Año 19
número 850
abril 14
1999
ISSN 0259-9864
Editorial La "autocrítica" del FMLN
Política Los desafíos del nuevo gobierno
Política ¿Está cambiando algo en ARENA?
Economía ¿Cuánto más estará el país sin presupuesto?
Sociedad Rescate histórico en manos privadas
Derechos Humanos Conversando sobre Monseñor Romero (II)
La "autocrítica" del FMLN
Siempre dentro del marco de sus tradiciones, el FMLN ha pasado del triunfalismo más ramplón —del que hicieron gala sus principales dirigentes antes de las elecciones recién pasadas— al derrotismo más burdo —del que ahora dan fe pública esos mismos dirigentes. El mecanismo del que se han valido para reconocer sus errores en el proceso electoral pasado es, como en los viejos tiempos, la autocrítica. Muy a la usanza de la izquierda armada tradicional —la izquierda de los núcleos cerrados y del centralismo democrático—, la autocrítica del FMLN no quiere dejar piedra sobre piedra. Todas las fallas, hasta las más absurdas y patéticas, tienen que ser reconocidas públicamente, pues este mea culpa es condición necesaria para la posterior rectificación de los errores cometidos.
En el pasado reciente, cuando un militante de la izquierda armada se desviaba de la "línea revolucionaria" —ya sea por sus actitudes pequeño burguesas o por su inconsistencia ideológica— estaba obligado, si quería continuar siendo parte del grupo de privilegiados que habían entendido los designios de la historia, a confesar, ante el colectivo del que formaba parte, sus desviaciones, sin omitir detalles que, aunque pudieran parecer irrelevantes, ayudaran a valorar su integridad revolucionaria. Este ajuste de cuentas personal tenía un nombre: autocrítica. Estar dispuestos a hacerla era ya un signo de madurez y de compromiso con los intereses del proletariado.
La autocrítica debía ser tan prolija como fuera necesario; quien se la hacía no debía escatimar esfuerzos para demostrar sus limitaciones y debilidades personales de todo tipo; tenía que quedar plenamente demostrado el poco valor de su persona y sus intereses ante la magnificencia de los principios y el proyecto de la revolución, frente a los cuales aquéllos eran algo totalmente prescindible. En esta perspectiva, la autocrítica se tornó en algo denigrante y, en muchas ocasiones, absurdo: muchos militantes, convencidos de que se habían desviado de la "línea revolucionaria", ponían al descubierto sus secretos y sueños más íntimos, así como sus "faltas" más anodinas: desde haber tomado Coca Cola hasta haber pensado que el compañero comandante estaba equivocado cuando tomó tal o cual decisión. Nada debía quedar oculto al colectivo; todo debía ser reconocido por boca del propio responsable. Tras el reconocimiento de la propia culpa, vendrían las medidas correctivas que, obviamente, serían aceptadas de buena gana por el "desviado". Esto se convertía en la condición de "retorno" a la línea correcta.
En un esquema similar, tras su debacle electoral de 1999, la dirigencia del FMLN está haciendo su propia autocrítica. Ya se han hecho públicos algunos aspectos de la misma; en ella, el Frente reconoce una serie de errores que hacen dudar de su capacidad para convertirse en una alternativa de gobierno efectiva. Sin contemplaciones de ningún tipo —y hasta con cierta candidez—, los dirigentes del FMLN han reconocido algo que medio mundo sabía: que tal como fue encarado el proceso electoral —los conflictos irresueltos, las convenciones, las candidaturas y la campaña— el partido de izquierda iba directo al fracaso. Eso —dicen— ya lo sabían; sabían que eran un partido que iba a perder las elecciones y, aunque trataron de corregir algunos fallos, los esfuerzos que se hicieron para cambiar el rumbo fueron insuficientes.
En los momentos en que las dinámicas hacia el fracaso efemelenista se estaban fraguando, no faltaron voces críticas que llamaron la atención sobre lo grave de la situación para las posibilidades electorales del FMLN; sin embargo, casi invariablemente, sus principales figuras rechazaron cualquier análisis que apuntara a las debilidades del partido. Insistieron hasta la saciedad en que todo lo que sucedía en el Frente era expresión de la democracia que se respiraba en su seno, la cual debía ser imitada por el resto de partidos políticos. Cuando se les hacía ver que el Frente no tenía oportunidad de desbancar a ARENA, los líderes del FMLN replicaban que el partido se encaminaba hacia la victoria.
Con la misma firmeza con que eso fue sostenido antes de las elecciones, ahora sostienen lo opuesto: en el partido hay fisuras importantes (lo que sucede no es expresión de democracia alguna) y esas fisuras contribuyeron a la derrota electoral (la cual en lo absoluto fue una sorpresa). En fin, la dirigencia del FMLN nos dice que ya sabía que el partido iba a perder, pese a que en el proceso electoral sus miembros mantuvieron fieramente lo opuesto y levantaron expectativas de triunfo en las bases del partido. También estaban conscientes de lo desgastante de las disputas internas, aunque mantuvieron firmemente que se trataba de un sano debate democrático. Es decir, la dirigencia del FMLN quiso engañar a la opinión pública y a sus bases por partida doble. Pero, ¿no será un táctica de engaño más afirmar que "ya sabían" de la gravedad de las disputas internas y del impacto de ellas en una probable derrota electoral? ¿No será verdad más bien que en su óptica —en aquellos momentos— el Frente vivía un debate democrático y, además, ello lo encaminaba al triunfo político? Quién sabe cuáles sean las respuestas a estas preguntas; lo que sí es cierto es que la credibilidad del Frente, lejos de verse fortalecida, se ve erosionada ante situaciones como la descrita.
De todos modos, si aceptamos que es verdad que la dirigencia del FMLN "ya sabía" que se encaminaban hacia el fracaso electoral, llama la atención la incapacidad manifiesta de sus líderes para cambiar de marcha. Si no lo sabían, tiene sentido que se empecinaran en continuar con la estrategia política que llevó al partido a la derrota; si lo sabían, continuar con esa estrategia fue un brutal contrasentido. Ellos dicen que lo sabían, pero que, pese a ello, no pudieron realizar los cambios necesarios para revertir la lógica de los acontecimientos. Si ello es cierto —si no pudieron hacer los cambios necesarios—,estamos ante una declaración (aceptación) de incompetencia política pocas veces vista. Quizás sea sincera, y eso tiene su valor. Pero no es el reconocimiento público de sus miserias lo que mejor puede servir al partido, sino un debate a fondo y sin cortapisas de su identidad, liderazgo, estructura y perspectivas en un proceso incierto de transición-consolidación democrática.
