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Sobre liderazgo comunitario de mujeres

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17/10/2023
Rommy Jiménez. Docente de la Maestría en Desarrollo Territorial, UCA.  

En un reciente taller en el occidente del país participé en una interesante jornada con mujeres provenientes de diferentes municipios. Las historias ahí compartidas se hicieron sobre el fenómeno migratorio de mujeres retornadas y de aquellas que, pese a las dificultades económicas, se resisten a hacerlo. Esas vivencias conmueven porque las heridas que llevan y las historias de vida de cada una de ellas y sus familias muestran que han dejado huellas en sus vidas. Esto me hizo preguntarme en el cómo y qué se debe hacer desde lo local para promover e impulsar procesos que contribuyan significativamente a la reinserción de personas migrantes, a sus comunidades de origen y a sus familias, y eso incluye a mujeres retornadas y a sus hijos e hijas. Construir y reconstruir sentido de identidad y de pertenencia puede ser un factor clave.

En este encuentro, además reflexionaron sobre la situación del país, entre esto el cambio climático, el uso de tecnologías, el acceso a la atención en salud, y por supuesto sobre migración. En el intercambio, las reflexiones que se presentaron giraron en torno al impacto del cambio climático en la vida de las personas, y los riesgos vinculados con el mismo, la importancia de la soberanía y seguridad alimentaria. Además de ello, la reflexión sobre la mercantilización de algunas prácticas que ponen en primer lugar el dinero, en cuanto al acceso a servicios de salud, es evidente que se identifica deficiencias en la calidad y calidez de estos: “es incompleto”, “no nos atienden con amabilidad”. Respecto de la migración, además de lo que identificaron como transculturización, explicaron que las personas están migrando, sobre todo por los riesgos para los jóvenes que se han profundizado desde marzo del año pasado. 

Cada una de las ideas que las mujeres expresaron respecto de la situación del país no solo refleja una visión de lo que sucede en el entorno, sino también un liderazgo que está ahí y que muestra un enorme potencial. Y es que quizá en algunos espacios al pensar en las lideresas se tiende a conectarlo con quienes están compitiendo por un cargo de elección popular. No obstante, este intercambio de experiencias, de saberes, permite descubrir en este grupo de mujeres que están desarrollando actividades de autoempleo, varias de ellas vinculadas con soberanía alimentaria y con la producción de cultivos orgánicos, no solo dedican su tiempo a estas labores que se convierten en sus medios de vida, sino que van construyendo análisis de diverso tipo.

Cada una de las participaciones de las mujeres participando en este espacio muestra que cada una de ellas tiene un enorme caudal de energías, de valoraciones sobre su propia vida, sobre la relación con su comunidad.  En esto vale decir que el liderazgo no se puede, ni se debe reconocer de manera lineal o que se expresa de la misma forma, ni tampoco que se refiera solo a quien hace uso de la palabra de manera espontánea o participa más activamente.  La interacción colectiva, la visión sobre la realidad, tanto la propia, como la del país, así como su capacidad de análisis me lleva la reflexión de esa construcción de ciudadanía de las mujeres.  Esta se hace no desde los aspectos estrictamente formales, sino más bien desde la interacción, el empoderamiento y la capacidad de articular propuestas y de impulsar transformaciones.

La experiencia, en ese espacio, ha sido sin duda gratificante en el sentido que me ha permitido conocer mujeres con un enorme liderazgo que están ahí desde sus comunidades, construyendo desde diferentes actividades y escenarios su propia historia. Escucharlas, verlas interactuar y aprender de ellas.  Y es que este aprendizaje está vinculado con la profundidad del análisis, construido desde sus propias vivencias y su realidad. Este grupo de mujeres lideresas están ahí en lugares en que la comunicación telefónica y las tan famosas redes fallan, o donde las lluvias ponen en evidencia la enorme vulnerabilidad, caminos que se vuelven intransitables, caminos sin tendido eléctrico. El liderazgo comunitario de las mujeres, que no está dado necesariamente dado por la delegación formal que da un cargo, sino por los aportes, por las formas que toman las expresiones de las mujeres en el contacto diario, en el impulso de actividades, en el animar a otras a participar. Ese grano de sal en el descubrirse a sí mismas y ayudar a otras a visualizarse y visibilizarse como depositarias de derechos tiene un enorme valor. 

Estas líderes comunitarias tienen un conjunto de habilidades que están ahí desarrollándose, un conocimiento desde lo endógeno, desde lo local, que tiene un invaluable valor. Esto porque más allá de los discursos debemos detener nuestra mirada y escuchar atentamente esas voces que están ahí mostrando conocimiento, sabiduría y el despliegue de talentos, de habilidades de comunicación y miradas agudas sobre su comunidad y el país. 

Para finalizar, y no por ello menos importante, debo agradecer a ellas su calidez, por el compartir.  Mi agradecimiento también va por permitirme conocer parte de sus historias y por la confianza, por ese diálogo que se entabló en un espacio corto, pero profundamente humano.

 

Referencias:

Imagen extraída de Freepik: https://www.freepik.es 

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