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El desarrollo territorial es el resultado de un proceso histórico y socialmente construido, que se caracteriza por el protagonismo de actores locales en la formulación e implementación de estrategias, así como en la toma de decisiones, implementación de proyectos e iniciativas novedosas, teniendo por objetivo el mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes del territorio, se trata de un proceso sociocultural, político, ambiental y económico que se basa en la autonomía y en el dinamismo de los agentes locales, en su empoderamiento en la gestión del desarrollo de su territorio para el bien común. Como parte del desarrollo territorial en todas sus dimensiones, una de las estrategias clave es la Cooperación al Desarrollo o Cooperación para el Desarrollo o Asistencia al Desarrollo, que comprende el conjunto de actuaciones, realizadas por actores públicos y privados, con el propósito de promover el progreso económico y social global, que sea sostenible y equitativo, es el conjunto de actuaciones, iniciativas, capacidades y recursos que la comunidad internacional pone al servicio de los países y pueblos más desfavorecidos con el fin de contribuir a la erradicación de la pobreza en todas sus manifestaciones y de las causas que la generan, al reparto justo de los beneficios del crecimiento económico, al progreso humano, económico y social, y a la defensa y pleno disfrute de los derechos fundamentales de las personas. La Cooperación al Desarrollo, una estrategia que es más que una exigencia ética y un acto de solidaridad, constituye una necesidad ineludible e insoslayable si se quiere afrontar el enorme desafío de acabar con la pobreza y la desigualdad y promover la sostenibilidad de nuestro medio ambiente. La gestión de la Cooperación para el Desarrollo es una de las muchas maneras de impulsar el desarrollo de un territorio y representa en sí misma un abanico de posibilidades de cómo implementarla y aprovecharla, desde sus actores protagónicos hasta los mecanismos de cómo hacerla efectiva, impulsa las relaciones diplomáticas entre países y su ejecución debe estar guiada por las prioridades nacionales de desarrollo, una gestión basada en resultados, creación de asociaciones incluyentes, transparencia y mutua rendición de cuentas entre socios, representa el esfuerzo conjunto de gobiernos, apoyado por el dinamismo de organismos internacionales, sociedad civil, academia y sector privado, para promover acciones que contribuyan al desarrollo sostenible y a mejorar el nivel de vida de la población, con la transferencia, recepción e intercambio de información, conocimientos, tecnología, experiencias y recursos. Las estructuras y procedimientos organizativos para gestionar cooperación y promover la acción exterior, constituyen un elemento clave para el desarrollo, así como para mejorar la calidad de la cooperación que se recibe y/o se otorga, generando una demanda y desarrollo cada vez mayor de la capacidad de gestión y compromiso ante la población para darle respuesta a sus crecientes necesidades y garantizarles una vida digna. La tarea del desarrollo es esencialmente una tarea propositiva y normativa que conlleva exigencias éticas y estratégicas esenciales para quienes trabajan o quieran trabajar en cooperación al desarrollo, hablamos de disponibilidad al diálogo, negociación y concertación, convicción responsable o responsabilidad convencida, solidaridad, visión a largo plazo, actitud de transparencia y rendición de cuentas, coherencia, excelencia profesional, justicia, corresponsabilidad, igualdad, integridad, etc. esto más que un reto para la gestión de la cooperación para el desarrollo es un deber moral que respaldará la posición de cualquier territorio ante el mundo. La cooperación para el desarrollo se realiza mediante modalidades de colaboración (bilateral, multilateral, reembolsable, delegada, triangular, sus-sur, etc.), basados en el interés mutuo, forjando alianzas en las que países en desarrollo y donantes trabajen en un plano de mutua responsabilidad para alcanzar los objetivos mundiales de desarrollo.
No estamos solos en el mundo, y no debemos aislarnos, el trabajo conjunto genera resultados de los que todos pueden beneficiarse, la gestión de la cooperación para el desarrollo es una estrategia ganar-ganar, que por ahora, aún tiene bastante por ser documentada en nuestro país, a pesar de tener muchas experiencias, ha existido una falta de sistematización o documentación, se ha perdido la oportunidad de capitalizar ese conocimiento, que recientemente se está haciendo el esfuerzo de recoger para compartirlo, y de cuyo estudio y análisis se pueden retomar enseñanzas que contribuyan a fortalecer nuestras actuales y futuras prácticas en materia de cooperación.
La cooperación, representa un instrumento estratégico de desarrollo para cualquier territorio en cualquier parte del mundo globalizado, es un instrumento de fortalecimiento de las áreas social, política, económica y ambiental, que impulsan la competitividad del territorio y representa también un reto para hacerlo viable y funcional, un reto no solo para el gobierno, sino, para toda la población del territorio como el producto del esfuerzo articulado, que parta de la visión compartida de un territorio, en el que todos tienen las posibilidades de desarrollar sus potencialidades, participar en los procesos y garantizar mejores condiciones de vida para todos y todas, proyectando al territorio de forma regional, nacional e internacionalmente.
Créditos de imágenes: https://sinalefa2.wordpress.com/2009/05/29/educar-en-la-cooperacin-y-trabajo-en-equipo/
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