Desde que tomó posesión del ejecutivo, Calderón Sol no se ha cansado de proclamar a los cuatro vientos lo mucho que ha progresado el país, tanto en materia social como a nivel de institucionalización democrática. Su discurso —eficientemente expresado a través de comerciales televisivos, campos pagados y demás recursos de esa índole— parece referirse siempre a las maravillas de un país que no es este. No puede ser más obvio que el mensaje de fondo que el presidente intenta transmitir es que, gracias a ARENA, El Salvador ha tomado al fin la ruta del desarrollo, que sin ese partido el país se encontraría aún sumido en el atraso y en la confrontación.
Por supuesto, nada está más alejado de la realidad que esa visión idílica que Calderón Sol pretende vender. Es cierto que ha habido algunos avances importantes en materia de democratización, pero ni esos avances se deben sólo a ARENA ni son suficiente para asegurar que El Salvador goza ya de un "pleno Estado de Derecho" —tal y como el Presidente lo proclama cada vez que puede. Muy lejos se halla este país de estar caminando seguro por la vía hacia el desarrollo. La lista de obstáculos para que eso suceda podría ser interminable: pobreza, desempleo, violencia en sus diversas manifestaciones, deterioro del medio ambiente, corrupción, incompetencia, conformismo, apatía, resabios autoritarios...
Y lo más grave es que estos y otros problemas no sólo no han empezado a solucionarse, sino que, por el contrario, se agudizan cada día más. Parece necio seguir martillando en lo mismo a estas alturas, cuando los analistas más diversos llevan años reconociendo la seriedad y complejidad de las trabas que empantanan la transición salvadoreña. Pero, frente a un partido en el gobierno que tranquilamente ha dado la espalda a eso que para todos es tan evidente, no queda más remedio que seguir insistiendo. En especial cuando es el mismo partido el que gobernará el país durante los próximos cinco años.
Se ha dicho ya en anteriores oportunidades que Francisco Flores parece más prometedor que sus antecesores. De Calderón Sol se supo desde temprano que no podía esperarse mucho. Pero, aunque fue ARENA quien obtuvo de nuevo el triunfo en las elecciones presidenciales y aunque a nivel estructural prácticamente nada ha cambiado en el país, las condiciones para gobernar sí han sufrido alteraciones. El Salvador que "Paquito" recibirá el próximo primero de junio es en esencia el mismo que recibió su homólogo cinco años atrás: un país asolado por la pobreza, la violencia, la negligencia y la corrupción. En lo que sí ha habido modificaciones es en la manera en la que la población asume el desempeño de los funcionarios públicos.
No será de extrañar que Flores tenga más ojos puestos sobre su administración de los que el actual Presidente ha tenido en la suya. Y ello no sólo porque la opinión pública ha madurado considerablemente en estos últimos años, sino, sobre todo, por las características con las que "Paquito" fue vendido al electorado. Si ARENA se ha esmerado en hacer creer que Flores es el abanderado de la democratización, si él se presentó a sí mismo como el líder de la "nueva forma de hacer política", entonces no le queda más remedio que esperar que la opinión pública le exija actuar en consecuencia. Claro está que ser consecuente no es fácil y en ese sentido "Paco" encontrará ciertas dificultades previsibles.
En primer lugar está Cristiani. Es cierto que ARENA ha sabido zanjar sus diferencias y que en materia de institucionalidad podría dar lecciones a los demás partidos, pero eso no significa que las pugnas intestinas hayan desaparecido del todo. Esto se hizo particularmente evidente en las declaraciones del ex presidente en relación a la propuesta de Flores sobre cómo conformar el gabinete. Es obvio que Cristiani no está dispuesto a ceder con facilidad su cuota de poder dentro del partido. Recordemos los rumores de su posible alianza con los "Amigos de la Libertad" para contrarrestar el accionar de Flores. Entonces, el que "Paco" encuentre en Cristiani un fuerte obstáculo para cambiar cosas parece un hecho, en especial cuando esas cosas amenacen con afectar los bolsillos del ex presidente y sus "ahijados".
En segundo lugar, se halla la estructura del gobierno, con las características que ARENA ha impreso en él. No cabe duda de que el amiguismo, las componendas, el clientelismo y demás taras de la "vieja forma de hacer política" pondrán serios reparos a las intenciones de Flores de ejercer el poder con verdadero profesionalismo. El hecho de que la corrupción prácticamente no aparezca en el plan de gobierno de ARENA —como un problema grave que demanda respuestas urgentes— desdice mucho de su compromiso "por la seguridad". Es bastante probable que "Paquito" haya decido hacer caso omiso al problema de los delitos de cuello blanco simplemente para evitar comprometerse con el combate de algo que está más allá de sus posibilidades. Para nadie es un secreto que combatir la corrupción en El Salvador implicaría atacar cúpulas que están llenas o bien de areneros o bien de personas muy cercanas a ARENA. Las flagrantes irregularidades que la PNC y el Ministerio de Seguridad Pública han cometido en el manejo de casos graves de corrupción así lo demuestran.
En tercer lugar, se encuentra cierto sector de la empresa privada. Francisco Flores no va a llevar a cabo ningún cambio estructural en el ámbito socioeconómico. Eso es algo que no hay que soslayar para no hacerse falsas expectativas. Así las cosas, lo más probable es que, de haber choques entre la administración de Flores y la gran empresa privada, éstos serán más bien por causas menores. Como quiera que sea, conviene no perder de vista que las relaciones entre "Paco" y, por ejemplo, los industriales empezaron a enturbiarse pronto, con el rechazo sostenido de aquél a participar en un debate presidencial organizado por la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI).
Hay que decir, sin embargo, que si los dos primeros son obstáculos dignos de preocupación, este último en cambio es, en principio, positivo para el país. Constituye una muestra de que están dejando de ser sólo las universidades o algunos columnistas particulares quienes, desde afuera del sistema político, emiten opiniones críticas con respecto al desempeño gubernamental. El divorcio gobierno-empresa privada —sólo de un sector de ésta, claro está—, que empezó a gestarse durante la campaña, da visos prometedores de constituirse en un paso más en el lento camino hacia la institucionalización de la democracia.
Es muy temprano aún para emitir juicios definitivos a cerca de lo que la administración Flores será o dejará de ser. Antes que nada hay que esperar a que "Paquito" dé muestras de estar realmente dispuesto a inaugurar un modo distinto de hacer política. En ello se juega no sólo la credibilidad que sectores importantes del electorado puedan tener hacia el partido, sino también, y en gran medida, hacia la clase política en su conjunto. Es sorteando inteligentemente estos y los demás obstáculos que sin duda le saldrán al paso, y realizando una labor honesta y profesional como mejor puede demostrar el recién electo presidente que es un político diferente.
