Mazzucato (2017) en su libro “El Estado Emprendedor”, hace énfasis en la importancia que el estado cuente con un área de investigación y desarrollo, que genere inversiones “alocadas” y que invierta en áreas donde el sector privado no lo está haciendo. Con lo anterior expuesto surgen entonces las interrogantes: ¿La innovación es el camino para el desarrollo en El Salvador? ¿Cómo juzgaría la población a un gobierno innovador, tomando en cuenta que pueden existir fracasos en el camino? ¿Se podrían realizar inversiones arriesgadas desde los fondos públicos? ¿El índice de corrupción del país afectaría la innovación desde el Estado?
El desarrollo desde una perspectiva eurocéntrica está asociado a la modernidad, la tecnología, infraestructura, urbanización y el crecimiento económico. Los gobiernos, bancos e instituciones internacionales miden el desarrollo de los países a través de la riqueza debido a que se asume que los ingresos producen otros beneficios como la salud, educación y calidad de vida. Los indicadores cuantitativos son importantes, pero no pueden medir el lado cualitativo del desarrollo.
Con el objetivo de medir de forma efectiva el desarrollo de las naciones en el año 1990 el Programa de las Naciones Unidas creó el Índice de Desarrollo Humano, compuesto por la esperanza de vida, la educación e ingresos per cápita para medir el desarrollo de los países. El Informe Mundial sobre el Desarrollo Humano (2020) considera que El Salvador es un país con un desarrollo humano medio, razón por la cual lo sitúa en el puesto 124, en el año 2000 El Salvador se situaba en el puesto 104 y en 1990 se situaba en el puesto 98.
Desde el año 1998 a la actualidad han ocurrido cambios que han afectado el proceso de desarrollo del país, como por ejemplo la dolarización, el cambio de partidos políticos en el poder con visiones diferentes, la sobrepoblación, el aumento de la deuda externa, la disputa entre partidos políticos, el aumento de la violencia y la corrupción. Estos eventos han marcado aún más las brechas entre ricos y pobres y las desigualdades espaciales entre los diferentes municipios.
Los gobiernos durante los últimos años en El Salvador han implementado planes y estrategias para intentar alcanzar el desarrollo a través de políticas públicas, marcos regulatorios, desarrollo de programas y proyectos desde instituciones del Estado que se han implementado con fondos públicos y/o con fondos de la cooperación internacional. Sin embargo, los resultados del Informe sobre el Desarrollo Humano muestran un retroceso en los últimos 30 años y lleva a cuestionarnos: ¿El Salvador ha sufrido retrasos en el proceso de desarrollo o el mundo ha avanzado demasiado rápido?
Innovar en el ejercicio del poder, la forma de hacer gobierno, la estrategia de trabajo, los procesos y las acciones es necesario para comenzar a tener resultados diferentes. “Cuando el objetivo es promocionar el crecimiento económico encabezado por la innovación, es fundamental comprender las importantes funciones que pueden desempeñar tanto el sector público como el sector privado” (Mazzucato, 2017, pág. 311).
Implementar la innovación en el sector público, crear marcos regulatorios favorables para la innovación en el sector privado, invertir en negocios o empresas rentables, fomentar las carreras STEAM (siglas que hacen referencia a áreas de conocimiento relacionadas con Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas) y disminuir la brecha digital son acciones clave para impulsar un país innovador.
En este punto, existen más preguntas que respuestas respecto al camino que debe tomar El Salvador para convertirse en un país desarrollado, muchos son los retos y desafíos para alcanzar un desarrollo sin desigualdades espaciales en El Salvador, pero identificar y aceptar los problemas que nos han detenido a avanzar, es un principio. Además, es importante que en la sociedad se fomente el pensamiento crítico para elegir gobernantes con la suficiente capacidad para ver todo desde una perspectiva de sistema, donde todos los actores y elementos son importantes para alcanzar el objetivo
Referencias bibliográficas
Conceicao, P. (2020). Informe sobre Desarrollo Humano 2020 “La próxima frontera: El desarrollo humano y el Antropoceno” (pp. 275-278). Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
El Salvador-Índice de Desarrollo Humano-IDH. (2019). Recuperado 5 de febrero de 2022, de Expansión/Datosmacro.com website:
https://datosmacro.expansion.com/idh/el-salvador
Mazzucato, M. (2017). El Estado emprendedor (3ª ed.) RBA Libros