salvadoreña no goza de tan buena salud como sus responsables principales aducen en público. Las medidas anunciadas con carácter inmediato por el presidente Calderón el 1 de junio pasado, orientadas a resolver algunos de los problemas más graves, se implementaron a medias y tardíamente, y debían ser complementadas por otras medidas de mediano plazo que no se adoptan. Dicho en otras palabras, el gobierno de ARENA no tiene respuesta para enfrentar la recesión económica y detener el deterioro de las condiciones de vida de la mayoría de la población. Quizás por eso habla de "milagro" económico, una intervención maravillosa que no acaba de producirse, pero que de darse, resolvería bastantes problemas económicos y sociales -según los cálculos de los directores de la política económica. Pareciera que el gobierno de ARENA ha renunciado a dirigir los destinos de la economía nacional, dejando su futuro en manos de los grandes consorcios internacionales. Conseguida la estabilidad macroeconómica -la condición fundamental-, ahora sólo queda esperar las buenas noticias de la inversión masiva del capital transnacional; pero pudiera ser que este "milagro" no ocurriese o su impacto fuese menor del calculado. ARENA no se atreve a hablar de la recesión económica, ni explica la contradicción entre los índices macroeconómicos positivos y la realidad cotidiana de la mayoría de la población, sino que promete un þmilagroþ, que no depende de su voluntad ni de su poder. Tampoco se atreve a reconocer que está dispuesta a entregar el país al gran capital transnacional. El más nacionalista de los partidos políticos es el que menos piensa en El Salvador a la hora de plantearse su desarrollo económico y social. Por la cuenta que le trae, ARENA guarda silencio sobre estas realidades nacionales. Como no puede hablar de la grave situación económica del país, se concentra en el tema de la delincuencia y en las medidas que dice adoptar para combatirla, de manera particular en el endurecimiento de los procedimientos penales, y en concreto, en la reimplantación de la pena de muerte. Sin embargo, el problema es tratado con gran ligereza y las decisiones que se toman al respecto obedecen más a los intereses políticos partidistas que a una preocupación real por la violencia que golpea a la sociedad. El gobierno de ARENA carece de un plan coherente para enfrentar la delincuencia. Ni siquiera tiene clara la relación entre violencia y delincuencia. De todas maneras, a nivel de discurso, ARENA no muestra la misma preocupación ni la misma determinación para enfrentar la pobreza creciente y el deterioro de los servicios sociales. Al olvidarse de la economía nacional y concentrarse en la delincuencia, ARENA procede con buena inteligencia política. Silencia sus puntos débiles e insiste en otros que, además de ser importantes para la opinión pública, no representan grandes costos políticos. Esto le permite presentarse como un partido político preocupado por el bienestar de la población, que tiene solución para uno de sus problemas principales. La crisis se presentará cuando se constate que tampoco tiene respuesta para enfrentar la inseguridad ciudadana. Pero, de momento, ARENA saca buen provecho de lo que las encuestas de opinión pública señalan como una de las preocupaciones mayores de la población. Así, toma lo que le interesa y deja de lado aquello que no le conviene, desviando la atención de la crisis económica y social. Esto quiere decir que ARENA estudia con atención los resultados de las encuestas de opinión. En público las ataca e intenta desautorizarlas; pero, en privado, las toma en serio y saca sus propias conclusiones. Sin duda, una de éstas es que no le conviene hablar de pobreza y desempleo, no obstante ser una de las preocupacions principales de la opinión pública y sí de la delincuencia, en cuyo combate puede hacer promesas creíbles momentáneamente. No estaría de más que el presidente Calderón evaluara rigurosamente el desempeño de su gabinete económico a partir de los resultados obtenidos en relación con el deterioro de las condiciones de vida de las mayorías. Sería igualmente bueno que hiciera público los criterios de su evaluación y, por supuesto, sus conclusiones. Lo mismo se podría recomendar para las demás carteras de Estado. ----- La economía en el tercer trimestre de 1996 El pasado 12 de noviembre el Presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Roberto Orellana Milla, presentó su informe económico correspondiente al tercer trimestre de 1996 el cual tradicionalmente se centra en el comportamiento de las más importantes variables macroeconómicas, tales como la producción, precios, sector externo y déficit fiscal. Estos informes ciertamente son rutinarios; sin embargo, lo que en esta ocasión distingue al informe coyuntural es que muestra una marcada tendencia hacia el desequilibrio macroeconómico (especialmente en lo tocante a las finanzas públicas) y una profundización de la recesión económica. Sin duda que esta dinámica es lo más destacable del informe del BCR, pero no debe soslayarse tampoco un hecho sorprendente: la reducción del déficit de la balanza comercial. De acuerdo el Presidente del BCR, se perciben señales de que el país está ante un inminente proceso de recuperación de los niveles de crecimiento debido, primero, al ciclo normal del ciclo de la economía, "porque es en el cuarto trimestre que salen las cosechas agropecuarias, y por otro lado, por las fiestas navideñas que siempre traen una actividad comercial mayor". Por otra parte, en lo tocante al comportamiento de la balanza comercial expresó que este fue satisfactorio, pues se logró reducir su déficit en base a un incremento