El autor es graduado de la Maestria en Desarrollo Territorial
|
El concepto de desarrollo sostenible se asocia a la preocupación creciente en todo el mundo, en las últimas décadas del siglo pasado, al identificar y considerar el vínculo existente entre el desarrollo económico-social y sus efectos sobre el medio ambiente. Las investigaciones científicas han revelado datos alarmantes en cuanto a la situación del aire, tierra y agua. Para evitar la destrucción del planeta, hay que tomar medidas a nivel político, económico y social, que mejoren las prácticas y permitan hacer de la tierra un lugar habitable. El sistema económico basado en la máxima producción, el consumo, la explotación ilimitada de recursos y el beneficio como único criterio de la buena marcha económica es insostenible. Un planeta limitado no puede suministrar indefinidamente los recursos que esta explotación exigiría. Un desarrollo real, debe ser compatible con una explotación racional de los recursos naturales. Para que pueda existir el desarrollo sostenible debe encontrarse el perfecto equilibrio entre sociedad, política, cultura, economía y medio ambiente: la sociedad debe ser vivible y equitativa; la economía debe ser equitativa y viable; el medio ambiente debe ser viable y vivible. Todos los programas para el desarrollo sostenible deben considerar los ámbitos de la sostenibilidad –medio ambiente, sociedad-política y economía– así como también una dimensión subyacente: la cultura; ya que el desarrollo sostenible se adecúa a los contextos locales de estas dimensiones. No existe una receta que garantice el desarrollo sostenible, pero es cada vez más evidente que su búsqueda exige integrar todas estas dimensiones en un enfoque sistémico en función de conexiones, relaciones y contexto. El desarrollo sostenible será el producto de una construcción histórica-social, la reflexión y las acciones estratégicas para generarlo deben basarse en un enfoque sistémico, abordar los fenómenos sociales, económicos o ambientales no puede ser aisladas, sino que tienen que verse como parte de un todo, como un conjunto de elementos que se encuentran en interacción constante, interrelacionados de forma integral y con un efecto directo y/o indirecto uno sobre el otro.
Ilustraciones: Santos Sigüenza Aragón
|