Logo UCA

Una mirada al desarrollo territorial a partir de la incidencia de las políticas públicas territoriales y su relación con el marco institucional

No se encontró categoría(s).
04/03/2023
Katherine Ramírez Rivera Estudiante de 2° año, Maestría en Desarrollo Territorial  

 

“En el contexto de […] reestructuración de las formas de gobernar, los desafíos […] implican, moverse en la complejidad; gobernar a través de redes y no de jerarquías; dirigir a través de la influencia y no del ejercicio de autoridad; relacionarse más que mandar.”

(Gallicchio, 2010)

 

El territorio, se puede describir como un espacio físico en el cual la sociedad se desarrolla; por tanto, podemos decir que el desarrollo territorial busca el bienestar colectivo, pero dicho bienestar no debe de estar asociado solamente en términos de ingresos o una perspectiva económica, sino también, desde una mirada más amplia que conlleva la capacidad de generar condiciones dignas para la sociedad, es decir, su fin principal es la dignidad humana.

Dado lo anterior, surge la siguiente interrogante: ¿Quiénes son los encargados de propiciar el desarrollo territorial? Para ello, es importante realizar diversos análisis desde el rol que cada uno de los integrantes de la sociedad desempeñan dentro del territorio, dado que, la clave son las personas en sí mismas y su involucramiento en la toma de decisiones en diferentes niveles de la sociedad; por tanto, en este ensayo abordaremos el papel que desempeñan los actores dentro de la política institucional, para la generación de proyectos o actividades que busque solventar necesidades insatisfechas y problemas irresueltos. Sin embargo, es importante hacer una distinción entre ambos “las necesidades son carencias de la sociedad, mientras que, los problemas son impedimentos del estado” (Graglia, 2004, pág. 56).

Primeramente, debemos de tomar en consideración que los gobernantes que toman decisiones políticas dentro de una sociedad democrática son elegidos por los ciudadanos que legalmente posee la capacidad de emitir su voto o sufragio, dicho lo anterior, podemos decir que “la comunidad política es una configuración de instituciones organizadas que define el marco dentro del cual ocurren la gobernanza y la elaboración de las políticas públicas”(Urcuyo, 2010, pág. 3). Según Majone (2000):

Las decisiones importantes de políticas son algo más que simples esfuerzos por actuar de la mejor manera posible en la situación inmediata que afronta el elaborador de políticas. Tales decisiones se toman luego de una deliberación cuidadosa y se juzgan por sus efectos de largo plazo antes que por sus consecuencias inmediatas. (pág.52)

Pero, para poder generar decisiones que conlleven la creación de políticas públicas, estas deben de “ser vistas y consideradas como un proceso cuyo punto de salida (input) es una situación de insatisfacción social y cuyo punto de llegada (input)  debe ser una situación de satisfacción social” (Graglia, 2004, pág. 52) ya que como lo expresa Subirats Joan et al.  (2008) “toda política pública se constituye paso a paso y en el tiempo, procediendo a múltiples retroacciones y procesos de aprendizaje colectivo”(pág.148).

Por tanto, para la ejecución de proyectos y actividades que permitan solventar necesidades insatisfechas y problemas irresueltos de la sociedad, es necesario un diagnóstico efectivo de la situación en la que la sociedad se encuentra, para poder generar soluciones efectivas y pertinente que conlleve a satisfacer las necesidades prioritarias; pero para que todo ello se haga efectivo, el papel que juega las instituciones es clave, considerando su composición política, así como el conjunto de leyes y normativas que permitan el funcionamiento del Estado; dado lo anterior, surge la siguiente interrogante ¿Cómo debe de estar concentrado el poder dentro del estado para garantizar políticas públicas que generen un desarrollo territorial?

Si bien es cierto, no hay una respuesta certera o específica que defina lo anterior, a lo largo de la historia se han establecido procesos de centralización y descentralización política como lo expresa Finot (2001):

El impulso centralista nacional prevaleció en América Latina durante más de un siglo, tendiendo a aumentar a lo largo del siglo XX, hasta llegar, hacia fines de la década de 1950, al paradigma de la planificación central, cuya vigencia concluyó con la crisis de la deuda (1982). La postcrisis se caracteriza por el ajuste económico, pero también por la recuperación de la democracia. En esta postcrisis, tal vez por primera vez en América Latina, se plantea efectivamente reducir el protagonismo de los gobiernos nacionales y descentralizar decisiones hacia las iniciativas locales y personales como estrategia de desarrollo. (pág.11)

Pero ¿Qué es la descentralización? La descentralización, “supone la creación de un ente distinto de aquél del cual se va a transferir capacidad decisoria, y ello a su vez supone la cesión de personalidad jurídica propia de recursos y de normas propias de funcionamiento” (Boisier, 2004, pág. 29), es decir aquella institución capaz de actuar con autonomía tanto política, administrativa como económica; mediante el principio político de subsidiaridad  donde, “cada una de las organizaciones sociales es competente para intervenir sobre su propio ámbito, transfiriendo así solo aquello que el bien común o la tecnología establezca como responsabilidad del ente mayor” (Boisier, 2004, pág. 28).