Las elecciones presidenciales de este año fueron una muestra de a lo que puede llegar ARENA con el fin de permanecer en el poder. Para un observador externo era impensable que el partido de hace tan sólo dos años pudiera impulsar la candidatura de una persona como Francisco Flores y seguirle el juego en el tono conciliador y sosegado que le pretendió imprimir a la campaña. También era impensable que al que en ese momento era la cabeza visible de un partido tan reacio a reconocer críticas y a realizar balances de sus propios errores se le permitiera disentir en puntos importantes con los gobiernos que le habían precedido y aceptar que ciertos problemas fundamentales de la realidad salvadoreña aún no habían sido resueltos.
La dinámica que alimentó este proceso no fue, como algunos ingenuos y los publicistas del partido pretendieron hacerlo ver, una voluntad de cambio, sino más bien una voluntad de poder, al menos desde una perspectiva institucional. En otras palabras, a la institución no le importaba promover a un Francisco Flores tan en apariencia desmarcado de las actitudes y aptitudes tradicionales del partido si con ello garantizaba por cinco años más el control del Estado. De ello que fuera absurdo preguntarse si Flores podría insuflar su talante moderado hacia el interior de las filas del partido, caracterizado desde siempre por su intolerancia.
Sólo si se hubiera verificado un cambio generacional al interior del partido se podría sustentar la hipótesis de que Flores representaría un viraje en la forma de hacer política de ARENA. Un cambio generacional que no se limitara a un simple relevo de los cuadros viejos por otros más jóvenes, sino a un cambio de mentalidad y actitudes. Y de esto, obviamente, no hay signo en el partido de derecha. Basta observar como los compañeros generacionales de Flores (René Figueroa o Walter Araujo, por ejemplo) son calcos exactos del cinismo, la intolerancia y la despreocupación social de sus mayores. Entre un joven líder arenero y Acosta Oertel no es posible apreciar mayor diferencia que un número de años.
La otra pregunta importante que se planteó durante la campaña electoral era si a Francisco Flores su partido le permitiría llevar adelante una gestión gubernamental diferente. Con ello se aceptaba que Flores era una excepción y que esta característica le terminaría implicando permanentes choques con las autoridades del partido y los funcionarios areneros. Teniendo en cuenta lo que hemos dicho antes, la respuesta a esta interrogante se encontraría en los beneficios que la gestión de Flores le proporcione a ARENA. Así, en la medida en que a la institución le sea útil y considere que aleja con ello la posibilidad de verse relevada del poder, a Flores se le permitiría llevar a cabo el gobierno sui generis que ha prometido. Por el contrario, en el caso de que ARENA se sintiera de nuevo seguro de su posición en el espectro político, cabría esperar un gobierno similar al de sus antecesores, en el que Flores se vería obligado —supongamos por un momento que de verdad le interese ser diferente políticamente— a plegarse a las necesidades y exigencias más propias de ARENA y los sectores que representa.
Plantearse con realismo la cuestión es útil de cara a la cercana toma de posesión de Flores y Quintanilla; especialmente si se pretende evaluar con seriedad una de las medidas que el primero pretende llevar a cabo una vez esté sentado en la silla presidencial: reformar la elección del gabinete. Como nueva manifestación de lo desconcertante y sorpresiva que es su figura, Flores anunció, poco después de que fuera segura su victoria en las elecciones, que el proceso de conformación de su gabinete se pondría en manos de una Comisión de Notables que evaluaría la idoneidad y capacidad de los candidatos a ocupar los cargos, para los cuales incluso podrían aplicar figuras ajenas al partido. Además, Flores declaraba tajantemente que los nuevos ministros estarían supervisados constantemente y tendrían que dar cuenta públicamente de sus actos.
Aparentemente, con esto Flores mostraba que su compromiso con un nuevo gobierno (con una "Nueva Alianza", con un "Nuevo ARENA") no era palabrería pre electoral, sino más bien una promesa real. Tan real que habría obligado a Cristiani —la permanente conciencia arenera del inquieto Flores— a aclarar que las figuras que integrarían el gabinete deberían ser "muy cercanas" al partido. Y es que la preocupación que externó el presidente del COENA no era vana: Flores prometía cambiar los fundamentos con los que hasta entonces se elegía al gabinete: a dedo y restringiendo la elección a personalidades totalmente plegadas (entiéndase sumisas) a los dictámenes e ideología del partido .
Desde el optimismo y haciendo a un lado la astucia política que hay que reconocer en ARENA, la medida que pretende implementar Flores sería signo de que se está a las puertas de un cambio en la forma en que se han conducido los gobiernos areneros. Por primera vez en diez años, un presidente electo ha mostrado voluntad de darle continuidad al menos a una de sus promesas electorales. Siendo en este caso una tan importante como la elección de los próximos ministros, de la cual dependerá en buena parte la eficiencia y transparencia de sus gestiones, el gesto de Flores sería trascendental y marcaría la pauta de lo que sería su labor en el lustro venidero.
Ahora bien, desde la voluntad de poder de ARENA, las declaraciones de Flores sobre el gabinete serían signo de que para el partido de derecha la campaña electoral no ha concluido todavía, y que no concluirá hasta que en las elecciones de diputados y alcaldes se alcance el lugar que se perdió en 1997. Es decir, ARENA, como lo hizo en la campaña electoral pasada, estaría utilizando a Flores para atraer (y ampliar) las simpatías del electorado. En este sentido, qué más eficaz que montar un escenario en el cual el político de avanzada entra en contradicciones con figuras de la vieja guardia, las cuales al final terminan cediendo a los bienintencionados ideales del primero.
Desde esta interpretación, la gestión que realice Flores a partir del momento que tome posesión hasta cuando se den los resultados de las elecciones legislativas y municipales será el telón de fondo de la campaña electoral arenera. Un telón de fondo con el que se pretendería remozar a una clase política tan fiel a su herencia ideológica como a su radical pragmatismo. De ser así, cabe esperar más sorpresas de Francisco Flores y de ARENA a lo largo del período comprendido entre este momento y marzo del 2000.
Ahora bien, que lo anterior sea cierto no hace que la decisión de Flores de conformar un gabinete de gobierno diferente deje de ser una oportunidad importante para la sociedad civil e incluso para el resto de partidos políticos. Una buena forma de sacarle provecho a la dinámica por la que atraviesa ARENA es tomarle la palabra a Francisco Flores. Es decir, las organizaciones sociales, independientemente de su tendencia ideológica, deberían proponer sus candidatos al gabinete y vigilar que el proceso de elección sea realmente abierto y limpio.
