La realidad es dinámicamente cambiante. Continuamente nos aflige el curso que llevan las cosas, dependiendo por supuesto de la forma de pensar y ver las cosas, inclinaciones políticas, prejuicios, etc. Habrá algunos que incluso no aspiran a ver ningún cambio. Que las cosas estén como estén y se acomodan, por ejemplo. Y estamos también los que protestamos, pero no cambiamos nada, a veces porque creemos que no está en nuestras manos… una de bloqueos o sesgos introducidos en nuestra mentalidad es el de la idea y rol del estado. Creemos que el Estado (sí, así es. Nos suelen mandar a conceder una mayúscula inicial) es responsable, garante, hacedor y no hacedor; la palabra mágica aquí es políticas públicas. Por supuesto que necesitamos políticas públicas, serias y formales, para resolver las cosas; lo que quiero decir es que creemos que algo llamado “estado” lo va a hacer.
Esta concepción del estado corre de la mano con una visión substantiva del estado: el poder lo tiene o reside en el estado y, por tanto, es de esperar que el estado resuelva. Pues esperemos sentados. No, a veces pasa que el estado resuelve, empuja las cosas en una dirección, normalmente según los intereses de la clase dominante. Esto es marxismo básico; incluso es más básico que marxismo, pero, en fin… Y como el estado es la sede del poder, hay que tomarlo. Pero el poder no es substantivo (no es un algo) ni reside en el estado. Es un sistema de relaciones… relaciones de poder, por supuesto. Desde este punto de vista, las cosas pueden comenzar a cambiar desde arriba (tras la toma del poder) o desde abajo según se impulsen modos concretos de hacer las cosas que terminando imponiéndose por mayoría. Veamos algunas cosas mínimas:
Solo he mencionado tres temas. Hay muchos más por supuesto. Cada quien verá donde le aprieta el zapato. Pero, ¿se imagina si día a día sumamos personas hasta que llegue a ser masivo y mayoritario que digo “plástico – desechable no”? Ese es el tipo de cambio desde abajo que no espera que haya una política pública para comenzar a hacer las cosas.