de las exportaciones y una reducción de las importaciones. Frente a estas valoraciones resulta de interés hacer un balance económico de los primeros 9 meses de 1996, en orden a destacar el notable cambio en el comportamiento de las variables macroeconómicas experimentado durante el presente año, especialmente en lo tocante al comportamiento de la producción y el sector externo. Adicionalmente no es ocioso preguntarse cuál ha sido el efecto de las políticas de emergencia anunciadas en junio pasado por el Presidente de la República, Armando Calderón Sol. En primer lugar, en relación a la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto los datos del BCR establecen que este se situará en un rango de entre 3 y 4 por ciento, lo cual implica una nueva reducción de las proyecciones de crecimiento que anteriormente se situaban en un mínimo de 4 por ciento. Ateniéndose al comportamiento del Indice de Volumen de la Actividad Económica lo más probable es que el nivel de crecimiento se sitúe inclusive por debajo del 3 por ciento, pues hasta agosto pasado este se habría incrementado en tan sólo 0.8 por ciento en relación al mismo mes del año pasado, en cambio entre agosto de 1994 y agosto de 1995 el IVAE se incrementó en un 8.8 por ciento. En segundo lugar, el comportamiento de los precios reflejaría que durante los nueve primeros meses de 1996 se habría logrado contener el proceso inflacionario observado durante el año anterior y aún durante los primeros meses del presente año. Así, la tasa de inflación entre septiembre de 1996 y septiembre de 1995 habría sido de 8.7 por ciento, mientras que la correspondiente al período septiembre 1994 y septiembre 1995 habría sido de 12.0 por ciento. Incluso de acuerdo a la información proporcionada por el BCR durante el mes de septiembre pasado se registró una disminución del Indice de Precios al Consumidor por el orden del -0.6 por ciento. Por otra parte, en lo tocante al sector externo es importante destacar nuevamente que se reportó una inusitada reducción del déficit de la balanza comercial, lo cual vino a romper la tendencia observada a lo largo de las últimas dos décadas. Lo anterior podría ser una buena noticia de haberse conseguido en base a un incremento de las exportaciones tradicionales o no tradicionales y a una reducción de importaciones no necesarias o de consumo. Desafortunadamente la realidad es que el mejoramiento de la balanza comercial en realidad no refleja solvencia del aparato productivo, sino más bien que la recesión económica también está afectando la demanda de importaciones y la oferta de exportaciones. La reducción de 2.9 por ciento en las importaciones experimentado entre enero y septiembre de 1996 y el mismo período de 1995 ha sido producto de un drástica reducción de las importaciones de capital que cayeron en un 17.8 por ciento, los importaciones de bienes de consumo se redujeron únicamente un 3 por ciento. Lo anterior implica que las importaciones han disminuido fundamentalmente debido a una drástica caída de la inversión y en mucha menor medida debido a una reducción del consumo o importaciones no necesarias. Consecuentemente, el BCR no puede afirmar que la caída de las importaciones era anticipable y que lo "vemos como algo positivo". Siempre en relación al sector externo resulta notable mencionar que las exportaciones totales se incrementaron en un 8 por ciento, las exportaciones tradicionales lo hicieron en un 0.9 por ciento, las no tradicionales lo hicieron en un 4.6 por ciento y las de maquila alcanzaron una tasa de crecimiento de 17.6 por ciento. Cabe mencionar aquí que las exportaciones de maquila fueron las que más aportaron al total (41.4 por ciento), seguidas de las exportaciones no tradicionales (32.5 por ciento) y las tradicionales (26.1 por ciento). La evidencia anterior muestra que el incremento de las exportaciones ha sido posible gracias a la expansión de las exportaciones de maquila, las cuales se caracterizan por ser producidas en empresas internacionales ubicadas en zonas francas, con bajo efecto multiplicador, deficientes condiciones laborales y alta inestabilidad. Finalmente, en relación al comportamiento del sector público destaca una reaparición del déficit fiscal lo cual, aunque no marca una ruptura con las dinámicas de los últimos años, si debe considerarse como una señal de alarma para las autoridades económicas. Entre los períodos enero-septiembre 1995 y enero-septiembre 1996 el saldo de las finanzas públicas pasó desde un superávit de 361 millones de colones a un déficit de 282.6 millones de colones. Este cambio obedeció a un incremento de los rubros "gastos más concesión neta de préstamos" que excedió con mucho el incremento obtenido en los ingresos totales del gobierno. Cabe destacar aquí que la tendencia hacia el déficit fiscal ha sido permanente pese a las políticas de estabilización de las finanzas públicas; lo cual podría deberse a que estas no han estado en capacidad de reducir el gasto público, únicamente de aumentar los ingresos aunque en una cuantía insuficiente para obtener superávits de las finanzas públicas sostenibles en el tiempo. Resulta evidente que el contexto macroeconómico actual no refleja aún los supuestos efectos positivos que teóricamente tendría el plan económico de emergencia de doce puntos presentado por el Presidente de la República el 1 de junio pasado. En gran parte lo anterior se debe a que el gobierno, nuevamente, ha incumplido sus ofrecimientos y solamente ha iniciado la ejecución de cuatro de las doce medidas anunciadas: el plan de inversiones públicas, retraso de la desgravación arancelaria, exención de IVA a bienes de capital y reintegro de 6% a las