La gestión ambiental debería ser una herramienta clave para garantizar el bienestar de la población especialmente bajo un contexto marcado por los crecientes impactos del cambio climático y de la degradación ambiental. En el país las municipalidades tienen la responsabilidad legal de implementar la gestión a nivel local. Sin embargo, su capacidad se ve limitada por factores políticos, administrativos, financieros y técnicos, esto dificulta la implementación de una gobernanza territorial en temas ambientales. (Galo, 2022)
Estas debilidades se manifiestan en normativas poco efectivas, cambios institucionales de carácter administrativo, escaso personal capacitado y una falta de voluntad política. Las prioridades de muchos alcaldes tienden a concentrarse en problemas económicos o en intereses particulares, dejando el tema ambiental en un segundo plano.
El marco legal nacional otorga competencias a los gobiernos locales, La Ley del Medio Ambiente en el art 6 y 7, establece la creación de las unidades ambientales en instituciones públicas y municipales, con el objetivo garantizar el cumplimiento de las normas ambientales y coordinar la gestión ambiental. (MARN, 1988). Así mismo, el Código Municipal obliga a las alcaldías a incorporar la dimensión ambiental en sus funciones, así como integrarse al Sistema Nacional de Gestión del Medio Ambiente (SINAMA), para articular esfuerzos entre nivel central y local. Sin embargo, en la práctica estas disposiciones legales no son implementadas debido a ordenanzas municipales no alineadas a la normativa, competencias, desactualizadas o inaplicables y la escasa articulación entre el MARN y las alcaldías.
La reciente reestructuración municipal en el país ha reconfigurado profundamente el escenario de la gestión ambiental local. Esta medida promovida por el gobierno en turno por
la búsqueda de la eficiencia administrativa ha generado nuevas tensiones en los territorios, particularmente en aquellas comunidades que tiene conflictos en el ámbito ambiental, donde las competencias municipales pasan a estar centralizadas y a su vez limitadas por la falta de FODES, por lo que está nuevo período de gobiernos locales han priorizado una visión más gerencial del territorio y ha dejado de lado los factores ecológicos y socioculturales que configuran las relaciones entre las comunidades y el medio ambiente.
En muchos distritos, las antiguas unidades ambientales municipales han quedado desmanteladas o con funciones diluidas, sin claridad sobre su vinculación con los nuevos gobiernos municipales (UNES, 2024),además, las prioridades de los alcaldes cada vez más alineadas con la agenda nacional centralizada, donde relegan los conflictos ambientales a favor de megaproyectos o inversiones de dudosa sostenibilidad.
En conclusión, la gobernanza ambiental local sigue siendo más una aspiración que una realidad, poner el ambiente y a las comunidades en el centro debe ser una prioridad para garantizar una verdadera gobernanza.
Referencias
Galo, I. G. (17 de 09 de 2022). Reflexiones sobre los desafíos de la gobernanza ambiental local en El Salvador. Blog MDT : https://uca.edu.sv/mdt/blog/reflexiones-sobre-los-desafios-de-la-gobernanza-ambiental-local-en-el-salvador/
MARN. (4 de mayo de 1998). Diario Oficial El Salvador https://elsalvador.eregulations.org/media/ley%20de%20medio%20ambiente.pdf
UNES. (11 de Noviembre de 2024). unes.org.sv. https://unes.org.sv/2024/12/11/balance-ambiental-2024-alternativas-y-propuestas-ante-la-crisis-ecologica/