Por lo tanto, podemos decir en un primer momento que, la concentración de poder del Estado no es una práctica política que genere un bienestar social o la ejecución de políticas públicas que solvente las necesidades insatisfecha y los problemas irresueltos, dado que, este nivel de autoritarismo central, limita ver los territorios específicos y sus necesidades particular al concentrar sus decisiones políticas desde una perspectiva macro, dejando así de lado el abordaje particular de cada territorio, por lo anterior, solamente las instituciones presente en un lugar en específico con autonomía de decisión política, económica y administrativa, puede por medio de un proceso ordenado evaluar las condiciones endógenas del territorio, que permita evidenciar las características particulares de los mismos para la generación de políticas públicas focalizadas que generen un desarrollo territorial; pero cuando hablamos del concepto de endogeneidad según Boisier (2004) expresa que:

El concepto de endogeneidad se debe de entender en cuatro planos sociales. En primer lugar, la endogeneidad debe entenderse como una creciente capacidad territorial para optar por estilos de desarrollo propio y para poner en uso instrumentos de política adecuados a tales estilos; como es claro, este plano de endogeneidad se asocia estrechamente a la descentralización. En segundo, la endogeneidad se entiende como una capacidad del territorio para apropiarse de una parte creciente del excedente económico generado allí […] En tercer lugar, la endogeneidad dice relación con la capacidad del territorio para generar sus propios impulsos de cambio tecnológico, capaces de modificar cualitativamente su funcionamiento […] En cuarto lugar, la endogeneidad sólo es posible en el marco de una cultura productora de identidad territorial, a partir de la cual los activos intangibles potencian la competitividad territorial. (pág.37)

Sin embargo, aún sigue siendo un reto poder romper el paradigma de la centralización ya que como lo expresa Boisier (2004): 

No se cambia una cultura por decreto, sino por enseñanza y vivencia, sino desde la enseñanza y vivencia desde la infancia […] La descentralización se puede crear por decreto o por ley en sus aspectos formales, pero no se puede sacar de la cabeza de la gente el centralismo mediante idéntico mecanismo. (pág. 31)

Por ello, podemos decir que si bien es cierto las políticas públicas son creadas a partir del análisis de las carencias insatisfechas y problemas irresueltos que posee la sociedad, es importante centrar la mirada en un balance social que genere por un lado las capacidades cognitivas de las personas en la sociedad para tomar decisiones objetivas sobre los intereses sociales por medio del fortalecimiento del sistema educativo, que permita a la sociedad romper el paradigma de un poder centralizado, para abrir espacio a las intervenciones descentralizadas de las instituciones políticas, administrativas y económicas que generen acciones directas sobre los territorios, por lo que, “la cercanía con los problemas y con los tomadores de decisiones puede permitir una mejora democrática” (Gallicchio, 2010, pág. 17), tomando en consideración la participación activa de la población como un eslabón clave que permita una toma de decisiones inclusivas y participativas para generar un bien común en la sociedad.  

 

 

Referencias bibliográficas

Boisier, S. (2004). Desarrollo territorial y descentralización. El desarrollo en el lugar y en las manos de la gente (Vol. XXX). Santiago de Chile: Revista eure.

Finot, I. (Mayo de 2001). Descentralización en América Latina: teoría y práctica. Obtenido de https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/7261/1/S01030319_es.pdf

Gallicchio, E. (Octubre de 2010). El Desarrollo Local: ¿territorializar políticas o generar políticas territoriales? Reflexión desde la práctica. 

Graglia, E. (2004). Políticas públicas: Fases y fallas como procesos de insatisfacción social. 

Majone, G. (2000). Evidencia, argumentación y persuasión en la formulación de políticas. (M. F. Económica, Ed.)

Subirats, J., Knoepfel, P., Larrue , C., & Varonne, F. (2008). Análisis y gestión de políticas públicas. Barcelona: Ariel, S. A.

Urcuyo, C. (2010). Reflexiones sobre institucionalidad y gobernabilidad democrática Una visión desde el contexto centroamericano. (FLACSO, Ed.)

Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
Maestría en Desarrollo Territorial
Tel. 2210-6600 Ext.316
maestria.desarrolloterritorial@uca.edu.sv