exportaciones no tradicionales. Las restantes medidas no han sido ejecutadas aún (Proceso, 725) y aunque lo fueran estas no tendrían efectos apreciables sobre la producción sino hasta en el mediano plazo (por ejemplo el incremento de los créditos para la micro y pequeña empresa, el plan de recuperación agropecuaria, el programa nacional de competitividad, la promoción del país en el exterior, etc.) lo cual, empero, no implica que estas no sean necesarias. El balance económico del tercer trimestre de 1996 refleja que la recesión económica aún no ha tocado fondo, que tampoco se han logrado avances significativos en la estabilización de las finanzas públicas y que la reducción de la brecha comercial se debe en realidad a una reducción de las actividades de inversión. Asimismo resulta claro que, pese al optimismo inicial del sector empresarial, las medidas emergentes anunciadas por el gobierno no han logrado recuperar los niveles de crecimiento. La recuperación económica necesariamente pasa por una reactivación de los sectores fundamentales de la economía, la cual a su vez requiere de una redefinición de la asignación del crédito y una reducción de las tasas de interés. Este último aspecto es uno de los ofrecimientos no cumplidos por el gobierno que debería recibir atención especial.----- El modelo de desarrollo (en formación) de integración competitiva Rafael Guido Béjar Departamento de Sociología Universidad Centroamericana José Simeón Cañas Las propuestas para impulsar las actividades económicas que se conviertan en los ejes principales de acumulación y del desarrollo social del país han sido variadas y numerosas en la década de los 90. En una primera fase, junto a los programas de ajuste estructural, se trazaron líneas para impulsar el modelo de promoción de las exportaciones con base en los productos no tradicionales. Luego surgieron otras como las zonas francas, el turismo, el comercio y los servicios (en especial los financieros), el relanzamiento de la industria regional y, cada vez con mayor fuerza, la vuelta a la tierra con la agroindustria. Ninguna por sí sola ha mostrado la energía suficiente para "mover" al país. Cada una de estas proposiciones ha sido o es apoyada por diferentes grupos empresariales. Se ha dado entre ellos distintos tipos de acercamiento y han buscado entendimientos favorables con el gobierno. Esto ha significado la búsqueda de diferentes compromisos y, sobre todo, de diversos recursos políticos para disponer de los medios financieros, técnicos, de infraestructura, organizacionales, etc. En torno a estas propuestas y el dominio de los recursos se han dado variadas aproximaciones entre las élites empresariales: por un lado, pugnas y alejamientos, disputas y rivalidades; por otro, afinidades, negociaciones y pactos que dejan ver, paulatinamente, las orientaciones del nuevo modelo de desarrollo. Hasta el momento, aún no hay una definición precisa, aunque pueden ya observarse algunos rasgos que conforman la base del modelo en formación. Posiblemente, el más importante es la conformación --entre la pugna y la cooperación-- de la alianza socio-política de conducción del nuevo modelo. Su principal idea y motivación es integrar la vida nacional a la com- petitividad globalizada para lo cual impulsa, y estos son los rasgos más visibles del patrón de desarrollo embrionario, la desnacionalización, la desin- dustrialización, la desregularización económica y laboral y la desprotección social. A la primera se le llama privatización, a la segunda in- tegración industrial y a las dos últimas flexibilización; a todas en conjunto modernización. Las bases del modelo Sobre estas tendencias se construirá el aparataje productivo, comercial y de servicio que logre articularse, y se reconstruirán las bases materiales del Estado. La tenden- cia hacia la desindustrialización es visible en las reacciones de ANEP y ASI que ven en la falta de programas de reconversión industrial, en la eliminación de incentivos y medidas proteccionistas para la industria doméstica, en las iniciativas económicas de aper- tura, signos claros de la renuncia a construir una industria completa e integrada nacionalmente. El "Manifiesto salvadoreño" de ANEP es un programa industrializador de un grupo --en exclusión hasta el momento-- en busca de una alianza y de la fuerza política que no encuentra, también hasta el momento, en el resto de grupos económicos fuertes que se orientan a la (en for- mación) alianza en el poder. Como en otros países latinoamericanos, ciertas ramas industriales, las que muestren capacidad y vocación para este tipo de integración, se reconvertirán en áreas de especialización de las grandes empresas globalizadas. Las que no puedan man- tenerse en la competencia desaparecerán --según las reglas del liberaldarwinismo. No quedarán ni los mercados vecinos que han mantenido en funcionamiento a la industria nacional, pues éstos estarán en las redes de la industria internacional. La tendencia desnacionalizadora está ya muy avanzada. La banca está en manos privadas desde hace ya varios años y otras empresas estatales se preparan para con- vertirse en propiedad de las grandes compañías internacionales y sus socios nacionales. La estructura legal y financiera están ya establecidas. En esta tendencia, como en la anterior, se han producido las diferencias más importantes entre las élites salvadoreñas. Muchas de ellas quedaron excluidas en la distribución de los recursos bancarios y ahora otras han llegado a controlar los mecanismos de privatización para que no ocurra, al menos, la distribución en la forma anterior. La desregulación económica y laboral tam- bién están muy adelantadas. Las