La posibilidad que ha abierto Flores —o la voluntad de poder de ARENA— se desperdiciaría si la incredulidad o el adormecimiento de los partidos de la oposición y de las instancias sociales de peso hicieran que éstos no atendieran al llamado y dejaran el control total del gobierno en manos de ARENA por ausencia de contrincantes. Lo importante de esta coyuntura es aprovechar y radicalizar el talante democrático con el que Flores está pretendiendo iniciar su presidencia. Con ello se le obligaría al presidente electo a realmente llevar a cabo lo que ha prometido al respecto o a desmentirse públicamente sobre algo que en ningún momento quiso —o pudo— cumplir.
El presupuesto de la nación para 1999 aún no ha sido aprobado por la Asamblea Legislativa, pese a que transcurrieron ya los primeros tres meses y medio del año. Esto es algo inusitado, pues generalmente el presupuesto de un año se aprueba a finales del anterior para no provocar complicaciones en el funcionamiento del Estado y de la economía.
Hasta ahora, las explicaciones del retraso en la aprobación del presupuesto son de diversa índole, pero las más importantes tienen que ver con el desbalance entre ingresos y egresos que aquél presenta, las reformas a la ley del Impuesto sobre la Renta y el Impuesto al Valor Agregado, la utilización de los fondos de la venta de la Administración Nacional de Telecomunicaciones (ANTEL) y la emisión de bonos para cubrir el déficit presupuestario.
Ante el empantanamiento, diferentes funcionarios de gobierno expresaron los inconvenientes que esta situación les estaría causando en la ejecución de los programas de sus carteras (Proceso, 848); sorprendentemente, de acuerdo a datos atribuidos por un matutino a la Unidad de Análisis y Seguimiento de la Comisión de Hacienda de la Asamblea Legislativa (La Prensa Gráfica, 10 de abril 1999, pp. 4 y 5), durante los dos primeros meses de 1999, el gobierno incrementó notablemente sus gastos en relación a los mismos meses de 1998. Frente a estas contradicciones, es importante revisar las posibles causas en el atraso de la aprobación del presupuesto y sus implicaciones sobre la economía y el funcionamiento del Estado.
Entre los factores que han imposibilitado la aprobación del presupuesto, el que mayores contradicciones está causando es el relacionado con la emisión de bonos —por un monto de 2,200 millones de colones— y, en menor medida, la utilización de los fondos de ANTEL para fines diferentes a los que establece su ley de privatización. De acuerdo a diputados del FMLN, el hecho de que el proyecto de presupuesto contemple la emisión de estos bonos, sin que antes haya sido emitida una ley que lo autorice, es inconstitucional. Además, cuestionan que los fondos de ANTEL pretendan ser utilizados para obras públicas, cuando la ley de privatización de este ente precisa que deben usarse para inversión social.
Frente a estos cuestionamientos, el Ministro de Hacienda, Enrique Hinds, habría afirmado que la inconstitucionalidad no existiría porque el presupuesto aún no ha sido aprobado y se encuentra todavía a nivel de anteproyecto; adicionalmente, habría negado que los fondos de ANTEL vayan a ser ocupados para gastos no contemplados en su ley de privatización, pues éstos son manejados a través de una cuenta especial que así lo garantiza. Como sea, lo cierto es que el entrampamiento de la aprobación del presupuesto puede tener implicaciones de grandes dimensiones. De hecho, una de las principales preocupaciones expresadas por representantes de la empresa privada se refiere al retraso en el pago de las obras de infraestructura que el gobierno ha contratado con empresas constructoras. Inevitablemente, este retraso también podría tener efectos sobre el empleo e ingresos de los trabajadores de las empresas que pudieran verse afectadas. De la misma forma, las empresas privadas que proveen de bienes y otros servicios al Estado podrían enfrentar una reducción en la demanda generada por el sector público.
El retraso en la aprobación del presupuesto por tiempo indefinido podría llegar a convertirse en un elemento que paralice las actividades del Estado. Si esto ocurriese, podría llegarse a experimentar una reducción del ingreso nacional como resultado de una reducción del gasto público, no sólo en concepto de compras directas de bienes y servicios, sino también como efecto del retardamiento en el pago de salarios a los empleados públicos. Ello implicaría, automáticamente, un menor nivel de demanda y posibles reducciones en la producción. Es decir, la falta de presupuesto seguramente impactaría las tasas de crecimiento.
Por el momento, las implicaciones sobre el desempeño de los programas del Estado han sido señaladas ya por diferentes funcionarios públicos y, según el Ministerio de Hacienda, existen cerca de 18 nuevos proyectos que han sido congelados por la ausencia de un presupuesto para 1999. Entre las ramas más afectadas se contarían los ministerios de salud, obras públicas y educación. Según la misma fuente, en el Ministerio de Salud se ha dejado de contratar a 92 trabajadores de salud y no se ha habilitado cerca de 60 dispensarios médicos; tampoco se habrían incrementado los salarios de más de 17 mil empleados.
En el caso de las obras públicas, no se ha reparado cerca de 166.8 kilómetros de vías urbanas en las principales ciudades del país. En relación con el Ministerio de Educación, se encuentran congelados proyectos de habilitación de 686 escuelas, lo cual implica dejar sin atención a 20,580 alumnos; además, no se contratarán a 300 maestros, lo que significa que 9,000 alumnos no serán atendidos y, finalmente, tampoco se podrán otorgar becas a otros 2,450 alumnos.
Este panorama resulta sombrío, pero al considerar el comportamiento del gasto público durante los primeros meses de 1999 las perspectivas cambian. De acuerdo a datos del mismo Ministerio de Hacienda, pese a que no se cuenta todavía con el presupuesto de 1999, el gasto público durante los primeros dos meses del año se habría ejecutado casi normalmente si se atiende al monto de los gastos ejecutados. Más aún, de acuerdo al informe de la Unidad de Análisis y Seguimiento del Presupuesto, el gasto de enero-febrero de 1999 ha sido mayor que el de los mismos meses de 1998 en 406.9 millones de colones, lo cual implica un incremento de cerca de 23.9%. En esta misma línea, el Director General de Tesorería, Salvador Portillo, reconoció que en el mes de marzo de 1999 los gastos se incrementaron en 381 millones de colones en relación al mismo mes de 1998. Lo anterior implica que, en el primer trimestre del año, el gasto público se ha incrementado en aproximadamente 780 millones de colones.
Lo anterior muestra que en realidad la ausencia del presupuesto no se ha traducido en una reducción del gasto público, ya que éste se habría incrementado durante el primer trimestre de 1999. Esto llama la atención sobre las verdaderas implicaciones que estaría teniendo el retraso en la aprobación del presupuesto, pues desde estos datos las afirmaciones del gobierno sobre una supuesta "crisis" de las instituciones estatales son dudosas. Aparentemente, el gobierno ha estado en capacidad de continuar financiando su presupuesto utilizando los fondos provenientes de los ingresos tributarios, al grado que ha podido incluso incrementar los gastos muy por encima de lo que se incrementan los ingresos, con lo cual se crean presiones adicionales para el aumento del déficit fiscal.
