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El fútbol, la modernidad y el desarrollo: símbolo de pesimismo y de esperanza

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02/03/2022

Decía Galeano (1995) que “el fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí” (p.4). Y en esa línea, este tema, tan pasional y racional a la vez, es un elemento ideal para poder explicar dos aspectos propios del desarrollo: por una parte, la modernidad y las desigualdades sociales y económicas, y por el contrario, las esperanzas de una nueva idea de desarrollo territorial.

En primer lugar, según algunos autores, la idea de la modernidad ubica a nuestras sociedades en el espectro de la industrialización, la urbanización y el uso de la tecnología (Sheppard, retomado en Willis, 2020); por otra parte, también está asociado, de forma negativa, a la erradicación de prácticas culturales, destrucción de entornos naturales y al declive de la calidad de vida (Willis, 2020).

Estas ideas se visibilizan en diversas esferas de nuestra sociedad, y dentro de todas ellas, también se manifiestan en uno de los deportes más arraigados a nuestro entorno cultural y social: el fútbol. Y hay un adjetivo, bajo una línea analítica filosófica, cultural y política posmoderna, que le da un nombre a este fenómeno: la liquidez del fútbol moderno. En esa misma línea, Añorve (2013) menciona que “en un mundo crecientemente globalizado, (…) se celebra la primacía del individuo” y en este entorno, importan más las mercancías y los constantes flujos financieros que las propias vidas humanas.

El fútbol, por tanto, es un correcto parámetro para visibilizar que, aunque la modernidad aparenta ser una especie de desarrollo, termina siendo nada más una consecuencia negativa del sistema capitalista: un aumento en la brecha de las desigualdades. Pensar, por ejemplo, en un jugador de fútbol que percibe un salario de 75 millones de dólares anuales (Chicago Tribune, 2021), y por otra parte, conocer que “casi la mitad de la población mundial vive con menos de 5 dólares y 50 centavos al día” (Banco Mundial, 2018), es algo que ubica a este deporte como una especie de “opio de los pueblos” (Marx, retomado en Fábregas, 2006).

Sin embargo, a pesar de todo lo descrito anteriormente, que pudiera traducirse en pesimismo, hay una idea que puede revertir nuestra concepción hacia este deporte: la idea del desarrollo.

El desarrollo, según lo menciona Escribano (2012), se relaciona con “una idea de progreso económico y social, que implica una mejora en las condiciones de vida de los individuos y los grupos humanos”.(p.2) Por otra parte, agregándole el apellido de territorial, Alburquerque y Pérez (2013) nos dicen que se trata de un proceso que busca mejorar el ingreso y la calidad de vida de personas que viven en una determinada localidad o territorio.  

En este sentido, una constante del desarrollo se basa en “entender al territorio como un espacio socialmente construido, y no en su dimensión exclusivamente física” (Sañudo, 2015, p.13); asimismo, esta idea busca la noción de prosperidad, apuntando a asegurar un crecimiento económico sostenido que logre redistribuirse en la sociedad, y se convierta en la vía fundamental para la satisfacción de necesidades de todos sectores de la población (Sañudo, 2015).

Ahora: ¿Qué tiene que ver el fútbol entonces en la idea del desarrollo? En su momento, ya refiriéndonos intrínsecamente al contexto salvadoreño, el fútbol nace como una actividad cultural que era parte únicamente de la élite económica salvadoreña (UFG, 2006), y después de diversos cambios culturales, llegó a formar parte de la identidad propia de las comunidades a lo largo y ancho del país (Carranza, 2010).

El fútbol ha sido un símbolo clave para promover la inclusión social y la solidaridad, y ha servido como una herramienta clave para prevenir diversos tipos de violencia: social, juvenil e intrafamiliar (CAF, 2014). Ejemplo de todo lo anterior, es la preocupación de diversas municipalidades, instituciones y organizaciones locales por construir recintos deportivos y crear espacios donde la población pueda disfrutar de este deporte y desarrollar sus capacidades.

En conclusión, si bien con un tema controversial, vemos las dos caras de la moneda: una ligada a la modernidad líquida, que acrecienta las brechas sociales y económicas; y otra, relacionada con el desarrollo, con un simbolismo de identidad y de optimismo, que puede funcionar como una herramienta crucial para promover social y económicamente a las comunidades y a quienes habitan en ellas.

Referencias

Alburquerque, F. (2013). El Desarrollo Territorial: Enfoque, Contenidos y Políticas . 1-2. Obtenido de http://www.conectadel.org/wp-content/uploads/downloads/2013/09/EL-ENFOQUE-SOBRE-EL-DESARROLLO-TERRITORIAL-doc-Mesa-de-Programas.pdf

Añorve, D. (2013). El jugador volátil como reflejo de la cultura posmoderna: el caso del Club Morelia. Scielo, http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-39292016000300299#aff1.

Banco Mundial. (17 de octubre de 2018). Banco Mundial. Obtenido de Casi la mitad de la población mundial vive con menos de USD 5,50 al día: https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2018/10/17/nearly-half-the-world-lives-on-less-than-550-a-day

CAF. (2014). El Fútbol, un medio para el desarollo social en América Latina. Banco de Desarrollo de América Latina, https://www.caf.com/es/actualidad/noticias/2014/01/el-futbol-un-medio-para-el-desarrollo-social-en-america-latina/.

Carranza, L. (2010). Análisis del Fútbol salvadoreño en el entorno capitalista contemporáneo y las conductas de los sectores populares. UES, 13.

Chicago Tribune. (21 de septiembre de 2021). Chicago Tribune. Obtenido de Los 10 futbolistas mejor pagados del mundo en 2021: https://www.chicagotribune.com/espanol/deportes/sns-es-futgbolistas-mejor-pagados-20210921-nntg4slwynex5kw62e6tbgfn74-photogallery.html

Escribano, G. (2012). Concepto y teorías fundamentales del desarrollo, 2-3. Obtenido de http://biblio3.url.edu.gt/PROFASR/DRL/conyteo.pdf

Galeano, E. (1995). El fútbol a sol y sombra. 4.

Sañudo, M. (2015). DESARROLLO: Práticas y discursos emergentes en América Latina. CLACSO, 13.

UFG. (2006). Fútbol, Estado e Identidad Nacional en El Salvador. Realidad y Reflexión, 79.

Willis, K. (2020). Teorías y práticas del desarrollo. Routledge, 2-3.

Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
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