regulaciones no sólo están en desuso sino que ya están siendo sustituidas por otras más adecuadas al movimiento global de la economía. Entre las nuevas formas de contratación real de la fuerza laboral, la nueva legalidad y los nuevos organismos del trabajo, tiene lugar la flexibiliza- ción del trabajo que deja en desprotección a grandes contingentes laborales. La protección social que no esté en función de estas nuevas formas or- ganizativas está desapareciendo ante la angustia y desesperación de las masas que en forma limitada se beneficiaban de esas estructuras en extinción. La alianza conductora en formación Las élites más competitivas y dinámicas, más fuertes, del país han llegado a constituirse en fuerza política fáctica, han definido y redefinido sus elementos de dirección, sus repertorios de movilización y lucha, sus objetivos y metas. Sobre todo han logrado apoderarse de importantes sectores del partido de gobierno y de estado, a los cuales aunan sus recursos en el mercado y su poder corporativo y de conduc- ción sectorial para impulsar y potenciar la contienda por la hegemonía frente a las otras élites económicas y políticas y frente a lo que llaman nación. Dos élites socio-políticas liberales dominan la escena estatal y el patrón de desarrollo del país. Una basada más fuertemente en el agro, en las actividades cafetaleras, cerealeras y ganaderas --naturalmente con ramificaciones en sectores bancarios y exportadores. Otra descansando más en el sector financiero y comercial, con ramificaciones en la industria más relacionada con las transnacionales y también en el agro. Ambas están enfrascadas en fuertes pugnas y luchas intestinas, pero sus intereses globales las llevan a la colabora- ción obligada por la coyuntura y los requerimientos internacionales de estabilidad entre los grupos políticos más importantes. Durante un año entre estos grupos mediaron una serie de hechos encubiertos, como amenazas, asaltos y bombas a casas particulares y empresas, secuestros, movilizaciones de grupos y sectores descontentos en el interior del país, etc. En la convocatoria del FMI y BM en Washington hicieron causa común y avanzaron en la constitución interna de cada grupo como alianza confiable ante los inversionistas internacionales. Las diferencias entre las élites son de todo tipo, en especial en cuanto a la competencia por los recursos materiales y de poder y en la cual los financistas han llevado la delantera. Pero los agrario/liberales centran sus diferencias en las luchas en contra de los monopolios que impiden la liberalización real de los mercados y, por tanto, de la competencia. Ellos tratan de eliminar sus desventajas destruyendo los monopolios estatales, el monopolio bancario y el monopolio privado de grandes empresas, como la más importante la transpor- tación aérea centroamericana. Este grupo liberal ha logrado controlar puestos importantes para la política del sector agrario del Estado, como lo muestran los cambios ministeriales más recientes, pero también controla el área de la modernización del Estado, léase la privatización de los bienes estatales. Sería interesante conocer los planes que tienen para compatibilizar el atraso de las relaciones sociales y productivas en el agro con las tareas de modernización que se basan en la tecnología y la competitividad. Tam- bién como resolverán las necesidades de protec- ción estatal de muchos de sus grupos agrarios. El otro grupo liberal, "¿liberalmonopolistas?" como los acusa la otra élite, controlan el área económica y financiera del Estado y del mercado, así como otras instancias públicas. El peso en la industria, el comercio y los servicios transnacionalizados es visible. Su importancia internacional ha sido mostrada en los años anteriores como en la actualidad al ser referentes claves para los inversionistas transnacionales. Ninguno de los dos grupos, hasta el momento, muestran preocupación por preservar e impulsar una industria nacional. También sería importante conocer cómo este grupo armoniza la actividad monopólica con los requerimientos de la liberalización económica y la competitividad de la globalización. Frente a los liberales, fuera del Estado y fuera del pacto liberal, en una posición desventajosa, se encuentran los grupos que denominaremos desarrollistas (sin el menor sentido peyorativo, sino por las relaciones proteccionistas con que han funcionado con el Estado desarrollista), los que se formaron en el período del desarrollo de sustitución de impor- taciones y que tras un largo y arduo proceso de treinta años habían logrado diferenciarse de los sectores rurales. De nuevo, aquellos les han ganado ventaja al transformarse con mayor velocidad e incorporarse a la industria transnacional a través de un proceso de reconver- sión industrial aún no iniciado por los desarrollistas. Estos grupos empresariales, al igual que la mediana y la pequeña empresa, requieren de un Estado proteccionista por un tiempo más prolongado, mientras logran la reconver- sión industrial. Necesitan de verdaderas políticas industriales y líneas de incentivos. La mayor parte de élites políticas opositoras se sitúan en esta tendencia desarrollista al ubicar sus propuestas y soluciones muy cercanas a las concepciones estatistas del desar- rollo. Es importante conocer como estos grupos estructuran sus estrategias para lograr los recursos materiales y de poder para avanzar en su desarrollo, y como diseñarán las formasde aproximación a las élites hegemónicas en este período de acomodos de los diferentes grupos al nuevo patrón de desarrollo en for- mación.