Uno de los temas más abordados esta semana ha sido por qué el desarrollo se ha visto y se sigue viendo más en términos económicos y no como un concepto más complejo que necesita un análisis sistémico. No obstante, considero que el problema no solo recae en tener un concepto tan reducido, sino también en cómo ideas económicas incorrectas afectan la búsqueda del desarrollo.
Para empezar, no creo que sea solo por capricho o terquedad de los economistas que se siga manejando de esta manera. Tampoco solo es el hecho que los indicadores económicos son más fáciles de evaluar y comparar. Sino que existe una razón más profunda.
Al observar los principales enfoques del desarrollo que han existido, planteados por Katie Willis en su libro Theories and practices of development (2005), uno de los principales objetivos del desarrollo es luchar la pobreza. De 1950 a 1980 el concepto de desarrollo se centraba principalmente en la pobreza, se trataba de explicar qué causa la pobreza en los países del Sur y en qué se deberían de enfocar las políticas públicas para disminuir la pobreza.
Después con la entrada del neoliberalismo el promover el libre mercado y reducir la participación
del Estado en la economía busca lo mismo, hacer crecer la economía para reducir la pobreza y hacer los países más ricos. Por más que se quiera ampliar el concepto de desarrollo, un obstáculo para alcanzarlo es la pobreza y todo lo que conlleva ser pobre. Por tanto, uno esperaría que el concepto de desarrollo esté relacionado a lo que se entiende por pobreza. Que existan tantos pobres es preocupante.
Sí hay que mencionar que desde la década de los 70 surgen otros enfoques que comienzan a incluir la disparidad entre hombres y mujeres, el cambio climático, la diferencia entre culturas y los derechos. Es posible que estas nuevas ideas empiezan a surgir cuando en los países del Norte comienzan a comprender que un alto ingreso no es todo, que salir de la pobreza no es lo único a lo que debe de aspirar una persona o país, sino que existen otras condiciones que afectan su nivel de vida. Sin embargo, no se han propagado como el enfoque neoliberal, ya que este está en sintonía con la lógica capitalista de enfocarse en las ganancias.
Que la meta del desarrollo sea combatir la pobreza no está mal, no obstante, la pobreza es un problema que normalmente también se ve en términos económicos; o por lo menos su solución. Si las personas pobres tuvieran más dinero (una mayor capacidad adquisitiva) podrían resolver sus problemas. Lo cual es una verdad a medias, pero si se entiende que la pobreza es la falta de riqueza tiene más sentido porque se continúa centrando muchos esfuerzos en aumentar el ingreso de las personas o de un país.
Con esto no quiero dar la idea que considero que lo primero es solucionar la pobreza y luego abordar todos los demás problemas sociales que impactan negativamente la vida de las personas. Sino que no es algo descabellado que países y organismos internacionales centren sus acciones en disminuir la pobreza para generar más desarrollo, lograrlo tendría un impacto positivo. Sin embargo, es imposible no preguntarse ¿por qué no se han logrado los resultados esperados?
Banerjee y Duflo (2019) señalan que aunque el porcentaje de personas viviendo en pobreza ha reducido y han existido mejoras en la calidad de vida de las personas en las últimas décadas, no se debe de seguir el espejismo del crecimiento económico. Ya que “por desgracia, del mismo modo que no sabemos mucho sobre cómo lograr que se produzca crecimiento, sabemos muy poco sobre por qué algunos países se quedan atrapados y otros no –por qué Corea del Sur siguió creciendo y México no- o cómo se sale de la trampa” (Banerjee y Duflo, 2019).
Lo importante no debería ser buscar el crecimiento económico, sino realizar acciones que estén dirigidas específicamente en mejorar las condiciones de vida de las personas que viven actualmente en pobreza. Esto tiene relación a lo que menciona William Easterly en su libro The White Man´s Burden (2006), donde trata de explicar por qué la cooperación hacia los países del Sur no ha funcionado. Primero porque trata de abarcar problemas demasiados abstractos y con soluciones creadas por los cooperantes que no toman en cuentan la realidad de las personas y la cultura de estos países.
Es decir, esfuerzos se han hecho, pero no han estado bien dirigidos. Por tanto, el plantear al desarrollo solo en términos económicos no solamente ha estado mal porque deja de lado muchas otras variables, sino que los avances también han sido limitados porque las ideas económicas que se han utilizado no son las mejores.
Por último, considerando la problemática medioambiental que vivimos actualmente centrarse en el crecimiento económico es contraproducente, con este concepto de desarrollo la sostenibilidad ambiental es inalcanzable. Si se quiere crear un concepto amplio y completo de desarrollo, es necesario olvidarse del crecimiento económico, los economistas debemos de aportar mejores ideas y dejar de enfocarnos tanto en los ingresos.
*El texto fue escrito como parte de un trabajo académico para la asignatura Teorías del Desarrollo y del desarrollo territorial
Referencias
Banerjee, A., & Duflo, E. (2019). Buena Economía para Tiempos Difíciles. Laurus.
Easterly, W. (2006). The White Man´s Burden. Penguin Books.
Willis, K. (2005). Theories and Practices of Development. New York: Routledge.