Con todo, es importante señalar que el presupuesto no puede continuar entrampado por demasiado tiempo debido a las implicaciones que esto traería sobre la producción, empleo, ingresos, demanda y la dotación de servicios sociales básicos. De ser cierto que el impasse mayor se encuentra en el tema de la emisión de bonos, resultaría relativamente fácil aprobar el presupuesto a través de un acuerdo que solvente la supuesta inconstitucionalidad de la aprobación simultánea del presupuesto y la emisión de bonos, aprobando primero esta última y, posteriormente, el presupuesto.
Resulta curioso que el presupuesto aún no haya sido aprobado debido a cuestionamientos que no alteran en lo fundamental otros problemas más de fondo que el mismo siempre ha presentado, a saber: estancamiento de las asignaciones porcentuales para el área social; persistencia de una elevada participación de los gastos relacionados con la administración de justicia, la defensa y la seguridad pública; y la sempiterna insuficiencia de los ingresos tributarios para cubrir la totalidad del gasto público.
El centro de San Salvador es un lugar en donde no se puede vivir. En la mente de un buen número de habitantes de la capital esta idea cobra toda la fuerza de una verdad cada vez que se ven en la necesidad de transitar por sus calles o aceras, sea durante pocos minutos o durante largas y asfixiantes horas. No es falso que el lugar donde tuvo su génesis lo que ahora es la metrópoli de nuestro país se ha convertido en el punto de concentración no sólo de delincuentes comunes, sino también de complejas y efectivas redes de asalto y distribución de bienes robados y de drogas. Es cierto, además, que las condiciones de insalubridad y hacinamiento en que se encuentra esta zona hacen pensar a cualquiera en la imposibilidad de "hacer una vida" dentro de límites mínimamente dignos. Aquellos que ahí viven aparecen, bajo esta lógica, como seres marginales a la convivencia humana, expuestos, eso sí, al peor de los escenarios imaginables.
De la constatación de esos y otros males —y, más importante aún, de la voluntad de solucionarlos—, la Alcaldía Municipal de San Salvador se propuso llevar a cabo su famoso proyecto de Rescate del Centro Histórico, el cual incluía el desalojo de ventas minoristas de varias cuadras de la zona, la restauración de plazas públicas y la implementación de políticas de conservación de los monumentos y lugares de valor histórico para el municipio. El actual alcalde, Héctor Silva, utilizó muy bien este objetivo durante su campaña electoral, lo cual le permitió presentarse sin mayores obstáculos, en junio de 1997, como el nuevo titular de la comuna más importante del país. Y en los últimos días, a las puertas de que se cumplan dos años de que la oposición ganara la administración del municipio, los frutos obtenidos al respecto le están dando a Silva algo por lo cual sentirse "orgulloso de ser capitalino".
¿Balance positivo? Bien cabría hacerlo, sobre todo si atendemos a la cantidad de obstáculos por los que han atravesado este y otros objetivos en el camino de su realización. En este marco, ha sido admirable la habilidad con la que el alcalde capitalino logró colocar al sector privado como socio del proyecto, pese a no haber podido conseguir lo mismo en relación con las modificaciones a la tasa de impuestos municipales. Pero la participación de la empresa privada dentro de estos planes no parece despertar tantas expectativas como las que generó el proyecto en sí mismo. Basta con prestar atención al uso que este sector le ha dado a los lugares públicos en sus primeras incursiones como socio de la alcaldía para detectar ciertas deficiencias en la concepción misma de lo que se ha entendido por rescate histórico de la ciudad.
El mecanismo adoptado por Silva de otorgar la administración, restauración y cuidado de parques a empresas privadas —en calidad de comodato— fue una de las primeras demostraciones de acercamiento entre la gran empresa y la comuna, al menos en relación al reordenamiento de la capital. Tanto la Plaza Simón Bolívar como la Plaza Gerardo Barrios fueron puestas en manos de empresas: una universidad y una compañía telefónica. No se puede dejar de señalar que la confianza que se depositó en la institución educativa cayó por los suelos debido a la negligencia y a la falta de un compromiso verdadero hacia la conservación de espacios públicos para el esparcimiento de la población. Un año y medio ha pasado desde que se firmó el trato con la alcaldía y la plaza Bolívar luce igual que cuando se proyectó mejorarla. De la segunda plaza se sabe muy poco, puesto que a dos meses de haber sido cercada de esquina a esquina, los trabajos de restauración aún no han comenzado.
Se ha dicho que la compañía telefónica que solicitó la plaza Barrios en comodato modificó los planes originales y que por ahora tiene planificado convertirla en una "central de operaciones" que contará con 10 o más teléfonos públicos una vez se realice la remodelación. La tarea de hacer de San Salvador un lugar más atractivo para nacionales y extranjeros no representa por sí sola el meollo de nuestro análisis, puesto que no es ahí donde radica el problema de la participación privada en el Proyecto de Rescate del Centro Histórico. Y es que todo intento de recomponer el ritmo de vida que hace del centro de San Salvador un lugar donde, a simple vista, "no se puede vivir", debe partir de la constatación de que ahí no sólo el comercio en pequeño y el tránsito cotidiano se producen en medio del desorden y el hacinamiento, sino que, además, este hacinamiento y desorden es, en parte, producto de que una buena parte de la población lo ha adoptado como lugar de residencia.
El problema de evaluar la implementación de la política edilicia se presenta, pues, cuando tratamos de constatar la correspondencia entre la identificación de los males que aquejan a la capital —como espacio de tránsito de gran cantidad de personas— y los problemas a los que se enfrentan aquellos que ven en ella el espacio cotidiano de vida y escenario de supervivencia. Se debe tener especial cuidado a la hora de desvelar la concepción que anima a determinados sectores de la economía a apostarle al rescate histórico de la capital sin anteponer condiciones directas. Concebir a la capital como una gran infraestructura que, en virtud de su capacidad de albergar una rama de comercio dirigida para clientes de ingresos medios o bajos, resulta sumamente rentable, podría poner en segundo plano otro tipo de concepciones más apegadas a intereses verdaderamente sociales.
En función de esta idea, los grandes empresarios ven en el ambicioso proyecto una inédita oportunidad de aprovechar los espacios públicos como vehículos para publicitar sus productos y/o sus servicios ante la población, tal y como lo han hecho hasta la fecha. Si bien es cierto que detrás de esta idea está la certeza de que a los espacios públicos acuden diariamente grandes cantidades de personas, no existe una conciencia subyacente de que esas personas, en la mayoría de los casos, se han tomado las calles del centro por la necesidad de contar con un lugar donde establecer una forma de subsistencia. ¿Acaso también es esa la concepción que posee el edil acerca del rescate histórico del centro de San Salvador?
