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El recién último informe sobre cambio climático, las costumbres de alimentación, la idea de desarrollo y la “civilización de la pobreza” de Ignacio Ellacuría

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19/08/2019
Luis Antonio Monterrosa. Docente de la Maestría en Desarrollo Territorial.  

 

 

 

 

 

 

 

El autor es docente   de la Maestría en Desarrollo   Territorial

 

 

 

 

 

 

En un texto de 1986 titulado “Utopía y profetismo” propone la civilización de la pobreza, como modo de vida universalizable como denuncia de la desigualdad presente y como mundo posible, y necesario, a futuro. A muchos les suele preocupar que se trata de proponer un modelo basado en la “pobreza”. ¿No se trata más bien de erradicar la pobreza? Efectivamente un lector sin contexto desecharía rápidamente la propuesta. Y sin embargo, la propuesta mantiene su actualidad más ahora con el recién informe que el equipo de expertos sobre el cambio climático que asesora a la ONU recientemente ha publicado.

Ellacuría habla, en el mismo texto, de civilización del trabajo. El texto es una preciada mezcla de ciencias sociales, filosofía y teología… clásico del trabajo universitario de inspiración cristiana. Efectivamente, desde el punto de vista de la utopía cristiana, es la civilización de la pobreza la que se opone a la civilización de la riqueza: es la historia de Lázaro y Epulón (Lc 16,19ss); desde el punto de vista de las ciencias sociales, es la civilización del trabajo la que se opone a la civilización del capital. El asunto es que el estilo de vida de los ricos y que promueve el capital, no es universalizable ni sostenible para la sociedad y el planeta. El Sur nunca podrá alcanzar al Norte. La noción de desarrollo que nos han vendido y que todas pretendemos aspirar, no es alcanzable (la mansión, jugosos menús, auto de marca, perfume de marca, el último Smartphone…) por todos, sino sólo por unos pocos: es el problema de la desigualdad.

Pero, en un mundo que busca la justicia y la sostenibilidad del planeta, ¿qué puede constituirse en criterio fundamental de ordenamiento de la sociedad? No los principios del capitalismo (larga es la lista de crítica que puede hacerse de la doctrina social de la Iglesia y de las ciencias sociales), sino los principios del trabajo. En términos evangélicos, significa que los pobres tienen la clave de ordenamiento la sociedad: por eso son así mismo principio epistemológico puesto que de ellos es el reino de Dios (Lc 6,20ss).

El informe pretende sonar las alarmas cuento al estilo de vida sostenible que deberíamos implementar con implicaciones respecto de lo que consumimos y producimos incluida nuestra dieta alimenticia tal como reseña este artículo periodístico en referencia al Informe del IPCC. Reducir el uso de plático desechable es importante y supone incluir aquel tipo de productos (alimentos incluidos y sobre todo) que vienen empaquetados, así… es decir, menos súper y más mercado… y en ambos casos, lleve su bolsa reusable o saco. Pero también supone “consumir menos carne”, más vegetales y no botar comida… ¿Menos?¿Botar? Sin duda hay grupos sociales que pueden consumir carne a diario y botar los desperdicios de lo no consumido… entre los pobres no se bota y consumir carne es un privilegio cuando no un milagro… y ahí está: los términos de la civilización de la pobreza son una clave para la sostenibilidad del mundo por principios cristianos, por razones de ciencia social y por urgencia ambiental.

Nos invita a cuestionar no sólo nuestro estilo de vida, sino también las ideas sobre desarrollo con las que convivimos y según la cual actuamos. ¿Qué tipo de desarrollo proponemos para El Salvador? ¿Qué tipo de producción y consumo? ¿Cómo se estructura nuestro estilo de vida con el modelo de desarrollo propuesto? Es oportunidad para hacer un replanteamiento de nuestra visión en base a una epistemología desde los pobres. No en vano serían las palabras atribuidas a S. Kierkegaard: “no se lee igual el evangelio en una choza que en un palacio”. ¿Desde dónde estamos leyendo, analizando y proponiendo? Las urgencias del presente nos deben obligar a determinar los paradigmas del desarrollo adecuados. La propuesta de la civilización de la pobreza sigue a la orden.

Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
Maestría en Desarrollo Territorial
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