Logo UCA

Configuración histórica de desigualdades en acceso a recursos productivos, concentración de riqueza y marginalización, generadora de resistencias y violencias de imposición de regímenes del mal desarrollo económico del territorio salvadoreño

No se encontró categoría(s).
31/08/2020
Andrew Cummings  

Desde la declaración de la Independencia de Centroamérica, los liderazgos de élite económico y político de El Salvador, tanto “liberales como conservadores”, “en la práctica coincidían en desconfiar de las comunidades indígenas y las clases populares y buscaban limitar su participación política.” (Lindo en Orellana 2011: 41)

Una fuente de poder y autonomía de los pueblos indígenas era su acceso al recurso productivo más importante en esta época histórica: la tierra.[1] Sin embargo, para tener acceso a las tierras necesarias para impulsar los modelos de agroexportación excluyentes de las élites, históricamente han utilizado su poder para realizar importantes cambios en el marco legal e institucional del Estado – nación, e impulsar políticas públicas de “desarrollo” para quitar  propiedad y acceso a tierras para desarrollo el añil y el café y posteriormente ocupar la franja marino costero para la agroindustrialización del algodón por élites inversionistas, en vez de una agricultura familiar diversificada, generadora de riqueza distribuida entre las familias campesinas que la reclamaba (Lindo en Orellana 2011, Ramírez Fuente, sin fecha, Chin en Orellana 2011 y Browning 1975).

En la historia salvadoreña, es sin embargo clave resaltar que las fuerzas de marginalización y la violencia directa y estructural que fueron ejercidos por los herederos del poder colonial, no fueron aceptados predeterminadas agrupaciones de personas dentro de las grandes mayorías oprimidas del pueblo de El Salvador y así el surgimiento desde el principio del proceso de movimientos de resistencia (Montes 1988). Desde los tiempos coloniales existe evidencia del llamado “sublevación Lenca de 1537 que ocurrió en el “pueblo de indios” del territorio que actualmente conocemos como Arcatao en Chalatenango, en aparente resistencia a las dinámicas coloniales asociados en parte con la necesidad de contar con fuerza laboral para la producción de añil y azúcar de panela (Martínez Castillo, 2000).

La independencia de Centroamérica, no era para el pueblo, sino para las élites de la provincia que terminó siendo El Salvador. En el contexto conflictivo post – independencia se generaron condiciones de explotación que motivaron nuevos levantamientos de los pueblos indígenas y campesinas ladinas. De especial relevancia fue Antastacio Aquino, heredero del poderío del pueblo que gobernaba antes el territorio del centro y occidente del actual El Salvador, desde la ciudad de Tehuacán. Las reivindicaciones fundamentales eran por violaciones a la autonomía de sus trayectorias de vida relativamente autónoma como pueblos indígenas, con explotación laboral y aparente apropiación indebida de sus tierras de cultivo, así como su reclutamiento forzoso para pelear en sus guerras civiles y centroamericanas, así como nuevos impuestos onerosos (Ramírez Fuente, sin fecha, Montes 1988). La relevancia de las dinámicas de su movimiento insurreccional en su momento y su valorización simbólico de rebeldía en el desarrollo de territorios como Los Nonualcos, posiciona el hecho como fundamental para entender la configuración histórica del mal desarrollo en El Salvador

Sin embargo, fue una lección no aprendida en función del bienestar del pueblo y se procedió profundización en el modelo de mal desarrollo territorial. Con la emergencia de nuevas élites “modernizadoras” y de progreso [todavía desarrollo no existía como concepto como hoy] se procedió con el desarrollo del café, basado en la apropiación indebida de las tierras que aún le quedaban a los pueblos indígenas, transformando sus regímenes colectivos en privatizados y robandoles de diferentes formas su libertad para construir trayectorias de vida más digna para sus familias. La explotación laboral era extrema para colonos y también poblaciones migrantes como los que habían quedado en los territorios devastados por el “desarrollo” extractivista – destructora del añil. Esta situación generó las condiciones para el levantamiento de los pueblos de origen e identidad indígena, de los Izalcos, su engaño en ejercicios “democráticos” locales que resultaron fraudulentas, y la represión brutal desmedida, con resultado de nuevas expropiaciones. (Chin en Orellana 2011)

Finalmente, en vez de escuchar expertos internacionales de EE.UU. sobre las potencialidades de un desarrollo agropecuario más inclusivo y diversificado, apuestan por el algodón para el “desarrollo” de las tierras disponibles de la franja costero marino. Fue el más económicamente competitivo de todas las exportaciones de la historia, pero demostró ser no sostenible ni ambiental, no socialmente. Genera una dinámica dual de campesinos cultivando para sobrevivir mal en laderas y la destrucción extractivista de riqueza ambiental para ganancias y la generación de más violencias (Browning 1975, Carlos Pérez Pineda en Orellana 2011).

Así es la historia del mal “desarrollo” de El Salvador donde los juegos de poder terminan concentrando la riqueza generada por la fuerza laboral, que es marginalizada hacia una existencia de “pobreza”, sufriendo violencias estructurales y directas al ejercer su agencia para resistir su explotación.

 

Referencias bibliográficas

Browning, David (1975). El Salvador: La Tierra y El Hombre. Dirección de Publicaciones del Ministerio de Educación. Primera Edición en Castellano El Salvador.

Martínez Castillo, Mario Felipe (2000). Los Últimos Días de Lempira: Rodrigo Ruiz, El conquistador Español que lo venció en combate. Tegucigalpa: Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Editorial Universitaria.

Montes, S. (1988). Levantamientos campesinos en El Salvador. Realidad: Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, (01), 79-100.

Ramírez Fuentes, J. A., (sin fecha): “Anastacio Aquino: icono histórico de los Nonualcos.”

Rivera Orellana, Erick (ed.), 2011: El Salvador: historia mínima (1811-2011) (San Salvador, El Salvador: Editorial Universitaria; Universidad de El Salvador – EUES, 2011).

Cañas Dinarte, C.  2020. “Sabes-cuántas-personas-murieron-de-influenza-en-el-salvador-hace-un-siglo?

[1] “Aparte de la propiedad privada individual la legislación española heredada por las autoridades republicanas reconocía el derecho colectivo a la tierra de las comunidades indígenas. Los pueblos estaban rodeados de tierras “ejidales” que no pertenecían a un individuo sino a todos los habitantes del pueblo quienes decidían su uso de forma corporativa” (Lindo en Orellana 2011: 41 – 42).

Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
Maestría en Desarrollo Territorial
Tel. 2210-6600 Ext.316
maestria.desarrolloterritorial@uca.edu.sv