Otorgar en comodato la administración de espacios públicos le puede servir al alcalde Silva para reducir los costos que implicaría ocuparse del reordenamiento de la capital por sí sólo, así como para generar un clima de confianza entre los intereses del sector privado y el trabajo de una administración pública desligada de la línea gubernamental. Pero el hecho es que, hasta la fecha, nada parece indicar que la alcaldía cuente con los mecanismos mínimos de control para verificar el cumplimiento de los compromisos que adquieren otros sectores en relación a estos planes. En el fondo, se trata —o debería de tratarse— de procurar a los habitantes del centro un espacio de vida más seguro y ordenado, donde la inversión privada se presente como un medio para que aquéllos aporten al desarrollo del país y al suyo propio y donde se garantice que sus intereses no se verán trastocados por los beneficios que la comuna y el sector privado lleguen a obtener del proyecto.
En voz alta (EVA): Para nuestro pueblo, monseñor ya es San Romero. Pero, también, ¿queremos saber cómo va el proceso de su canonización?
Monseñor Rosa Chávez (MRCh): Yo no sería tan optimista como tú en la afirmación que hiciste. Hay una frase de monseñor Urioste hablando de la experiencia en Londres, cuando se colocó la estatua en su homenaje, que dice: "Es el hombre más amado y más odiado de El Salvador". De ahí surge una pregunta que duele, pero que no podemos dejar de hacerla; y los que creemos en su testimonio tenemos la tarea de ir abriéndole camino al verdadero monseñor Romero. Es cierto que la gente sencilla ya lo "canonizó"; pero recordemos la frase que dijo Monseñor Rivera: "Yo no entiendo este pueblo que dice que ama a monseñor Romero y vota por los que lo mandaron a matar". Por eso, hay una tarea tremenda para que la gente humilde que fue envenenada en su mente –a la que le hicieron creer que era un hombre comunista, subversivo, causante de toda la violencia-- descubra que, como Jesús, el murió por su pueblo.
Para esta tarea tenemos sus apuntes espirituales de un mes antes de morir. Ese documento lo encontramos, cuando el murió, entre sus papeles. Nos estremeció cuando leímos que le dijeron que la semana siguiente lo querían matar. Y él escribe de su puño y letra la entrega de su vida y cuando él dice: "yo no me atrevo a darle a mi vida un motivo porque eso depende de Dios, pero quisiera ofrecer mi vida por dos motivos: por la unidad de la iglesia y segundo por la liberación de mi pueblo. Este testamento espiritual de él sería, ahora, una base para quienes no logran todavía descubrir al verdadero monseñor porque, curiosamente, la gente que está contra él nunca leyó sus textos, nunca escuchó sus homilías. Yo me asombro cuando hablo con algunas personas importantes de la sociedad que lo atacan. Yo les digo: Usted, ¿le escuchó o leyó? Y me dicen: No. ¿Cómo es posible que esto no se supere todavía? Esas ya son cosas viscerales, emotivas. Hablo de la gente poderosa; pero también la gente humilde que no tiene sentido crítico, que no tiene suficiente información, que está intoxicada por toda la propaganda que se dio, necesita ir descubriendo lo que los pobres que se acercaron a él descubrieron: al santo pastor que dio la vida por su pueblo.
EVA: Muchas de las personas que menciona Usted son gente que ha recibido a Juan Pablo II, que le besan la mano cuando él viene o cuando lo van a ver, que le rinden reverencia y que quizás tampoco han leído al Papa en su magisterio. En sus tres últimos mensajes anuales para la jornada mundial por la paz, Su Santidad --por lo menos su relación tan directa con los derechos humanos, con el tema de la verdad, la justicia, el perdón, la reconciliación. Aquél que habla que de la justicia de cada uno nace la justicia para todos y este sobre el cincuentenario de la Declaración Universal de los derechos humanos, recogen o dicen lo que decía Monseñor Romero.
MRCh: Esta visión nos lleva a lo que Usted decía anteriormente, porque las heridas aún están abiertas; y cuando nos acusan de echarle sal a esas heridas, la respuesta nuestra debe ser: si estuvieran cicatrizadas, por mucha sal que se les echara no habría ningún problema. Don Gaspar Romero --el hermano de Monseñor Romero-- decía que cuando salía a platicar con Monseñor, él le decía que sufría mucho porque quería ayudar mucho. Ahora Monseñor Romero estaría sufriendo mucho más que antes.
Precisamente, este día la liturgia toca un tema del profeta Jeremías donde la gente dice: "Arranquémoslos de la tierra de los vivos; que su nombre no se pronuncie más". Jeremías era un hombre de corazón tierno, era un hombre que no era conflictivo ni violento y le tocó anunciar cosas terribles. De esa gente era Monseñor Romero. Lo conocimos desde que era sacerdote y él --que muchas veces los "bolos" lo engañaban y le pedían dinero par comida y se lo iban a gastar en alcohol. Él decía: prefiero equivocarme porque le doy a alguien que lo va a usar mal, que por estar dudando no darle a alguien que sí lo necesita. Esta visión de un corazón tan magnánimo, es algo que hay que descubrir. Él no era un hombre de choque; le tocó decir cosas que nunca hubiera querido decir.
Pero quiero hacer dos comentarios de lo que tú decías. Primero, de los derechos humanos, en la época de mayor polarización se hablaba de los izquierdos humanos, una forma de caricaturizar el trabajo de los derechos humanos. El Papa dice que los derechos humanos son derechos de Dios. Esa es una frase sumamente audaz y el que ultraja a un hombre, ultraja a Dios. Esta visión mucha gente no la comprende porque sigue con la idea ideologizada de los derechos humanos y cuando el Papa dedica un mensaje completo al tema de la paz creo que nos da un servicio tremendo a la humanidad. Y el segundo comentario, el Papa en este documento habla de la conversión social, que es un tema que también tocó Pablo VI.
Tenemos que revisar nuestros métodos pastorales porque la gente que va a retiros normalmente reconoce los pecados personales, pero no descubre su pecado social. Entonces, la conversión es una conversión personal, pero no social. Cuando el Papa convoca al Sínodo de América dice que la hace por dos motivos de tipo humano. Uno es el problema de la justicia en América Latina y otro es el problemas de la economías tan desiguales, la situación económica en el Norte y en el Sur. Él plantea una sola América solidaria y justa. Yo creo que esto es un planteamiento revolucionario y que nuestra gente poderosa económicamente, mucha no lo ha descubierto. Por eso tenemos unos planteamientos como el tema de la pena de muerte también en la línea de descubrir un evangelio a medias, una opción por la vida radical llevaría a cosas como que nunca podemos estar de acuerdo con la pena de muerte. Eso un ejemplo de lo que son los derechos humanos, pero las tareas son bastantes en la víspera del tercer milenio, para que lo que monseñor tuvo como ideal que no pudo ver culminado, pues, lo sigamos construyendo entre todos.
