A momentos de la culminación de la jornada “democrática” del 4 de febrero en El Salvador, se plantea así porque al momento de escribir este artículo aún no concluye, no el ejercicio democrático, sino las elecciones de candidatos con mayor popularidad para ocupar el órgano legislativo; se ha vivido un proceso diferente a los acontecidos desde las reformas a la constitución en el año 1948 con los períodos presidenciales de 5 años: la “reelección” de un presidente de la República para que pueda presidir el Ejecutivo. Un proceso diferente dado que no ha existido una reelección de ningún presidente o que se mantenga en el ejercicio de este como cara visible del gobierno desde Maximiliano Hernández Martínez. Los amantes de la democracia argumentan que es una falta de respeto y una violación a la constitución salvadoreña, a los procesos democráticos, un retroceso en la lucha popular, ya que es regresar a los dictadores. No obstante de la propaganda electoral o las vociferaciones existentes, que puede que tengan algo de razón, el presente artículo trata de esa relación dual de la democracia concebida desde el punto de vista del escritor y como es en la praxis o por así decirlo “the establishment” o “the real politik”, iniciando con el debate sobre: qué es la democracia, establecimiento, parámetros de entendimiento y como “se desarrolla el ser democrático” en la sociedad salvadoreña, pasando por un análisis de la superación de la democracia y sus respectivas conclusiones.
La democracia va más allá de entenderla como la toma decisiones colectivas por parte de la mayor cantidad de personas de un determinado grupo (Bobbio, 2001) o de comprender que la democracia se traduce al ejercicio por medio de los partidos políticos (Constitución de la República de El Salvador, 1983) o encasillar a un gobierno democrático a la vieja usanza de los Franceses: republicano, democrático y representativo (Constitución de la República de El Salvador, 1983). Ahora bien, a sabiendas de lo anterior. ¿Cómo funciona la democracia en El Salvador?, en primer lugar, se vota por determinadas personas a través de partidos políticos, que como define la Constitución de la República, representan a la población en general, estas elecciones son cada 5 años para presidente y 3 para diputados y alcaldes. De acuerdo con los datos históricos de las elecciones presidenciales, durante los últimos 20 años se cumple un fundamento básico, y es que la mayoría es quien dicta la democracia como regla fundamental (Bobbio, 2001); esto debido a que durante estos años más del 50% ha ejercicio su derecho al sufragio como se muestra en el siguiente gráfico. A su vez se comprende que la votación total como tasa de participación, ha presentado un decrecimiento de 66% desde el año 2004 a 51%, es decir que las personas cada vez asisten menos a las urnas a votar en términos relativos, la tasa de participación ha caído progresivamente a pesar de que en términos absolutos hayan votado 511k personas más.
Si se cree que la democracia salvadoreña está basada en la determinación por nivel de popularidad a ciertas personas en períodos de tiempo, esta una visión limitada de las implicaciones de la democracia, ya que está perfilada nada más a ejercer el sufragio por lapsos de tiempo, por lo que en el transcurso del tiempo no va a establecer las bases para que las personas decidan e incidan en su futuro.
Entonces: ¿Cómo se concibe la democracia? Como se planteaba va más allá de la toma decisiones de las mayorías, sino que las mayorías sean parte de las transformaciones políticas, sociales y económicas de los territorios, pero esto no es un pensamiento utópico que en el reino de los cielos todos serán iguales, sino que debe involucrar a las masas en forma de organismo vivo y organizativo para alejarse de la perpetuidad de las condiciones de injusticia, de desigualdad, opulencia y concentración de la riqueza. La construcción de una democracia real implica tener a la base que el proyecto es la comunidad organizada: obreros, campesinos, trabajadores del campo, pequeños burgueses, entre otros. A través de una regla simbiótica debe procurar la eliminación de las causas estructurales de la pobreza y marginación social (Montoya, 1993), pero esto no es posible si “Para 2022, la escolaridad promedio a nivel nacional fue de 7.2 grado” (Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples, 2022); es decir que más del 60% de la población no culmina sus estudios, ¿cómo transformar una realidad así?, para lograr esa relación y que las personas asuman como propia la construcción de una nueva sociedad, la idea central es la superación de la educación básica, difícilmente realizable si es controlada por el estatus quo. La democracia con una sociedad pensante y organizada, permite establecer consejos populares que son los que deben de tomar las pautas sobre el país y esto se encrudece ante una sociedad individualista, apática y alejada, amorfa con ansias de la rentabilidad de sus centavos. La vinculación por lo tanto del quehacer democrático siempre estará ligado al ámbito del poder, que es aquel donde se producen, constituyen y reproducen las relaciones sociales (Kohan, 2002); por lo tanto, el tomar decisiones colectivas tiene a la base la modificación de las relaciones desiguales en la sociedad
En El Salvador lo que se ha buscado es el olvido de la historia y la cancelación de la lucha de clases que a su vez también evapora al sujeto histórico, anula su identidad y se archiva su memoria, es decir, desaparece toda posibilidad de crítica y de oposición radical al capitalismo y a su modo de vida mediocre, inauténtico, comercializado, mercantilizado, serializado y cosificado (Kohan, 2013). Nulificar la realidad es fácil para los que ostentan el poder, el hecho de poner un velo sobre las decisiones relevantes del país y hacer caso omiso a las necesidades de la población, únicamente debido a que son representantes y toman las mejores decisiones, en teoría para las mayorías, no es más que mantener un estatus quo que pareciera ser que no tiene un horizonte para despertar.
La toma de consciencia social por lo menos requiere información completa para todo/as, sin excepción, requiere educación más allá del 8vo o 9° grado, no basta con creer que con el 9% de analfabetismo se genera una sociedad pensante, ya que si los lectores se preguntan qué significa esta fórmula matemática (adjunta en el escrito), es difícil deducir que así se calcula su pensión mensual, en dado caso cotice.
El tener a la base a la comunidad organizada requiere de trabajo amplio, sobre todo el derrumbamiento de principios anti organizativos que han quedado marcados, para que prevalezca el individuo sobre el colectivo y nulificar la conciencia social, ni se diga de una conciencia de clases.
REFERENCIAS
Asamblea Legislativa de la República de El Salvador (1983). Constitución de la República de El Salvador. https://www.asamblea.gob.sv/sites/default/files/documents/decretos/171117_072857074_archivo_documento_legislativo.pdf
Bobbio, N. (2001). El futuro de la democracia. México: Fondo de cultura económico.
Kohan, N. (2013). Nuestro Marx. Madrid: La oveja Roja.
Kohan, N. (2003). Marx en su (tercer) Mundo. La Habana. Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello
Montoya, A. (1993). La nueva economía popular. San Salvador: UCA editores.
Tribunal Supremo Electoral (2023, 5 de noviembre). Estadísticas del registro electoral a nivel nacional. https://info2024.tse.gob.sv/TSE/Estad%C3%ADsticas-electorales