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Escuchar el reclamo de la realidad

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13/11/2021
Luis Antonio Monterrosa. Docente de la Maestría en Desarrollo Territorial.  

La frase es de Ellacuría. Está en un artículo en que está haciendo una valoración de la obra de Zubiri y definiendo su potencialidad. Parte de un hecho: en contraste con su mismo trabajo (Ellacuría desarrolló, como sabemos, una vertiente social y política muy fuerte junto con su truncado trabajo filosófico de corte metafísico), Zubiri apareció aislado de su contexto y pareció estar exclusivamente concentrado en esencias, estructuras y respectividades. Y, sin embargo, el trabajo de Zubiri muestra una potencialidad enorme cuando se buscan las herramientas y luces para transformar las realidades.

Para esto, dice Ellacuría, hay que meterse de lleno en la filosofía. Fácil es hacer mera repetición, convertirse en un “artista de la razón” (como dice Pierre Hadot en otra parte), es decir malabarista elegante de conceptos… “la irrupción en respectividad de la realidad inexorablemente determina notas constitucionales que perentoriamente anexan un prius de realidad inclinado a la liberación” Sí, exacto: suena tremendo, pero es puro flatus vocis.

Ahora bien, “sólo tras una profundización laboriosa y creativa de su pensamiento [Ellacuría habla de Zubiri, pero podemos referirnos a la obra de Ellacuría]y tras un desarrollo de la capacidad de escuchar el reclamo de la realidad, se está en condiciones de superar una repetición mecánica de su pensamiento para ponerlo al servicio de la iluminación y transformación de realidades” (Escritos Filosóficos III, UCA editores p. 371). Hasta ahí la cita y su contexto.

Siempre me ha llamado poderosamente la atención la expresión del “escuchar el reclamo de la realidad”. Estamos habituados al reclamo de la razón, es decir, a la acción que surge del pensador, del investigador, del que escudriña las cosas, sea filósofo, cientista social o el ciudadano común que busca entender algo. Pero en este caso, es la realidad la que reclama y tiene la iniciativa, no es pasiva, de la operación.

Es la realidad la que demanda, la que hace público su llamado. Es el momento que dice “no, no es así, corríjase porque es de este modo”, porque reclamo, no sólo es la reiteración de un llamado, como en “re-clamar”, sino también es grito aireado del clamor que exige corrección o transformación de la realidad… justo como en Éxodo 3,7 cuando dice que “Dios ha escuchado el clamor de su pueblo”. Traigo a colación este punto porque el reclamo de la realidad pasa por concretarse en lo más real de la realidad, que en este caso es el ser humano, pero cuya condición está más bien en condición deficitaria en cuanto a las posibilidades de ser realidad plena: las mayorías populares. El reclamo de la realidad viene, no exclusivamente, pero sí de modo crucial, de las mayorías oprimidas. Lo del reclamo, creo es comprensible pues como grito desgarrador que viene desde la realidad.

Pero, el desafío crucial es el escuchar. No estamos habituados a ello. Cuando pensamos en el diálogo, por ejemplo, vemos un escenario en el que tengo la oportunidad de decir mis cosas a la otra parte, pero en realidad, el principio del diálogo es escuchar con atención a la otra parte. Pasa con nuestros análisis y profecías. Nuestro juego de conceptos y categorías que utilizamos para analizar e interpretar la realidad, un paso ineludible en términos de la acción política, supone que reflejan la realidad… y si no coincide, ¡peor para la realidad!

Roger Penrose, connotado fisicomatemático (ganó el premio Nóbel de física en el 2020) a propósito de la relación entre matemática y el mundo real (cf. The road to reality, Random House, 2004), dice que uno no puede dejar de maravillarse cómo el mundo real se expresa en lenguaje matemático, y que. además, lo exprese con belleza (elegancia) y con cierto toque de milagro… Pero el lenguaje matemático no es el mundo real. Aunque hay mucha matemática que parece explicar la realidad, hay buena porción de ella que no tiene vinculación con el mundo real. Es la llamada matemática pura. Pura o impura, la matemática no es la realidad… y ahí donde a la realidad se le intenta imponer ciertas categorías (la geometría euclidiana, belleza de planteamiento, por ejemplo) la realidad reclama y abre las puertas a otro tipo de geometrías… y quién sabe a qué más…

Este el momento hegeliano del asunto: donde lo racional es lo real, donde las categorías y los conceptos se imponen a la realidad… y precisamente por eso, nuestros análisis resultan acertados y nuestras profecías cumplidas a cabalidad. Pasa mucho con los análisis diabéticos y hepáticos de la realidad: el exceso de azúcar o de bilis a la hora de hacer un análisis aniquila la honestidad necesaria para entender la realidad… pero justo ahí es donde brota e irrumpe el reclamo de la realidad. El punto es ¿estamos preparados para escuchar el reclamo de la realidad o seguiremos insistiendo que todos los gatos son pardos en la oscuridad?

Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
Maestría en Desarrollo Territorial
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