Era de esperarse; no podía ser de otra manera. Con sobrada anticipación lo habían anunciado públicamente ambas familias: en la medida que --pese a todos los obstáculos encontrados en el camino-- fueran avanzando en su tenaz lucha por obtener justicia completa, las manipulaciones y las amenazas se profundizarían. Y, ciertamente, eso es lo que ha ocurrido en la práctica durante las últimas semanas con estos dos casos, ahora convertidos ya en símbolos para aquella parte sana de la sociedad salvadoreña que aún sueña con un país distinto, por justo y respetuoso de los derechos humanos.
Tanto el asesinato de Ramón Mauricio García Prieto Giralt como el de Manuel Adriano Vilanova Velver fueron el trágico resultado de acciones ordenadas por mentes enfermas que, no obstante la finalización de los enfrentamientos bélicos entre los ejércitos del gobierno y la guerrilla, continuaban –hasta hace poco-- creyendo que a su prepotencia nadie podía responder. Pero hoy, parece, ya comenzaron a darse cuenta que existen personas y grupos decididos a frenar sus desmanes; por eso, ahora más que nunca, están empeñados en evitar a toda costa que la verdad surja plena para que la ley, con todo su peso, les caiga encima. De ahí que, lógicamente, vaya en aumento su desesperación y actúen en consecuencia.
Casi todos los asesinos materiales ya se encuentran detenidos, la mayoría de ellos condenados a purgar penas que andan entre los veinte y treinta años de prisión. Pero esos que acabaron directamente con la vida de los jóvenes no son tan importantes; pudieron ser éstos u otros individuos, pues sicarios --con o sin uniforme-- sobran en nuestro país. No son, pues, las piezas claves de lo que se ha convertido en dos "rompecabezas" para las autoridades nacionales encargadas de aplicar justicia; "rompecabezas" que no se terminan de armar, más por la falta de voluntad oficial para ello que por ser en sí misma difícil tal empresa.
Salvo honrosas excepciones que deben reconocerse –para ser precisos: la administración anterior de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) y la actual de la Fiscalía General de la República (FGR)-- lo encontrado por estas familias en su nada envidiable trayecto ha sido muy poco alentador; sin embargo, han seguido adelante, insistiendo en ubicar las piezas más importantes por ser las insustituibles: quienes dieron las órdenes de actuar, pagaron para ello, fraguaron el encubrimiento y ahora amenazan a quienes justamente reclaman su castigo. Para intentar frenarlas, pues, ha sido necesario echar mano a todo tipo de recursos; veamos los últimos que han utilizado.
Muy publicitada fue la vista pública realizada en octubre de 1998, de la cual salieron directamente hacia el Penal de Apanteos, a cumplir su sentencia los cinco policías acusados de asesinar al joven Vilanova; igual publicidad recibió lo que vendría después: la artimaña utilizada por los defensores de éstos, pretendiendo anular el veredicto sobre la base de un artificio formal que –pese a conocerlo desde antes-- fue escondido como una "carta bajo la manga" sabiendo que la tendrían que utilizar porque sus clientes estaban perdidos. Sin entrar a discutir sobre la poca ética de semejantes mercaderes del Derecho, pagados algunos de ellos quien sabe por quién, los argumentos legales de la FGR se encuentran suficientemente fundamentados como para evitar la repetición de un jurado que –a juicio de las personas conocedoras e imparciales que observaron su actuación-- fue ejemplar.
Pero la historia no acabó ahí, pues había que asegurar bien la impunidad. Así, se dedicaron a preparar las condiciones para anular a "Eva"; éste es el "indicativo" –término utilizado dentro de la jerga policial para referirse a los seudónimos de sus miembros-- de la persona que aportó los elementos contundentes para consolidar la carga probatoria ofrecida por los fiscales específicos, al momento de los alegatos durante la vista pública. A esta agente de policía le sobró compromiso y valor civil –reclamados por algunas autoridades, como pretexto inútil utilizado en aras de tapar su incapacidad y corrupción-- para ir a declarar en contra de elementos de la misma corporación, a sabiendas de los riesgos que enfrentaría. Más aún: ni siquiera por un período pidió salir del país para protegerse pues, como lo manifestó en determinado momento, confiaba en su superior inmediato.
¿Qué ha sucedido con esta responsable y valiente funcionaria que verdaderamente, con su actitud ejemplar, ha velado por la seguridad de la sociedad entera? En lugar de hacerle un homenaje público como el que merecidamente le organizó el Tribunal Supremo Electoral al adulto mayor que el 7 de marzo pasado madrugó para depositar su voto en la urna electoral, parte del calvario padecido por "Eva" ha sido el siguiente: hostigamiento permanente dentro del recinto policial, de lo cual existen testigos calificados; cambio de jefe inmediato, que era una de sus principales garantías; asignación de elementos de la División de Protección a Personalidades Importantes (PPI) de la PNC para cuidarla –por cierto con una cuestionable trayectoria disciplinaria-- y retiro posterior de los mismos; publicación de la boleta de su internamiento hospitalario –debido a que cayó en estado depresivo por la presión a la que fue sometida-- a través de medios masivos de difusión, filtrada desde la institución policial con el propósito de hacerla pasar por "enferma mental" y, así, deslegitimar su testimonio en el caso Vilanova; finalmente, intento de asesinato o de grave intimidación mediante un reciente atentado nocturno contra su integridad física en el interior del cuartel de la Policía Nacional Civil (PNC) donde estaba asignada.
TSE. Los diputados de la Comisión Electoral de la Asamblea Legislativa se negaron, el 08.04, a reducir de cinco a tres el número de magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y a separar sus funciones jurisdiccionales de las administrativas. Con la medida se garantizó que el TSE permanezca sin cambios sustantivos, por lo menos hasta el año 2004. La Comisión, que tenía hasta mayo para emitir su dictamen, decidió que no era viable ratificar la reforma al artículo 208 de la Constitución debido, sobre todo, a los supuestos vacíos legales que crearía. Los diputados, sin embargo, aún tienen en agenda otras seis propuestas de reforma, incluyendo dos que requieren de una enmienda constitucional. Miembros del FMLN, del PDC y otros diputados trataron de sacar de la agenda de la comisión esa reforma. Nidia Díaz, del FMLN, sostuvo que su partido decidió no apoyar la ratificación, porque "en la reforma no se establecía quién propondría a los magistrados, cómo se iba a elegir al presidente del Tribunal y bajo qué marco legal iban a estar amparados" y porque tampoco garantizaba la independencia real del TSE. Vinicio Peñate, del CDU, añadió que si se hubieran aprobado esos vacíos legales se habría cometido "un error garrafal que, lejos de democratizar el proceso eleccionario, lo complicaría aún más, porque el manoseo de los partidos hubiese sido más intenso" (LPG 09.03 p.4).