----- El presupuesto militar: obstáculo al desarrollo del país Oscar Martínez Peñate Departamento de Sociología Universidad Centroamericana José Simeón Cañas De la dictadura a la república Aunque históricamente se ha hablado de que El Sal- vador ha sido una República, esto es cuestionable cuando la población no ha ejercido el derecho soberano de elegir libremente a sus gobernantes, cuando el poder político ha estado limitado en un reducido grupo económicamente dominante y cuando en la persona del "presidente" de turno se han concentrado los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Se ha dicho que la Fuerza Armada vivirá mientras viva la República y si en El Salvador no ha habido República, entonces no ha tenido razón de ser la existencia de la Fuerza Armada en el país. Y si la oligar- quía y los militares le han llamado a la dictadura República, quiere decir que en este momento, en que se ha iniciado el proceso de democratización en El Salvador, si se camina supuestamente a la democracia y este término es antónimo de dictadura, ya no es necesario que exista la Fuerza Armada para guardar y mantener en pie la dictadura, porque el país se enrumba hacia la democracia. Si en El Salvador se habla de Estado de derecho, se debe de comenzar con el "respeto de todos, a la autoridad de la ley", tal y como lo afirman los ministros de la defensa de Guatemala, El Salvador y el comandante en jefe de la fuerzas armadas de Hon- duras. Pero los principales transgresores de la ley y del Estado de derecho son y han sido los militares, por excluirse de la aplicación del derecho y la igualdad. Al respecto, John Kenneth Galbraith, premio nobel de economía, nos dice que: "El sector militar, lamentablemente, se ha convertido en núcleo de poder. Decide el tipo de armas y el número de fuerzas que debe tener y cuenta con el suficiente poder político para asegurarse los fondos necesarios. Otra vez estamos aquí ante una democracia imperfecta". La Fuerza Armada, súper ministerio del ejecutivo En El Salvador, el Ministerio de la Defensa es un súper poder que se impone no solamente sobre el Ejecutivo, sino incluso sobre el Legislativo. Se supone que todas las instituciones del Estado están obligadas a presentar un presupuesto en el que se especifique claramente en qué invertirán los recursos, con el fin de que la solicitud y aplicación del presupuesto sea transparente. No obstante, el presupuesto de los militares en El Salvador es un top secret, y, en lugar de que el mismo se disminuya, año con año experimenta aumentos significativos, sin saber que eude claro para qué se hacen, precisamente para ocultarle a la opinión pública su monto real. A pesar de que es la población la que paga con sus impuestos el astronómico presupuesto a la Fuerza Armada, ésta le oculta a los contribuyentes en qué se gasta los millones que reciben cada año. CUADRO No.1 CRECIMIENTO DEL PRESUPUESTO DE LA FUERZA ARMADA DE EL SALVADOR (EN MILLONES) þÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄþ AñO COLONES DóLARES ES USA þÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄþ 1981 179.444.270 20.507.916 1993 866.483.700 99.026.708 1996 885.623.435 101.214.106 þÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄþ FUENTE: Diario Oficial, San Salvador, Tom.269, No.242, 23 de diciembre de 1980, p.4. Diario Oficial, San Salvador, Tom.317, No.237, 23 de diciembre de 1992, p.3. Diario Oficial, San Salvador, Tom.329, No.238, 22 de diciembre de 1995, p.4. De la guerra a la paz y de la paz a la guerra Es de hacer notar que actualmente la Fuerza Armada tiene un presupuesto mucho mayor que el que tenía cuando había guerra en el país y estaba constituida por sesenta mil hombres y ahora tiene treinta mil efectivos; aunque esto no es seguro, puesto que como no se conoce el presupuesto no se puede afirmar si realmente son treinta mil los miembros de la institución armada. La Fuerza Armada de El Salvador no tiene un presupuesto de paz sino de guerra. Además de ser un obstáculo al desarrollo del país, es incongruente en el contexto internacional, puesto que los países industrializados tienden a disminuir el presupuesto militar. A nivel centroamericano, el istmo dejó de estar en crisis y, además, El Salvador, al igual que los demás países de Centro América, está tomando medidas concretas para profundizar la integración centroamericana, mientras que las líneas fronterizas se desdibujan cada vez más. Un estudio elaborado por el Centro para la Paz, de la Fundación Arias, fundado por el ex presidente de Costa Rica, Oscar Arias, plantea, entre otros puntos, que "el país de mayor crecimiento del presupuesto [militar] a nivel centroame ricano es El Salvador, a pesar de la dis- minución de efectivos militares, como parte de los Acuer- dos de Paz de 1992". El Ministro de Defensa de El Salvador justifica el presu- puesto de la Fuerza Armada con el siguiente argumento: "la Defensa Nacional es el servicio primordial para que las demás actividades del país funcionen adecuadamente. Lo que se invierte en defensa nacional es necesario y justo para el bien del país, independientemente de las circunstancia en que se encuentre la nación". Lo primordial en este país en que todos los sal- vadoreños tengan salarios justos y decorosos, trabajo, seguridad pública, educación, vivienda y salud. La Fuerza Armada es únicamente primordial para el poder económico y para los militares mismos. El presupuesto del Ministerio de Defensa serviría mejor si se destinara a satisfacer las urgentes necesidades de la población, es decir, en algo útil y beneficioso como es impulsar el desarrollo económico y social. ----- La bendita detención provisional Recientemente se llevó a cabo en nuestro país la IV JORNADA IBEROAMERICANA EN DERECHO PENAL, PROCESAL PENAL