Este año, las elecciones de marzo abrirán la puerta a un cambio sustancial en la forma de gobernar los municipios, así como en la relación que la ciudadanía en cada uno de ellos mantiene con los gobiernos municipales.
Hay quienes dirán que disminuir el número de municipios es algo que debía haberse hecho hace muchos años, que un número tan grande de municipios no es funcional para un país tan pequeño, y cosas por el estilo; hay que decir que esta discusión no es nueva, a inicios del presente siglo se tuvieron debates sobre esto entre personas que trabajaban e investigaban alrededor del desarrollo de los municipios. Se puede rescatar de esto que estas reflexiones se hacían en un marco de demandas por hacer realidad los procesos de descentralización en el país, entendida esta como el traspaso de recursos y poder de tomar decisiones, desde el nivel central de gobierno hacia el municipal. Se trataba por lo tanto de impulsar una política pública.
En nuestro país la descentralización nunca se dio, al menos hacia los gobiernos municipales, porque de alguna manera, la conformación y funcionamiento de las Oficinas de Planificación y Gestión del Territorio-OPLAGEST, en algunas asociaciones de municipios, entran en una lógica descentralizadora de las funciones del Ministerio de Vivienda. Algunas de las OPLAGEST que se encuentran funcionando en este momento son las de la Asociación de municipios de Los Nonualcos, Mancomunidad Cayaguanca y Asociación de municipios Trifinio. La existencia de estas oficinas donde se realizan trámites relacionados con el sector de la construcción, es un buen indicador de la importancia de pensar en una forma de agrupamiento municipal que no contiene la desaparición de los municipios, sino su fortalecimiento. ¿Cómo quedan estas oficinas con la nueva configuración municipal? es una pregunta obligada que hay que hacer.
Estando a las puertas de que se haga efectiva la desaparición de los 262 municipios, y la creación de los 44 nuevos, nos parece central hacer algunas reflexiones sobre lo que va a suponer esta acción, al menos señalar algunos de los impactos previsibles así como algunas inquietudes que surgen, ya que se va a dar un cambio trascendental en la gestión pública municipal.
Algunos de los elementos que nos interesa recalcar son los siguientes:
Las anteriores son algunas de las cosas que llaman la atención, posiblemente cada persona en este país tiene sus propias inquietudes sobre este tema, como, por ejemplo, ¿qué pasará con el personal que actualmente trabaja en las alcaldías? ¿cómo funcionarán hoy que son distritos? ¿cómo se trasladarán las demandas que la población tenga sobre los servicios que dan las municipalidades? ¿con qué criterios se atenderán las solicitudes de proyectos que tengan las comunidades, barrios, organizaciones de mujeres, de jóvenes?
En este marco de incertidumbres en el que hemos estado durante los últimos años, se agregan estas, con la diferencia que el funcionamiento de las municipalidades impacta positiva o negativamente, y de forma directa en la población que pertenece a cada municipio, y ya se ha demostrado que con eso no se juega.