INCREMENTO. Un informe de la Comisión de Hacienda de la Asamblea Legislativa, denominado "Comportamiento del presupuesto de efectivo del gobierno central", correspondiente a enero y febrero del presente año, revela que en 1999 se está gastando más que en 1998. Esto pone en duda todas las quejas que el Ejecutivo ha externado anteriormente acerca de que no hay fondos y que por ello existiría una crisis económica. Los técnicos de la Unidad de Análisis y Seguimiento del presupuesto de efectivo demuestran en el documento que, en los dos primeros meses del año, se han gastado 406.9 millones de colones, más de lo registrado en el mismo período de 1998. En otras palabras, los gastos habrían experimentado un incremento del 23.9%. Dicho incremento involucra gastos en bienes de consumo y otros rubros como inversión y aporte del pago de salarios. El director general de Tesorería, Salvador Portillo, reconoció que "sí hay un incremento en los gastos", el cual atribuyó al alza salarial de los empleados públicos. No obstante, aclaró que no se trataba de "un exceso en los gastos totales del presupuesto". Según él, el desembolso que entre enero y marzo supera en más de 700 millones de colones al de 1998, no necesariamente se repetirá en lo que resta del año. "No se pueden tomar los gastos de un par de meses para proyectarlos todo el año", concluyó (LPG 10.03 p.4 y 5).
FMLN. Un reciente análisis interno del FMLN confirma que una de las principales causas de la derrota electoral del pasado marzo se debió a la "pésima" imagen con la que el partido de izquierda salió de las pugnas que a su interior se estaban dando y que, durante el tiempo de la elección de la fórmula presidencial, se avivaron aún más. El documento "Elementos para la evaluación de la campaña de la Coalición por el Cambio en la Elección Presidencial de 1999" fue elaborado por el Centro de Estudios sobre Problemas Públicos. En el texto se expresa que, de no haber entrado a las elecciones con ese saldo negativo, el FMLN habría tenido una buena posibilidad de triunfo electoral. El estudio revela, además, que mucho antes de que el Tribunal Supremo Electoral publicara los primeros resultados de las elecciones, el Frente ya sabía de su derrota. Según se explica, los efemelenistas realizaron una encuesta el 7 de marzo (día de las elecciones), cuyos resultados coincidían con otras encuestas que reflejaban que ARENA ganaría en la primera vuelta. Asimismo, el documento afirma que el Frente hizo cambios en su estrategia de campaña para no perder en primera ronda y para remontar los 24 puntos porcentuales de diferencia a favor de ARENA, pero los esfuerzos fueron infructuosos e insuficientes (LPG 10.04 p.8).
DUDAS. La Comisión de Hacienda de la Asamblea Legislativa definió, el 12.04, que el proyecto del Presupuesto General de la Nación para 1999 no es inconstitucional. De acuerdo con los diputados de las fracciones de ARENA, PDC, PLD y PCN, el proyecto de ley, presentado por el Ministerio de Hacienda en septiembre del año pasado, no viola el artículo 227 de la Constitución, que obliga a que el presupuesto se base en leyes vigentes. El diputado Kirio Waldo Salgado, del PLD, argumentó que en sus manos solamente tienen un proyecto de presupuesto y no una ley, por lo tanto no puede haber inconstitucionalidad. La lógica de Salgado definió el rumbo de la votación de las demás fracciones. Durante la reunión se alcanzaron algunos acuerdos, pero también surgieron otras dudas, por lo que aún no se puede dar inicio al proyecto. Gerson Martínez, del FMLN, se quejó de que "la costumbre siempre ha sido esa, la de aprobar proyectos presupuestarios marcados con irregularidades que recaen en grandes contradicciones". Los diputados han acordado esperar 10 días más para escuchar la versión del Ministro de Hacienda, Manuel Enrique Hinds, sobre lo que se hará con el dinero proveniente de la venta de ANTEL y sobre otros puntos referentes al tema del presupuesto (LPG 13.04 p.12).
RELLENO. El 12.04 fue habilitado el nuevo relleno sanitario en Nejapa, destinado a recibir, diariamente, alrededor de 400 camiones recolectores de basura, que recorren varios municipios de San Salvador. Según explicó la organización Manejo Integral de Desechos Sólidos S.E.M. de C.V. (MIDES), todos los vehículos que hagan uso del relleno deberán poseer una identificación extendida por la municipalidad que les corresponde. No obstante, pocos camiones lograron ingresar al nuevo relleno, pues los recolectores de basura del botadero vecino, ubicado en la ciudad de Mariona, causaron disturbios que obligaron a cerrar el recién inaugurado relleno. La medida surgió del consenso entre la autoridades de la compañía encargada del proyecto, CINTEC, el MIDES y el Consejo Municipal de Nejapa. Los recolectores de Mariona causaron disturbios al impedir el paso de los camiones recolectores de basura que circulaban por el botadero de Mariona hacia el de Nejapa. "Estamos luchando porque queremos que nos cumplan lo que nos prometieron. Nos dijeron que siempre tendríamos trabajo y ahora nos topamos con que ningún camión ha venido a botar basura...todos se van para el nuevo relleno", afirmaron los "pepenadores". El desorden fue disuelto por miembros del Cuerpo de Agentes Metropolitanos y agentes de la PNC (LPG 12.04 p.6 y 13.04 p.5).
VOTO. La Comisión Ad hoc para las Reformas Electorales modificará los artículos 50 y 421 del Código Electoral para permitir Juntas Receptoras de Votos con capacidad para menos de 400 papeletas. Esta modalidad permitirá multiplicar el número de Juntas Receptoras a nivel nacional. Los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) le demostraron a los diputados de la comisión Ad Hoc que el voto residencial puede ser aplicado sin que signifique un gasto enorme. El Comité Técnico de Apoyo de la Comisión Electoral presentó a los parlamentarios, el 14.04, las propuestas de reformas al Código para permitir la adopción del voto residencial. Jorge Díaz, magistrado presidente del TSE, asegura que existe financiamiento del gobierno español para desarrollar el proyecto a largo plazo. Sin embargo, reconoció que para las elecciones legislativas y municipales del próximo año se puede aplicar una variante. Hasta los comicios pasados, los centros de votación se determinaban por la cantidad de electores. En el sistema de voto residencial se establece primero cuántos centros de votación deben crearse para cada núcleo de la población urbana. El nuevo empadronamiento será voluntario, por lo que los antiguos y grandes centros de votación seguirían funcionando (DH 14.04 p.8).