|
El autor es docente de la Maestria en Desarrollo Territorial
|
En El Salvador, el bienestar de la mayoría de las personas y sus familias ha sido limitado, histórica y actualmente por el modelo del “mal desarrollo” económico territorial, con una competitividad espuria basada en la explotación de fuerza laboral y destructora de las riquezas naturales patrimonio del país, no en capacidades de innovación. Afortunadamente, diferentes coaliciones de actores han trabajado durante mucho tiempo para generar desde los territorios, alternativas de desarrollo económico territorial (DeT) que son innovadoras, más inclusivos y que contribuyen positivamente a la sostenibilidad ambiental y las capacidades de resiliencia y adaptación del país a los riesgos del cambio climático. Una revisión inicial de crítica constructiva a la práctica realizada desde abajo, en territorios diversos durante el periodo del 1992 – 2019, nos revela que ha habido una evolución gradual y positiva en las coaliciones de actores impulsores de estas iniciativas, transitando desde enfoques más micro comunitario o empresariales, sectoriales con visiones reducidas de lo urbano y rural, hacía enfoques más integrales, amplios, multidimensionales y sistémicos de entornos territoriales, locales y regionales. Esta reflexión, revela una masa crítica y diversa de iniciativas de desarrollo económico territorial con capacidades colectivas y una experiencia acumulada en su lucha por consolidarse, sostenerse en el tiempo y ampliar su actuación. En su práctica las iniciativas confirman la importancia de trabajar con un enfoque de cadena de valor, agregado por el trabajo en conjunto para garantizar calidad e innovación en productos, procesos productivos y modelos de negocio y organización empresarial, para posicionarse en mercados dinámicos revelan que es fundamental trabajar para ser competitivos, sino al mismo tiempo en priorizar estrategias de inclusión, especialmente de mujeres y jóvenes, y establecer mecanismos de gobernanza democrática con un enfoque de la economía social. Demuestran que una contribución sustancial a la revegetación agroforestal de paisajes territoriales degradados, la prevención de la violencia y construcción de paz, etc., son elementos de sostenibilidad que pueden reforzar su posicionamiento y competitividad. La reflexión crítica sobre estas experiencias también revela, por un lado, la importancia de los diálogos y trabajo conjunto entre múltiples actores (empresariales, públicos municipales y nacionales, sociedad civil) en múltiples escalas territoriales; pero también capacidades limitadas de muchas iniciativas para pasar de ser “proyectos” apoyados exógenamente, a lograr capacidades de autogestión de sus propias iniciativas e integrarse entre sí en redes horizontales y encadenamientos. Las coaliciones de actores que impulsan las iniciativas demuestran avances pero también muchos retos para lograr escalonamiento, incidir para ser tomadas en cuenta y retomadas por actores de la política pública territorial y nacional, para involucrar a medianas y grandes empresas y también las instancias sectoriales especializadas del GOES en procesos necesarios para generar dinámicas DET más amplias orientadas a competitividad, con inclusión y sostenibilidad. En conclusión, existe una masa crítica de experiencias de desarrollo económico territorial con capacidades colectivas y una experiencia acumulada que ofrece una potencialidad importante para el desarrollo del país. Sin embargo, para realizar su potencialidad los actores endógenos territoriales impulsores de las experiencias requieren del apoyo de coaliciones más amplias de actores, para fortalecer sus capacidades colectivas de actuación a múltiples escalas territoriales y de forma intersectorial para abordar conjuntamente retos de innovación para ser competitivos, inclusivos y sostenibles. Requieren de apoyo de las municipalidades y sus asociaciones, de las instancias sectoriales especializadas del GOES, de la sociedad civil y la cooperación internacional para el desarrollo, así como un marco institucional y legal favorable para su desarrollo. Impactarían más al ser retomadas para escalar y ser integradas en el diseño e implementación de la política pública de transformación productiva – DET, desde el GOES y desde los municipios y las asociaciones de municipios. De esta forma podrían realizar su potencial, superando sus retos actuales para ser una esperanza para la construcción social del desarrollo económico territorial innovador, inclusivo y sostenible, alternativo al mal desarrollo actual.
Elaborado con base en ponencia y relatoría del autor realizados en el marco del día del Desarrollo Económico Territorial Innovador, Inclusivo y Sostenible de la Semana de Desarrollo Territorial, el 24 y 25 octubre, 2019
Imagen Hexágono: Imagen flechas: Gerd Altmann en Pixabay
|
