Por: Rafael Cartagena y Karen Vargas   Gustavo González es un pionero del cooperativismo de vivienda en su país, Uruguay.  Fue dirigente de la Fundación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua, y su experiencia ha contribuido a impulsar este modelo de cooperativismo en diferentes países latinoamericanos. González ha visitado El Salvador en diversas ocasiones. Llegó por primera vez en el año 2003 para apoyar la primera cooperativa de vivienda por ayuda mutua en el país, que se construía en el centro histórico de San Salvador. Regresó recientemente, en calidad de consultor de Vivienda y Hábitat del Centro Cooperativo Sueco.   Durante su última visita a El Salvador, González llegó a la UCA para participar en el Foro “El modelo cooperativo de vivienda por ayuda mutua como solución a la revitalización de la vivienda en el Centro Histórico de San Salvador”. También acudió a un conversatorio con los estudiantes del curso sobre cooperativismo de vivienda que está impartiendo la UCA y el Viceministerio de Vivienda. A continuación compartimos algunos extractos de la ponencia de Gustavo González durante el Foro mencionado.

“Fue  a finales del 2003, cuando este humilde uruguayo llegó a El Salvador. Llegué por el Centro Cooperativo Sueco como contraparte de FUNDASAL. Hicimos un estudio que llevó más de dos años de trabajo. Aquel fue un estudio para ver la realidad objetiva de los pobres de la ciudad. No uno de esos para llenar bibliotecas. Conocimos a los actores fundamentales: a la gente que ahí vivía y vive. Esos son los verdaderos actores fundamentales.

El estudio descubre la ciudad oculta del Centro Histórico. La ciudad oculta donde usted pasa: hay una puerta, se abre la puerta y se ve una familia, treinta, cuarenta y hasta cincuenta familias. Viviendo en condiciones infrahumanas, con un régimen de mesón, donde los niños tenían que entrar a cierta hora no salir a otra. Los niños con tez muy amarilla, veían poco el sol. Esa realidad llamada mesones me impactó. No solo lo vi en San Salvador.

¿Y qué traíamos? Traíamos la experiencia de otros actores fundamentales, de las cooperativas de vivienda del Uruguay. Nos dijeron locos. Esto demuestra que Quijote tenía razón. Y esa experiencia colectiva de técnicos comprometidos de mi universidad y trabajadores uruguayos la trajimos aquí.

Yo tuve el orgullo de haber sido pobre. Cuando uno es pobre se limita a conocer sus posibilidades, le dicen que no va poder. ¿Quién va creer que los pobres pueden administrar? Creer que se puede es una tarea fundamental. Y creer que son la mayoría que levanta este país todos los días desde las 5 de la mañana hasta que caiga el sol.

Cuando estábamos apoyando la creación de la primer cooperativa de vivienda en el país, a veces no alcanzaban las palabras del equipo técnico de FUNDASAL. Así que, les dijimos vamos a Uruguay y vean que allá pudimos hacerlo. Ahí se cargaron las pilas aquellas heroicas mujeres. ¿Quién va creer que las mujeres trabajan mucho más que nosotros?

Así fue como se formó la primera cooperativa de vivienda del Centro Histórico. Pero, antes de eso hubo miles de debates,discusiones y represión. Los mesones tuvieron que soportar desalojos con las fuerzas represiva de la época. Y la gente resistía. Así se construye la vivienda popular.

La gente debe tener asesoramiento técnico. Ese es el rol de la universidad y de los técnicos comprometidos. Hay que devolverles los saberes que nos dieron en la universidad. Hay que hacerlo con la gente. Tenemos esa deuda política y social. Este va ser un aprendizaje mutuo, entre los técnicos y la gente”.

Algunos mensajes de Gustavo González

La charla de González estuvo cargada de citas memorables. Estas son algunas de ellas:

“El derecho a la ciudad es una de las grandes propuestas políticas. No es fácil, es muy complejo y más en una ciudad como la de San Salvador. Donde el carro vale más que el peatón”.

 “El capital urbano ha logrado masificarnos a tal grado que la creatividad es cada vez más nula en los diseños”.

“Cuando varios grupos se juntan es cuando surge la síntesis política”.

“El técnico debe entender que no hay mejor diseño que el que se discute con la gente”.

“La revitalización del Centro Histórico debe tener un rostro humano”.

“Son tantos los pobres que por más que quieran ocultarlo no puede”.