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Comunidad Villa Venecia: La organización como motor de desarrollo para la comunidad

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15/07/2022
Pilar Martínez de Meléndez. Miembro directiva Comunidad Villa Venecia.  

El 12, 13 y 14 de mayo del 2017, las 32 familias que quedaban viviendo en la Hacienda Venecia en Soyapango, realizaron su traslado a lo que sería el lugar donde se establecerían después de haber sido desalojadas del lugar donde habían vivido durante más de 70 años. Lo que se presenta es una parte de su experiencia de vida.

La vivencia en carne propia, los padecimientos y secuelas psicosociales en las familias al momento de vivir situaciones de desalojo, abonan al subdesarrollo de las comunidades que han vivido situaciones como esta, las que en este país siguen siendo más de las que se quisieran ver en esta situación. Y es que estas comunidades son parte de una nación, burocrática en sus procedimientos, en sus leyes y códigos, incapaces tanto a nivel del gobierno central como municipal, de garantizar la satisfacción de las necesidades individuales como el derecho a una vivienda digna.

Esas necesidades humanas básicas insatisfechas son las que, al darse cuenta el ser humano que las comparte con otros, hace que aparezcan preguntas como Qué poder hacer ante el desalojo; ante la desintegración de una comunidad por parte del terrateniente, ¿cómo método de disolver los derechos que como ciudadanos se poseen? Es en esas carencias humanas donde nace la “organización”.  

En la experiencia de organización de la Comunidad Villa Venecia a partir del 2013, han existido dos pilares básicos. Uno de ellos fue la realización de asambleas comunitarias, donde todos los habitantes participan, no solo los inscritos como asociados, sino cada uno de ellos con sus hijos, hijas, toda la familia; opinando, planificando. Cada aporte y participación fue de mucho valor para el proceso organizativo. Un segundo pilar fue la forma de tomar los acuerdos, los que siempre fueron unánimes, y se cumplieron al pie de la letra; sean acuerdos administrativos o de trabajo en los proyectos. 

Estos dos pilares fueron acompañados de dos elementos centrales: la comunicación y la transparencia. Todo se comunicaba al momento de haber ocurrido, a cualquier hora. Ya sean los encuentros sostenidos entre la directiva (colonos) y el administrador de las tierras (terrateniente); la planificación, desarrollo y ejecución de proyectos sociales; todo fue informado a la asamblea de forma transparente, y esto incluye los acuerdos obtenidos, las faltas cometidas, los caminos a seguir en cada proceso. Esto fue muy importante, ya que, como estrategia de desintegración de la organización de la comunidad, el terrateniente ofreció terrenos en otros lugares a algunas de las familias de quienes pertenecían a la primera directiva, ya que sabía que al ir desintegrando la organización iba a ser más fácil el desalojo de toda la comunidad. Todo esto se abordó en asambleas comunitarias, las familias tomaron decisiones libres sobre aceptar los terrenos ofrecidos fuera de la Hacienda Venecia, algunas lo hicieron y aún no cuentan con escrituras propias. De 60 familias que habitaban en la hacienda, se quedaron 32, quienes lucharon hasta el último momento por quedarse en el lugar, pero al contar sólo con sus fuerzas fueron desalojadas, pero a un terreno propio, ya que les fueron entregadas escrituras legales de la propiedad. 

El 12, 13, 14 de mayo, se instalaron en el terreno asignado, donde tuvieron que construir sus “champas”, sin servicio de alumbrado eléctrico ni agua potable. El primer proyecto que se impulsó fue el sistema de alumbrado eléctrico, el cual se hizo realidad 7 meses después de llegar al lugar, mientras tanto vivieron ese tiempo sin energía eléctrica; a este le siguió el proyecto de saneamiento y de agua potable, la construcción y ubicación de biodigestores; la construcción de la casa comunal, la construcción de viviendas y el adoquinado de las calles. Todo esto fue realizado con mucha comunicación y transparencia.

Para el logro de lo anterior, se buscó y logró la ayuda solidaria de organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales, así como de gobiernos amigos, que permitieron a esta fecha contar con lo ya mencionado. Y para esto, la organización de la comunidad ha sido fundamental para implementar el desarrollo a corto plazo de distintos proyectos para la comunidad, y no quedarse con los brazos cruzados y a la espera que el gobierno de turno vuelva la mirada a las necesidades de las comunidades, las que colocan en listas y esperan años y años a ser resueltas. 

En este momento, lo que queda de la anterior comunidad es una palmera y un árbol de Amate en el centro comercial Paseo Venecia, ya que la comunidad fue desalojada para construirlo. 

La organización comunitaria también nos ha permitido darnos cuenta que no estamos solos en esta lucha, hay muchas comunidades luchando y movilizándose a través de organizaciones nacionales por la aprobación de una ley sobre vivienda digna. Por lo que la organización debe de ser a todo nivel para poder tener éxito, la experiencia de la Comunidad Villa Venecia lo demuestra y lo sigue demostrando. 

Y ya para finalizar, es importante mencionar que estamos decididos/as a continuar apostándole a la organización, y para eso vemos como necesario la preparación de las nuevas generaciones, es decir los hijos e hijas de los que luchamos y logramos lo que ahora se tiene. Hay que hacer conciencia en ellos, hay que guardar y recrear la memoria histórica para que la tengan presente las nuevas generaciones, para que sean ellas las que retomen la batuta y sigan los proyectos que faltan para seguir desarrollando la comunidad. Hay que preparar y capacitar a los jóvenes para la nueva organización y participación ciudadana.

Hay muchos retos, muchos proyectos que aún faltan. Por ejemplo, hoy que está de moda el tema de la seguridad ciudadana; nos hace falta hacer portones, por seguridad, no por disociar con las comunidades vecinas, sino para cuidar lo construido, para proteger a los jóvenes y niños de la comunidad.

Asimismo, es importante compartir con otros nuestra experiencia, conocer la de otras comunidades, esto nos permite no sólo valorar mejor el camino recorrido, sino darnos cuenta de lo que nos falta y hay que potenciar. Haber participado en el webinar de la Maestría en Desarrollo Territorial de la UCA, el 29 de junio, presentando nuestra experiencia comunitaria, nos ha permitido iniciar el camino para fortalecer los procedimientos realizados en la vivencia particular del proceso de desarrollo en la Comunidad Villa Venecia, ha sido una ventana para mirar el desarrollo en la comunidad como un logro a nivel municipal.

Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
Maestría en Desarrollo Territorial
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