La historia de este país está llena de fechas que nos hacen recordar año con año sucesos no siempre agradables y que han tenido un impacto fuerte en la vida nacional en cada uno de los momentos en que se dieron; uno de ellos es el asesinato de seis sacerdotes jesuitas y dos mujeres, madre e hija, que se albergaron esa noche en la casa donde aquellos vivían, intentando protegerse de la amenaza que representaba para sus vidas quedarse en su vivienda por la ofensiva declarada por el FMLN en varios puntos del Área Metropolitana de San Salvador, y la respuesta militar por parte del gobierno de turno que este acto generó.
Esas muertes, ocurridas en el campus de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, el 16 de noviembre de 1989, bien pueden ser el símbolo de tantas otras muertes, miles de ellas, que se dieron en el país en el marco de un estallido social que dio paso a un conflicto militar de grandes expresiones.
¿Por qué recordar lo que pasó?
“Quien olvida su historia está condenado a repetirla”, reza la frase del poeta y filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana, colocada en una de las entradas al que fuera uno de los campos de exterminio nazi más reconocido por las graves atrocidades cometidas allí, el campo de Auschwitz. Y se convierte en un llamado a hacer lo posible porque las generaciones siguientes conocieran lo que allí pasó para evitar que volviera a suceder.
Por eso entonces recordamos año con año lo que sucedió en la UCA esa noche hace 33 años; que no está demás decirlo, fue un acto más de barbarie en contra de personas indefensas, en el marco de esa locura que fue el conflicto militar. Esta, como otras muchas atrocidades cometidas hay que recordarlas siempre, y hacer lo posible porque las personas que no vivieron esos momentos dolorosos, los conozcan, los estudien, los interioricen, que los vean como algo que no puede ni debe volver a suceder. Ese es el reto.
¿Por qué conmemorar estos hechos?
Hacerlo es una forma de dar tributo a tantas y tantas personas que pagaron con su vida el precio de lo que significó el fin del conflicto que tanto daño nos hizo como país.
En este recordar y conmemorar, sentimos presentes a todas aquellas personas que fueron víctimas de uno y otro bando en contienda, y que quizás, para muchas de ellas, su único acto revolucionario y que les valió la muerte, fue la búsqueda de justicia social para la mayoría de salvadoreños y salvadoreñas. Imposible recordar todos sus nombres, por eso vemos en el recuerdo y conmemoración de los y las Mártires de la UCA, un símbolo que aglutina a las miles y miles de personas sacrificadas, llámense María, Juan, Oscar, Chepe, Juanita, Rutilio…
Créditos de las fotografías:
Foto entrada campo de concentración Auschwitz: https://perio.unlp.edu.ar/2019/01/27/quien-olvida-su-historia-esta-condenado-a-repetirla/
Foto interior de Parroquia “Jesucristo Liberador” (Capilla de la UCA): Maestría en Desarrollo Territorial