Los territorios al interior del país están en procesos permanentes de transformación a partir de encuentros y desencuentros entre dinámicas externas al territorio y las propiamente endógenas; hay que decir que la prevalencia y fuerza de estas últimas es lo que ha estado ausente en el país, por lo que más bien se han generado configuraciones territoriales desequilibradas a partir de políticas públicas nacionales que han incidido de forma negativa en unos territorios y de forma positiva en otros.
Esto ha llevado a que si la población no ve posibilidades de satisfacer en el lugar sus necesidades básicas, decide salir de él, convirtiéndose estos territorios en expulsores de población; y más aún, estas dinámicas que se han vuelto masivas, han llevado a que el país en su conjunto sea considerado de esa manera, como bien lo refleja esta frase “Pocos países (como El Salvador) se pueden jactar de ostentar de forma permanente el triste mérito de ofrecer a sus habitantes tantas buenas razones para que lo abandonen” (Orellana, C.I. 2014, p. 346).
Puede decirse que el hecho de salir del país es una cara de la moneda, la otra es la recepción de remesas asociada a los procesos migratorios. Ambos fenómenos están íntimamente asociados y de alguna manera pueden generar desigualdades al interior de los territorios, influyendo en el imaginario de la población de estos lugares quienes ven la decisión de migrar como una alternativa a la salida de sus situaciones difíciles de vida, así como de la relación asimétrica/desigual que se establece entre las familias que reciben remesas y aquellas que no.
Tomar la decisión de migrar no es fácil para ninguna persona, ni tampoco esta decisión tiene las mismas causas para quienes migran; por lo que la búsqueda de la evidencia que ayude a entender los motivos que la orientaron es fundamental. Reflexionar sobre la decisión de migrar puede tener implicaciones importantes en cuanto al entendimiento del fenómeno, sin perder de vista que no va a ser posible explicarlo a partir de una sola causa, ya que es multicausal y que se puede pensar incluso en una combinación de causas.
Una primera aproximación al fenómeno de las migraciones lleva a volver la mirada hacia atrás en el tiempo, ya que la migración es una constante histórica en el país. Si bien antes de los años de convulsión política en el país (70´s), era claro que el principal motivo que la gente tenía para migrar era la búsqueda de mejores oportunidades de vida muy cifrada en lo económico, en el período del conflicto (70s – 90s) lo que la motivó fue la violencia propiciada por él; posteriormente, conocer y entender los motivos que llevan a la gente a migrar se ha complejizado de tal manera que se puede identificar un conjunto de elementos vinculados entre sí, que pueden estar detrás de la decisión de migrar, entre los que podemos mencionar la falta de empleo e ingresos apropiados a las necesidades de las familias, la violencia delincuencial, institucional y familiar, la relativamente rápida mejoría en las condiciones de vida de las familias receptoras de remesas, entre otros.
A este momento de la historia, migración es un término ampliamente usado en El Salvador, se ha vuelto una palabra de uso común para toda la población y no es para menos, ya que para 1990, más de medio millón de salvadoreños se encontraban en el extranjero (Acuña, 2011), y veintiocho años después ya son más de 2.5 millones, un número nada despreciable para un país tan pequeño.
En cuanto a las remesas, la información recabada permite decir que han crecido en los últimos años. Una muestra de lo anterior es que en el 2005 entraron al país en concepto de remesas (en billones de dólares), más de $2.8; en el 2007, representaron el 18.2% del PIB de ese año. (Acuña, 2011); y del 2010 al 2018 las remesas siempre han tenido tasas positivas de crecimiento, llegando a ser en el 2018, en valores absolutos, $5,469 millones de dólares, por lo que puede afirmarse que las remesas siguen siendo hasta nuestros días un elemento importante para la economía del país y de las familias que las reciben.
Un dato interesante a tomar en cuenta es que en el 2016 eran seis los departamentos con los porcentajes más altos de hogares que reciben remesas; siendo en su orden La Unión (43.7%), Cabañas (40.6%), Chalatenango (37.1%), Morazán (35.2%), San Miguel (32.5%) y Usulután (28.7%). (BCR, 2017). Hay que aclarar que el nivel departamental es todavía un nivel alto de agregación, ya que el fenómeno de la migración se ha afincado tradicionalmente en algunos municipios, y dentro de éstos, en algunos cantones y caseríos, pero en este momento no se abordará este nivel territorial.
Otro tipo de información que es importante de conocer está relacionada con la forma en que las remesas entran al país, ya que hay diversas; una de ellas son los llamados “envíos especiales de remesas”, que son cantidades de dinero que la persona migrante envía a su familia en el país para gastos considerados fuera de los que cubre el envío normal de remesas. De este tipo de envío de remesas, para el 2017, el 60% iban dirigidos a gastos en salud y vivienda (REDIBACEN, 2018). Esto puede ser un elemento claramente diferenciador en un lugar, entre las familias receptoras de remesas y las que no lo son.
Se vuelve importante continuar profundizando en el conocimiento y análisis de la relación migración y territorio, por lo que a continuación se proponen algunas preguntas que valdría la pena responder a partir de realizar investigaciones territoriales sobre los procesos migratorios: ¿Por qué emigran personas que desarrollan alguna actividad formal o informal que les genera ingresos?, ¿Qué regularidades se pueden encontrar en los territorios de dónde emigran más personas?, ¿Cuál es la relación que existe entre municipios receptores de remesas y necesidades básicas insatisfechas?, ¿Qué elementos del estatus de las familias receptoras de remesas explican la decisión de migrar de otras personas?, ¿Qué transformaciones importantes pueden observarse en los territorios considerados expulsores de población y a su vez receptores de remesas?; ¿Cuál es el discurso predominante en las personas que están tomando la decisión de migrar en cuanto a las razones para hacerlo?
Acuña, G. (2011). Flujos migratorios laborales intrarregionales: Situación actual, retos y oportunidades en Centroamérica y República Dominicana (Informe regional). San José, Costa Rica:(OIM, OIT, MTSS, CECC SICA, CLAD, Red de Observatorios del Mercado Laboral, AECID). Recuperado de https://www.iom.int/files/live/sites/iom/files/pbn/docs/Informe-Costa-Rica-Flujos-Migratorios-Laborales-Intra rregi.pdf
BCR (2017). Remesas & migración: situación y perspectivas. Recuperado de https://www.bcr.gob.sv/bcrsite/uploaded/content/category/495505383.pdf
Orellana, C.I. (2014). Migración irregular de niños y de niñas: Ejercicio y búsqueda de ciudadanía desde la invisibilidad. Estudios Centroamericanos (ECA), 69 (739), 345-374.
REDIBACEN (2018). Resultados de la sexta encuesta de remesas familiares 2018. Recuperado de https://www.bcr.gob.sv/bcrsite/uploaded/content/category/1729105615.pdf