Abordar el tema de la formación del voluntariado es una de las garantías de la calidad de la tarea voluntaria que, gracias a la solidaridad, viene desarrollándose con tanto entusiasmo desinteresado. Pero será a través de la formación como el voluntario irá dándole sentido o significado a su actuar, no solamente cuando hace las visitas a los proyectos, sino en el cotidiano.

La formación será el espacio propicio para que, gracias a la reflexión sobre la acción, sus motivaciones iniciales vayan creciendo hacia un modo de ser, hacia una manera diferente de ver la vida, hacia una búsqueda más sólida de mejorar la calidad de vida, de una transformación de la sociedad.

Un voluntario formado abrirá nuevos campos para nuevas participaciones y para el planteamiento de nuevos objetivos. Un voluntario formado será factor de cambio del propio Voluntariado Social UCA, ya que su poder participar será cada vez mayor y obtendrá mayor nivel de conciencia para poder tomar decisiones. Un voluntario formado podrá ofrecer más eficazmente su servicio, y al mismo tiempo podrá trabajar más adecuadamente por construir una sociedad más justa y verdadera, donde la preocupación por el prójimo sea una actitud cotidiana.