Logo UCA

Elba y Celina Ramos símbolo de un martirio

No se encontró categoría(s).
09/11/2020
Rommy Jiménez. Docente de la Maestría en Desarrollo Territorial, UCA.  

“Solo le pido a Dios que lo injusto no me sea indiferente”


En cada aniversario y conmemoración los mártires de la UCA, la universidad pone todas sus energías en recordarles, en rendir de muchas maneras homenajes a su memoria, destacando los aportes que los sacerdotes jesuitas hicieron desde la academia, para las investigaciones sobre diversas temáticas y las reflexiones sobre lo que ocurría en el país. En este 31 aniversario al pensar en los hechos del 16 noviembre de 1989, que no sólo sigue y seguirá siendo condenable, quiero compartir algunos pensamientos acerca de Elba y Celina Ramos. Hablar sobre ellas puede llevarnos en una primera idea a describirles, a contar el lugar de su nacimiento, su historia de vida, algunos de esos trazos están recogidos en escritos, en alguna entrevista, pero deseo más bien resaltar que resulta significativo que madre e hija que provenían de este pueblo humilde y trabajador hayan sido asesinadas junto los jesuitas. ¿Cuál es el significado de esto?, en principio no sólo por las valiosas vidas humanas que se truncaron ese día, por el horror y el estupor que provocó, sino también porque se convirtieron esa noche en mártires, pero también en víctimas de esa barbarie.

Al reflexionar sobre esto no se puede menos que hacer notar que el asesinato de los seis sacerdotes jesuitas se produjo por su compromiso con ese pueblo sufriente cada uno desde su propio ámbito de trabajo, de producción intelectual, de trabajo pastoral. No puedo no pensar que Elba y Celina quienes formaban parte de los “desposeídos” hayan encontrado la muerte junto a quienes se habían pronunciado y habían actuado de diversas maneras a favor de ese pueblo trabajador. Ellas como símbolo del martirio del pueblo salvadoreño. Este hecho martirial también me hace pensar en la familia de Elba y Celina, en cómo esto habrá marcado sus vidas para siempre, el dolor, el miedo, la pesadumbre que se unió a las de miles de familias que habían perdido un ser o seres queridos en circunstancias parecidas o producto de la guerra misma y cuyas heridas aún no cierran.

Ninguna de ellas pudo defenderse, como tampoco pudieron hacerlo el resto de los mártires, no era la primera vez que eso pasaba en el país, lamentablemente eso, el asesinato de personas indefensas ya había ocurrido antes, el informe de la Comisión de la Verdad denominado “De la locura a la esperanza: la guerra de 12 años en El Salvador” nos muestra, detalla los hechos dolorosos de la vorágine que nos tocó vivir.

Ha venido a mi memoria la imagen de Don Obdulio, esposo de Elba y padre de Celina. Recuerdo que, en mis primeros años como estudiante de la UCA, él nos compartía el significado de las rosas que había planteado en el jardín de los mártires, me conmovió mucho notar ojos tristes y escuchar su voz quebrarse al contarnos el significado de esas flores. Don Obdulio ya no está, falleció hace ya algunos años. En la última etapa de su vida, la artritis no le permitió seguir cuidando ese jardín, con rosas para cada uno de los mártires. Ahora 31 años después siguen ahí como símbolo de esa noche y de lo que Monseñor Rivera y Damas dijo al referirse a ello: “los mató el mismo odio que a Monseñor Romero”.

Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
Maestría en Desarrollo Territorial
Tel. 2210-6600 Ext.316
maestria.desarrolloterritorial@uca.edu.sv