Y DERECHO ADMINISTRATIVO, con la participación de ilustres juristas nacionales y extranjeros. En esta ocasión se abordaron temas tales como: "Fundamentos Constitucionales de la Teoría de Delito", "Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas", "La Detención Provisional y la aplicación de otras Medidas Cautelares", etc. siendo éste último el tema de mayor controversia y de los que generó más expectativas debido a su vital importancia en el momento histórico que vive nuestro país. En efecto, debido a la falta de información que prevalece en el ambiente jurídico-político en general y a muchas interpretaciones erróneas de diversos medios informativos sobre la detención provisional, se percibe cierto repudio público hacia su suspensión, en determinados casos, por parte de la Corte Suprema de Justicia cuando conoce el proceso constitucional del hábeas corpus. La opinión de la mayoría de salvadoreños y salvadoreñas en este controvertido tema es terminante: la Corte Suprema de Justicia está actuando irresponsablemente al dejar en libertad a muchos delincuentes que más tarde o más temprano vuelven a delinquir. El problema de esta interpretación es sencillo pero preocupa, ya que se emite opinión -a veces pública- sin comprender realmente los alcances y contenidos de dichas resoluciones; sin saber con conocimiento de causa el significado de la detención provisional como medida cautelar; sin hacer una interpretación extensiva de nuestra Constitución; sin entender que los tratados internacionales ratificados por nuestro país son ley de la República a tenor de lo que establece su artículo 144; etc. En vista de lo anterior, trataremos de explicar qué es una medida cautelar, dentro de las cuales encontramos a la detención provisional, con el objeto de que la ciudadanía en general tenga parámetros ciertos de evaluación del trabajo de la actual C.S.J. Sin embargo, hay que ser objetivos y agregar, sin temor a equivocarnos, que dentro de todo este panorama jurídico existe otro problema que sí es respon- sabilidad única y exclusiva de los Magistrados de la Sala de lo Constitucional: no miden con la misma vara a todos los ciudadanos. Para solucionar en alguna medida la primera problemática antes señalada explicamos, en primer lugar, en qué consiste la detención provisional como medida cautelar, para luego, en segundo lugar, entrar al análisis de las consecuencias procesales de su uso in- debido. Debemos tener bien claro que la detención provisional es una medida cautelar personal por coerción. Y es que las medidas cautelares pueden ser de tipo patrimonial (ejemplo, la fianza) y de tipo personal, como es el caso de la detención provisional, que dicho sea de paso sufre diver- sas denominaciones en leyes procesales penales de Iberoamérica, pero todas referidas a un mismo instituto: medida cautelar provisional durante la tramitación de un proceso penal, que se ha producido como síntesis del conflicto social, apareciendo como necesidad para evitar el retardo en la administración de justicia y la aplicación de la futura pena. Habiendo entendido lo anterior, hay que pasar a decir firmemente que nuestros jueces pueden y deben de hacer una interpretación extensiva y no literal de los artículos 12 y 13 de nuestra Constitución, tomando en cuenta, por otro lado, los tratados internacionales vigentes para el país, que son un complemento de la parte dogmática de dicha Constitución. Así, se llagaría a la conclusión que la detención provisional no es la única alternativa que tienen cuando dentro del término de inquirir estiman que hay mérito para que continúe el informativo de ley cor- respondiente o cuando al clausurar la fase de instrucción elevan a plenario la causa. La detención provisional o la libertad que establecen los artículos constitucionales citados no son más que los dos extremos, pudiendo nuestros jueces, vía aplicación de tratados internacionales o jurisprudencia, determinar otro tipo de medida cautelar, como podría ser un arresto domiciliar, el pago de fianza, etc. Es decir, pues, que la detención provisional no es de aplicación automática, mucho menos es la regla general como lo entienden los juzgadores y el público en general. Esta aplicación lleva a que nuestras cárceles -en donde no se hace diferencia entre los procesados y los condenados- estén cada vez más saturadas y aumente el número de reos sin condena. Ahora bien, la medida cautelar de la detención provisional tiene varios fines, uno de ellos es evitar la fuga del procesado, pues permite su presencia en el proceso; además, asegura el éxito de la instrucción evitando la obstaculización de algunos actos de inves- tigación. Impide, por otra parte, la reiteración delictiva, asignándosele de esta forma una función de prevención. En este punto, cabe mencionar que muchos opinan que con ella se asegura el orden social y se evita la reiteración. A la luz de la Doctrina, podemos determinar también ciertas características de la medida cautelar de la detención provisional, siendo la primera de ellas la Jurisdiccional, lo cual significa que ésta sólo puede ser adoptada por el órgano Judicial competente (Art. 13 Cn.). La Segunda característica es la instrumentalidad, pues está supeditada a un proceso penal en trámite (Art. 247 Pr. Pn), por lo que debe, conse- cuentemente, finalizar con dicho proceso. Es de tomar en cuenta que ambas características encuentran su sostén en la existencia de un proceso. Es importante, además, deter- minar la provisionalidad de esta medida: provisionalidad no es igual a temporalidad, aunque la implica. La detención provisional está supeditada a la concurrencia de un evento y no a un plazo; aunque doctrinariamente