En esta segunda quincena de julio se ha abierto la convocatoria para una nueva cohorte de la Maestría en Desarrollo Territorial, un programa de postgrados de la UCA, que desde el 2022 se encuentra formando profesionales en esta área del conocimiento. En este contexto quiero compartir algunas reflexiones sobre las cuales se puede seguir profundizando. Personas graduadas y estudiantes de nuestro programa han colaborado y continúan colaborando con sus artículos, que por cierto pueden consultar en este espacio de la comunidad MDT.
Hemos reflexionado en este blog, en diferentes momentos, sobre qué significado tiene el desarrollo territorial, señalando que es un cambio de paradigma, de modelo, que trasciende la visión de lo estrictamente económico, o la apología a la infraestructura, a la obra gris per se. El desarrollo territorial implica una construcción desde lo endógeno, en el que las personas son el centro de la actividad del Estado y por tanto cada persona, sector y actor pone un grano de sal para construir condiciones para la mejora de la calidad de vida no solo del presente sino también del futuro. Nos gustaría en este espacio retomar algunas ideas que hemos compartido sobre el desarrollo territorial.
El desarrollo territorial además no solo se refiere a un espacio geográfico, sino que incluye personas, relaciones entre actores, lo ambiental, lo social, lo político institucional en el cual se reconoce la importancia del diálogo, de la negociación y las apuestas estratégicas para que estas respondan a las necesidades de la población, aporten en la búsqueda de respuestas a los problemas del desarrollo desde un enfoque sistémico y multidimensional. Nuestro programa de Maestría busca generar conocimiento, saber hacer y saber ser, basados en el respeto hacia los demás y hacia los distintos saberes que existen en diversos espacios geográficos y comunidades, reconociendo su valor fundamental. No se trata de una visión lineal, sino de una dinámica en la que múltiples actores colaboran en la construcción de un territorio que habitan o con el que interactúan. No se persigue el enriquecimiento de algunos sectores en detrimento de otros, ni se busca afectar el medio ambiente o los medios de vida de las personas. Por el contrario, se promueve una construcción colectiva, en la que todos contribuyen:
Poniéndolo en blanco y negro, es como un juego de fútbol, basquetbol, voleibol, o el juego que se puedan imaginar; donde hay dos equipos, pero todos los jugadores van en una sola dirección, queriendo alcanzar una sola meta, llámese portería, canasta o punto; y para eso definen en conjunto la mejor estrategia para lograrlo; donde ambos equipos celebran los goles, canastas o puntos que hacen, los consideran como propios, porque saben que cada uno de ellos los acerca más al gane; a veces fallan, pero no se reprochan mutuamente, sino se animan, corrigen y siguen jugando.
De eso se trata el desarrollo territorial, de definir una meta, un horizonte al que se quiere llegar, de buscar a quienes quieren caminar hacia allí en un marco de respeto y relaciones horizontales, donde se valoran los saberes y conocimientos particulares; donde se trabaja de la mano, sin imposiciones. Y todo esto porque se reconoce a la persona como el centro de todo, y, por lo tanto, no es válido hacer cosas que dañen a las personas presentes en el territorio, pero tampoco a las generaciones que vendrán después (Blandón de G, F, 2013 párrafos 7-8)
Esta apuesta por las personas, parte de un principio fundamental el respeto por la dignidad de las personas. En ello por supuesto ética y desarrollo son dos aspectos indisolubles. Desde nuestra visión el desarrollo es sistémico y multidimensional porque no tiene un carácter unidireccional, ni lineal, identificar sus múltiples dimensiones, así como las dinámicas emergentes contribuye significativamente, entre otras cosas a la inclusión, a la búsqueda de consensos. Se trata de que la población participe activamente no solo de actividades puntuales sino de la toma de decisión en diversos problemas y temas de carácter estratégico. Y es que no se trata solo de participar, es importante también recuperar el sentido de identidad y de pertenencia:
Giménez (1999) señala que, si bien al hablar de territorios se pueden encontrar relación con aspectos sociopolítico y económico, también advierte que se producen otros tipos de relaciones y funciones:
el territorio también objeto de operaciones simbólicas y una especie de pantalla sobre la que los actores sociales (individuales o colectivos) proyectan sus concepciones del mundo. Por eso el territorio puede ser considerado como zona de refugio, como medio de subsistencia, como fuente de recursos… como área geopolíticamente estratégica, como circunscripción político- administrativa. etc.; pero también como paisaje, como belleza natural, como entorno ecológico privilegiado, como objeto de apego afectivo, como tierra natal, como lugar de inscripción de un pasado histórico y de una memoria colectiva y. en fin, como “geo símbolo (p.29)
Estos elementos, junto a los procesos y dinámicas sociales son un parte trascendental del y para el desarrollo territorial, y acá queremos subrayar la importancia central que tiene tanto el sistema de actores como los mecanismos de diálogo, la comunicación efectiva y asertiva. En ello hay que decir que una relación importante de todos estos esfuerzos es que se produce una suerte de retroalimentación, se genera conocimiento, se promueven los saberes que facilitan y promueven sinergias que son relevantes. Las lecciones aprendidas, las comunidades de práctica son algunas de las herramientas para la promoción e impulso de acciones a favor del desarrollo desde un enfoque sistémico y multidimensional, una acción y postura ética, respeto por a diversidad. La construcción colectiva, las estrategias comunicativas, el intercambio permanente y el acceso a la información, así como procesos en los que la participación activa y sustantiva es central para caminar hacia ese horizonte común que nos convoca, el de la mejora de la calidad de vida de las personas. Finalmente y aunque esto parezca una utopía, hay que recordar que esta, la utopía, sirve para eso para caminar.
Referencias
Blandón de G, F (2023) ¿Por qué formarnos en desarrollo territorial? https://uca.edu.sv/mdt/blog/por-que-formarnos-en-desarrollo-territorial/
Giménez, G (1999) Estudios sobre las Culturas Contemporáneas 25 época II Vol. V. Número 9, Colima, junio 1999, pp. 25-57 https://www.culturascontemporaneas.com/culturascontemporaneas/contenidos/region_socio_cultural.pdf
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