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El desarrollo sostenible perpetuamente se ha vinculado al desarrollo económico, aunque su objetivo principal es lograr un equilibrio de la mejor manera entre el crecimiento económico y la protección de los recursos naturales del planeta. Desde hace décadas nos venimos enfrentando al progreso acelerado de lo industrial y tecnológico, es así como se vuelve necesario identificar e implementar estrategias que permitan satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas (Brundtland, I., 1987). Ante este escenario se plantea la siguiente interrogante: ¿Cómo se logra un desarrollo sostenible frente a un sistema capitalista en donde pesa más lo económico que la naturaleza? Para lograr comprender porque continúa siendo un desafío global que sigue requiriendo de un equilibrio del crecimiento económico, protección ambiental y equidad social; se propone exponer cómo han impactado las estrategias de desarrollo territorial recientes y cómo se vinculan a sus proyección en el futuro, se partir de un breve recorrido del origen de la problemática, para luego enfatizar en las dimensiones del desarrollo sostenible y su impacto en la naturaleza, esto permitirá ahondar en los aspectos de armonización del desarrollo humano con la conservación del medio ambiente y visualizar las claves para un progreso sostenible destacando algunos referentes de estrategias de desarrollo territorial.
Desde la Revolución Industrial, el término de desarrollo económico ha estado relacionado por la explotación intensiva de recursos naturales, desde combustibles fósiles, bosques, selvas, ríos y mares. Basado en un modelo capitalista, en donde no importa mucho la naturaleza de la actividad implicada; lo que interesa es la posibilidad de obtener beneficios (Fulcher, 2009, p.30). Esta base no cambió, incluso a lo largo del siglo XX, en donde encontramos un capitalismo evolucionado, que se vincula con la inversión extranjera y les da importancia y priorización a las grandes empresas privadas, esto continuó al finalizar la Segunda Guerra Mundial, esta vez impulsando industrialización en exceso, introduciendo el término globalización y generando un consumo intensivo a nivel de las grandes potencias. Como resultado, se obtuvo el deterioro imparable de los ecosistemas, principalmente de países en desarrollo o subdesarrollados, en donde la explotación de los recursos naturales tuvo como consecuencia el incremento de la desigualdad económica y las crisis financieras, que fueron constantes en la evolución económica del planeta (Willis, 2011, p.47). En este camino la década de 1980 apunta al neoliberalismo, el cual, empezaba a generar un crecimiento económico rápido en muchos continentes y regiones, a la par, la concentración de riqueza y la degradación ambiental competían por evidenciar quién impactará más en el ecosistema. Es acá, en donde es válido mencionar que desde 1986 la capacidad del planeta y la naturaleza para regenerar y absorber el impacto del modelo capitalista sobre los recursos naturales ha disminuido (Rojas, 2023) provocando un punto de inflexión importante en el porvenir del progreso económico en equilibrio con la conservación ambiental.
A partir de la noción de los elementos históricos expuestos anteriormente, se puede comprender cómo desarrollo económico en una nación sigue siendo percibido desde los elementos de reducción de la pobreza, generación de empleos, incremento ingresos y la posibilidad de acceder a bienes y servicios prioritarios para una calidad de vida como salud, educación y vivienda; sin embargo, no se deja de denotar como resuena el hecho de la insostenibilidad del modelo económico actual. Ante esto, se debe considerar el surgimiento del desarrollo sostenible como una alternativa necesaria, frente al modelo tradicional de crecimiento económico desigual y dañino para el medio ambiente. A lo largo de las últimas décadas, este concepto ha evolucionado y se ha convertido en un pilar fundamental para las políticas globales, con el objetivo de generar un futuro equilibrado y sostenible para la humanidad. La Real Academia Española define al desarrollo desde un sentido económico como la “evolución progresiva de una economía hacia mejores niveles de vida”; por otro lado, la definición de “sostenible” proviene de un sentido ecológico, pero también económico, como “algo que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar graves daños al medio ambiente”, es así como la idea a idea del desarrollo queda, por tanto, atada al crecimiento económico y en consecuencia, también quedan subordinados los temas del bienestar humano, ya que se sigue considerando que la desigualdad y la pobreza se pueden resolver esencialmente por medios económicos (Gudynas, 2011, p.22) De la afirmación anterior, es necesario entonces comprender que existe una interconexión entre lo económico, lo social y lo ambiental, y cómo estas dimensiones están estrechamente vinculadas y establecen la forma en que las sociedades crecen frente a un desarrollo desigual y no sostenible, siendo necesario adoptar enfoques de desarrollo inclusivo, impulsar la creación de políticas que redistribuyan la riqueza, acceso equitativo a la educación y salud, y modelos productivos sostenibles, buscando alcanzar un equilibrio real entre lo económico, lo social y lo ambiental.
Bibliografía consultada:
Brundtland, G. (1987). Nuestro Futuro Común (Informe Brundtland). Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU.
Fulcher, J., & Tejada Caller, P. (2009). El capitalismo: una breve introducción. Madrid: Alianza Editorial, DL 2009.
Gudynas, E. (2011). Debates sobre el desarrollo y sus alternativas en América Latina: Una breve guía heterodoxa. Más allá del desarrollo, 1, 21-54.
Heshmati, A., & Rashidghalam, M. (2021). Assessment of the urban circular economy in Sweden. Journal of Cleaner Production, 310.
Llorente Pastor, L. B. (2018). Costa Rica: un ecodestino sostenible de éxito. Universidad de Valladolid.
Nussbaum, M. (2012). Crear capacidades. Una propuesta para el desarrollo humano. Editorial. Nussbaum
Rojas, G. E. R. (2023). Desarrollo sostenible como principal impulsor del crecimiento económico. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 7(2), 9918-9928.
Willis, K. (2011). Theories and Practices of Development. Routledge.
* Este artículo forma parte de trabajos presentados en la asignatura Teorías del desarrollo