se sostiene que no puede exceder de 1 año para delitos menos graves y de 1 año 8 meses para delitos graves. La tercera característica es la obediencia a la Regla Sic Stantibus, característica cuyo significado es que las reglas o medidas obligan manteniéndose así las cosas, es decir, que la detención provisional se revoca o podrá ser sustituida cuando varíen las razones que justifiquen su adopción, lo que implica exámenes periódicos (algo que no permite nuestro actual código procesal penal). La cuarta es la Homogeneidad, esto es, que la detención provisional es homogénea con la pena la prisión, pero no significa que sean consecuen- cia: los detenidos deben y tienen que ser tratados de desigual manera que los condenados y al computar el plazo de la pena de prisión, no se puede hacer atribuyéndose igual calidad a los días de detención y de prisión, tal como lo establece el actual código penal, ya que se vuelve una pena anticipada. No implica, pues, identidad con la prisión. En fin, muchos aseguran que en vista de sus fines y sus características, sólo con la detención provisional se puede satisfacer la seguridad social, tran- quilizando a la ciudadanía sin embargo, creemos que no puede reconocerse sólo por ello, sin ver los verdaderos requisitos de una medida cautelar, más, cuando se trata de la más grave de ellas, la privativa de la libertad. En efecto, para que nuestros jóvenes no infrinjan los tratados internacionales ratificados por El Salvador, al adoptar -sobre las demás de tipo personal y, por supuesto, sobre las de tipo real- la medida cautelas privativa de libertad, deben de razonar y justificarla ampliamente, y no sólo adoptarla de plano. Y es que a nivel doctrinario, legal y jurisprudencial se establecen dos presupuestos básicos para su adopción: el Fomus Boni luris o Apariencia del Buen Derecho y el Periculum in Mora o Peligro de Fuga. El primero de ellos nos dice que tiene que haber elementos de juicio suficientes -no meras especulaciones sino, por el contrario, sospechas que descansen sobre una base fáctica suficiente, para no caer en arbitrariedades- que lleven a tener por establecidos los extremos procesales (cuerpo del delito y participación delincuencial), artículo 247 Pr. Pn. En la detención provisional, pues, se necesita de un hecho previo (Principio de Legalidad); se necesita una imputación delictiva (el hecho debe reunir las características de delito, no ser falta); y, por último, la imputación del mismo a persona determinada. El segundo presupuesto que hay que tomar en cuenta es el peligro de Mora Judicial por fuga del imputado o Periculum en Mora, no obstante que la legislación secundaria vigente (código procesal penal, artículo 247) no lo mira como un requisito. Este presupuesto posee, como establece la doctrina y la jurisprudencia salvadoreña elementos objetivos y subjetivos. Los primeros relativos a la gravedad del delito -en base a la pena- y circunstancias del hecho; habrá peligro de fuga cuando el delito por el que está siendo procesado el sospechoso esté sancionado con pena de prisión a más de 6 años. Los segundos relativos a los antecedentes penales y policiales del imputado; el arraigo; la posibilidad de vivir en el extranjero; y a la moralidad. El juez, pues, está obligado a valorar y razonar caso a caso los presupuestos de la medida cautelar, y eso es lo que controla la Corte Suprema de Justicia cuando se excita su jurisdicción a través de la pretensión constitucional que va implícita en la petición de hábeas corpus. En efecto, la Sala de lo Constitucional vela porque los jueces al adoptar la medida cautelar de la detención provisional contra un imputado, lo hagan sin vulnerar las garantías constitucionales a que todo in- dividuo tiene derecho. En esta tarea, la C.S.J aplica los tratados internacionales vigentes para nuestro país y establece que la detención provisional, como medida cautelar que es, no es la regla general, sino la excepción, y su adopción debe ser razonada y justificada, de lo contrario, resuelve que se sustituya dicha medida y se deje en libertad al imputado previa fijación de otra medida cautelar distinta de la privativa de libertad que asegure su comparecencia al juicio y la aplicación de la probable condena a prisión. Pero hay que tener mucho cuidado al leer esto, ya que una resolución de la Corte en ese sentido no implica un sobreseimiento, puesto que el hábeas corpus no es un recurso ordinario como muchos creen o interpretan, incluso algunos de nuestros jueces. Lo único que establece la Sala de lo Constitucional -ya que no es un tribunal de instancia que entre a valorar prueba vertida en el juicio, labor exclusiva de la jurisdicción común- es que se sustituya una medida cautelar por otra distinta de la detención provisional, por no estar justificada al momento de su adopción, sin perjuicio de que en el transcurso del proceso pueda volver a adoptarse, siempre y cuando se reúnan todos sus requisitos y esté razonada debidamente por los jueces. Lo anterior, definitivamente es un paso adelante que da la actual Corte y que no debe ser criticado por los medios masivos de difusión, autoridades administrativas y la ciudada- nía en general, ya que está obligando a nuestros juzgadores a aplicar tratados internacionales vigentes para el país y a razonar sus resoluciones, de conformidad al artículo 489 Pr. Pn. y sigs. Sin embargo, y como ya es tradición en todos los ámbitos de la vida nacional, por otro lado se da un paso atrás, el cual sí es criticable desde todos punto de vista: La Corte Suprema de Justicia no en todos los casos resuelve de la misma manera. Será por razones políticas, será por falta de uniformidad de criterios, tal vez por miedo insuperable o por pago de favores, no se sabe; sin embargo, aunque sus causas sean anónimas, sus consecuencias sí son palpables y graves, puesto que se vulnera un principio constitucional básico: todos somos iguales ante la ley. De nuestra parte, y como conclusión, no nos queda más que esperar que este comentario contribuya un poco a lograr una administración de justicia cristalina y a generar una opinión pública más objetiva en su crítica, es decir, que cuestione el que la Corte no mida con la misma vara a todos los ciudadanos -que es lo que nos desvela- y no que ponga en tela de juicio, por ignorancia y falta de información, la aplicación de tratados internacionales en materia de Derechos Humanos que pueden llevar a solucionar muchos problemas graves en materia penal y procesal penal.----- ACEPTAN FORMAR COMISION. Las gremiales de empresarios del transporte aceptaron el 18.11 la formación de una comisión verificadora del subsidio de diesel y negaron haber manifestado oposición al respecto. El Presidente de la Asociación de Empresarios de Autobuses (AEAS), Genaro Ramírez, aseguró que ellos consideran oportuno que una instancia vigile paso a paso el proceso de asignación con el fin de evitar cualquier tipo de irregularidades y señalamientos posteriores hacia los empresarios. "Nosotros los que adversamos es nuestra participación en la Comisión Verificadora, pues consideramos que es irrelevante y no es nuestro papel", dijo Ramírez, aclarando que es el gobierno quien debe realizar dicha tarea. La instancia verificadora, surgió a propuesta del Viceministerio de Transporte, Julio Valdivieso, luego que el gobierno dispusiera asignar diesel a cerca del 50 por ciento de unidades del transporte colectivo urbano. Por su parte, la Asociación de Empresarios del Transporte de Pasajeros de Autobuses (ATP) dio también su visto bueno a la existencia de un ente verificador, pero, a diferencia de AEAS, los representantes de esta gremial si pidieron su par- ticipación en la misma. El Presidente de ATP, Héctor Bonilla, aseguró haber llegado a un acuerdo con las autoridades de Transporte respecto a que ellos sí integrarán la Comisión Verificadora. Bonilla expresó que si bien dan el visto bueno a la verificación en la entrega de diesel, no están de acuerdo que, a excepción de la Fiscalía General de la República o la Corte de Cuentas, instituciones ajenas al sector formen parte de esa comisión (DH 19.11 p.9).---- - DELIMITAN PROPAGANDA ELECTORAL. El Tribunal Supremo Electoral dio a conocer el 15.11 un reglamento conteniendo los límites de la propaganda que impulsarán los partidos políticos o coaliciones, el acceso a los medios de comunicación y el horario de transmisión. El documento, que fue entregado a los partidos políticos es el mismo que se utilizó en las elecciones generales de 1994. El normativo se denomina "Reglamento para la propaganda electoral" y tiene por objeto delimitar los mensajes que los partidos y coaliciones difundirán durante la campaña de diputados y alcaldes, previo a las elecciones de marzo de 1997. Según el Código Electoral, la campaña para diputados emp ieza 60 días antes de las elecciones, y la de alcaldes, 30. Es decir, el 15 de enero y 14 de febrero respectivamente. El reglamento establece la forma de contratación técnica y equitativa de espacios, por tiempos de transmisión a través de estaciones radio-televisivas, evitando la saturación de los medios. También se prohibe a los partidos el uso de mensajes subliminales y, a los medios, el cobro diferenciado de tarifas. En el documento se establecen limitantes a los partidos, principalmente en lo que se refiere a los plazos de inicio de la propaganda y respeto del honor y moral de la vida privada de los candidatos o líderes políticos vivos o muertos. Se prohíbe a los partidos o coaliciones mensajes que injurien, difamen o calumnien. A su vez, el documento prohibe el uso de recursos del Estado para fines propagandísticos; mientras que los curas, pastores, militares, policías o funcionarios públicos no deberán hacer propaganda (LPG 16.11 p.7-a).----- DESMIENTE RENUNCIA. El ministro de Seguridad Pública, Hugo Barrera, desmintió el 18.11 los rumores sobre su renuncia y negó que su administración haya ignorando las órdenes del Presidente Armando Calderón Sol sobre paralizar la juramentación de Juntas de Vecinos. Representantes de partidos de oposición dijeron tener conocimientos de que Barrera sería removido de su cargo, y sustituido por el actual ministro del Interior, Mario Acosta Oertel, lo cual fue negado por los asesores de comunicaciones de Barrera. El Ministro de Seguridad atribuyó los rumores a intereses partidarios por la proximidad de las elecciones, aunque eludió responsabilizar a institutos políticos en particular. Asimismo, aclaró que el Plan de Juntas de Vecinos, gestado e impulsado por el Ministerio de Seguridad Pública, ha sido paralizado porque "el Presidente de la República ordenó que se diera por terminado". Mientras tanto, durante una conferencia, ofrecida el 18.11 en Casa Presidencial, el Presidente de la República, Armando Calderón Sol, manifestó que el Gobierno "no esté jugando" con el compromiso adquirido con las Naciones Unidas sobre paralizar este plan, y que si las Juntas de Vecinos continuaban organizándose el Gobierno podría tomar medidas enérgicas. Aunque no se refirió específicamente a Barrera, Calderón Sol explicó que no se contemplan cambios en el Gabinete de Gobierno para el mes de diciembre, pero aclaró que constantemente efectúa una evaluación sobre el trabajo de los titulares, y que puede hacer uso de sus facultades presidenciales para sustituirlos (LPG 19.11 p.22-a). -----